31 mar 2020
30 mar 2020
29 mar 2020
28 mar 2020
Miren … ¡Cómo nos ama Dios! Domingo 29 de marzo .
Les dejamos el Abrazando la Palabra de esta semana.
Domingo 29 de marzo
Juan 11, 1- 44
Juan 11, 1- 44
ME PREPARO- El lugar, el tiempo y el corazón.
Miren … ¡Cómo nos ama Dios!
¿Te gusta empezar el día abriendo las ventanas de tu casa y dejando que entre toda la luz que se pueda? Bueno, eso es lo que hoy va a hacer el evangelio en nosotros. Preparate para llenar tu corazón con su aire puro y con su luz.
No hay duda que la Palabra es viva y es eficaz. Si la dejás, ¡no para de hablarte! Cada vez que la volvés a mirar, a leer, a rezar… te dice algo nuevo ¡No te miento! Intentalo vos. Si pudiera mostrarte como quedó el evangelio de hoy en mi biblia, parece un arco iris ¿Vos sabés que cuando rezás, podés subrayar la Palabra, remarcarla con colores, resaltar las frases que te llegan directo al corazón? Intentá hacer siempre todo lo que te ayude a rezar y a encontrarte con Dios. Ni lo dudes.
No hay duda que la Palabra es viva y es eficaz. Si la dejás, ¡no para de hablarte! Cada vez que la volvés a mirar, a leer, a rezar… te dice algo nuevo ¡No te miento! Intentalo vos. Si pudiera mostrarte como quedó el evangelio de hoy en mi biblia, parece un arco iris ¿Vos sabés que cuando rezás, podés subrayar la Palabra, remarcarla con colores, resaltar las frases que te llegan directo al corazón? Intentá hacer siempre todo lo que te ayude a rezar y a encontrarte con Dios. Ni lo dudes.
ENCUENTRO QUE LA PALABRA ESTÁ PRESENTE EN MI VIDA DE TODOS LOS DÍAS
Hoy te invito a regalarte un momento para acercarte al Evangelio de Juan, vamos a leer el capítulo 11, 1-44. Te aseguro que es el corazón de nuestra Fe. Y si me dejás, te quiero proponer abrir tres ventanas a las que siento que esta Palabra nos invita para llenarnos con su luz.
Vamos con la primera.
Abrimos… y ¿qué encontramos? El rostro del corazón de Dios ¡Sí! Escuchá lo que nos va a decir la Palabra sobre Lázaro.
-Cuando los discípulos quieren contarle a Jesús que Lázaro está enfermo ¿Sabés cómo le dicen? -Señor, el que tú amas…- Y sí, Jesús lo ama.
-El mismo Jesús cuando les dice a los discípulos que van a volver a Betania para ir a verlo lo llama … “nuestro amigo Lázaro” …
Y cuando llega y se encuentra con Marta y después con María, ella llora junto a él y el evangelio cuenta que Jesús se conmueve y llora! Sí, Jesús llora por su amigo!
Y cuando los discípulos lo ven llorar se dicen entre ellos esa frase que nos estremece a todos… ¡cómo lo amaba!
¡Cuánto emociona que Jesús pueda decir algo así de cada uno de nosotros! Y entonces… ¿En qué Dios creemos? ¿Cómo es su corazón? ¿Por qué a los discípulos se les sigue haciendo difícil comprender su “modo de amar”? ¿Por qué a nosotros nos sigue costando reconocerlo?
Abrimos… y ¿qué encontramos? El rostro del corazón de Dios ¡Sí! Escuchá lo que nos va a decir la Palabra sobre Lázaro.
-Cuando los discípulos quieren contarle a Jesús que Lázaro está enfermo ¿Sabés cómo le dicen? -Señor, el que tú amas…- Y sí, Jesús lo ama.
-El mismo Jesús cuando les dice a los discípulos que van a volver a Betania para ir a verlo lo llama … “nuestro amigo Lázaro” …
Y cuando llega y se encuentra con Marta y después con María, ella llora junto a él y el evangelio cuenta que Jesús se conmueve y llora! Sí, Jesús llora por su amigo!
Y cuando los discípulos lo ven llorar se dicen entre ellos esa frase que nos estremece a todos… ¡cómo lo amaba!
¡Cuánto emociona que Jesús pueda decir algo así de cada uno de nosotros! Y entonces… ¿En qué Dios creemos? ¿Cómo es su corazón? ¿Por qué a los discípulos se les sigue haciendo difícil comprender su “modo de amar”? ¿Por qué a nosotros nos sigue costando reconocerlo?
LA PALABRA SE HACE VIDA Y ORACIÓN EN NOSOTROS
Hoy vos, yo y todos somos Marta, María y Lázaro. Pongamos nuestro nombre en la Palabra, hacé la prueba, vas a ver qué se siente, porque estamos todos ahí.
Nosotros creemos en un Dios que nos ama, que es nuestro amigo, que se conmueve y llora con nosotros! Sí… llora ¿alguien lloró alguna vez con vos? Imaginate ver llorar a Dios ahí, cerca tuyo, sentirlo llorar por vos, por mí, por todos ¡Cómo nos cuesta comprender y sentir cuánto nos ama!
Dios nos conoce, sabe qué nos pasa, lo que estamos viviendo, está siempre cerca, a él le importan nuestros dolores, sufre y llora con y por nosotros ¡En ese Dios creemos!
Un Dios con barbijo y guantes que está en la primera fila; acompañando, sirviendo, escuchando, consolando, dando de comer… y también sufriendo por cada uno de nosotros… por el que está cerca, por el que está lejos, por el que tiene casa para cuidarse, por el que no la tiene y por el que en su casa …“no se siente seguro”.
Un Dios que nos ama “creando lazos”, como en el Principito ¿te acordás? Su amor nos domesticó y nos hizo únicos en el mundo para él y por eso nuestra Fe crea lazos que permanecen más allá de todo, no importa por lo que pasemos. Somos únicos, valiosos y especiales a los ojos de Dios.
Hoy en Lázaro se nos muestra el corazón de nuestra Fe, se nos enseña que su Amor no tiene fronteras, no conoce límites, porque la muerte no es frontera para Dios, por eso les dice a todos que corran la piedra del sepulcro para devolverle la Vida a Lázaro!
Dios es el Dios de la VIDA ¿Sabías que en la época de Jesús la gente pensaba que todo terminaba ahí, con la muerte? Por eso Dios hace este gran signo. Acordate del texto increíble de San Pablo cuando nos decía ¿Quién podrá separarnos del Amor de Cristo? “Ni la muerte, ni la vida… nada podrá separarnos del Amor de Cristo” Rom 9, 35-38. Esa tiene que ser nuestra mayor certeza, esa es nuestra Fe.
Nosotros creemos en un Dios que nos ama, que es nuestro amigo, que se conmueve y llora con nosotros! Sí… llora ¿alguien lloró alguna vez con vos? Imaginate ver llorar a Dios ahí, cerca tuyo, sentirlo llorar por vos, por mí, por todos ¡Cómo nos cuesta comprender y sentir cuánto nos ama!
Dios nos conoce, sabe qué nos pasa, lo que estamos viviendo, está siempre cerca, a él le importan nuestros dolores, sufre y llora con y por nosotros ¡En ese Dios creemos!
Un Dios con barbijo y guantes que está en la primera fila; acompañando, sirviendo, escuchando, consolando, dando de comer… y también sufriendo por cada uno de nosotros… por el que está cerca, por el que está lejos, por el que tiene casa para cuidarse, por el que no la tiene y por el que en su casa …“no se siente seguro”.
