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21 may 2013

La Santísima Trinidad: Dios, Uno y Trino

En un breve esquema, lo que veremos será:

1) Introducción.
2) Personas Trinitarias.
3) Procesiones Divinas.
4) Relaciones en Dios.
5) Misiones Trinitarias.
6) Apropiaciones o Atribuciones en Dios.
7) Conclusión: La Trinidad en nuestra vida.


1. INTRODUCCIÓN.

Está en el Catecismo de la Iglesia Católica, entre los números 232 a 267. En el 234 dice que es el MISTERIO CENTRAL de la vida del cristiano. Es la primera y más importante afirmación de fe.

Esto nos remite a que hay una Jerarquía en las verdades de fe, y da razón al denodado esfuerzo de Juan Pablo II, del que es partícipe todo cristiano, por el ecumenismo, es decir, la reunión en una sola Iglesia de todos los que creemos en Jesús, en la Santísima Trinidad, tenemos un solo bautismo y la misma revelación en la Biblia.

En el 235 trata del esquema de exposición: cómo se revela el Misterio de la Santísima Trinidad (I) (Nº. 237-241.243.244), la doctrina de la Iglesia sobre ella (II) (242.245-248) y la Misiones Divinas (III).

En el 236 llama Teología a las misiones de Dios dentro de Sí Mismo, y Oikonomia las que realiza fuera de Sí. La primera se refiera a Dios en Sí Mismo, y la segunda a su Plan de Salvar.

El Nº. 25l trata sobre algunos términos filosóficos que nos ayudan a comprender este Misterio.


2. PERSONAS DIVINAS.

Son 3 Personas Distintas en una Sola Naturaleza Divina.

En el Catecismo, esto está explícitamente en los números 232.233 y 252.253.254. Se distinguen por su origen. El Padre es tal porque de nadie procede y engendra al Hijo, desde toda la eternidad. Del Padre y del Hijo, por vía de amor, procede el Espíritu Santo.

Los tres se inhabitan. Donde está el Padre están los otros Dos, y así con cada uno. A esto se lo llama “pericóresis” o “circumincesión”: Los Unos están en el Otro y viceversa con cada Uno.

239: El Padre es origen, autor. Se puede expresar también mediante la imagen de la maternidad.

242: El Hijo es engendrado por el Padre desde toda la eternidad por vía de generación intelectual. Se conoce y admira en Él.

243-245: El Espíritu Santo.

246.247: Procede del Padre “y” del Hijo (Filioque).

248: La tradición oriental: El Espíritu Santo procede del Padre “por” el Hijo.


3. PROCESIONES DIVINAS.

Pertenece a lo llamado en el número 236 “Theología” (palabra griega), es decir, al conocimiento de Dios en Sí Mismo.

Partamos de que en Dios hay Inteligencia y Voluntad, Conocimiento y Amor. También podríamos agregar según San Juan de la Cruz: Memoria y Vida.

Hay dos procesiones en el Seno de la Santísima Trinidad:

• El Hijo procede del Padre por el camino de la generación intelectual, por medio del conocer de Dios (vía intelectiva).
• El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo por el camino de la generación por el Amor, que es el camino volitivo, de la Voluntad Amorosa del Padre y del Hijo, y ese Amor se transforma en la tercera Persona Divina.

Estas relaciones se descubren en el catecismo entre los números 238-248, en especial el 242 y el 246.


4. RELACIONES EN DIOS.

También pertenece a la “Teología”, al Dios en Sí Mismo. Hay 4 relaciones en Dios, que se dan mediante la oposición relativa de las Personas, lo que no rompe su Unidad de naturaleza, ni se destruye la pericóresis o circumincesión, por la que donde está Una de Ellas están también las otras Dos.

• La Paternidad. Del Padre con referencia al Hijo. Es la primera relación.
• La Filialidad. Del Hijo con referencia al Padre, de Quien procede desde toda la eternidad por vía de conocimiento intelectual.
• La Espiración Activa. El Padre y el Hijo se aman de tal manera que generan una Nueva Persona, el Espíritu Santo, por vía volitiva, “espiran activamente” el Amor.
• La Espiración Pasiva. Es el Amor espirado por el Padre y el Hijo contemplado desde el Espíritu Santo. Desde Él, que recibe y es generado, la espiración del Padre y del Hijo es recibida, por lo tanto es una “espiración pasiva”.

