Para una Celebración penitencial
de niños …
Material: Dos corazones del
mismo tamaño, uno normal (rojo o incluso blanco) e otro negro. Idea
El
corazón rojo está completo y debajo del negro. El negro está dividido en muchos
trozos que se pegan a modo de puzzle sobre el corazón negro. Una vez que cada
persona termina de confesarse se acerca el corazón y quita una de las piezas de
corazón negro. De esta forma, según se van confesando todos va desapareciendo
el corazón negro y va apareciendo el corazón blando.
Cajas de cartón
Cuatro
cajas grandes son suficientes para realizar este símbolo, a partir del cual se
intentará explicar la diferencia entre construirse por dentro y por fuera. Y,
sobre todo, la idea de que construirse por fuera, es decir, cuidar la imagen, critica,
presumir, creerse el centro... acaba por hacer de nosotros personas frágiles.
Los
materiales. cada caja, tIENE una idea de lo que es construirse por fuera. Las
palabras que puse fueron: hipocresía, imagen, presumir, tener. Naturalmente se
pueden poner otras.
El
desarrollo es el siguiente: se explica que no es lo mismo construirse por fuera
que por dentro. Y para explicar eso que puede ser un poco raro, sobre todo para
los más pequeños, recurrimos a una cajas. Vamos a construir por fuera, así que
ponemos una caja con la palabra "imagen" y hacemos un pequeño
teatrillo sobre lo que es cuidar la imagen y la preocupación, a veces excesiva,
por cuidarla... Así hacemos con cada caja. La imagen que está en la foto podría
tener sobre los tres metros de altura y la hice en una misa de niños.
Una
vez se coloca la última caja se les explica que todo esto tiene un problema.
Dicho esto empujamos "con un sólo dedo" (esto es importante
resaltarlo) el conjunto de las cajas. El resultado es que caen con una gran
facilidad, sobre todo si empujamos a sobre la tercera caja. El estruendo llama
la atención y es el momento para decir que el problema ese es el problema de
las personas que solo se preocupan por el exterior... que son frágiles... Con
nada se derrumban.Dicho esto podemos acabar recurriendo al ejemplo de los
árboles. Por más que intentenmos tumbarlos, no lo conseguimos, porque tienen
unas grandes raices... Ellos se construyeron por dentro para poder estar en
pie. Seria bueno acabar con ejemplos sobre lo que es construirse por dentro.
Palos de diferente diámetro
Estos
dos símbolos pueden utilizarse para tratar el tema del crecimiento y la
maduración personal. La forma de presentarlo depende de cada uno. Una
posibilidad es la siguiente:
Se
da a un chico un palo pequeño y se le pide que lo parta, cosa bastante fácil.
Después se le dice que lo intente con un palo lo suficientemente grueso como
para que sea imposible partirlo.
¿Como
llega un tronco pequeño a ser grande? No es cuestión de minutos, o de horas, o
de días.. Sino de años. Pero eso sólo es posible si el árbol se alimenta de los
nutrientes de la tierra.
De
igual forma, nosotros, cuando nacemos, somos como el tronco pequeño: muy
frágiles en todos los sentidos, incluso a nivel personal y religioso. Pero para
crecer en esos dos sentidos es necesario saber nutrirse bien. El ábol de los
nutrientes de la tierra. Nosotros: educadores, padres, la Palabra de Dios, el
ejemplo de buenas personas, cuidar los valores en nuestra vida...
De
nosotros depende querer ser grandes árboles... o acabar siendo
"bonsais"... pequeños y muy frágiles.
Huevo: Muchas cáscara y poca
sustancia
La
finalidad de este símbolo es mostrar que muchas veces tras una apariencia
normal se puede esconder una persona vacía. Puede servir como final de una reflexión
sobre nuestra vida cristiana y, bien realizado, puede tiene un fuerte impacto.
El
material que vas a necesitar es un huevo al que le vas a quitar toda el
interior. Es muy fácil. Sólo tienes que hacer un pequeñito agujero en un lado.
A ser posible no en los extremos del huevo, sino en la parte en la que siempre
queda apoyado el huevo. De esa forma, si lo deja apoyado en el suelo, nadie se
dará cuenta de que está con un agujero.
Para
sacar el interior basta con una aguja e remover poco a poco el interior. Verás
que al final va saliendo todo. Es muy fácil. Seguramente con una jeringa
también funcione, pero no lo he probado.
La
forma de presentar el símbolo puede depender de cada persona. En mi caso dejé
el huevo, desde el comienzo de la charla, sobre un plato, teniendo cuidado que
el agujero quedase hacia abajo, para que nadie se diese cuenta. Una vez acabé
la charla me acerqué al huevo, que estaba en medio del grupo, y lo cogí con el
pulgar y el índice. Uno de esos dos dedos estaba tapando el agujero. Entonces,
mostrando el huevo digo algo así como lo siguiente: "Desde el principio
estuvo el huevo en medio de la sala y tal vez algunos se preguntaron qué hacia
este huevo aquí. Está aquí porque todos cuando vemos el huevo en seguida,
aunque no lo veamos, sabemos que dentro está la yema. ¿Es verdad o no?".
Aquí
hago una pequeña pausa para esperar las respuestas y que la gente asimile
inconscientemente que dentro de ese huevo está la yema. La pausa tiene que ser
muy breve: 3 segundos. Durante esta pausa miro las caras de todo el grupo...