Un Dios que nos ama “creando lazos”, como en el Principito ¿te acordás? Su amor nos domesticó y nos hizo únicos en el mundo para él y por eso nuestra Fe crea lazos que permanecen más allá de todo, no importa por lo que pasemos. Somos únicos, valiosos y especiales a los ojos de Dios.
Hoy en Lázaro se nos muestra el corazón de nuestra Fe, se nos enseña que su Amor no tiene fronteras, no conoce límites, porque la muerte no es frontera para Dios, por eso les dice a todos que corran la piedra del sepulcro para devolverle la Vida a Lázaro!
Dios es el Dios de la VIDA ¿Sabías que en la época de Jesús la gente pensaba que todo terminaba ahí, con la muerte? Por eso Dios hace este gran signo. Acordate del texto increíble de San Pablo cuando nos decía ¿Quién podrá separarnos del Amor de Cristo? “Ni la muerte, ni la vida… nada podrá separarnos del Amor de Cristo” Rom 9, 35-38. Esa tiene que ser nuestra mayor certeza, esa es nuestra Fe.
Por eso ahora vamos a abrir la segunda ventana.
¿Sabés qué me hizo pensar este texto? ¿Viste que en la mayoría de los milagros es Jesús el que se encuentra con el que tiene que ayudar? Estos domingos de Cuaresma lo vimos cerca del ciego, de la samaritana, pero acá, son sus amigos y sus discípulos los que le piden por su amigo.
Hoy estamos viviendo días así, de tanta unión en la oración, todos juntos rezando por esta pandemia que nos provoca mucha angustia, miedo e incertidumbre. Y acá aparece la fuerza de la oración de intercesión “yo puedo rezar por el otro” “yo puedo rezar por el que está sufriendo” “yo puedo estar cerca, estando lejos” y ese “yo puedo” se transforma en “nosotros podemos”, porque la oración es la que se vive en familia, en comunidad, y así, casi sin conocernos, estamos todos conectados rezando juntos. Una vez más es Dios el que nos une, el que nos hace hermanos y nos invita a ser cercanos de nuestro prójimo que tanto nos necesita.
Esta segunda ventana es la que nos puede dar mucha luz; porque pensar en el otro en este tiempo, salir de mí, para pensar en quien puede estar necesitando de nuestra oración o de nuestra ayuda, nos hace mucho bien y nos permite vivir este tiempo “al servicio” .
Tal vez en casa, sentimos que no podemos hacer mucho, que casi tenemos las manos atadas como Lázaro, pero es con la oración que Jesús nos permite “salir afuera” y poder llegar donde nuestro cuerpo y nuestras manos no pueden, confiemos que Dios sí puede. Y eso nos tiene que llenar de paz.
Y la tercer ventana… es la mayor certeza que nos puede regalar nuestra Fe. “Creemos en un Dios que está VIVO”.
“Yo soy la Resurrección y la Vida, el que cree en mí aunque muera vivirá” Jn 11, 25
A todos nos hace felices hablar de la Vida y aferrarnos a ella y está bien que sea así, porque Dios nos creó para la Vida, ese anhelo tan fuerte a vivir es porque Dios lo puso en nosotros, él nos soñó para la Vida, pero para una Vida que no termina, que es “para siempre” y que nadie puede apagar, ni siquiera una pandemia.
Hoy en la Palabra no es que Jesús resucita a Lázaro, porque en realidad lo devuelve a la Vida, el primero que va a resucitar es Jesús, pero fijate qué buen signo que hace para mostrarnos cómo todos podemos volver a nacer, desde el Amor de Dios y desde la Fe.
Vos y yo podemos estar dormidos en esta vida y en la fe y esta Palabra nos vuelve a poner en movimiento, nos permite “volver a nacer” como lo celebraremos en la Pascua que se acerca.
¿Sabés qué me hizo pensar este texto? ¿Viste que en la mayoría de los milagros es Jesús el que se encuentra con el que tiene que ayudar? Estos domingos de Cuaresma lo vimos cerca del ciego, de la samaritana, pero acá, son sus amigos y sus discípulos los que le piden por su amigo.
Hoy estamos viviendo días así, de tanta unión en la oración, todos juntos rezando por esta pandemia que nos provoca mucha angustia, miedo e incertidumbre. Y acá aparece la fuerza de la oración de intercesión “yo puedo rezar por el otro” “yo puedo rezar por el que está sufriendo” “yo puedo estar cerca, estando lejos” y ese “yo puedo” se transforma en “nosotros podemos”, porque la oración es la que se vive en familia, en comunidad, y así, casi sin conocernos, estamos todos conectados rezando juntos. Una vez más es Dios el que nos une, el que nos hace hermanos y nos invita a ser cercanos de nuestro prójimo que tanto nos necesita.
Esta segunda ventana es la que nos puede dar mucha luz; porque pensar en el otro en este tiempo, salir de mí, para pensar en quien puede estar necesitando de nuestra oración o de nuestra ayuda, nos hace mucho bien y nos permite vivir este tiempo “al servicio” .
Tal vez en casa, sentimos que no podemos hacer mucho, que casi tenemos las manos atadas como Lázaro, pero es con la oración que Jesús nos permite “salir afuera” y poder llegar donde nuestro cuerpo y nuestras manos no pueden, confiemos que Dios sí puede. Y eso nos tiene que llenar de paz.
Y la tercer ventana… es la mayor certeza que nos puede regalar nuestra Fe. “Creemos en un Dios que está VIVO”.
“Yo soy la Resurrección y la Vida, el que cree en mí aunque muera vivirá” Jn 11, 25
A todos nos hace felices hablar de la Vida y aferrarnos a ella y está bien que sea así, porque Dios nos creó para la Vida, ese anhelo tan fuerte a vivir es porque Dios lo puso en nosotros, él nos soñó para la Vida, pero para una Vida que no termina, que es “para siempre” y que nadie puede apagar, ni siquiera una pandemia.
Hoy en la Palabra no es que Jesús resucita a Lázaro, porque en realidad lo devuelve a la Vida, el primero que va a resucitar es Jesús, pero fijate qué buen signo que hace para mostrarnos cómo todos podemos volver a nacer, desde el Amor de Dios y desde la Fe.
Vos y yo podemos estar dormidos en esta vida y en la fe y esta Palabra nos vuelve a poner en movimiento, nos permite “volver a nacer” como lo celebraremos en la Pascua que se acerca.
LA PALABRA SE HACE GESTO Y ORACIÓN
Como GESTO me gustaría proponerte que todos SEAMOS UN SIGNO DE VIDA.
Jesús le dice a Lázaro “Sal afuera” y a nosotros nos dice lo mismo. “Sal afuera, quedándote adentro” ¡Qué desafío! ¿Qué podemos hacer desde nuestras casas para “salir afuera, estando adentro”?
Y a los que sí les toca “salir”, por su misión y su “entrega”, que el Señor los cuide con nuestra oración y respeto. Que nuestro agradecimiento sea hacer lo que a cada uno le toca hacer.
Y no nos olvidemos de rezar por los que no tienen casa para poder quedarse y cuidarse ¿Podemos hacer algo por ellos?
Una vez más se nos da esta enseñanza de Jesús de salvarnos juntos, en comunidad.
Nadie puede salvarse solo; yo necesito de vos, vos necesitás de mí y todos necesitamos de Dios.