Esto también se descubre en el Catecismo, principalmente al final del número 252, y en los números 254 y 255.


5. MISIONES TRINITARIAS.

Las Misiones pertenecen a lo que el número 236 denomina “Oikonomia”, del griego, que significa “Economía de Salvación”, al Plan que Dios tiene para salvar. Por lo tanto, éstas suceden hacia fuera del Seno Trinitario, apuntan al Plan de Salvación y presuponen un Envío.

Hay 2 Misiones “hacia fuera”:

• La del Hijo enviado por el Padre. Es la encarnación redentora.
• La del Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo, para dar testimonio de Jesús Resucitado, recrear la Iglesia y santificar a los hombres.

El Padre no es enviado, pero viene al alma en gracia, tal como leemos en Jn. 14,23 y Ap. 3,20. En el Catecismo, esto lo descubrimos principalmente en los números 257 y 258 al final. (De todas maneras, las operaciones divinas son comunes a las Tres Divinas Personas, por el misterio ya visto de la circumincesión o pericóresis).


6. APROPIACIONES O ATRIBUCIONES DIVINAS.

Tal como decíamos al fin del bloque anterior, las operaciones divinas son comunes a las Tres Divinas Personas, porque donde está Una de Ellas están también inhabitándose las Otras Dos. Están “como Una metida dentro de las Otras” (la pericóresis o circumincesión). La Trinidad tiene “una sola y misma operación”. Por lo tanto, crean las Tres, redimen las Tres y santifican las Tres. Pero, por Apropiación o Atribución, se adjudica a alguna de Ellas determinada Obra: Por ejemplo, la Creación se “atribuye” al Padre. La Redención, al Hijo. La Santificación, al Espíritu Santo.

En el Catecismo, encontramos este tema en los números 257, 258 y 259.


7. CONCLUSIÓN: LA TRINIDAD EN NUESTRA VIDA.

En el número 3 de la exposición dijimos que Dios es Inteligencia y Voluntad según Santo Tomás de Aquino. San Juan de la Cruz le agrega Memoria también, la cual Santo Tomás la hace surgir de la Inteligencia y la Voluntad.

Para esta aplicación espiritual tomaremos la división de San Juan de la Cruz, que nos facilitará las cosas.

Arrancamos de los números 259 y 260 del Catecismo, donde dice que toda la vida cristiana es “comunión con las Tres Divinas Personas”, y que el fin último de toda la Economía Divina (del Plan de Salvación)”es la entrada de las criaturas en la unidad perfecta de la Bienaventurada Trinidad”, citando para ello a Jn. 17, 21-23. Nosotros, que somos imagen y semejanza de Dios, también tenemos inteligencia, voluntad y memoria, que son las facultades superiores del hombre y hacen que nos distingamos por ellas de los animales y que nos podamos unir a Dios.

• Nuestra inteligencia se une al Conocer de Dios en Jesús, que es el conocimiento del Padre. La inteligencia, conociendo, busca la Verdad. Y la Verdad es Jesucristo. Y lo hace por medio de la virtud teologal de la Fe. (Las virtudes teologales son aquellas que nos unen directamente con Dios, que alcanzan directamente a Dios).-Cf. Rom. 5, 2ª. Por lo tanto, nuestra inteligencia se une a Jesús, Hijo del Dios Vivo, por medio de la Fe.

• Lo propio de la voluntad es amar, el amor. El Amor en Dios es el Espíritu Santo. -Cf. Rom. 5,5-. Por lo que nuestra voluntad se une a Dios Espíritu Santo por medio de la virtud teologal de la caridad, amando a Dios sobre todas las cosas, que es el primero y el principal de los mandamientos.

• En la memoria recreamos la vida. Pero para unirnos a Dios tenemos que dejarlo todo y seguirlo. Por lo tanto, tenemos que dejar entrar en ella la Vida de Dios, el Padre, que viene del futuro, y no tener las imágenes y situaciones de nuestra historia enfermiza. Más allá de las cosas y de las personas, está la Vida de Dios. Ésta es ya Vida Eterna, y nos sana, nos cura, nos reconcilia y nos libera. Por lo tanto, nuestra memoria, haciendo el “vacío” de todo lo creado, se une al Padre por medio de la virtud teologal de la Esperanza, que nos hace penetrar en la Vida Eterna de Dios y hace que ella penetre en nosotros ya desde ahora.

