21 abr 2016

Pentecostés 2016: + chiquitos

FIESTA DEL ESPÍRITU SANTO PARA LOS + CHIQUITOS


IDEA: que los chicos enciendan su corazón para ser buenos como lo es Jesús

OBJETIVOS: Que los chicos: descubran en esta fiesta del Espíritu Santo el amor de Dios que los enciende para ser más buenos.

CONTENIDOS:
El fuego del Espíritu Santo
El Sagrado Corazón de Jesús
El cumpleaños de la Iglesia

RECURSOS:
·         Una gran Imagen del Sagrado Corazón de Jesús
·         Una torta con muchas velitas
·         Cirio Pascual
·         Corazones de cartulina con fueguito para repartir a los chicos
·         Merienda para compartir.

CELEBRACIÓN
Convocados los chicos los recibimos en el templo.
Los llamamos al silencio y le enseñamos con alegría, a hacernos la Señal de la Cruz, como el saludo especial que le gusta a Jesús que le hagamos. Explicamos los signos Padre (Dios que creó todo el universo en la cabeza porque piensa todo lo que necesitamos, el Hijo, en el corazón porque nos quiere mucho, y el Espíritu Santo en los hombros porque nos abraza de amor para dar).
Luego dramatización. Llega alguien con un regalo, apurado, diciendo que llegó un poco tarde al cumpleaños.
Juancito: perdón, perdón, perdón, llegué un poco tarde, ¿ya empezó el cumpleaños?
Animador: no, recién empezamos.
Juancito: disculpe, a mí me dijo mi abuela que viniera, que le dijeron en misa, pero no sé a quién darle el regalo…
Animador: ¿qué regalo?
Juancito: éste que traigo, porque a los cumple hay que traer regalo, pero me dijo un nombre raro, me dijo que la chica se llama Iglesia.
Animador: no, se equivocó.
Juan: me parecía que esto no era un salón de fiestas.
Animador: no, no, está bien, hoy es el cumpleaños de la Iglesia, pero la Iglesia no es una chica, La Iglesia es toda la gente que se junta para seguir a Jesús, para festejarlo, para querernos mucho.
Juancito: aaaaah, qué problema !!!!
Animador: no es un problema es una fiesta muy linda, muy especial
Juancito: no, el problema es ¿qué hago con el regalo?
Animador: aah, cierto, y ¿qué había traído?
Juancito: bueno, como no conocía a la chica, traje esto: empieza a sacar: flores, traje muchos bombones, y traje perfume, que son cosas que siempre quedan bien.
Animador: bueno, genial, no se preocupe, todo eso le encanta a la Iglesia, porque nos sirve para celebrar. Vamos a adornar con las flores, después vamos a compartir los bombones, y nos vamos a rociar con el perfume porque justamente el Espíritu Santo nos llena de un perfume nuevo, el perfume de Dios.
Juancito: entonces mi regalo sirve!!!!
Animador: claro que sirve, mire qué linda quedó la iglesia, ahora siéntese que vamos a traer un cuadro muy importante que nos va a mostrar algo muy lindo.
(ENTRA EL CUADRO DEL SAGRADO CORAZÓN, le enganchan detrás del corazón un colgante pequeño que se enciende a pila, como esos de cotillón)
Animador: miren qué lindo chicos, este es Jesús, que nos quiere mostrar el corazón para que veamos cuánto nos quiere. Está lleno de fueguito, que quiere decir que está encendido de amor de querernos tanto.
Y el Espíritu Santo, hoy nos viene a traer este fuego para que nosotros podamos querer como quiere Jesús, y miren cómo lo trae.
ENTRA EL CIRIO PASCUAL O BIEN YA ESTÁ Y LO ENCIENDEN (o bien puede ser un cuenco con fuego)
Lo trae para que encendamos nuestra vida, porque el fueguito da calor, da luz, reúne, nos pone más juntos, entonces saben qué vamos a hacer, vamos a encender con este fuego las velitas del cumpleaños de la Iglesia que después nos vamos a repartir para llevar una cada uno y que nos pueda encender mamá cuando estamos tristes, o cuando tengamos miedo, o cuando hicimos lío, y entonces le pidamos al Espíritu Santo así:
Espíritu Santo
Danos tu fuego
Llénanos el corazón de alegría
Llénanos el corazón de paz
Llénanos el corazón de bondad
Para que podamos amar como ama Jesús
Luego: Vamos a leer qué pasó el primer día que vino el Espíritu Santo para darles su fuego a los amigos de Jesús.

