16 feb 2018
CAJITA CON PREGUNTAS : EL PREGUNTON
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AMOR A LA EUCARISTIA
"DIOS ME HA DADO UNA TAREA Y YO TRATO DE HACERLA LO MEJOR POSIBLE" ...ALABADO SEA MI SEÑOR.
Trabajando los tiempos litúrgicos en la catequesis!!
material de : el rincón de las melli...
Claudia Morales RebollarMATERIALES PARA CATEQUESIS
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CALENDARIO LITURGICO
"DIOS ME HA DADO UNA TAREA Y YO TRATO DE HACERLA LO MEJOR POSIBLE" ...ALABADO SEA MI SEÑOR.
14 feb 2018
LECTIO DIVINA DEL 1° DOMINGO DE CUARESMA CICLO B.
Domingo 18 de
febrero de 2018.
Génesis 9,8-15; 1° Pedro 3,18-22; San Marcos 1,12-15.
Oración inicial:
“Ven Espíritu Santo, ven a nuestra
vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para atender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo. Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros”. Amén
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para atender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo. Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros”. Amén
LECTURA.
Leemos
los siguientes textos: Génesis 9,8-15; 1° Pedro 3,18-22; San Marcos
1,12-15.
Claves de lectura:
1. "Crean la Buena
Noticia". (Evangelio)
El Evangelio, la Buena
Noticia que Jesús empieza a proclamar y que es un mensaje para el mundo entero,
para éste y para el del más allá, comienza con su ayuno de cuarenta días. Jesús
no inicia su Cuaresma por propia iniciativa, como mero ejercicio ascético, sino
que es empujado al desierto por el Espíritu de Dios. Como tampoco soportará el
sufrimiento de la cruz (al final de la Cuaresma eclesial) por ascetismo, sino
por pura obediencia al Padre. La inmensa e ilimitada fecundidad de la obra de
Cristo supone tanto al principio como al final una tremenda renuncia. Durante
más de un mes vive sin probar bocado, se alimenta únicamente de la palabra y de
la voluntad del Padre: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y
llevar a término su obra» (Jn 4,34). Siguiendo el ejemplo de Jesús, todos los
santos cuya predicación haya de ser fecunda tendrán que desprenderse de todo lo
propio para anunciar eficazmente la proximidad del reino de Dios. El Señor vive
su tiempo de ayuno entre las alimañas y los ángeles, que «le servían», entre el
peligro corporal y la protección sobrenatural. Vive entre los dos extremos de
la creación entera. Al desprenderse de todo lo que llena la vida cotidiana de
los hombres, Jesús toma conciencia de las auténticas dimensiones del cosmos
que, como Redentor del mundo, debe rescatar para Dios. Después de esta
preparación lejos del mundo -renuncia a todo, incluso a lo más necesario para
vivir-, puede presentarse abiertamente ante los hombres y proclamar: «Se ha
cumplido el plazo».
2. «Esta es la señal del
pacto». (1° Lectura)
Las dos lecturas
muestran las dimensiones del mundo que hay que redimir. La primera describe la
alianza primigenia y fundamental de Dios con Noé. Se trata de la promesa de una
reconciliación definitiva de Dios con el mundo. Los nubarrones amenazadores del
castigo inmisericorde han desaparecido definitivamente del cielo, son un pasado
que nunca volverá. Tras la tormenta de la cólera ha salido el sol y se ha
formado el arco iris, que se eleva desde la tierra hasta el cielo y recuerda a
Dios su pacto con «todos los animales, con todos los vivientes». Este pacto no
ha sido abolido ni ha quedado disminuido por la alianza con Israel y por la
posterior Nueva Alianza de Cristo.
