10 mar 2018
El valor de la humildad-Parabola del Fariseo y el Publicano
"DIOS ME HA DADO UNA TAREA Y YO TRATO DE HACERLA LO MEJOR POSIBLE" ...ALABADO SEA MI SEÑOR.
9 mar 2018
# 8 M...DIA DE LA MUJER
Labels:
MUSICA
"DIOS ME HA DADO UNA TAREA Y YO TRATO DE HACERLA LO MEJOR POSIBLE" ...ALABADO SEA MI SEÑOR.
8 mar 2018
LECTIO DIVINA DEL 4° DOMINGO DE CUARESMA CICLO B.
Domingo 11 de marzo
de 2018.
2° Crónicas 36,14-16.19-23; Efesios 2,4-10; San Juan
3,14-21.
“Mire la muerte
para que la muerte nada valga… En la muerte de Cristo murió la muerte; porque
la Vida muerta mató la muerte, la plenitud de la Vida devoró la muerte; la
muerte fue absorbida en el cuerpo de Cristo”.
(San Agustín, Comentarios sobre el evangelio
de San Juan 12,11-13)
Oración inicial:
“Y aunque tinieblas
padezco, en esta vida mortal no es tan crecido mi mal porque si de luz carezco
tengo vida celestial; porque el amor da tal vida cuando más ciego va siendo,
que tiene al ama rendida sin luz y a oscuras viviendo. Hace tal obra el amor
después que le conocí que si hay bien o mal en mí todo lo hace de un sabor, y
al alma transforma en sí y así en su llama sabrosa la cual en mí estoy
sintiendo apriesa sin quedar cosa, todo me voy consumiendo.” Amén.
(San Juan de la
Cruz)
LECTURA.
Leemos los siguientes textos: 2° Crónicas 36,14-16.19-23;
Efesios 2,4-10; San Juan 3,14-21.
Claves de lectura:
1. «El que no cree, ya
está condenado». (Evangelio)
El evangelio nos da la
oportunidad, en este tiempo de penitencia, de revisar nuestra idea del juicio
divino. La afirmación decisiva es que el que desprecia el amor divino se
condena a sí mismo. Dios no tiene ningún interés en condenar al hombre; Dios es
puro amor, un amor que llega hasta el extremo de entregar su Hijo al mundo por
amor; Dios no puede ya darnos más. La cuestión es si nosotros aceptamos este
amor, de suerte que pueda demostrarse eficaz y fecundo en nosotros, o si, ante
su luz, nosotros preferimos ocultarnos en nuestras tinieblas. En ese caso
«detestamos la luz», detestamos el verdadero amor y afirmamos nuestro egoísmo
de una u otra forma (el amor puramente sensual es también egoísmo). Si hacemos
esto, ya «estamos condenados», no por Dios, sino por nosotros mismos.
2. «Las buenas obras que
él determinó practicásemos». (2° Lectura)
La lectura del Nuevo
Testamento nos muestra una vez más el «gran amor» de Dios por nosotros,
pecadores, pues nos ha resucitado con Cristo y nos ha concedido un sitio con él
en el cielo. Pero nosotros no hemos conquistado ese sitio, sino que nos ha sido
dado por el amor y la gracia de Dios. Y sin embargo no por ello pasamos automáticamente
a ser partícipes de la vida eterna, sino que debemos apropiarnos del don que
Dios nos hace con nuestras «buenas obras». Pero tampoco tenemos necesidad de
inventarnos trabajosamente estas buenas obras; el apóstol nos dice que Dios
«las determinó» de antemano para que nosotros las «practicásemos»; El nos
muestra mediante nuestra conciencia, mediante su revelación, mediante la
Iglesia y mediante nuestros semejantes lo que debemos hacer y en qué sentido
debemos hacerlo. Es posible que practicar estas obras determinadas de antemano
nos cueste algo, pero tenemos que darnos cuenta de que la superación que se nos
exige es también una gracia ofrecida por el amor de Dios, por lo que debemos
realizar nuestras obras en paz y gratitud.
3. (1° Lectura)
La primera lectura nos
muestra de una forma nueva lo que ocurre con el juicio de Dios y con su gracia.
En ella se recuerda la enorme paciencia que Dios tuvo al principio con el
Israel infiel, hasta que finalmente el desprecio y la burla de que eran objeto
los mensajeros y profetas de Dios por parte de Israel llegó a tal punto que «ya
no hubo remedio»: la única salida que quedaba era la destrucción total de
Jerusalén y la deportación a Babilonia. Y sin embargo éste no es el fin del
destino del pueblo: el exilio no durará siempre, surgirá la esperanza de un
salvador terrestre -el rey Ciro- que como instrumento de la providencia divina
permitirá a los desterrados volver a su patria. Estamos todavía en la Antigua
Alianza y la gracia de Dios aún no se ha «consumado», por lo que a partir de
aquí no podemos deducir lo que le sucederá finalmente al que menosprecia la
gracia suprema de Dios ofrecida en Jesucristo. Nos queda sólo la esperanza
ciega de que Dios tendrá al final misericordia incluso de los más obstinados y
de que su luz brillará hasta en lo más profundo de las tinieblas.