Nuestra Fe tiene que ser nuestra fortaleza ¡Qué regalo es vivir con Fe! Tanto para agradecerle a Dios en este día. No dejemos de hacerlo.
Señor de la VIDA hoy me gustaría darte gracias por tanto… pero especialmente por el regalo de la VIDA.
Jesús le dice a Lázaro “Sal afuera” y a nosotros nos dice lo mismo. “Sal afuera, quedándote adentro” ¡Qué desafío! ¿Qué podemos hacer desde nuestras casas para “salir afuera, estando adentro”?
Y a los que sí les toca “salir”, por su misión y su “entrega”, que el Señor los cuide con nuestra oración y respeto. Que nuestro agradecimiento sea hacer lo que a cada uno le toca hacer.
Y no nos olvidemos de rezar por los que no tienen casa para poder quedarse y cuidarse ¿Podemos hacer algo por ellos?
Una vez más se nos da esta enseñanza de Jesús de salvarnos juntos, en comunidad.
Nadie puede salvarse solo; yo necesito de vos, vos necesitás de mí y todos necesitamos de Dios.
Nuestra Fe tiene que ser nuestra fortaleza ¡Qué regalo es vivir con Fe! Tanto para agradecerle a Dios en este día. No dejemos de hacerlo.
Señor de la VIDA hoy me gustaría darte gracias por tanto… pero especialmente por el regalo de la VIDA.
Que el Señor nos bendiga y acompañe siempre y hasta que volvamos a encontrarnos Dios te guarde en la palma de su mano.
Abrazo gigante para vos, tu familia y tu comunidad.
Abrazo gigante para vos, tu familia y tu comunidad.
27 mar 2020
Musica :Es hora de alabar a Dios.
CEMP San Roque
1er. tema del CD "Es hora de alabar a Dios" - Seminaristas y Consagrados Mensajeros de la Paz. P. Diego / Hno. Gastón / Hno. Alan / Hno. Roberto. Oraciones del P. Gustavo Jamut y la participación
especial de Pili Noseda.
26 mar 2020
24 mar 2020
23 mar 2020
22 mar 2020
EL PERDON SIN UN SACERDOTE
Del Papa Francisco
" Pero muchos me dirán hoy: "Pero Padre, ¿dónde puedo encontrar un sacerdote, un confesor, por qué no puedo salir de casa? Y yo quiero hacer las paces con el Señor, quiero que me abrace, quiero que mi padre me abrace... ¿Qué puedo hacer si no encuentro sacerdotes?". Haz lo que dice el Catecismo. Es muy claro: si no encuentras un sacerdote para confesarte, habla con Dios, que es tu padre, y dile la verdad: "Señor, he hecho esto, esto, esto... Perdóname", y pídele perdón de todo corazón, con el Acto de Dolor y prométele: "Me confesaré después, pero perdóname ahora". E inmediatamente volverás a la gracia de Dios. Tú mismo puedes acercarse, como nos enseña el Catecismo, al perdón de Dios sin tener un sacerdote a la mano. Piensa en ello: ¡es el momento! Y este es el momento adecuado, el momento oportuno. Un acto de dolor bien hecho, y así nuestra alma se volverá blanca como la nieve."
EL PERDÓN SIN UN SACERDOTE
La salus animarum, la salvación de las almas, es la ley suprema de la Iglesia, el criterio interpretativo fundamental para determinar lo que es justo. Es por ello que la Iglesia siempre busca, de todas las maneras posibles, ofrecer la posibilidad de reconciliación con Dios a todos aquellos que lo desean, que están en búsqueda, que esperan o que se dan cuenta de su condición y sienten la necesidad de ser acogidos, amados, perdonados. En estos tiempos de emergencia debido a la pandemia, con personas gravemente enfermas y aisladas en pabellones de cuidados intensivos, así como para las familias a las que se les pide que se queden en casa para evitar la propagación del contagio, es útil hacer recordar a todos la riqueza de la tradición. Lo hizo Francisco durante la homilía de la misa en Santa Marta del viernes 20 de marzo.
LA CONFESIÓN SIN UN SACERDOTE
" Pero muchos me dirán hoy: "Pero Padre, ¿dónde puedo encontrar un sacerdote, un confesor, por qué no puedo salir de casa? Y yo quiero hacer las paces con el Señor, quiero que me abrace, quiero que mi padre me abrace... ¿Qué puedo hacer si no encuentro sacerdotes?". Haz lo que dice el Catecismo. Es muy claro: si no encuentras un sacerdote para confesarte, habla con Dios, que es tu padre, y dile la verdad: "Señor, he hecho esto, esto, esto... Perdóname", y pídele perdón de todo corazón, con el Acto de Dolor y prométele: "Me confesaré después, pero perdóname ahora". E inmediatamente volverás a la gracia de Dios. Tú mismo puedes acercarse, como nos enseña el Catecismo, al perdón de Dios sin tener un sacerdote a la mano. Piensa en ello: ¡es el momento! Y este es el momento adecuado, el momento oportuno. Un acto de dolor bien hecho, y así nuestra alma se volverá blanca como la nieve."
La salus animarum, la salvación de las almas, es la ley suprema de la Iglesia, el criterio interpretativo fundamental para determinar lo que es justo. Es por ello que la Iglesia siempre busca, de todas las maneras posibles, ofrecer la posibilidad de reconciliación con Dios a todos aquellos que lo desean, que están en búsqueda, que esperan o que se dan cuenta de su condición y sienten la necesidad de ser acogidos, amados, perdonados. En estos tiempos de emergencia debido a la pandemia, con personas gravemente enfermas y aisladas en pabellones de cuidados intensivos, así como para las familias a las que se les pide que se queden en casa para evitar la propagación del contagio, es útil hacer recordar a todos la riqueza de la tradición. Lo hizo Francisco durante la homilía de la misa en Santa Marta del viernes 20 de marzo.
"Sé que muchos de ustedes, para Pascua" - dijo el Papa - "van al confesarse para reencontrarse con Dios". Pero, muchos me dirán hoy: 'Pero, Padre, ¿dónde puedo encontrar un sacerdote, un confesor, por qué no se puede salir de casa? Y yo quiero hacer las paces con el Señor, quiero que Él me abrace, quiero que mi papá me abrace... ¿Cómo puedo hacer si no encuentro sacerdotes?' Haz lo que dice el Catecismo".
"Es muy claro: si no encuentras un sacerdote para confesarte -explicó el Pontífice-, habla con Dios, que es tu Padre, y dile la verdad: 'Señor, he hecho esto, esto, esto... Perdóname', y pídele perdón con todo mi corazón, con el Acto de Dolor, y prométele: 'Me confesaré más tarde, pero perdóname ahora'. Y de inmediato, volverás a la gracia de Dios. Tú mismo puedes acercarte, como nos enseña el Catecismo, al perdón de Dios sin tener un sacerdote a mano. Piensa en ello: ¡es la hora! Y este es el momento adecuado, el momento oportuno. Un acto de dolor bien hecho, y así nuestra alma se volverá blanca como la nieve".
El Papa Francisco se refiere a los números 1451 y 1452 del Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado por San Juan Pablo II y redactado bajo la guía del entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger. Sobre el tema de la "contrición", el Catecismo, citando al Concilio de Trento, enseña que entre los actos del penitente "ocupa el primer lugar". Es "el dolor del alma y la reprobación del pecado cometido, acompañado de la intención de no pecar más en el futuro".
