Las crisis de los niños en el proceso de una sana elaboración de los duelos. La muerte de un ser querido, la muerte especialmente de un hermanito, o del papá o la mamá, es una gran herida, es una crisis, una crisis existencial. ¿Y por qué se caracteriza una crisis existencial? Porque quiebra, desestructura un proyecto existencial. Es como que se resquebraja la estantería vital de la cosmovisión de nuestra existencia. Eso es en los adultos y también en los niños. Todos necesitamos hacer el proceso del duelo y cada uno lo hace a su manera y, por supuesto, adaptado a su edad, a sus circunstancias, pero algo muy importante, según nos dejemos ayudar o recibamos ayuda. Los niños necesitan hacer el proceso de duelo. Por eso, papá, mamá, ustedes tienen derecho a hacer el proceso de duelo, pero no tienen que olvidarse de sus hijos. Ustedes tienen derecho a llorar y desahogarse, sí, inicialmente en familia, hasta es necesario, pero pasa un tiempo y ustedes tienen por amor a sus hijos saber que cuando papá o mamá llora es durísimo para sus hijos y, por eso, estando ante sus hijos, especialmente pequeños y aunque los hijos sean grandes, si llora papá y mamá se resquebraja el corazón de los hijos. Aunque la herida este fuerte y llore el alma hay que saber sonreír. Esto no es hipocresía, es amor a los otros hijos, porque… ¿Quién tiene que ayudar especialmente a los hijos en duelo? Los papás, el matrimonio. ¿Cuál es la mejor manera de que los hijos hagan el proceso de duelo? Que lo hagan bien los padres y por eso hay que pedir ayuda, un lenguaje adecuado, usar las imágenes que son necesarias y fundamentar, hablar, hablar en familia, desahogarse en familia. Pero eso sí, papá y mamá, no esperen que sean los hijos quienes tomen la iniciativa y de los hijos también hay que aprender que ellos usan los términos reales: “morir”. No emplean eufemismos. Segundo, ellos viven el amor de una manera más desapegada que los adultos. Tercero, cuando un niño escucha, sobre todo de papá y mamá, que el hermanito está feliz en Dios, ya están haciendo un buen proceso de duelo. Recordemos, todos tenemos que hacer un recorrido del duelo pero la mejor manera de que lo hagan los hijos es que los padres, en matrimonio, hagan un proceso, un recorrido del duelo, en conjunto. Los niños aprenden a elaborar los duelos del resto de su vida según lo han visto elaborar de sus papás.
p.Mateo Bautista
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