15 abr 2014

Tema:
La resurrección de Jesús. Pascua.

Objeto:
Una novela de misterio que puede conseguir en la biblioteca
Escritura:
“María Magdalena fue a darles la noticia a los discípulos. ‘¡He visto al Señor!’, exclamaba, y les contaba lo que él le había dicho” (Juan 20:18 – NVI).
¿Les gustan las historias de misterio? Cuando era un chico me encantaba leer libros de misterio. Mis favoritos eran los Hardy Boys y Nancy Drew. Especialmente me gustaban “El Caso De La Momia” y “El secreto del viejo reloj”. Los chicos de hoy puede ser que prefieran algunos de los libros de misterio de Mary-Kate y Ashley Olsen tales como “Buscando siempre: Las aventuras de un Optimista incurable” y “Vigilantes”.
Hoy van a escuchar la historia de misterio más excitante que jamás se haya contado. La llamo “El caso de la tumba vacía”.
La historia comienza muy temprano en la mañana del primer día de la semana. Jesús había sido crucificado y enterrado. María Magdalena, una de las seguidoras de Jesús, fue a la tumba donde Jesús había sido enterrado. Cuando llegó, vio la piedra, que había estado en la entrada, removida. Corrió y al encontrarse con Pedro y Juan les dijo: “Se han llevado el cuerpo del Señor de la tumba y no sé dónde lo han puesto”.
Pedro y Juan corrieron hacia la tumba. Juan llegó primero. Miró hacia dentro de la tumba y vio las vendas con las cuales habían cubierto a Jesús. Cuando Pedro llegó, entró a la tumba. También vio las vendas. Mientras miraba a su alrededor vio también el sudario, con el cual habían cubierto la cabeza de Jesús, doblado y puesto a un lado, separado de las vendas. Después de Pedro estar cotejando todo por unos minutos, Juan entró a la tumba. Cuando se aseguraron de que la tumba estaba vacía, salieron y se fueron a su casa.
María se había quedado afuera de la tumba llarando. Mientras lo hacía, miró dentro de la tumba y vio a dos ángeles sentados allí. Uno de ellos estaba sentado a la cabeza y otro a los pies donde el cuerpo de Jesús había estado. “¿Por qué lloras?”, le preguntaron los ángeles.
“Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto”, respondió.
María dio la vuelta y estaba lista para irse cuando vio alguien parado allí. Era Jesús, pero ella no lo reconoció. “Mujer, ¿por qué lloras?”, Jesús le preguntó.
María, pensando que era el que cuidaba el huerto donde estaba la tumba, le dijo: “Señor, si sabes dónde se han llevado a mi Señor, dímelo para que pueda ir a él”.
“¡María!”, dijo Jesús.
Cuando Jesús dijo su nombre, María se percató de quién era. Se viró hacia él y gritó: “¡Maestro!”
“No me toques, porque todavía no he ido al Padre. Ve y dile a mis hermanos: ‘Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes’".
María encontró a los discípulos y les dijo: ”He visto al Señor”. Entonces les dio el mensaje que Jesús les había enviado.
Y así se soluciona “El misterio de la tumba vacia”. ¡La tumba estaba vacía porque Jesús no está muerto, él vive! ¡Ha resucitado tal como dijo que haría!
Padre celestial, la tumba vacía no es un misterio para nosotros ¡Él ha resucitado! Nos regocijamos en su nombre. Amén.
QUITANDO LA PIEDRA: Si la maestra consigue una roca grande, que sea difícil de mover, la clase puede tomar turnos tratando de moverla. Dígale a los niños que escucharán, en la lección bíblica de hoy, la historia de una roca enorme siendo removida.
BÚSQUEDA DEL TESORO: Deje que los niños busquen diferentes objetos que tengan alguna relación con la historia de hoy y la resurrección de Jesús, tales como una piedra, telas, cuadro de una tumba vacía, etc. Después que los niños hayan encontrado todos los objetos que la maestra le dé a buscar, deje que los niños retengan su objeto mientras se repite la historia de la resurrección. Cuando mencionen el objeto, el niño lo presentará alzando su mano.
TUMBA DE BARRO: Dele a cada niño alguna plasticina y dígale que la moldee en una tumba grande y vacía. Hágale preguntas a los niños acerca de la tumba vacía mientras los niños la moldean.
PINTURA DE LA TUMBA: Deje que los niños pinten una tumba grande en un papel de construcción, y que la adornen con hierba, nubes, etc. alrededor de la tumba. Pídales que escriban con la pintura ÉL VIVE en la parte de arriba de su arte.
VERSICULO BÍBLICO DE LA TUMBA: Dele a los niños materiales para que dibujen y recorten un dibujo de una tumba grande y que luego la peguen en un papel de construcción. Escriba partes de la lección de hoy, o del versículo bíblico, sobre la parte superior de la tumba y cuélguela del techo pegando el arte a un gancho de ropa.
MARCADORES DE LIBROS EN FORMA DE CRUZ: Con materiales de dibujo, los niños crearán una cruz que luego recortarán y decorarán con etiquetas engomadas ("stickers"), marcadores y un dibujito pequeño de una tumba vacía. Deberán escribir HE VISTO AL SEÑOR o JESÚS VIVE, etc. Provéale un pedazo de cinta para que la pasen por una perforación pequeña que harán en la parte superior de la cruz.
JUGANDO A ACTUAR: Los niños actuarán la historia teniendo en cuenta los siguientes personajes: ángeles, María, discípulos, Pedro, Juan, el jardinero, etc. Ponga una sábana o colcha de cama sobre una mesa para hacer la tumba vacía (la parte debajo de la mesa) en la cual los niños podrán entrar. Deje que los niños, digan partes de la historia mientra que otros actúan dramatizando la historia con sus diferentes personajes. Una cámara de video hará esta actividad especial para los niños.

MERIENDAS MISTERIOSAS: Dele a cada niño un rollo vacío de papel higiénico para llenarlo con dulces y escribir y decorar una tarjetita con etiquetas engomadas y palabras de la lección de hoy. Cubra el tubo con papel de envolver regalos. Luego ponga la tarjetita y los dulces dentro del rollo de papel higiénico y cúbralo con papel tisú. Ciérrelo con cinta en ambos lados. Anime a los niños a compartir su meriendas con otra persona que no esté en la clase. ¡La maestra entonces sorprenderá a los niños con una "merienda misteriosa" que ella ha preparado para cada uno de ellos!

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