3. "Fue a proclamar
su mensaje a los espíritus encarcelados". (2°Lectura)
La segunda lectura da
una respuesta, aunque ciertamente misteriosa, a la cuestión de la suerte de los
difuntos precristianos. Jesús «murió por los culpables», para conducirlos a
Dios. Por eso él, corporalmente muerto, pero vivo espiritualmente, descendió a
los infiernos para proclamar su mensaje de salvación a «los espíritus
encarcelados». Pues antes de su muerte y de su descenso a los infiernos, nadie
podía llegar a Dios (Hb 11,4O). Antes de la resurrección de Jesús, tampoco
había bautismo que pudiera preservarnos del “sheol” (lugar de los muertos) veterotestamentario,
de esa «cárcel» de los muertos que era una parte del mundo todavía no plenamente
redimido. Pero para llegar al mundo de los muertos, Jesús tenía que someterse
también él a la muerte, de la que haremos memoria al final de la Cuaresma y en
virtud de la cual Cristo puede realizar la promesa contenida en la alianza
pactada con Noé de someter al mundo entero, incluido «el último enemigo, la
muerte» (1 Co 15,26), para poner al universo entero «bajo los pies del Padre».
(Aporte de HANS URS von
BALTHASAR, LUZ DE LA PALABRA,
Comentarios a las lecturas dominicales A-B-C
Ediciones ENCUENTRO.MADRID-1994.Pág. 141 s.)
Comentarios a las lecturas dominicales A-B-C
Ediciones ENCUENTRO.MADRID-1994.Pág. 141 s.)
MEDITACIÓN.
No es raro escuchar,
cuando se habla de Jesús, de su entrega y de su fidelidad a la misión que el
Padre le encomendó que "es que él era el Hijo de Dios". Es
comprensible que busquemos alguna justificación al experimentar nuestras
limitaciones. Pero lo cierto es que Jesús no jugó con ventaja: tampoco a él le
resultó fácil.
EL COMPROMISO DEL
BAUTISMO
En el comentario
correspondiente a la fiesta del Bautismo del Señor, que se celebra unas cuantas
semanas antes de este primer domingo de Cuaresma, decimos que, al recibir el
bautismo, Jesús se comprometió a dar su vida por la felicidad de los hombres.
Ese comentario termina con esta pregunta: "Recibir el bautismo cristiano
es asumir el compromiso de seguir los pasos de Jesús. ¿Se parece mucho nuestro
compromiso bautismal, nuestro compromiso cristiano, al compromiso de
Jesús?" Quizá alguno se sienta inclinado a responder como decíamos
anteriormente: "Pero es que Jesús era el Hijo de Dios".
Marcos, el evangelista,
parece que tiene en su mente esta objeción y nos la responde antes de empezar a
contarnos de qué modo Jesús llevó a cabo su misión con toda fidelidad: Jesús
venció las mismas dificultades que debe superar cualquiera de sus seguidores.
Es cierto que, para ello, contó con la fuerza del Espíritu de Dios y gozó de la
ayuda de los ángeles; pero esto no es un privilegio, pues, como se verá a lo
largo de todo el evangelio, todos los que se decidan a vivir como él vivió y
asuman el compromiso de gastar la vida por la felicidad de los hombres podrán
contar con tal fuerza y con la misma ayuda.
LAS TENTACIONES
Marcos no nos cuenta una
por una las tentaciones que sufre Jesús, como hacen Mateo y Lucas, indicándonos
así que no se trata de hechos aislados que sucedieron una vez y que no se
volvieron a repetir más. Este relato, colocado al comienzo del evangelio, nos
presenta el marco general en el que se habría de desarrollar toda la actividad
pública de Jesús, las circunstancias que van a acompañar permanentemente la
realización de su misión mesiánica: "Estuvo en el desierto cuarenta días,
tentado por Satanás..." Su actividad será un proceso de liberación
(cuarenta días en el desierto, como los cuarenta años del pueblo de Israel) que
llevará a un nuevo modo de vivir en libertad (a una nueva tierra prometida).
Pero durante ese tiempo
tendrá que luchar contra la tentación del poder simbolizado en Satanás. La
tentación no se le presentará en forma de duda personal, como atracción que
pudiera ejercer el poder en el mismo Jesús; serán otras personas las que
intentarán desviarlo de la práctica del servicio y de la entrega de la propia
vida y lo invitarán a elegir el camino del triunfo y de la conquista del poder
para, una vez instalado, instaurar desde él el reino de Dios. Como ejemplo de esta
tentación podríamos citar el episodio que cuenta el mismo evangelio de Marcos
(Mc 8,31-33), cuando Jesús llamó "Satanás" a Pedro por protestar
porque el camino de Jesús conducía a lo que él considera un fracaso, la muerte,
e intentar desviarlo en dirección a la conquista del poder para, desde él,
hacer triunfar el reino de Dios (domingo vigésimo cuarto del tiempo ordinario).
