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11 jun 2013

DGO 11 DEL TIEMPO ORDINARIO, LUCAS 7,36.8,3 EL PERDON

Tema: "Perdonando a otros como somos perdonados"
Escritura: "Luego se volvió hacia la mujer y le dijo a Simón:-¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies, pero ella me ha bañado los pies en lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama" (Lucas 7:44, 47). ¿Alguna vez has hecho algo que no has debido hacer? ¿Te sentiste mal luego de hacerlo? (Puedes contar una historia personal o usar la mía...) Recuerdo una ocasión cuando estaba en un campamanto de verano de la escuela elemental, que comencé, con otra niña, a burlarme de otra que venía de otro campamento. ¡No sabía que la niña de la cual me burlaba estaba justo detrás de mí y que escuchó todo lo que dije! Me sentí horrible y nada de lo que hiciera podría mejorar la situación. Algunas veces cometemos errores en nuestra vida de los cuales nos arrepentimos. A veces, aunque cometemos la falta y nos arrepentimos, no tratamos de arreglar la situación. No asumimos la responsabilidad por lo que hicimos. Responsabilidad es una palabra bien grande. ¿Alguien sabe lo que significa? En este caso significa que en lugar de dar excusas por lo que hacemos mal, como "ella me hizo hacerlo" o "es culpa de él", admitimos que hemos cometido un error y luego tratamos de mejorar la situación o arreglarla.
Hoy estamos leyendo una historia bíblica acerca de una mujer que hizo algunas cosas males en su vida. No dice los que fueron, eso no es lo importante, pero sabemos que ella estaba muy arrepentida. De hecho, se sintió tan mal que fue a ver a Jesús en la casa de una persona, ¡aún cuando no estaba invitada! Me pregunto cómo se sintió. No conocía a nadie; las personas que estaban en la casa no deseaban verla allí y ¡se estaba reuniendo con Jesús! ¡Me imagino que debió sentirse muy poco importante y tendría miedo. ¡No sólo ella fue a esa casa, sino que se arrodilló cerca de Jesús y le lavó sus pies CON SUS LÁGRIMAS! Luego los enjuagó con perfume.

Te puedes imaginar cómo se sintieron las personas que estaban en la casa. ¡Uno de ellos se molestó con ella y con Jesús! Simón, el fariseo, no creía que Jesús debía permitirle a ella eso. Pero Jesús no solo la dejó, sino que le dijo que sus pecados, todas las cosas malas que había hecho en su vida, eran perdonados. Pudo salir de esa cosa contenta y con un corazón lleno de paz.
Hay muchas lecciones que podemos aprender de esta historia, pero veamos dos de ellas solamente. Primeramente, la persona hizo algo mal y deseaba corregirlo. Esto es algo que Jesús desea que hagamos. Si hacemos algo mal, ¿qué podemos hacer para corregirlo? ¿Cuáles son algunas de las cosas que podemos hacer para corregirlo? (pedirle a la persona que nos perdone, pedirle a Dios que nos perdone, decir "Lo siento" a la persona, arreglar lo que rompimos, hacer lo que se nos olvidó hacer, etc.).
Lo otro que necesitamos aprender de esta historia es la manera en que Jesús reaccionó. ¿Sacó Jesús a la mujer? ¿Dijo: "Hiciste algo malo, apártate de mí"? ¿Qué hizo Jesús? Él permitió que se quedara, le permitió que pidiera perdón y luego la perdonó. Es importante que hagamos lo mismo.
Oremos: Dios celestial, cuando nos equivocamos, ayúdanos a pedir perdón y tratar de corregir la situación. Ayúdanos también a perdonar las personas que nos hieren. En el nombre de Jesús, amén.