Leemos, adaptado, la venida del Espíritu Santo

HECHOS 2 1-10
Un día estaban los amigos de Jesús rezando en el mismo salón donde había sido la Última Cena.  Y, de repente, comienzan a sentir un ruido muy, muy fuerte, venido del cielo, como de un viento de tormenta, que cada vez se hacía más fuerte.
Y ese ruido con viento llenó el salón donde estaban y, de repente, vieron unas llamitas de fuego que se posaban, sin quemarlos, sobre cada uno de los que estaban allí.
Pero lo que oían y veían era nada comparado con lo que sentían.  Porque comenzaron a sentir el mismo amor y la misma fuerza que cuando Jesús estaba con ellos.
Entonces sabían que ya había venido el Espíritu Santo.  Y estaban contentísimos, llenos de gozo y se sentían fuertes y valientes.  Y ahora comenzaron a recordar muchas cosas que Jesús les había enseñado.
Jerusalén estaba llena de gente, que había venido a celebrar la Fiesta de Pentecostés.  Era la fiesta en que recordaban cuando Dios le había dado a Moisés las Tablas de la Ley que tenían los 10 Mandamientos.
Un poco de gente se acercó a donde estaban los Apóstoles, cuando oyeron el ruido del viento tan fuerte y tan desconocido.
Y entonces Pedro, que antes era cobarde, ahora se puso a anunciarles la buena nueva a ese gentío.  Se le quitó el miedo y supo exactamente qué decirle a esa gente. 
Y los demás Apóstoles ya no se querían quedar callados, sino que contaban todas las cosas que recordaban sobre Jesús.
 Luego el sacerdote o el catequista vuelven a explicar lo sucedido en Pentecostés y cuentan que ese día nació la Iglesia, por eso es el cumpleaños.
·         Entra la torta con muchas velitas que encendemos con ese fuego
·         Cantamos el feliz cumpleaños
·         Volvemos a rezar la oración al Espíritu Santo
·         Los chicos se llevan una velita
·         Le tiran un beso a Jesús
·         Cantamos

