10 abr 2015

Aportes para la fiesta de la divina misericordia para niños

LA DIVINA MISERICORDIA

La “Divina Misericordia” es una devoción basada en la misericordia y en el poder de Dios. Establece que la fe absoluta y la confianza en Dios son suficientes para que los pecados sean perdonados, y asegura que Jesús no es juez sino Salvador.

Nuestro Señor Jesucristo se apareció a Sor María Faustina, religiosa de la Congregación de las Hermanas de la Caridad de la Madre de Dios (Magdalenas), desde 1931 a 1938, en Plock (Polonia). y le ordenó: "Pinta una imagen de Mí, según la visión que de Mí tienes, con la inscripción: ¡JESÚS, YO CONFIO EN TI!"

Explicación del Cuadro: "Los rayos del cuadro representan la Sangre y el Agua que brotaron del fondo de Mi Misericordia, cuando Mi Corazón, agonizante, fue abierto por la lanza en la Cruz. Los rayos pálidos simbolizan el Agua, que purifica el alma, y los rayos rojos representan la Sangre, que es la vida del alma. Estos rayos protegen al alma de la Ira de MI Padre. Feliz el que viva bajo su sombra, porque la mano de la justicia de Dios nunca le alcanzará". Palabras de Nuestro Señor a Sor María Faustina.

El Salvador pide que los hombres recurran a Su Misericordia y la invoquen antes que les alcance la justicia. "Escribe -dice el Señor a sor María Faustina-: Antes de que yo venga como Justo Juez, abro de par en par las puertas de Mi Misericordia, pero el que no quiera entrar por las puertas de Mi Misericordia tendrá que pasar por las puertas de Mi Justicia". Muchas veces, durante sus apariciones el Señor dio a conocer a Sor María Faustina los enormes pecados de la Humanidad. Asustada, ella le preguntaba al Señor cómo podía tolerar tan terribles ofensas. El Señor le contestó: "Para castigar, tengo Yo la eternidad; ahora Yo prolongo a los hombres el tiempo de Mi Misericordia; pero ¡ay! de ellos sí no conocen esta gracia... Tú, Mediatriz de Mi Misericordia, tienes la obligación, no solamente de escribirla y predicarla, sino que debes también implorar esta gracia para los hombres, para que glorifiquen Mi Misericordia".

A este respecto, el 27 de febrero de 1948, la Radio Papal del Vaticano anunció en un programa especial, una noticia relativa a Sor María Faustina como "Apóstol de la Misericordia Divina", concluyendo con las palabras: "Cristo exhorta al mundo, que se encuentra al borde del abismo, que la única salvación la encontrará en echarse en los brazos de la Divina Misericordia, que dará a toda la Humanidad felicidad verdadera, orden y paz permanentes".

CONSAGRACIÓN

En el momento de la consagración, se pueden repetir las palabras de Tomás reconociendo que Jesús es Dios: « ¡Señor mío y Dios mío! »


DESAFÍO BÍBLICO

Proponer a los chicos que busquen una frase en la Biblia y que para el próximo domingo digan cuál es el libro, capítulo y versículo. Quien cumple el desafío ganará un aplauso o una golosina.

* Desafío de la semana anterior: María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada” Jn. 20, 19

* Desafío propuesto para esta semana: ¡La paz esté con ustedes!” Jn. 20, 21

RECURSO

Opción 1: Dramatización: “EL VENDEDOR DESCONFIADO”

Opción 2: Explicar el Evangelio


Opción 1: Dramatización: “EL VENDEDOR DESCONFIADO”

Materiales y Personajes

Dos o tres animadores para la dramatización.
La representación transcurre en un negocio de venta de artículos deportivos.
Para que la ambientación ayude sugerimos como elementos necesarios (grandes para que sean vistosos): unas cajas de zapatillas, una tarjeta de crédito, un documento de identidad, una máquina para pasar la tarjeta de crédito, una caja registradora…

Idea

Tomar un hecho de la vida real y reflexionar sobre la actitud de Tomás.


DRAMATIZACIÓN

Comprador: ¡Buenos días!
Vendedora: ¡Buenos días! ¿Qué desea?

Comprador: Quisiera un par de zapatillas
Vendedora: Bueno tiene este modelo, este  con abrojo, este de color azul… (la vendedora le muestra varios modelos)

Comprador: Me gustan mucho estas con las rayas verdes flúo.
Vendedora: Son muy lindas, sí.

Comprador: Las voy a pagar con tarjeta de crédito
Vendedora: ¿Cuál es la tarjeta?

Comprador: Es “CIELO CARD”
Vendedora: ¿Me permite su documento por favor?

Comprador: Pero, usted me conoce, soy su vecino, todos los días nos saludamos, ¿para qué quiere mi documento?
Vendedora: Debo verificar su identidad.

El comprador le da su documento y termina la dramatización.


Diálogo del animador con los chicos:
¿Les pasó alguna vez a ustedes tener que mostrar el documento de identidad para demostrar quiénes eran? ¿Vieron una situación parecida en algún lugar, le sucedió a algún pariente de ustedes, lo ven cuando hacen las compras con su familia?

En muchas ocasiones, en situaciones sencillas, cotidianas, en nuestra vida de todos los días no alcanza con presentarnos y decir soy fulanito de tal….sino que tenemos que demostrar nuestra identidad, verificar quiénes somos por medio de un documento cuando vamos a viajar, de un carnet para entrar al club o para usar la pileta, cuando vamos a la biblioteca si somos socios etc.


SUGERENCIAS PARA LA PREDICACIÓN

+ Jesús resucitado, se apareció a sus discípulos. Uno de los apóstoles, Tomás, no estaba con ellos. Cuando los discípulos le dijeron a Tomás que habían visto a Jesús y que estaba vivo, Tomás dijo: «Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré.» 

+ Una semana después, Jesús se vuele a parecer y allí estaba Tomás. Jesús le dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe.»…Tomas dijo: «¡Señor mío y Dios mío!» 

+ (Recordar la dramatización) Al comprador le exigen demostrar su identidad, y por lo tanto le piden su documento aunque era su vecino. También hoy algunos dudan y no creen que Jesús resucitó de la tumba, porque no lo han visto con sus propios ojos. Ellos desean ver su documento de identidad, comprobar que murió y resucitó, antes de creer.

+ Jesús muestra sus manos, sus llagas, su costado del que brotó sangre y agua. Jesús muestra que se entregó con todo su amor, que dio su vida, no se guardó nada. Esa es la señal más importante: vive porque amó mucho y el Padre Dios lo resucitó.

+ Jesús nos dice en su palabra: “¡Felices los que creen sin haber visto!”. Nosotros debemos ser creyentes. El Señor ha resucitado, nosotros no lo hemos visto, pero creemos que es así y le pedimos hoy que nos ayude a creer, que nos ayude siempre a vivir con FE.

+ Podemos asumir como compromiso vivir amando, tener gestos de amor concretos para que muchos crean en el amor de Dios, viendo nuestras buenas obras y así tengan vida en Jesús.

+ Pidamos al Señor el don de la fe, creer sin ver. Pidamos creer que Jesús está Vivo y Resucitado. Repetir con los chicos: “Señor mío y Dios mío”.

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