"Cuando proviene del amor del Dios amado sobre todas las cosas - continúa el Catecismo - la contrición se llama 'perfecta' (contrición de la caridad). Tal contrición perdona los pecados veniales; también obtiene el perdón de los pecados mortales, si implica el firme propósito de recurrir, lo antes posible, a la confesión sacramental". Por lo tanto, mientras se espera recibir la absolución de un sacerdote tan pronto como las circunstancias lo permitan, es posible con este acto ser perdonado inmediatamente. Esto también fue afirmado por el Concilio de Trento, en el capítulo 4 de la Doctrina de sacramento Paenitentiae, donde se afirma que la contrición acompañada de la intención de confesión "reconcilia al hombre con Dios, incluso antes de que este sacramento sea efectivamente recibido".
Un camino para la misericordia de Dios abierto a todos, que pertenece a la tradición de la Iglesia y que puede ser útil a todos y de manera especial es útil para aquellos que en este momento están cerca de los enfermos en las casas y en los hospitales.
LA CONFESIÓN SIN UN SACERDOTE
El Papa dará Bendición Urbi et Orbi extraordinaria y se podrá ganar indulgencia plenaria.
Tras dirigir el rezo del Ángelus este domingo 22 de marzo, el Papa Francisco anunció que impartirá una Bendición Urbi et Orbi extraordinaria con la plaza San Pedro vacía. Esta decisión ha sido tomada debido a la actual pandemia de coronavirus COVID-19 para permitir que puedan recibir la indulgencia plenaria quienes la seguirán a través de los medios de comunicación.
En concreto, el próximo viernes 27 de marzo a las 6:00 p.m. (hora local) el Santo Padre dirigirá un momento de oración en el atrio de la Basílica de San Pedro, tras el rezo con la Palabra de Dios, Adoración al Santísimo Sacramento, el Papa impartirá una Bendición Urbi et Orbi extraordinaria. Esta especial Bendición suelen impartirla los Pontífices solamente dos veces al año, el 25 de diciembre y el Domingo de Pascua.
“Presidiré un momento de oración en el atrio de la Basílica de San Pedro. Con la plaza vacía. Desde ahora invito a todos a participar espiritualmente a través de los medios de comunicación. Escucharemos la Palabra de Dios, elevaremos nuestra súplica, adoraremos al Santísimo Sacramento, con el cual al término daré la Bendición Urbi et Orbi y a la cual se añadirá la posibilidad de recibir la indulgencia plenaria”, indicó el Papa.
En esta línea, el Pontífice explicó: “queremos responder a la pandemia del virus con la universalidad de la oración, la compasión, la ternura. Mantengámonos unidos. Hagamos sentir nuestra cercanía a las personas más solas y a quienes más sufren”.
Asimismo, Francisco expresó su cercanía a “los médicos, a los trabajadores sanitarios, enfermeros y enfermeras, voluntarios” y a las autoridades que “deben tomar medidas duras, pero para nuestro bien. Nuestra cercanía a los policías, a los soldados que en la calle intentan mantener siempre el orden para que se cumplan las cosas que el gobierno pide que hagamos por el bien de todos. Cercanía a todos”.
“En estos días de prueba, mientras la humanidad tiembla con la amenaza de la pandemia, quisiera proponer a todos los cristianos de las diferentes confesiones que unan sus voces hacia el cielo”, exhortó el Papa.
Por su parte, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, señaló que de acuerdo con lo que afirmó el mismo Papa Francisco en el Ángelus de esta mañana, “en este tiempo de emergencia para la humanidad el Santo Padre invita a todos los católicos de todo el mundo a unirse espiritualmente en oración con él”.
“A todos los que se unirán espiritualmente a este momento de oración a través de los medios de comunicación será concedida la indulgencia plenaria de acuerdo las condiciones previstas en el reciente decreto de la Penitenciaría Apostólica”, añadió Bruni quien explicó también que “la oración del Santo Padre podrá ser seguida en directa a través los medios y se concluirá con la Bendición eucarística que será impartida ‘Urbi et orbi’ a través de los medios de comunicación”.
Un Padre Nuestro contra el coronavirus
En este sentido, el Santo Padre convocó también “a todos los jefes de las iglesias y a los líderes de todas las comunidades cristianas, junto a todos los cristianos de las diversas confesiones, a invocar al Altísimo, Dios omnipotente, rezando contemporáneamente la oración que Jesús Nuestro Señor nos ha enseñado”.
Por ello, el Papa invitó a todos a rezar el Padre Nuestro “varias veces al día, pero, todos juntos” y especialmente “a rezar el Padre Nuestro miércoles próximo 25 de marzo al mediodía (hora local), todos juntos”.
“Que en el día en que muchos cristianos recordamos el anuncio a la Virgen María de la Encarnación del Verbo, pueda el Señor escuchar nuestra oración unánime de todos sus discípulos que se preparan a celebrar la victoria de Cristo Resucitado”, pidió el Papa.
“Un amor que nos salva haciéndonos brillar”
Enciende una luz... y hazla brillar...
Acá les dejamos para que recen con el Evangelio del domingo!
Abrazando la Palabra -6-
Domingo 22 de marzo
Juan 9, 1- 40
Domingo 22 de marzo
Juan 9, 1- 40
ME PREPARO- El lugar, el tiempo y el corazón
“Un amor que nos salva haciéndonos brillar”
ENCUENTRO QUE LA PALABRA ESTÁ PRESENTE EN MI VIDA DE TODOS LOS DÍAS.
¡Hoy te propongo empezar imaginando algo lindo!
¿A quién no le gusta ver un amanecer o un atardecer? ¿A quién no le nace en esos momentos, cerrar los ojos y aún sin verlo, sentir y disfrutar del calor y la paz que te transmite. Es que la luz no solo se puede ver, también se puede sentir ... Hacé la prueba, imagínate un lindo amanecer o atardecer… intenta “sentir esa calidez”… “déjate llenar con su luz” …
Con una amiga siempre decimos “Un día de sol, es un día de sol” ¿qué simple no? pero ¿comprendés que hay detrás de esa frase? la luz y su calor son como lentes que nos permiten ver y sentir las cosas “iluminadas” y es más, no solo las cosas, sino también a las personas. Cuántas veces decimos que alguien que conocemos “irradia luz”, “brilla”, contagia, tiene “chispa”… ¡Qué regalo es tener esa luz! ¿Tendrá algo que ver con la Palabra que vamos a leer?
Juan 9, 1- 40
¿A quién no le gusta ver un amanecer o un atardecer? ¿A quién no le nace en esos momentos, cerrar los ojos y aún sin verlo, sentir y disfrutar del calor y la paz que te transmite. Es que la luz no solo se puede ver, también se puede sentir ... Hacé la prueba, imagínate un lindo amanecer o atardecer… intenta “sentir esa calidez”… “déjate llenar con su luz” …
Con una amiga siempre decimos “Un día de sol, es un día de sol” ¿qué simple no? pero ¿comprendés que hay detrás de esa frase? la luz y su calor son como lentes que nos permiten ver y sentir las cosas “iluminadas” y es más, no solo las cosas, sino también a las personas. Cuántas veces decimos que alguien que conocemos “irradia luz”, “brilla”, contagia, tiene “chispa”… ¡Qué regalo es tener esa luz! ¿Tendrá algo que ver con la Palabra que vamos a leer?
