3 jul 2013

EL APOCALIPSIS PARA NIÑOS DE 11 a 12 AÑOS (SEGUNDO ENCUENTRO)

 Vamos a leer algunos textos del Apocalipsis a lo largo de varios encuentros, teniendo en cuenta:

• La situación en que fue escrito.

• El lenguaje simbólico.

• El mensaje para los hombres de aquella época y para nosotros en la actualidad.

• Que el objetivo del libro es hablar del triunfo definitivo de Dios en la historia.

 Insisto en comentar que, a veces, hay quienes me cuestionan que trabaje este texto con niñas y niños de once o doce años.

 Sin embargo, teniendo en cuenta lo que leen y las películas que ven, este texto no les aporta nada extraordinario. Es más, muchas de las películas de terror o relacionadas con el fin del mundo se basan o toman textos, muchas veces en forma errónea, del Apocalipsis.

En el primer encuentro se trabajó Apocalipsis 1, 9-20 y nos hicimos algunas preguntas:

• ¿Qué mensaje de esperanza podemos dar al mundo de hoy?

• ¿Tenemos esperanza o creemos que lo que está mal seguirá mal?

 

A continuación de ese texto encontramos las cartas a las siete Iglesias. Sugiero saltear estos capítulos explicando brevemente que se trata de un mensaje que Dios le envía a todo el mundo, las siete Iglesias representan a toda la Iglesia y a todos los que quieran oír este mensaje. Pero, vamos a seleccionar algunos textos porque lo que vamos a hacer es una introducción al Apocalipsis teniendo en cuenta los puntos que figuran al comienzo de esta nota.

 

Primera parte

 

Partimos del la pregunta de cómo nos imaginamos que es Dios y cuál es su tarea o cómo interviene en el mundo de hoy.

 

Muchas veces nos preguntamos por qué existen los terremotos, por qué nacen niños enfermos, por qué hay guerras o por qué hay millones de personas que mueren de hambre o de sed.

 

¿Qué hace Dios? ¿Es un Dios distraído, es un Dios que nos abandonó, que nos deja para que nos arreglemos solos…?

 

Suele ocurrir que los niños imaginen a Dios como un abuelo, o se lo imaginan con cuerpo.

 

Lo importante es que el catequista ayude a la reflexión. Si dicen que se lo imaginan como un abuelo, hay que preguntar qué características tiene un abuelo: tranquilo, no reta, deja hacer cualquier cosa, mima, es severo… Las respuestas van a variar de acuerdo a la experiencia de los niños.

 

¿Cómo es el Dios que aparece en el Apocalipsis? ¿Cómo es ese Dios que, según este texto, no abandona al hombre, sino que le promete que al final e bien triunfará? ¿Cómo lo acompaña y ayuda en la vida cotidiana?

 

Proclamación:

 

Leemos Apocalipsis 4, 1- 11

El texto se lee una vez y, con la Biblia abierta, el catequista va comentándolo e intercambiando con los niños. Si ayuda y a los niños les gusta, se puede hacer un dibujo del texto por grupos o de a dos o tres.

 

Después tuve la siguiente visión: Había una puerta abierta en el cielo, y la voz que había escuchado antes, hablándome como una trompeta, me dijo: «Sube aquí, y te mostraré las cosas que deben suceder en seguida».

 

La puerta abierta indica que hay una comunicación entre el cielo, lugar donde el autor ubica a lo divino y este mundo.

 

Podemos hablar con Dios, comunicarnos con él, él interviene en nuestra historia y nosotros podemos compartir algo de su divinidad.

 

«En ese mismo momento, fui arrebatado por el Espíritu y vi en el cielo un trono, en el cual alguien estaba sentado. El que estaba sentado tenía el aspecto de una piedra de jaspe y de ágata. Rodeando el trono, vi un arco iris que tenía el aspecto de la esmeralda.

 

Y alrededor de él, había otros veinticuatro tronos, donde estaban sentados veinticuatro Ancianos, con túnicas blancas y coronas de oro en la cabeza. Del trono salían relámpagos, voces y truenos, y delante de él ardían siete lámparas de fuego, que son los siete Espíritus de Dios».

 

• ¿Qué sensación nos da este texto?