"Estuvo en el
desierto cuarenta días, tentado por Satanás; estaba entre las fieras y los
ángeles le prestaban servicio".
Pedro reaccionó así
cuando Jesús anunció que el Mesías tenía que ser "rechazado por los
senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres
días". Este conflicto es lo que Marcos anuncia cuando dice que Jesús pasó
cuarenta días rodeado de fieras: que Jesús sufrirá durante toda su actividad la
amenaza de personas que intentarán acabar con su vida. Así sucedió desde el
principio (véase Mc 3, 6) hasta que, al final, lo mataron.
Cierto que en esa lucha
por mantener con firmeza el compromiso de amor hasta la muerte que asumió en su
bautismo, Jesús no se va a encontrar solo: habrá hombres y mujeres que,
actuando de acuerdo con lo que Dios quiere (ésos son los ángeles, mensajeros de
Dios; Juan Bautista acaba de ser llamado angel/mensajero de Dios; (véase Mc
1,2) le ayudarán ("le prestaban servicio") a llevar a buen término su
camino.
Nuestra vida, como
cristiano, debe ser también proceso de liberación personal y un compromiso con
la liberación de todos los hombres y los pueblos oprimidos y explotados.
Cierto, esa tarea no es fácil. Y encontraremos muchos obstáculos: nos
intentarán sobornar ofreciéndonos el éxito, el poder o la riqueza para nosotros
solos (incluso nos pueden llegar a decir que si logramos ocupar un puesto
importante podremos influir más eficazmente en la sociedad), o nos amenazarán
diciéndonos que nuestra actitud es ilegal o subversiva y que nos estamos
arriesgando a ser juzgados y condenados por ello. No será fácil, por supuesto,
pero podremos llegar al final como Jesús si, como él, nos abrimos a la acción
del Espíritu y si actuamos unidos -ángeles unos para con los otros- con todos
los que intentan organizar este mundo de acuerdo con lo que Dios quiere. Será
duro, pero tampoco a él le resultó fácil. Y, al final, valdrá la pena.
(Aporte de RAFAEL J.
GARCIA AVILES,
LLAMADOS A SER LIBRES. CICLO B
EDIC. EL ALMENDRO/MADRID 1990.Pág. 53ss.)
LLAMADOS A SER LIBRES. CICLO B
EDIC. EL ALMENDRO/MADRID 1990.Pág. 53ss.)
CUARESMA: DESIERTO Y NOCHE
Lo mejor que tiene la
noche es la esperanza del amanecer. Pero es necesaria la noche: sin ella, la
luz del nuevo día no tendría ese sabor a victoria. Sería como un vaso de agua
sin sed; o como un descanso que no ha sido preparado, deseado largamente desde
la fatiga.
El diluvio fue una larga
noche. ¿Noche, o muerte? Noche, porque una débil esperanza -el arca- se negaba
a morir. Al final de aquella noche, el arco iris fue, para aquella familia que
se salvó, como un amanecer de victoria, como una señal de alianza con el Señor.
El pecado es noche
también. Y el bautismo, para Pedro, es como el arca; una señal de que esa noche
tendrá también su amanecer. ¿Quién lo garantiza? Cristo, pasando de la noche de
su muerte al alba de su resurrección: «Como Cristo era hombre, lo mataron; pero
como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida».
El desierto era, para el
pueblo judío, como otro nombre de la noche. Lugar de paso hacia una tierra que
un día sería «su tierra», pero que aún quedaba lejos. Lugar de purificación y
de esperanza. Buen lugar para las grandes batallas y para los grandes
encuentros. Por eso Jesús, que quería entrar hasta el fondo de nuestra noche,
quiso vivir la experiencia del desierto. «El Espíritu empujó a Jesús al
desierto».