Juan 9, 1- 40
LA PALABRA SE HACE VIDA Y ORACIÓN EN NOSOTROS
Como siempre vamos a intentar sentirnos en la época de Jesús, y seguirlo bien de cerca…
Hoy el Evangelio nos presenta a un hombre que era ciego desde su nacimiento, seguramente estaría sentado en el suelo pidiendo ayuda, cerca de la piscina de Siloé, que significaba “enviado”. Si podés, acordate el nombre “porque en la Palabra de Dios, nada es casualidad”… y a ese lugar llega Jesús con sus discípulos, y como siempre, andan por ahí los fariseos.
Hoy me voy a quedar con el ciego… Vos si querés después lo seguís rezando, pero ahora te propongo mirar a este ciego que tanto nos va a “iluminar “ el día …
El Evangelio quiere que nos encontremos con este hombre que nació sin ver, que vivió siempre en la oscuridad, se podría decir, que nunca conoció la luz. Jesús se acerca, sabe que Él lo necesita, la iniciativa es de Dios, por eso le pone barro con su saliva en su ojos, pero… ¿Te diste cuenta que este milagro tiene algo muy especial? Para poder volver a ver, el ciego tiene que escuchar y hacer lo que Jesús le dice! Tiene que ponerse de pie, ir a la piscina de Siloé y lavarse! Él también pone algo de sí para curarse! Y sin duda ese encuentro tuvo algo especial, porque Él confió en su voz, en su modo de acercarse, en las palabras que casi sin darse cuenta le abrieron su corazón …
No hay duda que el ciego en su interior siempre esperó volver a ver, porque aún en su oscuridad, reconoció algo de Dios y le entregó sus ojos para que los curara, le entregó su ceguera! Y al lavarse, esa agua no solo le dio luz, le devolvió la Fe!… Agua, luz, y Fe… ¿Te suenan? Casi un volver a nacer … un camino Pascual.
Jesús lo cura lavándolo y enviándolo. Su vida se ilumina, Él vuelve a ponerse de pie, puede ir y venir contando a todos lo que le había pasado! Ese encuentro lo convirtió en un “enviado”, un ¿testigo tal vez?
Y acá se da esta enseñanza tan sorprendente de Dios que nos muestra como a veces “los que vemos” en realidad “no vemos o no queremos ver” y los que “no ven” son los que “encuentran la luz” y nos la comparten. Por eso en la vida del ciego, se muestra la “obra del Amor Dios”.
Vos me podés decir… Es muy lindo este encuentro, pero ¿qué tiene que ver conmigo? ¡Mucho!
¿Sabés? Todos en nuestro corazón tenemos historias y heridas “muy nuestras” que preferimos dejarlas ahí, “ocultas en nuestra oscuridad”… Tal vez son esas que sentimos que si salen a la luz , nos dejarían al costado del camino, como a este ciego… pero pesan y duelen… y tantas veces nos quitan la libertad…
Siempre me impresionó mucho cada vez que en el Evangelio escuchaba la frase ¿algo habrá hecho para merecer ese mal? ¿algo habrán hecho sus padres?
¡No! ¿Quién puede creer en un Dios así? ¿Por qué pensarían así? ¿Por qué echarle la culpa a Dios del mal? ¡No tendría sentido! Muy distinto es cuando decimos… “En su vida se manifestará la obra de Dios”… eso sí… eso es otra cosa… sino mirá cómo se transformó la vida del ciego.
Hoy Jesús nos invita a vos y a mí a reconocernos “ciegos”, a entregarle nuestros ojos, nuestras cegueras, eso que todavía tenemos en la sombra de nuestro interior… Él quiere que vivamos en la luz, no en la oscuridad. ¡Él quiere ser nuestra luz! Y como decía el Papa en estos días, Dios no tiene memoria, Dios quiere que te acerques a Él, así como sos, así como estás, con tu verdad…
No nos perdamos la oportunidad de sentirnos recibidos, sanados, abrazados, curados por el amor de Dios que todo lo quiere “iluminar”
Donde está Dios, no hay oscuridad, no hay sombras, por eso Él es la luz!
Y así como empecé diciéndote que el amanecer es para todos y que el sol sale para todos! Jesús viene para vos, para mí y su luz quiere llegar a todos.
¿Me dejás que te recuerde algo?
Dios pone en nuestra vida muchas oportunidades para que le entreguemos nuestras cegueras, Él nos acerca a personas que nos quieren bien, que nos quieren ayudar, corazones que contagian “luz “ y que tanto necesitamos… porque Dios nos quiere ver “brillar” con su “luz”, nos quiere felices, nos quiere en paz, nos desea lo mejor siempre, sabe que somos capaces de mostrar con nuestra vida la obra de su Amor… ¡En ese Dios creemos!
No importa la oscuridad que tengamos, la ceguera que llevemos, ¡se la tenemos que entregar a Él!
Hoy el Evangelio nos presenta a un hombre que era ciego desde su nacimiento, seguramente estaría sentado en el suelo pidiendo ayuda, cerca de la piscina de Siloé, que significaba “enviado”. Si podés, acordate el nombre “porque en la Palabra de Dios, nada es casualidad”… y a ese lugar llega Jesús con sus discípulos, y como siempre, andan por ahí los fariseos.
Hoy me voy a quedar con el ciego… Vos si querés después lo seguís rezando, pero ahora te propongo mirar a este ciego que tanto nos va a “iluminar “ el día …
El Evangelio quiere que nos encontremos con este hombre que nació sin ver, que vivió siempre en la oscuridad, se podría decir, que nunca conoció la luz. Jesús se acerca, sabe que Él lo necesita, la iniciativa es de Dios, por eso le pone barro con su saliva en su ojos, pero… ¿Te diste cuenta que este milagro tiene algo muy especial? Para poder volver a ver, el ciego tiene que escuchar y hacer lo que Jesús le dice! Tiene que ponerse de pie, ir a la piscina de Siloé y lavarse! Él también pone algo de sí para curarse! Y sin duda ese encuentro tuvo algo especial, porque Él confió en su voz, en su modo de acercarse, en las palabras que casi sin darse cuenta le abrieron su corazón …
No hay duda que el ciego en su interior siempre esperó volver a ver, porque aún en su oscuridad, reconoció algo de Dios y le entregó sus ojos para que los curara, le entregó su ceguera! Y al lavarse, esa agua no solo le dio luz, le devolvió la Fe!… Agua, luz, y Fe… ¿Te suenan? Casi un volver a nacer … un camino Pascual.
Jesús lo cura lavándolo y enviándolo. Su vida se ilumina, Él vuelve a ponerse de pie, puede ir y venir contando a todos lo que le había pasado! Ese encuentro lo convirtió en un “enviado”, un ¿testigo tal vez?
Y acá se da esta enseñanza tan sorprendente de Dios que nos muestra como a veces “los que vemos” en realidad “no vemos o no queremos ver” y los que “no ven” son los que “encuentran la luz” y nos la comparten. Por eso en la vida del ciego, se muestra la “obra del Amor Dios”.
Vos me podés decir… Es muy lindo este encuentro, pero ¿qué tiene que ver conmigo? ¡Mucho!
¿Sabés? Todos en nuestro corazón tenemos historias y heridas “muy nuestras” que preferimos dejarlas ahí, “ocultas en nuestra oscuridad”… Tal vez son esas que sentimos que si salen a la luz , nos dejarían al costado del camino, como a este ciego… pero pesan y duelen… y tantas veces nos quitan la libertad…
Siempre me impresionó mucho cada vez que en el Evangelio escuchaba la frase ¿algo habrá hecho para merecer ese mal? ¿algo habrán hecho sus padres?