• ¿Quién es el que está en el trono?

• ¿Qué importancia se le da?

• ¿Qué nos dice de Dios?

• Es la imagen de un Dios poderoso y rodeado de personas que comparten parte de su gloria, por eso tienen también un trono y coronas de oro.

 

«Frente al trono, se extendía como un mar transparente semejante al cristal. En medio del trono y alrededor de él, había cuatro seres vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás. El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo, a un toro; el tercero tenía rostro humano; y el cuarto era semejante a un águila en pleno vuelo. Cada uno de los cuatro seres vivientes tenía seis alas y estaba lleno de ojos por dentro y por fuera. Y repetían sin cesar, día y noche…».

 

Esta última parte nos muestra a Dios reconocido y alabado por los hombres. Cada uno de los seres vivientes, van a acompañar a uno de los Evangelios.

 

• ¿Cómo vemos al Dios que nos presenta este texto? ¿Cercano, lejano, triunfante, poderoso, débil…?

 

Respuesta:

 

Reescribimos la imagen de Dios que habíamos escrito en la primera parte.

 

• ¿Cómo nos relacionamos con este Dios?

• ¿La imagen de Dios que tenemos es la misma a través de los años?

 

Nuestra imagen de Dios cambia, pero él es el mismo, siempre presente en nuestra historia. Como los primeros cristianos, nosotros también podemos sentirnos perseguidos o, en determinados lugares, ocultamos que somos cristianos. Sin embargo, si dejamos actuar a Dios en nuestra vida, podremos disfrutarla de una forma más íntegra.

 

EL APOCALIPSIS PARA NIÑOS DE 11 A 12 AÑOS: primer encuentro

A lo largo de muchos años, los niños de once y doce años, me han pedido trabajar el Apocalipsis. Durante todo ese tiempo, me rehusé porque creía que no era importante para ellos. 
Sin embargo, hace un año me decidí a poner en práctica aquello de atender el interés del que aprende y comencé a trabajar el tema con los chicos de 6º grado, es decir once y doce años.
Primer momento: 
Preguntar por qué tienen interés en leer el Apocalipsis y qué saben de este libro de la Nueva Alianza.
• Generalmente conocen y gustan de los monstruos que aparecen, tienen curiosidad porque habla del fin del mundo y, lo que más conocen, es el número 666 que aparece en numerosas películas. 
• Explicar que la palabra «apocalipsis» significa «revelación» y, además de narrar la vuelta de Jesús al final de la historia, muestra una forma de ver la historia y, para hacerlo, utiliza un lenguaje simbólico. Por eso, para leerlo hay que conocer la situación de los cristianos en ese momento.
Trabajo en grupo con dos preguntas:
• ¿Cuál es la situación del mundo actual?
• ¿Qué buen mensaje podemos darle al mundo?
Poner en común lo trabajado. Contar que el Apocalipsis se escribió en una época en que los cristianos estaban muy perseguidos por Domiciano (año 95), emperador romano que pretendía ser adorado y que, si las fuerzas del imperio encontraban uno, lo más probable era que lo mataran.
¿Cómo hacían entonces para comunicarse? Lo hacían en «clave», en lenguaje simbólico. Es en este contexto histórico donde debemos buscar el verdadero significado de los simbolismos.
Vamos a leer algunos textos del Apocalipsis a lo largo de varios encuentros, teniendo en cuenta:
• La situación en que fue escrito.
• El lenguaje simbólico.
• El mensaje destinado a los hombres de aquella época y para nosotros en la actualidad.
• Que el objetivo del libro es hablar del triunfo definitivo de Dios en la historia. 
Segundo momento:
Leer Apocalipsis 1, 9-20
Para una mejor comprensión, pedimos a los chicos que dibujen lo que leen en hojas blancas y luego las exponemos en el pizarrón.
Al finalizar, guardamos o fotografiamos esos dibujos, o algunos de ellos, para usarlos el año siguiente. Explicamos a los niños que por eso los guardamos.
Una vez que están pegados los dibujos en el pizarrón, explicamos algunos signos, los que más le llaman la atención a los chicos.
• Las siete Iglesias representan a todas las iglesias.
• El número 7 significa plenitud, perfección, totalidad.
• Siete candelabros: la Iglesia.
• Hijo del hombre: Jesús resucitado.
• Túnica blanca: sacerdocio.
• La voz que era como el estruendo de grandes cataratas, o como el sonido de la trompeta: voz de Dios.
• Espada de doble filo: la fuerza de la Palabra de Dios.
• El trono: aparece numerosas veces, significa poder.
 