Y en el desierto entró
como un hombre más; en pie de igualdad. Y en él empezó a librar su gran
batalla. A solas con su limitación y con su miedo; cercado por una naturaleza
que se le encrespaba ("vivía entre alimañas"), sin seguridades en que
apoyarse ("dejándose tentar por Satanás"); desgastado por el hambre y
por la sed. Una batalla que no será vencida de una vez para siempre, sino que
habrá que continuar ganando cada día, palmo a palmo, cada vez más dura y más
dramática, hasta el acoso de Getsemaní, hasta el fracaso de la cruz.
Con la Cuaresma
entramos, nosotros también, en el desierto. En él -sed y silencio- nos vamos
preparando para saborear un día el agua viva de la Pascua. En él nos vamos
convenciendo de la inutilidad de tantas cosas que antes creímos necesarias, de
lo débiles que eran nuestros puntos de apoyo. En él, al damos cuenta de nuestra
radical pobreza, podremos acabar descubriendo que Dios es nuestra única
esperanza.
Entremos, pues, sin
miedo en ese desierto. Dispuestos a aguantar la sed y el hambre. Dejando pesos
inútiles que nos impedirían caminar: comodidades que nos acaban enmoheciendo la
disponibilidad, consumismo que pone en peligro toda nuestra escala de valores,
seguridades que nos tientan a que apartemos los ojos del que es nuestra única
seguridad: el Señor.
Entremos en la Cuaresma
sin miedo a irnos metiendo en el silencio.
Sin miedo a lo que el
Señor nos pueda pedir en la oración.
Sin miedo a vernos como
somos cuando el sol, implacable, acabe derritiendo nuestros complicados
maquillajes.
(Aporte de JORGE GUILLEN
GARCIA, AL HILO DE LA PALABRA,
Comentario a las lecturas de domingos y fiestas, ciclo B GRANADA 1993.Pág. 38 s.)
Comentario a las lecturas de domingos y fiestas, ciclo B GRANADA 1993.Pág. 38 s.)
Para la reflexión
personal y grupal:
¿Qué espíritu es el que nos mueve a nosotros?
ORACIÓN-CONTEMPLACIÓN.
CÓMO SERÍA LA VIDA.
Propiamente, Jesús no
enseñó una «doctrina religiosa» para que sus discípulos la aprendieran y
difundieran correctamente. Jesús anuncia, más bien, un «acontecimiento» que
pide ser acogido, pues lo puede cambiar todo. Él lo está ya experimentando:
«Dios se está introduciendo en la vida con su fuerza salvadora. Hay que hacerle
sitio». Según el evangelio más antiguo, Jesús «proclamaba esta Buena Noticia de
Dios: se ha cumplido el plazo. Está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed
la Buena Noticia». Es un buen resumen del mensaje de Jesús: «Se avecina un
tiempo nuevo. Dios no quiere dejarnos solos frente a nuestros problemas y
desafíos. Quiere construir junto a nosotros una vida más humana. Cambiad de
manera de pensar y de actuar. Vivan creyendo esta buena noticia». Todos los
expertos piensan hoy que esto que Jesús llama «reino de Dios» es el corazón de
su mensaje y la pasión que alentó toda su vida. Lo sorprendente es que Jesús
nunca explica directamente en qué consiste el «reino de Dios». Lo que hace es
sugerir en parábolas inolvidables cómo actúa Dios y cómo sería la vida si
hubiera gente que actuara como él. Para Jesús, el «reino de Dios» es la vida
tal como la quiere construir Dios. Ése era el fuego que llevaba dentro: ¿cómo
sería la vida en el Imperio si en Roma reinara Dios y no Tiberio?, ¿cómo
cambiarían las cosas si se imitara, no a Tiberio que sólo buscaba poder,
riqueza y honor, sino a Dios que pide justicia y compasión para los últimos? ¿Cómo
sería la vida en las aldeas de Galilea si en Tiberíades reinara Dios y no
Antipas?, ¿cómo cambiaría todo si la gente se pareciera, no a los grandes
terratenientes que explotaban a los campesinos, sino a Dios que los quiere ver
comiendo y no de hambre? Para Jesús el reino de Dios no es un sueño. Es el
proyecto que Dios quiere llevar adelante en el mundo. El único objetivo que han
de tener sus seguidores. ¿Cómo sería la Iglesia si se dedicará sólo a construir
la vida tal como la quiere Dios, no como la quieren los amos del mundo?, ¿cómo
seríamos los cristianos si viviéramos convirtiéndonos al reino de Dios?, ¿cómo
lucharíamos por el «pan de cada día» para todo ser humano?, ¿cómo gritaríamos
«Venga tu reino»?
