Publicado en: RECURSOS PASTORALES
LA BOTELLA
Por JORGE A. BLANCO
Departamento de Audiovisuales Editorial SAN PABLO
Departamento de Audiovisuales Editorial SAN PABLO
A todos nos suele suceder. Sin pretenderlo e incluso a veces hasta sin darnos cuenta, acostumbramos a detenernos y resaltar aquellos aspectos negativos de nuestra vida personal, familiar, laboral, educativa, etcétera, en lugar de destacar y valorar todo lo que tenemos de positivo. Aquello que algunos ilustran y ejemplifican a través de la figura de la botella medio vacía y media llena. Como esto sucede con bastante frecuencia, también en nuestros grupos juveniles, parroquiales, comunidades religiosas, les propongo compartir una dinámica de María José Quiles y José P. Espada, llamada precisamente “La botella medio llena”, tomada de su libro Educar en la autoestima, que adaptamos para esta ocasión:
La botella medio llena (adaptación)
Descripción:
Esta actividad consiste en ejercitar la búsqueda del lado positivo de situaciones que parecen en principio totalmente negativas.
Objetivos:
-Aprender a valorarnos y a valorar la realidad en términos de grado, en lugar de realizar juicios bipolares como: bien-mail, éxito-fracaso, etcétera.
-Evaluarnos y evaluar de forma realista situaciones que estén afectándonos en el presente.
-Educar en la aceptación de los aspectos negativos de la vida, aprendiendo a reconocer y valorar los positivos.
Materiales necesarios:
Copias de la ficha de actividad en papel y lapiceras para los participantes.
Desarrollo:
1) La actividad comienza pidiendo la participación de grupo. El animador/dirigente, deberá invitar a los participantes a que recuerden, reconozcan alguna situación que los haya motivado a pensar cosas como estas:
“Todo me va/todo nos va mal”;
“Esto es un desastre”;
“No hay/no tenemos solución”;
“Qué mal que estoy/que estamos”, etcétera.
Para ello, nos puede servir traer a la memoria acontecimientos que hayamos vivido, visto a nuestro alrededor o, incluso, que les hayan pasado a personas cercanas o grupos conocidos.
“Todo me va/todo nos va mal”;
“Esto es un desastre”;
“No hay/no tenemos solución”;
“Qué mal que estoy/que estamos”, etcétera.
Para ello, nos puede servir traer a la memoria acontecimientos que hayamos vivido, visto a nuestro alrededor o, incluso, que les hayan pasado a personas cercanas o grupos conocidos.
(El animador/dirigente puede sugerir algún ejemplo concreto en caso de que se genere un bloqueo por parte del grupo).
2) Luego de unos minutos, se les pide a los participantes que elijan varias de esas situaciones, de ser posible, que les hayan ocurrido a ellos mismos, y que las describan en la ficha de actividad. En esta ficha, deberán aparecer cuatro botellas dibujadas. En la parte interior desocupada (donde no hay líquido), deben describir brevemente la situación. En la otra mitad de la botella, deberán escribir argumentos que sean ciertos y que también puedan aplicarse a la situación. Se trata de interpretar la situación desde otro puntos de vista, intentando ver el lado bueno.
Observaciones:
-En el desarrollo de esta actividad, lo que se pretende no es fomentar el conformismo, sino valorar las cosas positivas que poseemos, aunque no sean ideales ni perfectas.
-Insistir a los participantes en que sean sinceros en sus respuestas.
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Ficha de la actividad
La botella medio llena
La botella medio llena
Recordemos situaciones que nos hayan pasado o que nos estén ocurriendo ahora, en las que pensemos cosas, por ejemplo: “esto es fatal”; “esto es un desastre”; “soy un fracaso”; “no pude lograr determinado objetivo”; “me falta tal o cual cosa”; etcétera.
Seguramente, hemos escuchado este dicho: “Cuando la botella está por la mitad de su contenido, un optimista diría que la botella está medio llena, y un pesimista, que está medio vacía”. Esto es porque una misma realidad se puede interpretar de modos diversos. Nosotros vamos a intentar ahora ser como el optimista de la botella.
Ahora que hemos pensado varias situaciones, cosas, debemos buscar el lado o la parte positiva. Siguiendo el ejemplo de la botella ilustrada, se trata de pensar en las cosas, los aspectos, las cualidades, las habilidades que poseemos y que no siempre destacamos, y que, en definitiva, son las que hacen que la botella aún esté y permanezca medio llena.
Ejemplo:
Entonces, hagamos lo mismo con el resto de las situaciones que hayamos pensado:
(Adaptación de “La botella medio llena”, dinámica perteneciente al libro Educar en la autoestima. Propuestas para la escuela y el tiempo libre, de José Quiles y José P. Espada, SAN PABLO).
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