¿Cómo lograr todo esto? Sin duda, el camino es la oración, sin descartar todo lo demás. Tiempo y tiempo ante Dios Sólo y solos ante Dios. Lo demás, resultará muy fácil. Serás santo y podrás realizar la misión que Dios quiere de ti en esta vida. Pero si no estás unido a Dios, podrás hacer muchas cosas, pero serán como golpes en el vacío, y llenas de vanidad y de nada.

escrito por Gustavo Daniel D´Apice
Profesor Universitario y Bachiller en Teología (UCA)
(fuente: http://blogs.catholic.net/gustavodaniel/)

SANTISIMA TRINIDAD CICLO C








SANTISIMA TRINIDAD



El domingo después de Pentecostés se dedica a la Santísima Trinidad. Es el lugar más apropiado del año litúrgico para esta celebración. Por el Espíritu Santo llegamos a creer y a reconocer la trinidad de personas en el único Dios. Habiendo celebrado todos los misterios de Cristo, la Iglesia echa una mirada de agradecimiento a la obra completa de la redención.
Desde la contemplación de las obras maravillosas de Dios nos volvemos a considerar la vida interna de la Divinidad.


HISTORIA DE LA FIESTA

Esta fiesta comenzó a celebrarse hacia el año 1000, tal vez un poco antes. Parece ser que fueron los monjes los que asignaron el domingo después de pentecostés para su celebración. Anteriormente existía una misa votiva y oficio en honor de la Trinidad pero no día de su fiesta como tal.

Las iglesias diocesanas comenzaron a seguir el ejemplo de los monjes benedictinos y los cistercienses y, en los dos siglos siguientes, la celebración se extendió por toda Europa.

En 1334 el papa Juan XXII la introdujo como fiesta de la Iglesia universal.

El domingo de la Santísima Trinidad es de institución relativamente tardía pero fue precedido por siglos de devoción al misterio que celebra. Tal devoción arranca del mismo Nuevo Testamento pero lo que le dio especial impulso fue la lucha de la Iglesia contra las herejías de los siglos IV y V.

El arrianismo negaba la divinidad de Cristo. En 325, el concilio de Nicea afirmó que Cristo es coeterno y consustancial con el Padre, y así condenó el arrianismo. Esto fue reafirmado en el concilio de Constantinopla en 381( credo niceno-constantinopolitano,) que declaró además que el Espíritu Santo es distinto del Padre y del Hijo pero consustancial, igual y coeterno con ellos.


SIGNIFICADO DE LA FIESTA
El objeto de la fiesta no es una realidad abstracta. Lo que adoramos es el Dios vivo en que vivimos, nos vemos y existimos.
Las personas divinas de la Trinidad no son extrañas. Por el
bautismo participamos en la vida de Dios, entramos en relación personal con el Dios uno y trino.
La gracia bautismal nos incorpora a Cristo, nos llena con su Espíritu, nos hace
hijos de Dios.
En una meditación sobre la Trinidad, santo Tomas de Aquino afirma que
por la gracia no sólo el Hijo sino también el Padre y el Espíritu Santo vienen a morar en la mente y el corazón.
El
Padre viene fortaleciéndonos con su poder, el Hijo, iluminándonos con su sabiduría y el Espíritu Santo, con su bondad, llena de amor nuestros corazones.

La
Santísima Trinidad es ciertamente un misterio pero un misterio en el cual nosotros estamos inmersos. Es un océano que no podemos esperar abarcar en esta vida. Incluso en la eternidad será insuficiente para agotar sus riquezas. A la luz de la gloria veremos a Dios cara a cara, pero no será una visión estática sino una exploración sin fin.
¿De qué manera hemos de aproximarnos a este misterio? ¿Comenzamos por la unidad de naturaleza o por la trinidad de personas? Probablemente nos inclinaremos a comenzar por lo primero.
Durante siglos la enseñanza de la Iglesia ha acentuado la
unidad del ser. Así se hacía también en la catequesis popular. Una oración popular irlandesa traducida por Tomás Kinsella, ilustra esta idea:

Tres pliegues en una sola tela,

pero no hay más que una tela.