(Aporte
de JOSÉ ANTONIO PAGOLA, ECLESALIA, 1/03/06).
Oración final:
“Dios,
Padre nuestro: al comenzar esta Cuaresma te pedimos nos ayudes a empeñarnos en
una auténtica conversión de nuestros corazones y nuestra vida personal y
comunitaria, a la vez que nos esforzamos por transformar nuestra familia,
nuestra sociedad, el mundo. Por Jesucristo nuestro Señor”. Amén.
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7 feb 2018
Nos preparamos para la cuaresma
Se supone que es un momento en que simplificamos, despojándonos de los elementos físicos básicos para que podamos intensificar nuestras vidas espirituales. Se vuelve un poco más complicado cuando eres responsable de algo más que tu propia vida espiritual. Las madres a menudo descubren hasta qué punto nuestras decisiones (y nuestras actitudes) con respecto a la Cuaresma afectan a toda la familia. En ninguna parte es más evidente que el tema de la comida.
El ayuno es uno de los tres "pilares" de la Cuaresma, junto con la oración y la limosna. Y durante la Cuaresma, practicamos el ayuno de una manera particular, así como observar los viernes sin carne, cuando nos abstenemos de comer carne. Ayunar y abstenerse no son lo mismo, aunque a veces suceden juntos. Entonces, ¿qué significa todo ésto?
Ayunamos el Miércoles de Ceniza (este año, el 14 de febrero) y el Viernes Santo (este año, el 30 de marzo). Ayunar significa que podemos comer una comida completa y dos comidas más pequeñas (que, juntas, son más pequeñas que una comida completa). Cuando ayunamos, no comemos entre comidas , todas las personas de entre 18 y 59 años deben ayunar , con estas excepciones : mujeres embarazadas y lactantes y cualquier persona que sufra una enfermedad mental o una enfermedad física como la diabetes.
- ¿Los niños tienen que ayunar? No.
- ¿Las personas mayores tienen que ayunar? No.
- ¿Tenemos que ayunar de los líquidos? No. El ayuno se refiere a la comida, no a los líquidos. Se permiten líquidos en cualquier momento , pero no se deben consumir alimentos sólidos entre las comidas.
Nos abstenemos de comer carne todos los viernes durante la Cuaresma, así como el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Abstenerse de comer carne significa que no comemos carne o productos cárnicos los viernes durante la Cuaresma, o el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Los católicos de 14 años en adelante deben abstenerse de comer carne en esos días.
Podemos comer:
- huevos
- pescado
- granos
- productos lácteos
- vegetales y frutas
- anfibios, reptiles y mariscos- cocodrilo durante la Cuaresma)
No podemos comer:
- pollo u otras aves de corral
- carne de vacuno
- Cordero
- Cerdo
- juego
El área gris: cosas como salsa y caldo.
La abstinencia no incluye jugos de carne y alimentos líquidos hechos de carne. Por lo tanto, alimentos tales como caldo de pollo, consomé, sopas cocinadas o aromatizadas con carne, salsas o salsas de carne, así como aderezos o condimentos hechos de grasa animal técnicamente no están prohibidos. Sin embargo, los teólogos morales tradicionalmente han enseñado que debemos abstenernos de todos los productos derivados de animales (excepto alimentos como gelatina, mantequilla, queso y huevos, que no tienen ningún sabor a carne). Los peces son una categoría diferente de los animales. Se permiten especies de peces salinos y de agua dulce, anfibios, reptiles (animales de sangre fría) y mariscos.
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6° DOMINGO DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO CICLO B. Domingo 11 de febrero de 2018.
LECTIO DIVINA DEL
6° DOMINGO DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO CICLO B.
Domingo 11 de
febrero de 2018.