Luego miro al huevo y hago una pausa de 1-2 segundo, como mirándolo fijamente y
lo aplasto con la mano dejando caer los pedazos al suelo.
Lo
normal es que se oiga un suspiro entre la gente porque esperaban que el huevo
tuviese yema. Ese asombro es el que se utiliza para coronar la reflexión.
Podemos decir algo parecido a lo siguiente: "Muchas veces a las personas
nos ocurre como a este huevo. Parecíamos llenos, pero sólo era la cáscara. Tal
vez nosotros deberíamos pararnos a pensar si nos estará ocurriendo lo mismo con
nuestra vida cristiana. Y, quien sabe, puede ser que nos sorprendamos de
nosotros mismos, igual que quedamos sorprendidos por lo que le ocurrió a este
huevo".
En
fin, las palabras finales cada uno las puede hacer como quiera. Pero el efecto,
bien llevado, provoca bastante impacto.
Laberinto: en busca
de algo...
El
laberinto puede ser un símbolo sobre lo que es la búsqueda de la felicidad.
Buscamos la salida y andamos buscando y buscando. A veces pensamos que se
encuentra al doblar una esquina, pero sin querer, lo que hacemos es perdernos
más y más... Pero también ocurre que también podemos acertar.
Una
cosa es clara... Sólo andando se encuentra la salida...
La rueda
Este
símbolo se puede utilizar para cualquier tema que tenga que ver con la
importancia de Jesus en nuestra vida. En Portugal lo he utilizado para una
homilía sobre la profesión de fe.
La
homilía se desarrolla a partir del símbolo de la rueda de bicicleta
Una
rueda tiene tres partes: la parte del neumático, los radios y el eje. Por
experiencia, cuando una rueda pierde un radio no ocurre nada. Pero si pierde
varios, la zona del neumático corre el peligro de deformarse.
Si
trasladados esta imagen a la vida cristiana, el eje sería Cristo, los radios
nuestra unión con él y la zona del neumático seríamos todos nosotros. En la
medida en que estemos unidos a Cristo, nuestra vida irá bien. Pero si empezamos
a descuidar nuestra unión con él (dejando la eucaristía, la oración, una vida
acorde con el evangelio...), entonces corremos el peligro de deformar nuestra
vida.
Si
se quiere explotar todavía más este símbolo, entonces se puede pedir a los
niños o jóvenes que pongan nombre a cada uno de los radios.
El semáforo
Alrededor
del año 95 hubo un atentado terrorista en Madrid. Hubo muchos nuestros... Una
auténtica masacre... En medio de los testigos preguntaron a un conductor de autobús
que salvó la vida por poco. Él dijo lo siguiente: "El semáforo me salvó la
vida. Se puso en rojo y paré. Si hubiese estado en verde, ahora mismo estaría
muerto".
La
idea del semáforo en rojo, que lo podemos llevar pintado y recortado en
cartulina, puede servir para transmitir que no podemos vivir la vida con el
semáforo en verde todo el día. Que a veces es bueno parar (semáforo en rojo) y
que, quien sabe, a lo mejor esas paradas "pueden salvarnos la vida":
Termómetro
Este
no es propiamente un símbolo, sino una "herramienta" que nos puede
ser vir para que un grupo de catequesis se manifieste sobre un determinado
aspecto. Por ejemplo, si queremos evaluar la generosidad de un grupo y queremos
ver la temperatura de un grupo determinado a nivel de generosidad, podemos
pedir a cada uno que se evalúa de 0 a 10 e que marque eso en el termómetro.
En
el ejemplo que está en la foto se utilizó para que el grupo se evaluase a nivel
de varios aspectos como inquietud, fe... Cada uno de los papeles que hay a la
izquierda del termómetro tenían el nombre de cada una de las personas del
grupo. Cuando se evaluaba un aspecto, ellos colocaban en donde se habían
evaluado personalmente. Este recurso visual da pie para poder hablar después de
cada aspecto teniendo como fondo el termómetro.
Volante de coche
El
coche simboliza nuestra vida y el volante la dirección que damos a nuestra
vida. Existen muchos caminos; nuestra vida puede caminar por diferentes
lugares... pero somos nosotros que tenemos que tomar la decisión.
La
idea del volante, como lugar a donde dirigir nuestra vida permite introducir el
tema de la perseverancia. Igual que cuando vamos de vacaciones a un lugar
estamos dirigiendo continuamente el coche a ese destino (girando en la primera
curva no llegamos ya a nuestro lugar de vacaciones), en la vida, una cosa es
llevar el coche, otra no cambiar de dirección y otra llegar a nuestro destino después
de un tiempo de perseverancia.
El
volante lo utilicé para hablar del seguimiento de Jesús en una misa en la que
los niños profesaban la fé. Pero también puede ser introducida en temas
vocacionales, de maduración personal o de preocupación por la propia vida.
Tal
vez no sea fácil encontrar un volante para hacer esta dinámica. Si estas con
dificultad puedes utilizar un coche de juguete, o hacer un volante con
cartulina. En mi caso utilicé un volante de juguete que curiosamente incluía
las marchas, lo que también me permitió introducir otros temas.
Espero
que te sirva...
IDEAS
DE SIGNOS :PEDRO MUÑOZ.
Fuente-:agustinos-es.org