Preguntamos qué significa esta visión. A veces puede ser confusa, como un sueño.
 
Jesús ha triunfado sobre la muerte y nos da un mensaje de esperanza.
 
Puede parecer, como parece en los primeros capítulos del Apocalipsis que estamos perdidos y que es el mal el que triunfa, pero Dios y el amor siempre triunfan.
 
Recordemos que los primeros cristianos sentían un poco de desesperanza al ver la crueldad con que se los perseguía.
 
Tercer momento:
 
• ¿Qué mensaje de esperanza podemos dar al mundo de hoy?
• ¿Tenemos esperanza o creemos que lo que está mal seguirá mal?

ACTIVIDADES E IMAGENES SOBRE ENVIO DE LOS 72 DISCIPULOS













APOCALIPSIS ( 5 ENCUENTRO)


SANTO TOMAS-3 DE JULIO..."SEÑOR MIO Y DIOS MIO"



Santo Tomás pertenece al grupo de los doce apóstoles de Jesús.

Los evangelios nos narran que Tomás, después de haber afirmado valientemente “vayamos también nosotros y muramos con Él", no fue capaz de creer en la resurrección de Jesús sin verlo y tocarlo.
Se le conoce a santo Tomás por su dureza para creer después de la muerte del Señor. Jesús se apareció a los discípulos el día de la resurrección para convencerlos de que había resucitado realmente. Tomás, que estaba ausente, se negó a creer en la resurrección de Jesús: "Si no veo en sus manos la huella de los clavos y pongo el dedo en los agujeros de los clavos y si no meto la mano en su costado, no creeré". Ocho días más tarde, cuando Jesús se encontraba con los discípulos, se dirigió a Tomás y le dijo: "Pon aquí tu dedo y mira mis manos: dame tu mano y ponla en mi costado. Y no seas incrédulo, sino creyente." Tomás cayó de rodillas y exclamó: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús replicó: "Has creído, Tomás, porque me has visto. Bienaventurados quienes han creído sin haber visto."
Se afirma que Santo Tomás predicó el Evangelio a los partos, medos, persas e hircanios, y que después pasó a la India y fue martirizado en Calamina. Se lo representa con una regla porque la tradición dice que poseía conocimientos de construcción, además, con una lanza, elemento de su martirio. Se conmemora el 3 de julio la traslación de las reliquias de Santo Tomás a Edesa, además se cree que el martirio tuvo lugar el 3 de julio del año 72.

 

2 jul 2013

ELECCION Y MISION DE LOS 72 ...

«Después de esto, el Señor designó a otros Setenta» (10, la). En paralelo con la elección y misión de los Doce, Lucas, y solamente él, narra la designación y la misión de los Setenta. Puede muy bien afirmarse que esta segunda llamada es una creación de Lucas. Los evangelistas son muy libres no sólo en la elección de los materiales, sino en la creación de nuevas situa-ciones, escenas o discursos, con tal de adaptar el anuncio del mensaje a la nueva situación que viven sus comunidades, al tiempo que reflejan los problemas del presente. No redactan una crónica, con noticias como las que nos sirven los periódicos, la radio o la televisión. Quieren comunicar una «buena noticia» (¡de malas noticias ya tenemos bastantes!), una noticia que les ha afectado profundamente y que se ha traducido en una expe-riencia de vida. Por eso Lucas, una vez que ha sido proclamada la buena noticia de Jesús a hombres que no tenían nada que ver con el judaísmo y ha encontrado entre los paganos una acogida sin igual, trata de averiguar los motivos que han producido ese impacto situando la escena -mediante el procedimiento literario del doblete- en el tiempo de Jesús. Se anticipa así la respuesta que éste habría dado, si hubiese estado presente, ante aquella situación completamente nueva. En el fondo, es una muestra fehaciente de la conciencia que tiene la comunidad de que Jesús está vivo y de que sigue hablándole, como decía san Ignacio, el obispo de Siria, a los cristianos de Efeso: «Vosotros no hagáis caso a nadie más que a Jesús Mesías, que sigue hablándoos realmente» (Ef 6,2).