ACTIVIDADES POSIBLES
Recomendación de un libro: Un buen libro que ayuda a las maestra a enseñar acerca del perdón es “Down the Road”. (Lo he buscado en español y no he conseguido una traducción del mismo). Este libro es acerca de una niñita a la cual se le da la responsabilidad de ir a comprar algunos huevos. Camina a la tienda, los compra y entonces, con mucho cuidado camina hacia su casa. En el camino, accidentalmente se le caen. Está tan molesta que se sube a un árbol. Su papá se preocupa por ella y va en su búsqueda. -En este momento le hablo a los niños: ¿Qué hizo la niña? ¿Por qué se está escondiendo? ¿Qué crees que hará el papá? He hecho esta historia en dos ocaciones y, en ambas ocaciones, los niños han respondido que el papá demostrará mucho coraje. Todos se sorprenden pues… El la PERDONÓ. Esta es una bella ilustración para los niños.
¿Qué debes hacer?: Deje que los niños dramaticen los siguientes escenarios y luego pídales que compartan ideas en como pueden mejorar la situación. Si tienen niños mayores ellos podrían traer algunas situaciones adicionales que hayan visto o vivido.
(1) “Estás jugando con algunos de tus amigos en el patio de la escuela. A medio juego un niño se acerca a ti y te pregunta si puede jugar contigo. Le dices que NO. El niño se retira cabizbajo. Le has herido sus sentimientos. ¿Cómo puedes arreglar la situación?”
(2) “Estás en la casa viendo televisión. Estás en lo mejor del programa cuando tu mamá se acerca y te dice que te laves las manos y te prepares para cenar. No te mueves. Al ratito aparece nuevamente y ve que todavía estás sentado. Se molesta y te manda a lavar las manos inmediatamente y apagar la televisión. El programa está por terminar, y te quedas para terminar de verlo. La siguiente vez que mamá entra al cuarto donde estás, sabes que estás en problemas.” Has cometido un grave error al no escuchar y obedecer a tu mamá. ¿Cómo puedes arreglar la situación?
(3) “Invitas a algunos amigos a jugar en tu casa. Están en el patio jugando a los piratas. Tienes pedazos de madera representando las espadas y pelean con ellas. Sabes que al agitar la espada debes tener mucho cuidado, pero la agitas y, sin querer, le das en la cara a tu amigo. Tu amigo comienza a llorar.” Has herido a tu amigo. ¿Como puedes arreglar la situación?
Un recordatorio de lo que podemos hacer: Algunas veces necesitamos un recordatorio de lo que debemos hacer. En la mayoría de los casos, es más fácil hacer lo incorrecto. Pero Dios desea que hagamos lo que es correcto. Cuando estés haciendo algo que no se supone que hagas, recuerda estas siglas, R (recuerda), D (detente), P (piensa) y C (corrige). Consigue cuentas cuadradas con las letras RDPC y algunas otras cuentas decorativas, una arandela para las llaves y un cordoncito o lana para unir las cuentas y hacer un llavero. Puedes usarlo en su bulto de cargar libros.
Recreando: Esta es una historia muy buena para que los niños recreen o dramaticen, no importa si el grupo es grande o pequeño. Los personajes son Jesús, otro Simón, y otra la mujer. Puedes tener otros que sean los que están visitando en la casa y, por último, un lector. Puedes dramatizar entonces la parte en la cual todos participant.

7 may 2012

CUENTO PARA NIÑOS


Cuento: Diario de un penitente

 En los países europeos, es muy común que las personas —desde las más elevadas, hasta simples campesinos— registren en un cuaderno los acontecimientos, las reflexiones o impresiones que más les llamaron la atención. Esos diarios constituyen, inclusive, una preciosa fuente de informaciones para los estudiosos, sobre todo los que se dedican a escribir lo que los franceses llaman de la petite histoire (la pequeña historia).

 Hace más de diez años, oí de un ilustre conferencista brasileño la narración del hecho abajo transcrito, leída por él en un libro de un escritor francés.

Como turista inteligente, caminaba tranquilamente ese escritor por las calles de Roma, la “Ciudad Eterna”, sin un plan preconcebido, “sintiendo” los lugares densos en cultura y tradiciones, analizando los grandiosos monumentos, las pintorescas calles y plazas. Caminando, por así decir, sin rumbo, pasó por una de las innumerables iglesias de la ciudad pontificia y notó al acaso, grabada en la piedra, una inscripción que le despertó la curiosidad.

 “¿Será el memorial del arquitecto que construyó el sagrado edificio? ¿O será obra de algún vándalo?” —pensó él.

 Se aproximó, y desde el primer momento notó el detalle de la letra artísticamente diseñada. Leyó la primera frase:

 “Hoy, 25 de agosto, pequé. Pero, gracias a Dios, ya me confesé”. Emocionado, el escritor constató que la inscripción era el “diario espiritual” de un pecador arrepentido y decidido a marcar en la piedra, para todos los siglos, su testimonio de lucha, humildad y gratitud. Seguía un igual gemido del alma: “Hoy, 26 de agosto, volví a pecar. Pero ya me confesé, gracias a Dios”.

 Se sucedían así las frases, siempre iguales en la sustancia, con ligeras variaciones en la forma. Pero con un detalle importante: a medida que pasaba el tiempo, iba quedando mayor el período entre una caída y otra. De casi cotidianas al principio, pasaron a ser semanales, mensuales. Después, varios meses sin pecar. Por fin, nuestro turista-escritor llegó a su última frase, un verdadero grito de victoria y gratitud: “Hoy, 13 de marzo, hace un año que no peco. ¡Alabado sea Dios!”

 Conmovido hasta las lágrimas, tuvo él deseos de arrodillarse y besar aquella reliquia de un alma que, en lugar de desanimar al considerar su flaqueza, confió en la misericordia de Dios, perseveró en la oración, por la cual obtuvo las gracias abundantes para luchar con éxito hasta alcanzar la victoria completa. Bendito, ciertamente, es la sangre de los mártires derramada en el Coliseo y en tantos otros lugares de la Tierra.

 Benditas también las confesiones grabadas en ese “diario” de piedra, las cuales nos traen vivamente a la memoria el libro “Confesiones”, del gran Doctor de la Iglesia, San Agustín.