·         Hacemos una merienda compartida

PENTECOSTES POR DECANATO




Pentecostés 2016 

“El Espíritu nos hace Misericordiosos”
Continuamos con nuestro peregrinar este Año de la Misericordia que nos propone el Papa Francisco. Nos acercamos a nuestra querida fiesta de Pentecostés, día que nace la Iglesia y comienzo de su misión evangélica. Sabemos lo que pasó en ese día: estaban reunidos los Apóstoles y los discípulos y discípulas del Señor Jesús, y en medio de ellos estaba la Virgen María, como Madre de Dios y Madre de la Iglesia. En un momento dado, cuando estaban haciendo oración, se escucha un fuerte viento, la casa empieza a temblar, y unas lenguitas de fuego se posan sobre las cabezas de los que estaban allí. Comenzaron a hablar en distintas lenguas y todos glorificaban a Dios. Descendió sobre ellos el Espíritu Santo que Jesús les había prometido: “Yo les enviaré lo que mi Padre les ha prometido. Permanezcan en la ciudad, hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto” (Lc 24, 49).
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad, es el lazo de amor divino que une a Dios Padre y a Dios Hijo. Ese lazo de amor se extiende a cada uno de nosotros los hijos e hijas de Dios, dándonos la fuerza para poder amar como Jesús nos ama. Esa fuerza divina no nos hace todopoderosos, hombres o mujeres maravillas o superhéroes. Esa fuerza nos hace misericordiosos como nuestro Padre Dios. Ante toda fragilidad humana, dolor, pobreza, pecado, allí los cristianos tenemos la fuerza de la misericordia.
La misericordia divina que el Espíritu Santo nos trae viene acompañada de otros regalos: el sentirnos unidos en familia y en la Iglesia, ese regalo se llama “comunión”. Nos da la capacidad de ponernos en el lugar del otro sin juzgar ni condenar, ese regalo se llama “compasión”. Nos anima en la debilidad, cuando tenemos ganas de dejar todo y no creer más, ese regalo se llama “fortaleza”. Cuando alguien nos hiere o nos agrede con insultos o amenazas, nos da el regalo del “perdón” y de la “mansedumbre”. Cuando necesitamos comunicarnos con Dios y pedir o agradecer nos regala la “oración”. Cuando las cosas feas del mundo nos entristecen y vemos tantas caras largas y apagadas nos regala la “alegría”. El Espíritu Santo es Dios por lo tanto sus regalos son infinitos y nunca se acabarán.
Vivamos esta fiesta de Pentecostés con nuestros amigos y amigas, en nuestras comunidades. Sugerimos que intentemos con los chicos y chicas de nuestra Arquidiócesis un Pentecostés con Misericordia: que seamos los misioneritos misericordiosos y salgamos a nuestros barrios. Podemos organizar la Vigilia con algún signo de misericordia: visitando los geriátricos de la Parroquia (por grupos y con nuestros catequistas y dirigentes), acomodando la ropa y los alimentos de Caritas, repartiendo las estampas del Año Santo en algunas esquinas, haciendo algunos carteles con las obras de misericordia corporales y espirituales y ponerlas en algún lugar visible, hacer un rato de oración y pedir por los más pobres, enfermos, huérfanos, presos, chicos que viven en la calle, etc.
Así como la misericordia de Dios es creativa para auxiliar tantas necesidades de la humanidad, ayudemos a nuestros niños a que sean creativos y “audaces” en la práctica de la misericordia. El Papa Francisco no deja de darnos ejemplo  de cercanía y compromiso, con sus palabras y acciones, por los más desposeídos y abandonados de esta sociedad.

¡Feliz Pentecostés en el Año Santo de la Misericordia!

Ernesto Giobando sj
Obispo Auxiliar de Buenos Aires
Vicaría de Niños

19 abr 2016

Curso Radial de Catequesis/ 6º Encuentro: Iglesia en reforma

6º Encuentro: Iglesia en reforma

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15/04/2016 – En el 6to encuentro del Taller Radial para Catequistas nos centramos en la Iglesia como comunidad que en continuo movimiento va cambiando. Puntualmente, ahondaremos en el Concilio Vaticano II.


El Concilio Vaticano II es una acontecimiento y un proceso que marca un antes y un después del siglo XX. Habría que hacer un poco de Historia como para entender el momento determinante del Concilio en la vida de la Iglesia.
En primer lugar es importante tener en cuenta esta experiencia eclesial: “Iglesia Semper reformanda” es decir, la iglesia siempre ha de ser reformada. Por la sencilla razón que seguimos a Jesus, y él hace nuevas todas las cosas (Apoc. 21, 5). Hacer nuevo no significa romper todo y comenzar de 0, sino recrear, pero confiando en la acción del Espíritu y en la promesa de Jesus: “Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo” (Mt. 28, 1 ss).
A lo largo de la Historia de la Iglesia vamos a ver distintos movimientos de renovación:
+ Reforma de la vida monacal
+ Aparición de las ordenes Mendicantes con Santo Domingo y San Francisco de Asís
+ La reforma que comenzó con Trento
+ Los Movimientos de reforma a principios del S. XX:
Pío X, con la comunión a la edad de 7 años y la catequesis posterior
Movimientos Litúrgico en Bélgica y otras países
Movimiento Bíblico con las nuevas herramientas para el estudio e interpretación de la Sagrada Escritura
Movimiento Teológico con la llamada “Nueva Teología”
Movimiento Catequístico que en nuestro país tuvo su primer Congreso nacional en 1962 ¡Meses antes del inicio del Concilio Vaticano II! Allí tuvo un desempeño destacado fue Frans De Vos
Así llegamos al Concilio Vaticano II que comenzó el 11 de Octubre de 1962 – Lo convoca Juan XXIII y finalizó el 8 de diciembre de 1965 – con Pablo VI.
Nos parece necesario ver que los procesos de reforma no son “hechos aislados” sino que hay gente que, dando su vida por ideales nobles y evangélicos, construyen el Reino esperando el tiempo oportuno… el tiempo de Dios. Por esto mismo, utilizo una expresión que usaba Juan XXIII, “Un nuevo Pentecostés”, como una inspiración del Espíritu. El mismo decía que el Concilio quería ser “un poco de aire fresco para la Iglesia”…