Tres falanges en un dedo,

pero no hay más que un dedo.

Tres hojas en un trébol,

pero no hay más que un trébol.

Escarcha, nieve, hielo..., los tres son agua.

Tres personas en Dios son asimismo un solo Dios. 

En contraste con esta idea podemos considerar el famoso icono ruso de la Trinidad pintado por Rublev. Representa la escena descrita en Gn 18,1-18 en la que Yavé se aparece a Abrahán bajo la forma de tres ángeles. Es éste un hermoso retrato místico de la Trinidad, en el que la distinción de las personas y sus relaciones mutuas se transmiten utilizando gran delicadeza de colores y formas.
El padre Cipriano Vagaggini en su gran obra Las dimensiones teológicas de la liturgia nos expone una fórmula para expresar la forma en que el Dios uno y trino actúa fuera de sí mismo:
Todo bien nos viene del Padre, por mediación de su Hijo encarnado, Jesucristo, por medio de la presencia del Espíritu Santo en nosotros y, del mismo modo, por la presencia en nosotros del Espíritu Santo, a través de la mediación del Hijo de Dios encarnado, Jesucristo, todo retorna al Padre.
Este modo de considerar la Trinidad puede decirse más dinámico. Es como un proceso de vida y movimiento. La Trinidad no es una realidad remota y abstracta, algo que está "ahí afuera". Está mucho más aquí, abrazando y penetrando mi vida.
Para san Pablo y los otros escritores del Nuevo Testamento, la vida cristiana y moral es profundamente trinitaria hasta la médula. Todo cuanto tenemos lo recibimos del Padre, que es la fuente de nuestro ser, pero lo recibimos por Jesucristo, nuestro mediador. El Espíritu Santo es quien nos une a Cristo, y, sin él, no podemos acercarnos al Padre ni volver a él como a nuestro fin último.

TEXTOS DE LA MISA

Los textos de la misa declaran no lo que Dios ha ocultado al ser humano, sino lo que le ha revelado.

A través de las Escrituras aprendemos quién es Dios. Es un Dios de Amor.

En la lectura del Antiguo Testamento para el ciclo A tenemos la maravillosa revelación a Moisés en el monte Sinaí: "Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad".

En el evangelio de san Juan Jesús dice a Nicodemo: "Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único para que no perexca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna"

La vida de la comunidad cristiana debería ser un reflejo de la comunidad de vida de la Santísima Trinidad. En la segunda lectura san Pablo exhorta a los corintios: "Tened un mismo sentir y vivid en paz y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros".

Se da testimonio de Dios y se le reconoce en las comunidades donde hay unidad de mente y corazón y se practica la tolerancia. San Pablo cierra su exhoratación con una bendición hermosa: "La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con todos vosotros".

También se encuentra en la misa el tema de la Revelación.

La oración colecta nos indica que por Jesucristo y por su Espíritu se nos da la capacidad de conocer los misterios de la vida de Dios.

El prefacio, que es la fórmula más antigua de esta misa (del siglo V o del VI), declara: "Lo que creemos de tu gloria, por Tú lo revelaste, lo afirmamos también de tu Hijo y también del Espíritu Santo"

Creemos en un Dios pero nuestro Dios no es solitario ni aislado. Es un Dios que desea compartir su vida, es pura bondad y lo propio de la bondad es comunicarse.

Él creó el universo e hizo al hombre a su imagen y semejanza. Entró en diálogo con sus criaturas, eligió a Israel y estableció con él una alianza. Por eso Moisés pregunta en la lectura del Deuteronomio (ciclo B): "¿Hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo...? ¿Algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras?"

No, no es un Dios remoto.

En la lectura del libro de los Proverbios (ciclo C), la sabiduría personificada grita: "Yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia, jugaba con la bola de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres". Dios está tan cerca de nosotros, por su Espíritu, que bien podemos gritar: "Abba, Padre" (lectura segunda, ciclo B), su amor ha sido derramado en nuestros corazones por ese mismo Espíritu (lectura de la carta a los Romanos, ciclo C)
Vicent Ryan en el libro "Pascua y fiestas del Señor" Ediciones Paulinas, Madrid,

Tres en uno y un regalo imperdible e inagotable !!!