Valiéndose de la misión de los Doce (6,13) como de paradig-ma, Lucas redacta ahora una nueva bajo el signo de la universa-lidad, a fin de dar perfiles definidos a la nueva llamada de discí-pulos que acaba de realizar en territorio samaritano (9,57-62). La misión de los Doce, tanto en territorio judío (9,1-10) como en territorio samaritano (9,52-53) -si bien, como es obvio, por razones opuestas-, ha sido un verdadero fracaso. Jesús, sin embargo, no se desanima. «Después de esto», de la llamada de nuevos discípulos (tres también -cf 5,1-11-, pero anónimos), «designó el Señor a otros Setenta», además de los Doce. Mientras aquéllos ejemplificaban el nuevo Israel (las doce tribus), los se-tenta tenían que representar la nueva humanidad (según el cóm-puto judío, las naciones paganas eran en número de setenta). «El Señor» hace referencia al Resucitado. (La variante «Setenta y dos», contenida en numerosos manuscritos y adoptada por muchos traductores, constituye un intento de reconducir la aper-tura a la universalidad, esbozada en el número «siete/setenta», al recinto de Israel, delimitado por un múltiplo de «doce» [6 x 12 = 72].)

1. Josep Rius-Camps, El Éxodo del Hombre libre. Catequesis sobre el Evangelio de Lucas, Ediciones El Almendro, Córdoba
1991




 

EVANGELIO DE LUCAS 10,1-12.17-20. EL ENVIO DE LOS 72 DISCIPULOS

Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,1-12.17-20):En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios." Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.»
Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.»
Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.» Palabra del Señor

……………………………………………………………………………………………………………………………..

 Reflexión sobre cómo se llega al capitulo 10

• El contexto. El cap. 10, que empieza con nuestro pasaje, presenta un carácter de revelación. En 9, 51 se dice que Jesús “se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén”. Este camino, expresión de su ser filial, se caracteriza por una acción doble: están estrechamente unidos el “ser quitado” de Jesús (v.51) y su “venida” mediante la invitación de sus discípulos (v.52); hay una ligazón en el doble movimiento: “ser quitado del mundo” para ir al Padre, y ser enviado a los hombres. De hecho sucede a veces que el enviado no es atendido (v.52) y por tanto debe aprender a “entregarse” sin por desistir ante el rechazo de los hombres (9,54-55). Tres breves escenas ayudan al lector a comprender el significado del seguimiento de Jesús, que va a Jerusalén para ser quitado del mundo. En la primera, se presenta un hombre que desea seguir a Jesús a dondequiera que vaya; Jesús lo invita a abandonar todo lo que le proporciona bienestar y riqueza. Los que quieran seguirlo deben compartir con él su condición de nómada. En la segunda, es Jesús el que toma la iniciativa y llama a un hombre cuyo padre acaba de morir. El hombre pide una dilación de la llamada para atender a su deber de sepultar a su padre. La urgencia del anuncio del reino supera a este deber: la preocupación por sepultar a los muertos resulta inútil porque Jesús va más allá de las puertas de la muerte y esto lo realiza incluso en los que lo siguen. Finalmente, en la tercera escena, se presenta a un hombre que se ofrece espontáneamente a seguir a Jesús, pero pone una condición: saludar antes a sus padres. Entrar en el reino no admite demoras. Después de esta renuncia, la expresión de Lc 9,62, “Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el reino de Dios”, introduce el tema del cap. 10.