Levítico 13,1-2.45-46; 1° Corintios 10,31-11,1; San
Marcos 1,40-45
Festividad de
Nuestra Señora de Lourdes
“Jornada mundial de
los enfermos y de los agentes de salud”
Oración inicial:
“Hoy, Señor, vengo
ante ti para alabarte. Hoy, Señor Jesús, con tu poder puedes cambiarme. Sáname,
Señor, hoy quiero vivir, dame de tu amor, sin ti no puedo ser feliz. Sáname,
Señor, líbrame del mal, toca el corazón para alcanzar la santidad.” (Canto
litúrgico)
LECTURA.
Leemos
los siguientes textos: Levítico 13,1-2.45-46; 1° Corintios
10,31-11,1; San Marcos 1,40-45
Claves de lectura:
1. "Quiero: queda
limpio".(evangelio)
El encuentro de Jesús
con el leproso, que le suplica de rodillas que le cure, muestra la total
novedad de la conducta de Cristo con respecto al comportamiento
veterotestamentario y rabínico. Un leproso no sólo estaba excluido de la
comunidad -algo comprensible según las prescripciones higiénicas del Pentateuco-,
sino que los rabinos afirmaban que la causa de esta enfermedad eran los graves
pecados cometidos por el leproso y prohibían acercarse a él; cuando un leproso
se acercaba, se le alejaba a pedradas. Jesús deja que el leproso del evangelio
se le acerque y hace algo impensable para un judío: lo toca. Él es precisamente
el Salvador enviado por Dios que como buen médico no sólo se preocupa de los
enfermos del alma (los sanos no necesitan médico: Mt 9,12), sino que indica, al
tocar al leproso, que no tiene miedo al contagio; más aún: toma sobre sí
conscientemente la enfermedad del hombre y sus pecados. A propósito del
comportamiento de Jesús, Mateo cita las palabras del Siervo de Dios: «Él tomó
nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades» (Mt 8,17; Is S3,4). Pero
esto no sucede en la impasibilidad más absoluta: el texto griego habla de una
cólera de Jesús («le increpó») ante la miseria de los hombres, miseria que Dios
no ha querido. Y cuando el leproso queda limpio, Jesús le ordena, para cumplir
lo que manda la ley, que se presente ante el sacerdote, que ha de constatar la
curación. «Para que conste» significa dos cosas: para que sepan que puedo curar
enfermos y para que vean que no elimino la Ley sino que la cumplo. Que el ex
leproso no respete el silencio que Jesús le impone, es una desobediencia que
dificulta no poco la actividad de Jesús: «Ya no podía entrar abiertamente en
ningún pueblo»; Jesús no quiere que se le confunda con un curandero.
2. «¡Impuro, impuro!».
(1° Lectura)
La primera lectura recuerda
las prescripciones de la Ley con respecto a la lepra. Se trata de medidas
sumamente severas que obligaban al enfermo no sólo a vivir solo, separado de la
comunidad, condenándole a descuidar su aspecto externo mientras duraba su
enfermedad, sino también a gritar «¡Impuro, impuro!» cuando alguien se le
acercaba. Esto es precisamente lo que el pecador contumaz debería hacer en la
Iglesia, pues el que peca gravemente, mientras permanezca en pecado mortal,
puede contaminar a los demás y no debería ocultar hipócritamente su separación
de la «comunión de los santos». Como impuro que es, debería cuanto antes
postrarse de rodillas a los pies de Jesús y suplicarle: «Si quieres, puedes
curarme».
3. "Como yo sigo el
ejemplo de Cristo". (2° Lectura)
En la segunda lectura,
el apóstol procura asemejarse a su Señor en la medida de lo posible; él no
puede tomar sobre sí los pecados de los hombres, pues esto pertenece
exclusivamente a Cristo («¿Acaso crucificaron a Pablo por ustedes?»: 1 Co
1,13), pero puede acoger a los enfermos del cuerpo y mayormente a los del alma
para devolverles la salud en virtud de la fuerza de Cristo. Su ir al encuentro
de los enfermos y de los débiles no es condescendencia, sino pura actitud de
servicio que puede llegar incluso a una participación en la pasión sustitutoria
de Jesús (Col 1,24).
