Reflexión indígena
CHerokee.
Un hombre susurró: Dios, habla conmigo…y un ruiseñor
comenzó a cantar. Pero el hombre no oyó.
¡Entonces el hombre repitió: Dios, habla conmigo!...Y el
eco de un trueno se oyó…Mas el hombre fue incapaz de oír.
El hombre miro alrededor y dijo: Dios, déjame verte…Y una
estrella brillo en el cielo. Pero el hombre no la vio.
El hombre comenzó a gritar: Dios, muéstrame un milagro… y
un niño nació. Mas el hombre no sintió el latir de la vida.
Entonces el hombre comenzó a llorar y a desesperarse: Dios,
tócame y déjame saber que estas aquí conmigo… y una mariposa se posó suavemente
en su hombro…El hombre espanto la mariposa con la mano y desilusionado continuo
su camino, triste, solo, y con miedo.
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