• Dinámica del relato. El pasaje objeto de nuestra meditación empieza con expresiones muy densas. La primera, “Después de esto”, remite a la oración de Jesús y a su firme decisión de ir a Jerusalén. La segunda, respecta al verbo “designar”: “designó a otros setenta y dos y los envió…” (10.1), precisando que los envía delante de sí, es decir, con la misma resolución con la que él se encamina a Jerusalén. Las recomendaciones que Jesús les da antes de enviarlos son una invitación a ser conscientes de la misión a la que se les envía: la mies abundante en contraste con el número exiguo de obreros. El Señor de la mies llega con toda su fuerza, pero la alegría de su llegada se ve impedida por el reducido número de obreros. De aquí, la invitación categórica a la oración: “Rogad al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (v.2). La iniciativa de enviar a la misión es competencia del Padre, pero Jesús da la orden: “Id”, indicando después el modo de seguir (vv.4-11). Empieza con el equipamiento. Ni bolsa, ni alforja, ni sandalias. Estos elementos manifiestan la fragilidad del que es enviado y su dependencia de la ayuda que viene del Señor y de los habitantes de la ciudad. Las prescripciones positivas se resumen, en primer lugar, en la llegada a la casa (vv.5-7) y después en el éxito en la ciudad (v.8-11). En ambos casos no se excluye el rechazo. La casa es el lugar en el que los misioneros tienen los primeros intercambios, las primeras relaciones, valorando los gestos humanos del comer, del beber y del descanso, como mediaciones sencillas y normales para comunicar el evangelio. La paz es el don que precede a la misión, es decir, la plenitud de vida y de relaciones; la alegría verdadera es el signo que caracteriza la llegada del Reino. No hay que buscar la comodidad, es indispensable ser acogidos. La ciudad, sin embargo, es el campo más extenso de la misión en el que se desenvuelve la vida, la actividad política, las posibilidades de conversión, de acogida o de rechazo. A este último aspecto se une el gesto de sacudirse el polvo (vv.10-11), como si los discípulos, al abandonar la ciudad que los ha rechazado, dijesen a sus habitantes que no se han apoderado de nada, o también podría indicar el cese de las relaciones. Al final, Jesús recuerda la culpabilidad de la ciudad que se cierre a la proclamación del evangelio (v.12).

………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

2.   a) Clave de lectura:      La predicación de Jesús atrae a mucha gente (Mc 3,7-8). En torno a Él comienza a nacer una pequeña comunidad. Primero, dos personas (Mc 1,16-18); después otras dos (Mc 1,19-20); después, doce (Mc 3,13-19); y ahora, en nuestro texto, más de setenta y dos personas (Lc 10,1). La comunidad va creciendo. Una de las cosas en las que Jesús mayormente insiste es la vida comunitaria. Él mismo ha dado el ejemplo. No quiere ya trabajar solo. Lo primero que hace al comienzo de su predicación en Galilea es llamar a la gente para que esté con Él y le ayude en su misión (Mc 1,16-20; 3,14). El ambiente de fraternidad que nace alrededor de Jesús es un ensayo del Reino, una prueba de la nueva experiencia de Dios como Padre. Y por tanto si Dios es Padre y Madre, entonces somos todos una familia, hermanos y hermanas. Así nace la comunidad, la nueva familia (cf. Mc 3,34-35). El Evangelio de este domingo nos señala normas prácticas para orientar a los setenta y dos discípulos en el anuncio de la Buena Nueva del Reino y en la reconstrucción de la vida comunitaria.

Anunciar la Buena Nueva del Reino y reconstruir la comunidad son dos caras de la misma medalla. La una sin la otra no existe y no se entiende. En el curso de la lectura del texto trata de descubrir este lazo que hay entre la vida en comunidad y el anuncio del Reino de Dios.

b) Una división del texto para ayudarnos en la lectura:

Lucas 10,1: La Misión

Lucas 10,2-3: La Corresponsabilidad

Lucas 10, 4-6: La Hospitalidad

Lucas 10,7: El compartir

Lucas 10,8: La comunión en torno a la mesa

Lucas 10,9a: La acogida de los excluidos

Lucas 10,9b: La venida del Reino

Lucas 10,10-12: Sacudir el polvo de las sandalias

Lucas 10,17-20: El nombre escrito en el cielo

c) Texto: 1 Después de esto, designó el Señor a otros setenta y dos y los envió por delante, de dos en dos, a todas las ciudades y sitios adonde él había de ir.2 Y les dijo:

«La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. 5En la casa en que entréis, decid primero: `Paz a esta casa.' 6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros.7Permaneced en la misma casa, comed y bebed lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. 8En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; 9curad los enfermos que haya en ella, y decidles: `El Reino de Dios está cerca de vosotros.' 10 En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: 11 `Sacudimos sobre vosotros hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies. Sabed, de todas formas, que el Reino de Dios está cerca.' 12 Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad.17 Regresaron los setenta y dos, y dijeron alegres: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.» 18 Él les dijo: «Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño; 20 pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos.»