(Aporte de HANS URS von
BALTHASAR, LUZ DE LA PALABRA,
Comentarios a las lecturas dominicales A-B-C
Ediciones ENCUENTRO.MADRID-1994.Pág. 138 s.)
Comentarios a las lecturas dominicales A-B-C
Ediciones ENCUENTRO.MADRID-1994.Pág. 138 s.)
MEDICTACIÓN.
Hoy acabamos esta
primera etapa de la lectura continuada de Marcos (el miércoles empezamos la
Cuaresma), y cuando la recuperemos después de Pascua ya será en el domingo
undécimo, saltando al cuarto capítulo, cuando ya haya concluido eso que hemos
denominado "la explosión de Galilea".
Hoy leemos otro de los
signos que marcan esta explosión: Jesús rompe uno de los grandes tabúes: el
tabú de la lepra, lo que hemos leído en la primera lectura. Jesús no rechaza a
un leproso que se le acerca, en contra de lo que la Ley decía. Pero, además de
esto, vale la pena notar dos cosas aún más sorprendentes: una, que nadie del
entorno de Jesús haga ninguna observación sobre los peligros que esto
comportaba; la otra, aún más importante, que un leproso tenga suficiente valor
como para romper las obligaciones de marginación a que estaba sometido y se
acerque a Jesús. Con todo esto, Marcos quiere mostrar que desde el inicio Jesús
viene dispuesto a romper todos los tabúes que sea necesario, y que todo el
mundo sabe que Jesús está constantemente dispuesto a esta ruptura.
Aparece también aquí el
tema del "secreto mesiánico": Jesús no quiere que se divulgue su
fama, porque eso podría ocasionar que la gente entendiera su mesianismo como un
mesianismo guerrero y poderoso, como esperaban muchos. Pero el leproso no puede
callar, sino todo lo contrario: de hecho, el que ha sido salvado por Jesús es
imposible que calle. Y su fama, la explosión de Galilea, es imparable.
Finalmente, vale la pena
notar que Jesús, a pesar de romper tabúes, no es un defensor de una especie de
principio general de ilegalidad: Jesús quiere que la curación sea certificada
por el sacerdote, como prescribe la Ley. La Ley sólo hay que romperla cuando
oprime. Y además, el pobre leproso vivirá mucho más tranquilo si tiene un
certificado que le autorice a hacer vida normal.
(Aporte de JOSEP
LLIGADAS, MISA DOMINICAL 1994/0)
Para la reflexión
personal y grupal:
¿Qué actitud tenemos ante “los milagros”?
¿Cómo nos relacionamos con Dios cuando estamos enfermos?
ORACIÓN-CONTEMPLACIÓN.
"... y lo tocó"
Cuando el único afán de
las personas es verse libres de todo sufrimiento, resulta insoportable el
contacto directo con el dolor y la miseria de los demás.
Por eso se explica que
muchos hombres y mujeres se esfuercen por defender su pequeña felicidad,
evitando toda relación y contacto con los que sufren.
La cercanía del niño
mendigo o la presencia del joven drogadicto nos perturba y molesta.
Es mejor mantenerse lo
más lejos posible.
No dejarnos contagiar o
manchar por la miseria.
Privatizamos nuestra
vida cortando toda clase de relaciones vivas con el mundo de los que sufren y
nos aislamos en nuestros propios problemas, haciéndonos cada vez más
insensibles al dolor ajeno.
Son muchos los
observadores que detectan en la sociedad occidental un crecimiento de la
apatía, la indiferencia e insensibilidad ante el sufrimiento de los otros.
Hemos aprendido a
amurallarnos detrás de las cifras y las estadísticas que nos hablan de la
miseria en el mundo y podemos calcular cuántos niños mueren de hambre cada
minuto, sin que nuestro corazón se conmueva demasiado.
Incluso, las imágenes
más crueles y trágicas que pueda servirnos la TV quedan rápidamente relegadas y
olvidadas por la serie de moda.
El gran economista J.K
Galbraith ha hablado de la creciente "indiferencia ante el Tercer
Mundo". Según sus observaciones, el aumento de riqueza en los países
poderosos ha aumentado la indiferencia hacia los países pobres. «A medida que
aumentó la riqueza, se podía haber esperado que la ayuda aumentara a partir de
la existencia de recursos cada vez más abundantes. Pero he aquí que ha
disminuido la preocupación por los pobres tanto en Estados Unidos como en el
resto del mundo rico».
