13 jul 2013

ENCUENTROS EUCARISTICOS 5

CRISTO EN LA EUCARISTÍA ES EL CENTRO DE TODO

La dinámica de este tema, busca poner a Cristo Eucaristía en el centro de toda nuestra vida, hagamos lo que hagamos.

PARA NIÑOS DE 10 A 12 AÑOS

PREPARACIÓN

Son necesarios cuatro símbolos que podemos encontrar en la Eucaristía: la Palabra de Dios, un crucifijo o imagen de Cristo, un cáliz y pan ázimo (hostias o pan sin levadura).

Previamente, se dará una actividad a los niños, que realizarán al mismo tiempo cuando lo indique el catequista, como saltar, cantar, pintar, gritar, orar, cocinar, cuidar al bebé, trabajar en la obra, martillar, barrer, etcétera: tantas actividades cuantos niños estén en el grupo.

DESARROLLO

El catequista explicará que, cuando él lo indique, todos se pondrán en acción, no importando el ruido que se pueda generar, pero cuando él diga la palabra ‘Cristo’ en voz alta, todos deberán detenerse, guardar absoluto silencio e indicar con su dedo índice el signo eucarístico que se mueva entre ellos. Como ya se dijo, serán cuatro los signos que se moverán entre los niños mientras ellos realicen sus actividades, y que se detendrán también a la voz de ‘Cristo’.

Se comenzará con el crucifijo o la imagen de Cristo; éste se moverá de un lado a otro en el espacio de la reunión. Cuando se escuche la voz ‘Cristo’ y todos se detengan en silencio, el catequista se pondrá a un lado del signo y referirá con éstas u otras palabras:

Cristo el Señor ha dejado en su Iglesia, su pueblo santo, el regalo del Sacerdocio y la Eucaristía. Gracias a este banquete, Jesús forma a un gran pueblo, la Iglesia. Todos alrededor de este alimento de vida eterna, daremos mucho fruto; sin él estaremos sin vida y divididos.

Se continuará con la Palabra de Dios. El catequista indicará volver al trabajo, todos se pondrán en movimiento y verán pasar otro signo, la Biblia (habrá que portarla con cuidado y respeto). De nuevo, la palabra ‘Cristo’ se dejará escuchar. Todos se detendrán sin chistar, señalando el símbolo. El Catequista se pondrá a un lado del portador de la Sagrada Escritura y encenderá una vela o cirio. Dirá:

La Palabra de Dios en la Eucaristía, da luz a su pueblo que peregrina en el mundo.

Esta Palabra es viva y eficaz; Dios realiza de nuevo en nosotros, en este tiempo, su plan de salvación. Al inicio de la Misa, la Sagrada Escritura se proclama y se escucha con respeto y atención, porque es Dios mismo el que pasa en medio de nosotros.

Finalmente, se emplearán los signos del pan y el vino. De nuevo, inicia el caos y estos signos se mueven entre los niños. Se pronuncia la palabra ‘Cristo’, deteniendo a la asamblea, que de nuevo señala el signo. Como en los momentos anteriores, el catequista de acerca al signo, enciende otra luz y refiere algo como esto: El pueblo santo, que somos todos los bautizados, no sólo urge de la Palabra de Dios que lo guíe como la luz en medio de la oscuridad, necesita también alimentarse. Jesús dejó a los apóstoles este banquete de amor. Se quedó en medio de nosotros para que lo comamos en la Sagrada Comunión, en cada Misa; somos su familia más querida y nos ordena que lo hagamos en memoria suya. Éste es el alimento de la unidad y de la garantía de la vida eterna.

En este momento los invita a cantar a Jesucristo y expresar espontáneamente su fervor a la Eucaristía. Se puede concluir con la oración de la fraternidad eclesial: el Padrenuestro.


FUENTE: LIBRO 13. LA EUCARISTÍA, LUZ Y VIDA PARA LOS NIÑOS DEL NUEVO MILENIO

PBRO. SERGIO JOEL ASCENCIO CASILLAS--PBRO. ADÁN JUÁREZ ROJAS.

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