3. Un momento de silencio orante para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

4. Algunas preguntas: para ayudarnos en la meditación y en la oración.

a) ¿Cuál es punto de este texto que más te ha gustado o que ha llamado más tu atención?

b) Jesús pide prestar atención a lo que es más importante y dice: ”Vuestros nombres están escritos en los cielos” ¿Qué significa esto para nosotros?

5. Para los que desean profundizar en el tema    a) Contexto literario e histórico

Un poco antes de nuestro texto, en Lucas 9,51, empieza la segunda etapa de la actividad de Jesús, a saber, un largo camino a Jerusalén (Lc 9,51 a 19,29). La primera etapa tuvo lugar en Galilea y comenzó con la presentación del programa de Jesús en la sinagoga de Nazaret (Lc 4,14-21). En la segunda etapa, entra en Samaría, envía mensajeros delante de Él (Lc 9,52), y consigue nuevos discípulos (Lc 9,57-62). La segunda etapa comienza con la designación de otros 72 discípulos y con la presentación del programa que debe orientarlos en la acción misionera (Lc 10,1-16). Lucas sugiere así que estos nuevos discípulos no son ya galileos, sino samaritanos, el territorio de los excluidos. El objetivo de la misión que los discípulos reciben es la reconstrucción de la vida comunitaria. En tiempos de Jesús existían varios movimientos que, como Jesús, intentaban un nuevo modo de vivir y convivir: Fariseos, esenios, zelotas, Juan Bautista y otros. Muchos de ellos formaban una comunidad de discípulos (Jn 1,35; Lc 11,1; Act 19, 3) y tenían sus misioneros (Mc 23,15). Pero había una gran diferencia. Las comunidades de los fariseos, por ejemplo, vivían separados de las gentes. Las comunidades que seguían a Jesús vivían en medio de la gente. La propuesta de Jesús para los 72 discípulos rescata los antiguos valores comunitarios que se estaban perdiendo, como por ejemplo, la hospitalidad, la acogida, el compartir, la comunión alrededor de la mesas, la acogida de los marginados. Jesús intenta renovar y reorganizar las comunidades, de modo que sean de nuevo una expresión de la Alianza, una expresión del Reino de Dios.

b) Comentario del texto:       Lucas 10,1: La Misión_ Jesús envía a los discípulos a lugares donde precisamente Él debe ir. El discípulo es el altavoz de Jesús. No es el dueño de la Buena Noticia. Jesús los envía de dos en dos. Así favorece la ayuda mutua, y así la misión no es individual, sino comunitaria. Dos personas representan mejor a la comunidad.

Lucas 10,2-3: La corresponsabilidad: El primer deber es el de orar para que Dios envíe operarios. Todos los discípulos de Jesús deben sentirse responsables de la misión. Por esto deben orar al Padre, por la continuidad de la misión. Jesús envía a sus discípulos como corderos en medio de lobos. La misión es una tarea difícil y peligrosa. Y el sistema en el que vivían y en el que todavía vivimos era y continúa siendo contrario a la reorganización de la gente en comunidades vivas. Quien, como Jesús, anuncia el amor de una sociedad organizada a partir del egoísmo individual y colectivo, será cordero en medio de lobos, será crucificado.

Lucas 10,4-6: La hospitalidad: Los discípulos de Jesús no pueden llevar nada, ni bolsa, ni sandalias. Sólo deben llevar la paz. Esto significa que deben confiar en la hospitalidad de la gente. Así el discípulo que va sin nada llevando apenas la paz, muestra que tiene confianza en la gente. Piensa que será recibido y la gente se siente respetada y confirmada. Por medio de esta práctica los discípulos criticaban las leyes de la exclusión y rescataban los antiguos valores de la convivencia comunitaria del pueblo de Dios. No saludar a ninguno por el camino significa que no se debe perder tiempo con las cosas que pertenecen a la misión. Es posible que sea una evocación del episodio de la muerte del hijo de la sunamita, donde Eliseo dice a su criado: “¡Parte! Si alguno te saluda, no le responda!” (2Re 4,29), porque se trataba de un caso de muerte. ¡Anunciar la Buena Nueva de Dios es un caso de vida o muerte!