¡No! ¿Quién puede creer en un Dios así? ¿Por qué pensarían así? ¿Por qué echarle la culpa a Dios del mal? ¡No tendría sentido! Muy distinto es cuando decimos… “En su vida se manifestará la obra de Dios”… eso sí… eso es otra cosa… sino mirá cómo se transformó la vida del ciego.
Hoy Jesús nos invita a vos y a mí a reconocernos “ciegos”, a entregarle nuestros ojos, nuestras cegueras, eso que todavía tenemos en la sombra de nuestro interior… Él quiere que vivamos en la luz, no en la oscuridad. ¡Él quiere ser nuestra luz! Y como decía el Papa en estos días, Dios no tiene memoria, Dios quiere que te acerques a Él, así como sos, así como estás, con tu verdad…
No nos perdamos la oportunidad de sentirnos recibidos, sanados, abrazados, curados por el amor de Dios que todo lo quiere “iluminar”
Donde está Dios, no hay oscuridad, no hay sombras, por eso Él es la luz!
Y así como empecé diciéndote que el amanecer es para todos y que el sol sale para todos! Jesús viene para vos, para mí y su luz quiere llegar a todos.
¿Me dejás que te recuerde algo?
Dios pone en nuestra vida muchas oportunidades para que le entreguemos nuestras cegueras, Él nos acerca a personas que nos quieren bien, que nos quieren ayudar, corazones que contagian “luz “ y que tanto necesitamos… porque Dios nos quiere ver “brillar” con su “luz”, nos quiere felices, nos quiere en paz, nos desea lo mejor siempre, sabe que somos capaces de mostrar con nuestra vida la obra de su Amor… ¡En ese Dios creemos!
No importa la oscuridad que tengamos, la ceguera que llevemos, ¡se la tenemos que entregar a Él!
LA PALABRA SE HACE GESTO
Como GESTO hoy te propongo que vayamos juntos a la piscina de Siloé, intentemos sentir que Dios pone barro en nuestros ojos y que nos lavamos en esa agua pura que nos devuelve la posibilidad de ver ¿Sabés qué es lo primero que vas a ver? ¡A Dios! como cuando un bebé nace ¿a quién ve por primera vez? ¡a sus padres que lo miran con Amor! y esa mirada como siempre lo cambia todo, lo ilumina todo.
Hoy podríamos decir que “Somos amados, salvados y enviados a ser luz” ¿Te animás?
¿Y si en casa armamos un lugar especial para rezarle a Jesús en estos días? Hoy podemos prender un vela y confiarle todo lo que tenemos en el corazón.
Dios nos escucha y nos acompaña siempre.
Hoy podríamos decir que “Somos amados, salvados y enviados a ser luz” ¿Te animás?
¿Y si en casa armamos un lugar especial para rezarle a Jesús en estos días? Hoy podemos prender un vela y confiarle todo lo que tenemos en el corazón.
Dios nos escucha y nos acompaña siempre.
Estamos viviendo días en que más que nunca nuestra Fe nos tiene que transformar en “portadores de luz”, nos tiene que “hacer brillar”.
Recemos para que este “quedarnos en casa” no nos cierre el corazón ni la mirada y podamos estar atentos a los que más nos necesitan.
¡Con pequeños gestos se puede hacer tanto bien! No lo olvidemos.
Recemos para que este “quedarnos en casa” no nos cierre el corazón ni la mirada y podamos estar atentos a los que más nos necesitan.
¡Con pequeños gestos se puede hacer tanto bien! No lo olvidemos.
Y desde el lugar y la misión en que nos toque estar durante estos días, que Dios nos bendiga y nos cuide a todos.
Buena semana
Abrazo gigante
Buena semana
Abrazo gigante
14 mar 2020
LA CRUZ DE LOS PEQUES
En este tiempo nos proponemos ser portadores de Buenas Noticias y de "muchos mimos" ¿Te sumás?
Acá nuestro primer gesto!
Acá nuestro primer gesto!
Nuestra cruz de los peques!
Qué regalo será verla cerquita de todos ustedes; en sus casas, en sus comunidades, en sus colegios, donde ustedes sientan que puede llevar y contagiar amor!
Que cuando la vean, todos recordemos que creemos en un Dios que está VIVO, que la cruz es un signo de Vida y que todos estamos en sus brazos como sus hijos amados!
A compartir!
Esperamos que les guste...
Ah y eso que sentís al ver la imagen nos gustaría que nos lo compartas, dale?
Somos del mismo Equipo, no lo olvidemos, del Equipo corazón, del Equipo de Jesús!
Esperamos que les guste...
Ah y eso que sentís al ver la imagen nos gustaría que nos lo compartas, dale?
Somos del mismo Equipo, no lo olvidemos, del Equipo corazón, del Equipo de Jesús!
Ella lo esperaba en el deseo de su corazón y Él llegó para cambiarlo todo!
Para rezar con el Evangelio de este Domingo...
(El audio lo publicará mañana la página de los 500 años-primera misa argentina)
ABRAZANDO LA PALABRA-5-
Ella lo esperaba en el deseo de su corazón y Él llegó para cambiarlo todo! Jn 4, 5-42
ME ACERCO A LO QUE ME HACE SENTIR LA PALABRA.
Un pozo, un poco de agua y un “tengo sed”, nada más necesitó Jesús para provocar el “encuentro” y hacerse manantial para la vida de un pueblo ...
“Una mujer”, “un lugar mal visto” y un Jesús que siempre nos sorprende con su libertad; eso es ser libre y amar sin límites, por encima de todo, “amar sin medida”. ¿Te suena? Para Él todos somos como una página en blanco a partir del momento en que nos dejamos tocar el corazón por su Amor. Cada día puede ser un nuevo comienzo con Jesús y la Palabra de Dios hoy nos lo recuerda.
Samaria no deja de querer ser un signo para nuestra Fe ¿Te diste cuenta? Con la samaritana y con el buen samaritano ¡Cuánto nos quiere seguir enseñando nuestro buen Dios!
Vamos al pozo de Jacob
Miremos a Jesús, siempre todo tiene que partir de ahí, de mirarlo a Él…
Jesús está en el pozo, en ese día de calor, sentado solo, al medio día! en el peor momento del día, por eso seguro no había nadie y se acerca la samaritana. No conocemos su nombre, pero si me dejás, yo la llamaría “Esperanza” y te voy a ir contando por qué…
La samaritana se acerca, lo ve de lejos, pero igual se acerca, sabe que es judío, pero igual se acerca…
¿Y Jesús? … Está sentado en el pozo con su paz de siempre y cuando ve venir a la samaritana, la mira a ella pero… también nos mira a nosotros y nos dice ¿Y por qué no? ¿Por que a ella no? ¿Por que acá no? ¿Por que a este pueblo no? No le pongan límite, paredes, muros a mi sed! ¡No le pongan límite a mi Amor! Yo también tengo sed ¡Tengo sed de todos! ¿No podés verlo? ¡La samaritana tiene sed de Dios!
ENCUENTRO QUE LA PALABRA ESTÁ PRESENTE EN MI VIDA DE TODOS LOS DÍAS.
Si te parece congelemos el relato acá, porque este instante previo al encuentro es el que puede cambiarlo todo, sí todo! Podemos llamarlo “el momento de la mirada”, decime si no lo sentís así, si no lo vivís así, es ese segundo en el que te cruzás con esa persona y pensás muy dentro tuyo… paro o no paro, pregunto o no pregunto, escucho o no escucho, me meto o no me meto, me hago el que no vi o me detengo, “me la juego” o “me hago el distraído” ¿me embarro? ¡Puedo hacerlo!