Jesús, luz de los pueblos

El Concilio tiene varios documentos, entre ellos hay 4 Constituciones, que son como los documentos medulares para poder entender a todos los demás.
Para el tema de hoy, necesariamente tenemos que recurrir a uno de ellos: que se llama “Constitución Dogmática sobre la Iglesia”. Más conocida como Lumen Gentium o en nuestro idioma: Luz de la Gente… ¿pero quién es esa luz? Y el concilio lo dice claramente: Jesús es luz de las gentes, de los pueblos, de las naciones… algo que estamos celebrando desde la Vigilia Pascual
Algunas ideas que nos dice el Concilio sobre nosotros como miembros de la Iglesia Iglesia Misterio… LG 1. Similar, parecido al misterio de Jesús, el Verbo que se hizo carne.
+ Somos Comunidad de fe, pueblo de Dios. LG cap. II.
+Somos Una, porque incluimos a todos los seres humanos. Que incluye a todos los hombres: incluso a los de buena voluntad.
+ Somos comunidad Santa, porque somos soñados, pensados, fundados y animados por el mismo Abba/Imma.
+ Somos una asamblea Católica porque los somos interlocutores con todos los hombres.
+ Somos una experiencia Apostólica porque seguimos a Jesús de quien dieron fe los apóstoles y todos los demás (Cf. Lc. 24, 33.)
+ Somos solidarios, porque todos los anhelos y deseos, proyectos y sueños de la humanidad, no son ajenos a nuestra vida y vocación.
+ Somos una expresión humana de fe, porque todas las dimensiones de la vida tienen resonancia en nuestro corazón.
+ Somos servidores, porque nuestro camino es el hombre, todo ser humano.
+ Somos promotores de humanidad y de justicia, porque queremos que todos los hombres sean libres, felices y vivan justamente, realizando en ellos y en nosotros la voluntad de Dios: que es la salvación (Cf. DV. 2)
+ Somos profetas, porque anunciamos la Buena Noticia, y denunciamos todas las situaciones que conculcan la dignidad humana, que muchas veces se ven en la misma Iglesia.
+ Somos fraternos, porque todos somos hermanos, porque no hay distinciones de dignidad sino de funciones, pero nunca estas últimas son mejores que las primeras.
+ Somos luchadores, porque impulsamos la renovación y la liberación de toda la humanidad.
+ Somos cálidos, porque acogemos, como lo hace el Padre, a todos las personas
+ Somos “Madre y Maestra” como nos lo enseñaba nuestro amado Juan XXIII
+ Somos misterio de amor, sacramento universal de salvación, pueblo de Dios, cuerpo de Cristo… Así, nos lo enseña el Concilio Vaticano II.
+ Juan XXIII; al iniciar el Concilio en 1962 dijo: que: “En nuestro tiempo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la severidad”… Si si ya en ese año hablando de Misericordia.
+ Justamente, el Papa Francisco, quiso que el año de la Misericordia comenzara el 8 de diciembre del año pasado, porque ese día se festejaba los 50 años de la Clausura del Concilio Vaticano II… Quizás, sin expresarlo públicamente, el papa Francisco nos invita este año a volver la mirada y el corazón al espíritu del Concilio Vaticano II… Y a asociar Iglesia – Reforma – Misericordia… O que la Misericordia reforme a la Iglesia… a cada uno de nosotros
+ Esto Francisco lo afirma en la Bula con la que convocó al Año de la Misericordia, (Misericoridiae Vultus) 4:
“He escogido la fecha del 8 de diciembre por su gran significado en la historia reciente de la Iglesia. En efecto, abriré la Puerta Santa en el quincuagésimo aniversario de la conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II. La Iglesia siente la necesidad de mantener vivo este evento. Para ella iniciaba un nuevo periodo de su historia. Los Padres reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un verdadero soplo del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los hombres de su tiempo en un modo más comprensible. Derrumbadas las murallas que por mucho tiempo habían recluido la Iglesia en una ciudadela privilegiada, había llegado el tiempo de anunciar el Evangelio de un modo nuevo. Una nueva etapa en la evangelización de siempre. Un nuevo compromiso para todos los cristianos de testimoniar con mayor entusiasmo y convicción la propia fe. La Iglesia sentía la responsabilidad de ser en el mundo signo vivo del amor del Padre.”

