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22 jul 2015

VOCABULARIO DEL PAPA FRANCISCO:FALSEADO-PASADO DE ROSCA

3 . Una civilización que está “falseada” tiene urgente necesidad de la esperanza cristiana.


“¡Esta civilización mundial se pasó de rosca!”, les dijo el Papa Francisco a los jóvenes en Río de Janeiro. El Papa volvía a lanzar uno de esos argentinismos que adquirió en sus años de acción pastoral como simple cura.
En mecánica, cuando una tuerca se ajusta más de lo debido, se rompe y empieza a girar en falso, ya no puede “agarrar” la materia, o sea, la realidad. Entonces queda “falseada”. No es difícil comprender de dónde viene esta expresión que forma parte de la manera de hablar de los argentinos y del Papa Francisco en particular: los talleres mecánicos de barrio.
Estar “pasado de rosca” también significa que alguien ha pasado el límite, que le ha dado tantas vueltas a las cosas que ya no razona, que ya no piensa con claridad y supone que la vida es ese girar sin sentido. Poco importa que la expresión se use para hablar de la droga o del alcohol, que no es demasiado diferente de abusar del poder, del dinero o de las influencias. El resultado es el mismo: ya no ve la realidad, ya no la “agarra” tal como es, la distorsiona exagerándola o la envilece mortificándola.
En Brasil el Papa Francisco estuvo centrado en el objetivo de las jornadas desde el momento mismo en que pisó el suelo de esa tierra tan querida: la juventud. Fue allí, ante los jóvenes, cuando se refirió a esa sociedad, a esa civilización mundial que “se pasó de rosca”, y en la visita al hospital de San Francisco de Río hizo una cruda pintura de la realidad: “¡Cuántos mercaderes de muerte que siguen la lógica del poder y el dinero a toda costa! La plaga del narcotráfico, que favorece la violencia y siembra dolor y muerte, requiere un acto de valor de toda la sociedad”.
Era necesario decirlo así, para que lo entendieran los jóvenes y los que ya no lo somos tanto. “¡Esta civilización mundial se pasó de rosca! (…) porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos”: los jóvenes y los ancianos. El párrafo quedó flotando entre la gente que llenaba la Catedral. Es  que la denuncia no sacude solo a los denunciados sino a todos. De alguna manera cada uno siente el peso de su propio silencio, de la complicidad por no haber hablado, por no haber sido capaz de ese “acto de valor” que Francisco reclamaba con urgencia.
Los teóricos tratan de explicar con sus análisis que la sociedad está dividida, confundida, desintegrada, complicada, desconcertada, trastornada y miles de términos más para justificar la realidad.
Justificar el error, en vez de reconocerlo y buscar el perdón, es una patología que intenta suavizar los efectos sin necesidad de confesar el pecado. Francisco nos simplifica las cosas porque “la tiene clara”: “¡Esta civilización mundial se pasó de rosca!”.
http://www.terredamerica.com/

OTRO:Esta civilización mundial se pasó de 'rosca', porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida (jóvenes y ancianos) que son las promesas de los pueblos..

VOCABULARIO DEL PAPA FRANCISCO:BALCONEAR...

2. “No balconeen la vida, métanse en ella, como hizo Jesús”.

Balconear”, en el lunfardo argentino literalmente quiere decir “mirar desde bel balcón”. Es una actitud puramente curiosa, sin participación, como un espectador de los demás que no participa de lo que está viendo. Siempre tiene un comentario crítico sobre lo que no le gusta o le parece mal, pero no se mezcla con la gente. En los años de nuestra adolescencia y anteriores; en aquellos mismos que el Maestrillo Bergoglio era nuestro profesor, nuestro Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe participaba, especialmente, en la procesión de Corpus Christi, junto a otros colegios católicos y la feligresía en general. En esa procesión que discurría por el centro de la ciudad en un largo recorrido, era típico ver muchos balconeros. En algunas casas, alguna imagen y un par de velas centraban la atención sobre una familia que se dedicaba a saludar a los procesionantes y hacer comentarios entre ellos. En ciertas zonas, una o dos casas por cuadra mostraban a un grupo curioso dedicado a la misma práctica. A mí me extrañaba un poco porque mis abuelos maternos, los que aún vivían, aún veteranos y algo achacosos se incluían entre los miembros de su parroquia y no consideraron nunca la idea de balconear.
Hablando con un cura del colegio me dio una definición sencilla: “Son viejas teñidas de fe. La fe no se vive desde el balcón, sino caminando”. Una frase que volvería a mi memoria haciendo el Camino de Santiago en 2010 y que remite a una Iglesia en marcha.
Cuando dijo: “No dejen que otros sean los protagonistas del cambio, ustedes son los que construyen el futuro”, me sentí joven yo también y pensé en lo bueno que era que esa juventud expectante lo comprendiera y en treinta o cuarenta años recordara sus palabras y analizara los resultados. Luego sentí esa ternura y admiración por el amigo al ver que “le saltaba el porteño que lleva adentro” cuando les insistió a los jóvenes con eso de: “No balconeen la vida, métanse en ella, como hizo Jesús”.
Para Francisco – y es difícil que alguien no lo entienda – el cristiano es un protagonista, no un espectador. En poco tiempo nos ha demostrado que desde el único balcón que se puede participar es aquel de la logia, en que una tarde lluviosa se asomó un Papa del fin del mundo y saludó a quienes lo esperaban con un simple: “Buona sera” se ganó el corazón del mundo pidiendo que recen por él…
– © TERRE D’AMERICA