Padre, Hijo y Espíritu son regalo. Puro regalo. El Padre se regala en el Hijo. El Hijo se nos da en el Espíritu.

La Trinidad es regalo. Dios mismo se nos dona, se nos regala, se nos ofrece. El regalo de Dios es la sonrisa del mundo. ¿Qué haría el mundo sin el Amor que viene del regalo que es el propio Dios?

Desde que hacemos la señal de la cruz por la mañana hasta el anochecer, ¡cuántos actos casi desapercibidos que vivimos inmersos en la corriente amorosa de la Trinidad!

Dios es comunidad. En ese regalo del Dios que se regala, también nosotros hemos de ser un regalo para los demás, no un “regalito”, sino regalo en toda su dimensión.

Preparémonos para la fiesta del Amor que no se termina, porque quien se dona por completo, al estilo de la Trinidad santa, termina por no tener fin. Conectados al Amor inagotable la vida tiene otro color

El misterio de la Trinidad

Objeto: Una novela de misterio, un huevo duro

Escritura: Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él testificará acerca de mí (Juan 15:26 NVI).

¿Te gustan las historias o novelas de misterio? Cuando era joven me encantaba leer historias de misterio. Mis favoritas eran los Hardy Boys y Nancy Drew (Ambos novelas en inglés). Recientemente vi un buen libro de misterio titulado "¿Qué le ocurrió realmente a Humpty?: De los archivos de un detective experto". Todos sabemos que Humpty Dumpty se cayó, pero en este libro el hermano, Joe Humpty, detective, investiga para tratar de saber que pasó realmente. ¿Se caería Humpty o lo empujarían? Si fue empujado, ¿quién lo hizo? ¿Sería la Pequeña Miss Muffet, Rizos de Oro, la vieja mamá Hubbard o el malévolo Lobo Feroz. No voy a revelar el final o la solución al misterio...tendrán que leerlo para saberlo.

Hoy vamos a aprender acerca de un misterio totalmente diferente. Hoy es un día muy especial en la iglesia. Es el domingo de la Trinidad. ¿Sabes lo que significa la palabra trinidad? Lo primero que deseo preguntarte es: conociendo a Dios, ¿cuántos Dios hay? Exacto, sólo hay un Dios. La Biblia dice que "sólo un Dios y Padre de todos", pero Dios está hecho de tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esto es lo que conocemos como la Trinidad. Puede ser que hayas notado que cuando alguien es bautizado por el Pastor, este dice, "Te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". ¿Has oído eso antes? ¡Bien! Ahora sabrás que cuando escuchas esas palabras - Padre Hijo y Espíritu Santo - estamos hablando de la Trinidad - un Dios en tres personas.

Tan simple como esto aparenta ser, es muy difícil entender la Trinidad. Es un misterio para nosotros - algo que podemos pensar y maravillarnos en él. Las personas han usado muchas cosas o formas diferentes para tratar de ayudar y explicar lo que es la Trinidad. Como comenzamos hablando acerca de Humpty Dumpty hoy, creo que usaré un huevo como ejemplo en esta ocasión. (Enseñe un huevo hervido y duro). ¿Cuántos huevos ves? ¡Así es! Tengo sólo un huevo. Como posiblemente sepas, el huevo está hecho de tres partes. La primera es el cascarón. (Pele el huevo). La segunda parte es lo blanco, la clara del huevo. Lo próximo que haré es cortar el huevo por la mitad. ¿Qué ven ahora? ¡Cierto! Ven la yema amarilla. El huevo tiene tres partes: el cascarón, la clara y la yema - pero es un sólo huevo. ¡De igual forma, el Padre, Hijo y el Espíritu Santo son tres personas pero sólo un Dios: misterio resuelto!

Oremos: Dios te damos gracias por ser el todo poderoso, sapiente y amoroso Dios con nosotros. Te damos gracias por las cosas en la vida que no entendemos completamente y por darnos la fe para creerlas de todos modos. En el nombre del Padre, Hijo y el Espíritu Santo, amén.