La Iglesia, sacramento de salvación

El concilio Vaticano II dijo, repetidas veces, que la Iglesia es “sacramento universal de salvación” (LG 1, 2; 48, 2; 59, 1; GS 45, 1; AG 1, 1; 5, 1). Esta designación conciliar de la Iglesia como sacramento fue una novedad en la doctrina de Magisterio, antes del Concilio, jamás se había dicho.
Esta idea se venía utilizando, por algunos teólogos centroeuropeos, que influyeron en el Concilio Vaticano II. Ya la iglesia no es una “sociedad perfecta” sino “signo de la gracia”. Y esto me parece que es una novedad absoluta, y nos define en nuestra identidad y vocación… “somos signos de la Gracia”.

13 abr 2016

La acción fuerte y poderosa de Dios en la Confesión


¿Criticar a los sacerdotes? Sin ellos no hay Iglesia.



"Queridos hijos, no tengáis corazones duros, cerrados y llenos de temor. Permitid a mi amor materno iluminaros y llenaros de amor y de esperanza, para que yo, como Madre, pueda aliviar vuestros dolores, porque los conozco y los he experimentado. El dolor eleva y es la oración más grande. Mi Hijo ama de manera especial a los que padecen dolores. Él me ha enviado para que os los alivie y para traeros esperanza. Confiad en Él. Sé que para vosotros es difícil, porque a vuestro alrededor veis cada vez más tiniebla. Hijos míos, es necesario dispersarla con la oración y el amor. Quien ora y ama no teme, tiene esperanza y amor misericordioso, ve la luz y ve a mi Hijo. Como apóstoles míos, os llamo para que intentéis ser ejemplo de amor misericordioso y de esperanza. Orad siempre para tener cada vez más amor, porque el amor misericordioso trae la luz que dispersa toda tiniebla, trae a mi Hijo. No tengáis miedo, no estáis solos: yo estoy con vosotros. Os pido que oréis por vuestros pastores, para que en todo momento tengan amor, para que obren con amor hacia mi Hijo, por medio de Él y en su memoria. Os doy las gracias".
​La Reina de la Paz ha bendecido a todos los presentes y todos los objetos religiosos. Después, como Ella desea, los sacerdotes han bendecido a todos los presentes y todos los objetos religiosos.

Revista de Pentecostés: Oración para los colegios

PARA LA ENTRADA O SALIDA DEL COLEGIO


Vamos a prepararnos a lo largo de esta semana para la fiesta de Pentecostés. Podemos hacerlo teniendo listo un dibujo similar al que se presenta en el afiche enviado desde la vicaría, solo con la representación del Espíritu Santo y la bolsa que trae con sus dones. Si lo hacemos así, pegaremos los distintos dones de modo que los chicos no los vean y al despegar cada caja, develemos la incógnita y aprendamos y recemos sobre ese don. O podemos tener preparada una caja, de la cual podemos ir sacando los distintos dones para ir juntándolos a lo largo de la semana. Sería conveniente, a modo de contar con un elemento más, preparar una ficha que con el E.S en el centro y las siete cajas alrededor, los chicos puedan pegar en sus cuadernos de catequesis e ir completándola a lo largo de la semana con el don que descubrimos durante la oración.