VOCABULARIO DEL PAPA FRANCISCO: PRIMEREAR -PRIMEREA

1. Ese Dios católico que nos “primerea” siempre.

La mentalidad del “porteño”, del hombre que vive sobre el puerto de Buenos Aires, es un poco especial. Expresión de una sociedad cosmopolita más relacionada con el comercio y la industria, a diferencia de los argentinos del interior, dedicados a la producción primaria, tuvo cosas buenas y de las otras. La idea de saberlo todo, sumado a un sentido poco solidario, instituyeron la idea de “primero yo”. Poco importaba que lo que estuviera en juego fuera comprar una entrada para un partido de fútbol o la postulación a una cátedra universitaria. Nadie pensaba para tener tal actitud si sus virtudes y conocimientos eran los que merecían esa primacía, todo radicaba en ser el primero en estar, pedir, conseguir o exigir algo a puro golpe de mano, sólo por ser el primero. La idea era primerear, siempre y a cualquier precio
Primerear, nunca fue un neologismo virtuoso. Básicamente significa, ganar de mano, tomar la iniciativa antes que el otro, o antes que el otro se dé cuenta. Un dicho muy común en el Río de la Plata es: “el que pega primero, pega dos veces”. La palabra, salvaje aún y no domada por los diccionarios, se cuela en el periodismo. Una crónica policial puede decir: “… el ofendido lo “primereó” con el cuchillo”.
De lo anterior se deduce que primerear no suele ser una acción muy edificante, sino todo lo contrario. Al menos era así antes de Bergoglio.
La gente de las “villas” sabe perfectamente el significado de la palabra y su utilización, por eso cuando apareció un cura que les dijo que “hay que primerear la gracia, que hay que peleársela al pecado”, lo entendieron. Lo entendieron porque hablaba su idioma, sabía que ellos tenían que primerear a la droga, a la falta de oportunidades de trabajo, a la marginación… y no siempre lo lograban.
La acción no difiere a la vieja lucha entre la virtud y el pecado. Vuelve el concepto de “la Fe es milicia” basada en la idea de librar una permanente batalla entre el bien y el mal. Allí, entre los que iban a agradecer o a pedir a San Cayetano; allí, entre los marginados de la villa 11-14 o entre los olvidados del Borda, el soldado de la compañía de Ignacio los llamaba a la pelea, a “primerear” al pecado, “a ganarle de mano”, a sacarle ventaja a la injusticia. Y muchos descubrían en sus palabras que todavía tenían algo por qué luchar.
Pero esta acción de primerear también fue referida por él en la multitudinaria Vigilia Pentecostal con los miembros de los movimientos eclesiales laicos el 18 de Mayo, pero no ya en relación a cada creyente, sino a Dios. “Decimos que debemos buscar a Dios, pero cuando nosotros vamos Él nos estaba esperando. El ya está, y voy a usar una palabra que usamos en Argentina: el Señor nos primerea, nos está esperando. Pecas, y te está esperando para perdonarte. Él nos espera para acogernos, darnos su amor y así va creciendo la fe. Alguno preferirá estudiarla, es importante, pero lo importante es el encuentro con Dios, porque Él nos da la fe”.
Ante el Señor, que nos primerea, la consecuencia según Francisco, sería que nosotros primereásemos la gracia.