Lucas 10,7: El compartir- Los discípulos no deben andar de casa en casa, sino permanecer en la misma casa. Esto es, deben convivir de modo estable, participar en la vida y en trabajo de la gente del lugar y vivir de aquello que reciben en cambio, porque el operario merece su salario. Esto significa que deben tener confianza en el compartir. Y así, por medio de esta nueva práctica, ellos rescatan una de las más antiguas tradiciones del pueblo de Dios, criticando una cultura de acumulación que marcaba la política del Imperio Romano y anunciaban un nuevo modelo de convivencia humana.

Lucas 10,8: La comunión en torno a la mesa: Los discípulos deben comer lo que la gente les ofrece. Cuando los fariseos iban de misión, iban preparados. Portaban alforjas y dinero para poder procurarse la propia comida. Sostenían que no podían confiar en la comida de la gente, porque no siempre era ritualmente “pura”. Así las observancias de la Ley sobre la pureza legal, en vez de ayudar a superar las divisiones, debilitaban el vivir los valores comunitarios. Los discípulos de Jesús no debían separarse de las gentes, sino al contrario, debían aceptar lacomunión en torno a la mesa. En el contacto de la gente, no podían tener miedo de perder la pureza legal. El valor comunitario de la convivencia fraterna prevalece sobre las normas rituales. Obrando así, criticaban las leyes de la pureza que estaban en vigor, y anunciaban un nuevo acceso a la pureza, a la intimidad con Dios.

Lucas 10,9a: La acogida a los excluidos: Los discípulos deben ocuparse de los enfermos, curar los leprosos y echar los demonios (cf. Mt 10,8). Esto significa que deben acoger para el interior de la comunidad a los que de ella fueron excluidos. La práctica de la solidaridad critica la sociedad que excluye una persona del resto de la comunidad. Y así se recupera la antigua tradición profética del goêl. Desde los tiempos más antiguos o la fuerza del clan o de la comunidad se revelaba en la defensa de los valores de la persona, de la familia y de la posesión de la tierra, y concretamente se manifestaba cada “siete veces siete años” en la celebración del año jubilar (Lv 25,8-55; Dt 15,1-18).

Lucas 10,9b: La venida del Reino: Hospitalidad, compartir, comunión en torno a la mesa, acogida de los marginados (goêl) eran las cuatro columnas que debían sostener la vida comunitaria. Pero a causa de la situación difícil de la pobreza, de la falta de trabajo, de la persecución o de la represión por parte de los romanos, estas columnas se habían roto. Jesús quiere reconstruirlas y afirma que si se vuelve a estas cuatro exigencias, los discípulos pueden anunciar a los cuatro vientos: ¡El Reino de los cielos está aquí! Anunciar el Reino no es en primer lugar enseñar verdades o doctrinas, sino llevar a las personas a un nuevo modo de vivir y convivir, a un nuevo modo de pensar y obrar, partiendo de la Buena Nueva que Jesús nos anuncia: Dios es Padre, y, por tanto, nosotros somos hermanos y hermanas los unos de los otros.

Lucas 10,10-12: Sacudir el polvo de las sandalias: ¿Cómo entender esta amenaza tan severa? Jesús no ha venido a traer una cosa totalmente nueva. Ha venido a rescatar los valores comunitarios del pasado: la hospitalidad, el compartir, la comunión en torno a la mesa, la acogida a los marginados. Esto explica la severidad contra aquellos que rechazan el mensaje. Pero ellos no rechazan una cosa nueva, sino su pasado, la propia cultura y sabiduría. El programa de Jesús a los 72 discípulos tenía la finalidad de excavar en la memoria, de rescatar los valores comunitarios de la más antigua tradición, de reconstruir la comunidad y de renovar la alianza, de rehacer la vida y así hacer de modo que Dios se convierta de nuevo en la gran Buena Noticia para la vida humana.