Solo el primer día y el último leeremos la palabra de Dios.
Para iniciar leeremos Isaías (Is 11,2-3)

Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor –y lo inspirará el temor del Señor–.Él no juzgará según las apariencias ni decidirá por lo que oiga decir:

y para el último día, el texto de la primera carta a los corintios. (1Cor12,7-10)

En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común. El Espíritu da a uno la sabiduría para hablar; a otro, la ciencia para enseñar, según el mismo Espíritu; a otro, la fe, también en el mismo Espíritu. A este se le da el don de curar, siempre en ese único Espíritu; a aquel, el don de hacer milagros; a uno, el don de profecía; a otro, el don de juzgar sobre el valor de los dones del Espíritu; a este, el don de lenguas; a aquel, el don de interpretarlas. Pero en todo esto, es el mismo y único Espíritu el que actúa, distribuyendo sus dones a cada uno en particular como él quiere.

Primer día:
Los dones de Sabiduría y entendimiento
Iniciamos leyendo el texto de Isaías y buscamos en el dibujo o la caja que hayamos preparado los dones para este día Sabiduría y Entendimiento.
La Sabiduría será el don que el Espíritu nos regale para que podamos aprender a mirar todo con los ojos del corazón, esa mirada que es muy profunda y que descubre lo esencial. Vemos las cosas como las ve Dios.
El Entendimiento va a ser aquel don que nos permita descubrir todo lo que Dios quiere de nosotros.
Pidamos juntos poder recibir estos dones.
Señor Jesús
vos nos envias tu Espíritu de Amor
que nos regala tu Sabiduría y Entendimiento.
Que al recibirlos, podamos descubrir siempre
todo lo que nos querés decir
y reconocer lo que es importante
para nuestro corazón. Amén




Segundo día:
Los dones de Temor de Dios y Piedad
Hoy recibimos el don del Temor de Dios, don que nos permite acercarnos a Dios con cariño y mucha confianza para que podamos hablarle sencillamente y entregarle toda nuestra vida.
El don de la Piedad, nos invita a descubrirnos que es muy lindo comunicarnos con Dios por medio de la oración y los encuentros comunitarios.
Recemos juntos para recibir estos dones.
Vení Espíritu Santo,
llená nuestros corazones,
danos el fuego de los dones
del Temor de Dios y la Piedad,
para que con nuestra oración
podamos llenar nuestra vida
con el amor que el Padre del cielo
nos regala. Amén


Tercer día:
El don de Ciencia
Con este don, te descubrimos Señor, desde las cosas y reconocemos Tú huella en la creación. Encontramos también, en los avances obtenidos por el hombre, que los inspiraste para alcanzarlos.
Recemos juntos.
Danos Señor, el don de la Ciencia
para que descubramos siempre tu mano creadora
y ayudanos a ser, con Vos cocreadores
que buscamos, por sobre todo,
el bien común con los logros alcanzados. Amén

Cuarto día:
El don de Fortaleza
¿No les pasó que en algunos momentos no nos animamos a hacer algo, porque tenemos miedo? ¿O frente a una dificultad, nos “achicamos” y no la enfrentamos? ¿O porque estamos muy cómodos, como estamos, preferimos no hacer nada? El don de Fortaleza, viene a darnos esta ayuda. Nos inspira para que nos animemos, para que vayamos hacia adelante, para que afrontemos las dificultades y las superemos.
Recemos juntos.
Ante las dificultades: Danos tu don de Fortaleza
Ante los miedos: Danos tu don de Fortaleza
Ante la comodidad: Danos tu don de Fortaleza.
Cuando no tenemos ganas: Danos tu don de Fortaleza
Ante la adversidad: Danos tu don de Fortaleza.

Quinto día:
El don de Consejo:
Escuchar atentos, dar un buen consejo, tener una palabra oportuna, tomar buenas decisiones, corregir, alentar, son todas acciones que nos reclaman estar pensando en nuestros hermanos y querer ofrecerles lo mejor. Ante esto, el Espíritu Santo no nos deja solos, y nos concede este don del Consejo, con el cual nuestro corazón se anima a brindarse a los demás.
Recemos juntos.
Que tu Espíritu de Consejo nos conceda:
estar atentos, para escuchar;
dispuestos, para ofrecer una palabra;
generosos, para alentar;
valientes, para corregir;
prudentes, para tomar buenas decisiones:
desinteresados, para pensar siempre en el bien de todos.
Amén.