También podríamos ser “muy correctos”, tomar agua del pozo con la samaritana, agradecerle y dejarla ir ¡Claro que podemos hacer eso! Todo el tiempo podemos seguir de largo, como pasó con el buen samaritano que sí se detuvo al costado del camino para ayudar al hombre herido, pero … ¿Ya sabés no? ¡Jesús nunca haría eso! Esa es la pregunta que tenemos que hacernos ¿Qué es lo que haría Jesús? ¿Qué diría?
No está en el corazón de Jesús dejar de mirar a los ojos a las personas.
No está en el corazón de Dios no entregarse.
Él es manantial para la sed de la samaritana y para la sed de todos.
“Jesús tiene sed de nuestra sed” y sí, es así… no es un juego de palabras, es su “vida” su “modo de vivir” y debería ser el nuestro.
La samaritana no se siente digna de ser mirada, escuchada, perdonada, amada; ella se siente señalada por todos … pero en su corazón, ella esperaba. ella deseaba, ella creía en el Mesías que iba a llegar para anunciarle todo, ella tenía una profunda sed … por eso te decía que la llamaría “Esperanza” ¿Vos cómo la llamarías? Es que la Samaritana cuando se dejó mirar a los ojos por Jesús, lo vio, lo reconoció, sino fijate qué hizo… ¡Se olvidó de su sed, de su cántaro y corrió a contar a todos con quién se había encontrado! ¡Quería que el pueblo entero fuera a verlo! Y tanto habrá insistido que Jesús se quedó dos días en Samaria con ellos. Ni les cuento la cara que tendrían los discípulos. Una vez más ellos sin comprender el actuar de Jesús ¿Y la samaritana? ¡Una misionera más! No solo se encontró con el Señor, sino que se dio cuenta que un Amor así había que compartirlo, que era demasiado grande para ella, que todos tenían que escucharlo, sentirlo. La Samaritana es la que desde el primer momento les acercó a Jesús a su gente, la que les compartió el verdadero manantial y ese Encuentro que seguro le cambió la vida a muchos.
LA PALABRA SE HACE VIDA Y ORACIÓN EN NOSOTROS
Este Evangelio nos invita a agradecer por todos los que nos ayudaron a encontrarnos con Jesús; con su vida, con sus gestos, con sus palabras, con su compromiso. Agradecer por los que no le ponen límite al Amor de Dios. Suena fácil decirlo, pero vivirlo, no lo es. Pensemos en sus nombres, en sus vidas y recemos por todos ellos.
Y qué bueno también pedir para que nosotros podamos ayudar a otros a encontrarse con el amor inmenso y sanador de Dios. Que podamos ser humildes instrumentos de su presencia, especialmente donde más nos necesite. ¡Ese sí que es un regalo para agradecer!
La madre Teresa nos habló tanto de la sed de Jesús. En todas sus capillas cerca del crucifijo las hermanas tienen escrita la frase “Tengo sed” y desde su vida ella intentó calmar la sed de Jesús, sanando la sed de los más pobres entre los pobres.
La vida de Jesús fue un “saciar la sed de todos” pero especialmente la sed de los que más sufrían. Nosotros tenemos “sed de Dios” y también podemos “ayudar a saciar la sed de los que más necesitan”.
Mi ORACIÓN SE HACE GESTO
Que nuestro GESTO en la oración de hoy empiece por pensar… ¿De qué tenemos sed nosotros?
Jesús viene para todos, para vos, para mí, para todos.
A veces sentimos que hay tanta urgencia de amor que no hay lugar para mi sed, para la sed de cada uno de nosotros en la lista de Dios. No es así. Dios no tiene lista, todos estamos en el corazón de Dios. Y no hay lista de espera. Todos somos samaritanos y Jesús quiere saciar nuestra sed ¿Por qué buscar agua en el pozo, cuando tenemos el manantial tan cerca?
¡Yo tengo sed de Dios, vos tenés sed de Dios y Dios tiene sed de todos!
Ahora ¿Ofrecerle mi sed, es dejar de pensar en quiénes más necesitan? ¡No! Mirá la lógica del amor de Dios qué maravillosa es.
Cuando nos convertimos en cántaros de agua en manos de Dios, nuestro corazón estalla de amor, así como el de la samaritana, y casi sin darnos cuenta, de allí brota nuestro compromiso con la “sed de nuestros hermanos”.
Si tenemos a Jesús presente en nuestra vida, no podemos vivir sin servir. Con Jesús, la sed de nuestros hermanos se convierte en nuestra propia sed, pero nadie puede dar lo que no tiene, por eso cuando nos sentimos samaritanos, sedientos del amor de Dios, es cuando ayudamos a los que tienen “sed de Dios”
Qué ingenioso este camino de la Fe, pensar la salvación así. Nadie puede salvarse solo, nos necesitamos. Vos me necesitás a mí y yo necesito de vos y todos necesitamos del agua que nos da la verdadera Vida.
Si me dejás compartirte otro GESTO, me gustaría terminar acercándote una canción que tiene una letra maravillosa y nos ayuda tanto a rezar este Evangelio. Se llama “el deseo de la samaritana” Ojalá la disfrutes como Yo y te ayude a acercarte a Jesús sediento de su amor.
Que en este camino hacia los 500 años de nuestra primera misa en Argentina, podamos armar una mesa con todos los que tienen verdadera “sed de Dios” ¡No le pongamos límite a su Amor! Dios no le pone límite a su entrega.
¡Que tengas una linda semana!
¡Seamos cántaros de barro en los brazos de Jesús!
Enséñame a ser cántaro de barro
a dejarme llevar en tus brazos
a derramarme y llenarme hasta el borde
a quererme con grietas y roces.
Enséñame a ser quién soy de tu mano
cántaro que se da sin dudarlo
enséñame como tú
a ser derroche
agua que riega el amor
para que brote
para que brote.
LA FIESTA DEL ABRAZO!
https://www.youtube.com/
3er Domingo de Cuaresma Ciclo A
Vicaría para Niños
Arzobispado de Buenos Aires
“Jesús, danos de esa agua”
PRIMERA LECTURA
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
por el Espíritu Santo
por el Espíritu Santo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 5, 1-2. 5-8
Hermanos:
Justificados, entonces, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
En efecto, cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores.
Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor.
Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores.
Palabra de Dios.
SALMO 94, 1-2. 6-9
R. Cuando escuchen la voz del Señor,
no endurezcan el corazón.
¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor,
aclamemos a la Roca que nos salva!
¡Lleguemos hasta él dándole gracias,
aclamemos con música al Señor! R.
¡Entren, inclinémonos para adorarlo!
¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó!
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros, el pueblo que él apacienta,
las ovejas conducidas por su mano. R.
Ojalá hoy escuchen la voz del Señor:
«No endurezcan su corazón como en Meribá,
como en el día de Masá, en el desierto,
cuando sus padres me tentaron y provocaron,
aunque habían visto mis obras.» R.
R. Cuando escuchen la voz del Señor,
no endurezcan el corazón.
¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor,
aclamemos a la Roca que nos salva!
¡Lleguemos hasta él dándole gracias,
aclamemos con música al Señor! R.
¡Entren, inclinémonos para adorarlo!
¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó!
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros, el pueblo que él apacienta,
las ovejas conducidas por su mano. R.
Ojalá hoy escuchen la voz del Señor:
«No endurezcan su corazón como en Meribá,
como en el día de Masá, en el desierto,
cuando sus padres me tentaron y provocaron,
aunque habían visto mis obras.» R.
VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Cf Jn 4, 42. 15
Señor, Tú eres verdaderamente el Salvador del mundo;
dame agua viva para que no tenga más sed.
dame agua viva para que no tenga más sed.
EVANGELIO
Versión más breve
El manantial que brotará hasta la vida eterna
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 4, 5-15. 19b-26. 39a. 40-42
Jesús llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía.
Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber.»
Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.
La samaritana le respondió: «¿Cómo? ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos.
Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva.»
«Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?»
Jesús le respondió: «El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna.»
«Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla.» «Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar.»
Jesús le respondió: «Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén se adorará al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.»
La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos anunciará todo.»
Jesús le respondió: «Soy yo, el que habla contigo.»
Muchos samaritanos de esta ciudad habían creído en él. Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y él permaneció allí dos días. Muchos más creyeron en él, a causa de su palabra. Y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo.»
Palabra del Señor.
O bien a modo de diálogo
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 4, 5-15. 19b-26. 39a. 40-42
NARRADOR
Lectura del Santo Evangelio según san Juan. En aquel tiempo Jesús llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía. Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dice:
JESÚS
-Dame de beber.
NARRADOR
Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dijo:
SAMARITANA
-¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?
NARRADOR
Porque los judíos no se tratan con los samaritanos. Jesús le contestó:
JESÚS
-Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.
SAMARITANA
-«Señor, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?».
JESÚS
-El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna.
SAMARITANA
-Señor, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla. Veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar».
JESÚS
-Créeme, mujer, llega la hora, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre.
NARRADOR
Entonces le dijo la samaritana
SAMARITANA
-Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos anunciará todo.
NARRADOR
Y Jesús se dio a conocer diciendo:
JESÚS
-Soy Yo, el que habla contigo
NARRADOR
Palabra del Señor.
APORTES PARA LA CELEBRACIÓN
“Jesús, danos de esa agua”
INTRODUCCIÓN
La Cuaresma es el tiempo litúrgico en el cual se invita a la conversión. La Cuaresma dura 40 días. El color litúrgico de este tiempo es el morado. No se reza el “Gloria”, ni se canta el “Aleluia”.
VIDEO
Ver antes de la Misa o en catequesis: https://www.youtube.com/watch? v=Sf_dGBjk99A
SIGNO
Luego de la homilía (o cuando sea oportuno), se puede invitar a que algunos niños y adultos se acerquen hacia la pila bautismal o una fuente y se hagan la señal de la cruz con el agua. Otra opción es pasar por los bancos bendiciendo con agua a las personas. Mientras tanto se puede cantar: CD: 2007 Semana Santa, Pascua y Pentecostés “ES COMO UN RÍO” N° 10 - www.vicarianiños.org.ar
RECURSO
Opción 2: Explicar el Evangelio
Dramatización: “LA SAMARITANA”
Materiales previos
Una animadora representará a la “Samaritana” y otro animador a “Jesús”. Necesitamos: un aljibe, cántaro con agua y ropa apropiada de época.
Idea
Representar el diálogo del evangelio.
SUGERENCIAS PARA LA PREDICACIÓN
+ Diálogo con los chicos: hace un rato realizaron una representación, ¿qué sucedió? Escuchar las respuestas…
+ Junto con el sacerdote que dialoga con los chicos se reconstruye el Evangelio:
Jesús estaba muy cansado y se sentó junto al pozo de Jacob, en ese momento apareció una mujer samaritana y Jesús le pidió de beber. Recordemos que los judíos no se hablaban con los samaritanos y menos aún con las mujeres. Jesús venció los prejuicios y comenzó el diálogo. Pero Jesús tiene algo más valioso que dar. ¿Recuerdan lo que le dice a la mujer?...
“… pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed…” es “… manantial que brotará hasta la Vida eterna.”
+ Muchas veces descubrimos que nos envuelve una ansiedad por tener cosas, o que todos me quieran o tener muchos amigos o por ser feliz… y no conseguimos todo lo que queremos y nos ponemos mal.
+ La verdadera alegría y felicidad está en dejarnos amar por Jesús y recibir su amor infinito. El secreto para vivir sin sed material es responderle al amor que nos tiene con fe, creyéndole, abriéndole el corazón para que me trasforme y viva en mí.
+ Pensemos de nuevo en Jesús y la Samaritana, que desproporción entre lo que pide Jesús, agua del pozo, y lo que nos puede dar “el agua viva”…
+ Es la misma desproporción que vivimos cuando nos bautizamos. El día de nuestro bautismo Dios viene con todo su amor a nuestras vidas, nos regala su presencia para siempre en nuestros corazones. Desde ese día somos personas nuevas iluminadas por Dios.
+ En el bautismo, como dice San Pablo: “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo” para que seamos distintos.
+ Vamos a pedirle hoy al Señor, en este tiempo de Cuaresma, tiempo de conversión interior, que nos dispongamos a recibir el Agua Viva que Jesús nos ofrece, como lo hizo con la samaritana, sin reparar en su vida anterior.
+ Le decimos: “Jesús, danos de esa agua”
· Para contagiar tu paz…
· Para ser solidarios…
· Para decir la verdad…
· Para renovar nuestro bautismo…
· Para ser felices de verdad…
· Para cuidar la naturaleza…
· Agregar otros…
ACTO PENITENCIAL
Luego de cada monición se puede cantar: “Hoy te pedimos perdón” o “Papá del cielo”: www.vicarianiños.org.ar
* Jesús, que nos das el agua de la Vida. Te cantamos… o bien Señor, ten piedad.
* Jesús, que nos das el agua que nos renueva. Te cantamos… o bien Cristo, ten piedad.
* Jesús, que nos das el agua que nos hace hombres nuevos. Te cantamos… o bien Señor, ten piedad.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada intención respondemos: DANOS SEÑOR, EL AGUA VIVA…
1. Te pedimos el agua que nos renueve interiormente para anunciar a todos el mensaje de la salvación. Oremos
2. Te pedimos la alegría, la paz y la fortaleza, para todas las personas que están pasando momentos difíciles. Oremos
3. Te pedimos defender la vida inocente desde la concepción. Oremos
4. Te pedimos por todos nosotros, para que en esta Cuaresma cambiemos nuestro corazón, por un corazón solidario, manso y tierno. Oremos
ORACIÓN COLECTA
Padre del cielo,
te pedimos en esta Cuaresma,
ser fieles a tus enseñanzas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios y Padre bueno
junto con el pan y el vino,
ofrecemos nuestras vidas,
para que sean gratos a tus ojos
y nos alcancen la salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te damos gracias Padre bueno,
porque por medio de tu Hijo Jesús,
nos regalas el agua viva,
que colma nuestro espíritu con tu amor.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO
La Samaritana
V. El Señor esté con ustedesR. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor Nuestro.
Él mismo, cuando pedía a la Samaritana
que le diera de beber,
ya había infundido en ella el don de la fe;
y si quiso tener sed de la fe de esa mujer
fue para encender en ella el fuego de su amor divino.
Por eso, te damos gracias
y proclamamos tu grandeza
cantando con los ángeles:
Santo, Santo, Santo…
V. Levantemos el corazón.R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor Nuestro.
Él mismo, cuando pedía a la Samaritana
que le diera de beber,
ya había infundido en ella el don de la fe;
y si quiso tener sed de la fe de esa mujer
fue para encender en ella el fuego de su amor divino.
Por eso, te damos gracias
y proclamamos tu grandeza
cantando con los ángeles:
Santo, Santo, Santo…
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