La actitud de Jesús
hacia los marginados de su tiempo resulta especialmente interpeladora para
nosotros.
Los leprosos eran segregados
de la sociedad. Tocarlos significaba contraer impureza y lo correcto era
mantenerse lejos de ellos, sin contaminarse con su problema ni su miseria.
Jesús no sólo cura al leproso sino que lo toca. Restablece el contacto humano
con aquel hombre que ha sido marginado por todos.
La sociedad seguirá
levantando fronteras de separación hacia los marginados. Son fronteras que a un
creyente sólo le indican las barreras que ha de traspasar para acercarse al
hermano necesitado.
(Aporte de JOSE ANTONIO
PAGOLA, BUENAS NOTICIAS,
NAVARRA 1985.Pág.191 s.)
Oración final:
Gracias, Padre, porque Jesús, curando a los
leprosos nos mostró que el amor no
margina a nadie, sino que regenera a la persona, restableciéndola en su
dignidad. Cada sanación de Cristo nos habla de su corazón compasivo y nos
confirma en la venida de tu amor y de tu reino.
Siguiendo su ejemplo, danos, Señor, un corazón sensible al bien de los
hermanos, para saber dialogar contigo en la fe. Danos disponibilidad para
escuchar tu palabra, sin encerrarnos en el monólogo egocéntrico y estéril de
nuestra propia
seguridad. Y concédenos superar todas las crisis y dificultades de la fe en
nuestro camino hacia la indispensable madurez cristiana. Amén.
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo,
San Pablo, España, 1993, p. 323)
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"DIOS ME HA DADO UNA TAREA Y YO TRATO DE HACERLA LO MEJOR POSIBLE" ...ALABADO SEA MI SEÑOR.
Material Cuaresma 2018
Es Hacer un camino ( pintado de morado) que nos irá ubicando en distintos espacios cada domingo:
DESIERTO-TABOR-TEMPLO-OSCURIDAD-SEMBRADO…
La palabra de Dios que es nuestra brújula (GPS) nos ira acompañando cada domingo y tendrá un mensaje directo para nosotros (los bocadillos).
Os compartimos varios archivos de la misma idea:
– El dibujo que empieza en blanco y negro que cada semana se va coloreando
– Ficha en b/n que pueden los niños colorear cada domingo una parte y completar el bocadillo..
-Nosotros en la eucaristía imprimiremos el archivo MUPPY (tamaño 1,79 x 120 que como es el tamaño de las marquesinas de los autobuses sale muy barato) recortaremos el evangelio y las frases de los bocadillos y haremos que el evangelio avance por las distintas ubicaciones y añadiremos cada domingo una frase. También lo mandamos en A4.
DESIERTO-TABOR-TEMPLO-OSCURIDAD-SEMBRADO…
La palabra de Dios que es nuestra brújula (GPS) nos ira acompañando cada domingo y tendrá un mensaje directo para nosotros (los bocadillos).
Os compartimos varios archivos de la misma idea:
– El dibujo que empieza en blanco y negro que cada semana se va coloreando
– Ficha en b/n que pueden los niños colorear cada domingo una parte y completar el bocadillo..
-Nosotros en la eucaristía imprimiremos el archivo MUPPY (tamaño 1,79 x 120 que como es el tamaño de las marquesinas de los autobuses sale muy barato) recortaremos el evangelio y las frases de los bocadillos y haremos que el evangelio avance por las distintas ubicaciones y añadiremos cada domingo una frase. También lo mandamos en A4.
Desde la Acción Católica General han preparado unas catequesis que podrán ayudarnos. Todavía nos las tenemos, pero en cuanto las tengamos las adjuntaremos a este material.
Buena travesía hacia la pascua…. Caminemos con esperanza esta cuaresma pues sabemos con quién vamos y que nos lleva a la VIDA.
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Cuaresma
"DIOS ME HA DADO UNA TAREA Y YO TRATO DE HACERLA LO MEJOR POSIBLE" ...ALABADO SEA MI SEÑOR.
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