Lucas 10,17-20: El nombre escrito en el cielo

Los discípulos vuelven de la misión y se reúnen con Jesús para evaluar todo lo que han hecho. Comienzan a contar. Informan con mucha alegría que, usando el nombre de Jesús, han conseguido expulsar a los demonios. Jesús les ayuda en el discernimiento. Si ellos han conseguido echar a los demonios, ha sido precisamente porque Jesús les ha dado poder. Estando con Jesús no les podrá suceder a ellos nada malo. Y Jesús dice que la cosa más importante no es expulsar a los demonios, sino tener sus nombres escrito en el cielo. Tener el propio nombre escrito en el cielo quiere decir la certeza de ser conocidos y amados del Padre. Poco antes Santiago y Juan habían pedido hacer caer fuego del cielo para matar a los samaritanos (Lc 9,54). Ahora, por el anuncio de la Buena Nueva, Satanás cae del cielo (Lc 10,18) y los nombres de los discípulos samaritanos entran en el cielo. En aquel tiempo muchos pensaban que lo que era samaritano era cosa del demonio, cosa de Satanás (Jn 8,48), ¡Jesús lo cambia todo!

c) Ampliando conocimientos: Las pequeñas comunidades que se van formando, tanto en Galilea como en Samaria, son en primer lugar “ ensayo del Reino”. La comunidad en torno a Jesús es como el rostro de Dios, transformado en Buena Nueva para la gente, sobre todo para los pobres. ¿Es así nuestra comunidad? He aquí algunas señas de la comunidad que se formó en torno a Jesús. Son rasgos del rostro de Dios que se revelan en ella. Sirven de espejo para la revisión de nuestra comunidad:

i) “Uno sólo es el Maestro y vosotros todos sois hermanos” (Mt 23,8). La base de la comunidad no es el saber, ni siquiera el poder, sino la igualdad entre todos: hermanos y hermanas. Es lafraternidad.

ii) Jesús insiste en igualdad entre hombre y mujer (Mt 19,7-12) y da órdenes tanto a los hombres como a las mujeres (Mt 28,10; Mc 16,9-10; Jn 20,17). Todos ellos “siguen” a Jesús, desde la Galilea (Mc 15,41; Lc 8,2-3).

iii) Había una caja común que se compartía con los pobres (Jn 13,29). Este compartir debe alcanzar al alma y al corazón (Act 1,14; 4,32). Debe llegar hasta el punto que no haya secretos entre ellos (Jn 15,15).

iv) El poder es servicio. “Quién quiera ser el primero de entre vosotros, será el siervo de todos” (Mc 10,44). Jesús da el ejemplo (Jn 13,15). “No he venido para ser servido, sino para servir” (Mt 20,28). “Estoy en medio de vosotros como quien sirve” (Lc 22,27). “¡Siervos inútiles somos!” (Lc 17,10).

v) A causa de los muchos conflictos y divisiones, Jesús insiste para que la comunidad sea un lugar de perdón y de reconciliación. No de condena recíproca (Mt 18,21-22; Lc 17,3-4). El poder de perdonar le fue dado a Pedro (Mt 16,19), a los apóstoles (Jn 20,23) y a las comunidades (Mt 18,18). El perdón de Dios pasa por la comunidad.

vi) Rezaban juntos en el templo (Jn 2,13; 7,14; 10,22-23). A veces Jesús forma grupos menores (Lc 9,28; Mt 26,36-37). Rezan antes de comer (Mc 6,41; Lc 24,30) y frecuentan las sinagogas (Lc 4,16).

vii) Alegría que ninguno puede quitar (Jn 16,20-22). “Dichosos vosotros”. Vuestro nombre está escrito en el cielo (Lc 10,20). Sus ojos verán las promesas (Lc 10,23-24). ¡El Reino es vuestro! (Lc 6,20). La comunidad en torno a Jesús sirve de modelo a nuestros primeros cristianos después de la resurrección (Act 2,42-47). La comunidad es como el rostro de Dios transformado en Buena Nueva para la gente.
www.carmelitas.org