(Aporte de HANS URS von
BALTHASAR, LUZ DE LA PALABRA,
Comentarios a las lecturas dominicales A-B-C,
Ediciones ENCUENTRO.MADRID-1994.Pág. 146 s.)
Comentarios a las lecturas dominicales A-B-C,
Ediciones ENCUENTRO.MADRID-1994.Pág. 146 s.)
MEDITACIÓN.
No nos debe dar miedo de
Dios, si hay que temer a alguien es a nosotros mismos. No es Dios el que puede
amargarnos la vida -ni ésta ni la futura-. Lo que nos puede perder es nuestra
insensatez, nuestra resistencia a aceptarlo tal y como él se quiere manifestar:
como amor sin límite.
NACER DE NUEVO.
Nicodemo, a quien Jesús
dirige las palabras del evangelio de hoy, era un fariseo. El partido fariseo
era adversario del saduceo, al que pertenecía la mayoría de los sumos
sacerdotes, los jerarcas religiosos que gobernaban el templo de Jerusalén y a los
que los fariseos acusaban de ilegítimos. Por eso Nicodemo, después de la
expulsión de los mercaderes del templo, vino a negociar con Jesús para
establecer un acuerdo. Él estaba dispuesto a aceptar que Jesús era un
"maestro venido de parte de Dios", pero quería que todo se
desarrollara "dentro de un orden", dentro del orden que establecía la
Ley.
Nicodemo propone a Jesús
que realice su misión de acuerdo con ellos, actuando como maestro de la Ley de
Moisés, que era, según las doctrinas fariseas, fuente de vida y norma de
comportamiento para el hombre.
La respuesta de Jesús
fue tajante: no es sólo una reforma de las instituciones religiosas lo que él
propone; según el proyecto de Dios, hay que "nacer de nuevo", hay que
crear una nueva sociedad formada por hombres nuevos (Jn 3, 1-12).
LEVANTADO EN ALTO.
"Lo mismo que en el
desierto Moisés levantó en alto la serpiente, así tiene que ser levantado este
Hombre, para que todo el que lo haga objeto de su adhesión tenga vida
definitiva".
La Ley, explica Jesús a
Nicodemo, ya no puede desempeñar las funciones que se le atribuían en la
doctrina de los fariseos. De hecho, no había cumplido esas funciones en el
pueblo de Israel, pues no había sido capaz de impedir que la más importante de
sus instituciones, el templo, se hubiera convertido en instrumento de muerte y
de opresión de los pobres ¡en nombre de Dios mismo! La vida de Dios llegará a
los hombres por un cauce totalmente distinto: por un hombre, el Hombre
"levantado en alto", colgado en una cruz a la que lo llevará la
fidelidad y la lealtad en el cumplimiento de su compromiso de amor con toda la
humanidad. De este modo, "todo el que lo haga objeto de su adhesión",
todo el que decida asumir esa forma de vivir y de morir (morir por amor, gastar
la vida amando), nacerá de nuevo y obtendrá la "vida definitiva". Y,
de ese modo, el Hombre "levantado en alto", el Mesías crucificado,
será la norma de comportamiento para todos los que quieran caminar iluminados
por Dios, para todos los que elijan la luz y abandonen la oscuridad de un mundo
organizado en contra de la voluntad de Dios y de la felicidad del hombre.
ASÍ MANIFIESTO SU AMOR.
"Porque así
demostró Dios su amor al mundo, llegando a dar a su Hijo único, para que todo
el que le presta su adhesión tenga vida definitiva".
El hombre
"levantado en alto" será, además, la revelación de una imagen de Dios
inconcebible para los que habían vivido bajo la Ley. Esta, además de indicar
qué era lo que el hombre debía hacer y qué lo que le estaba prohibido,
establecía también el castigo que correspondía a los que violaban sus mandatos.
La Ley era para el hombre (Pablo desarrollará espléndidamente estas ideas.
Véase, por ejemplo, Rom 7, 7-24; Gál 3, 23-4,7) una constante amenaza de
castigo. Pero Dios no es, no quiere ser, una amenaza para los seres que más
ama, para los hombres. Y por eso ha decidido revelarse y manifestar su gloria
en el amor de aquel hombre que llevó su compromiso hasta la entrega de su
propia vida. Y en lugar de prometer un cielo para los que se porten bien y de
amenazar con un infierno para los que se porten mal, envía a su Hijo para que
nos descubra el infierno en que hemos convertido la tierra, y nos enseñe a
construir el cielo aquí y ahora. Y dimite de su función de juez supremo y nos
traspasa a nosotros la responsabilidad de decidir y de escoger entre salvar y
condenar nuestra vida y nuestro mundo: "Porque no envió Dios el Hijo al
mundo para que dé sentencia contra el mundo, sino para que el mundo por él se
salve. El que le presta adhesión no está sujeto a sentencia; el que se niega a
prestársela ya tiene la sentencia, por su negativa a prestarle adhesión en
calidad de Hijo único de Dios".
Para mantener el
desorden que nos empeñamos en llamar orden (la ley y el orden, que dicen
algunos) es necesario un Dios que mande mucho y que amenace más; para que sus
amenazas produzcan efecto y los hombres obedezcan sus leyes algunos necesitan
un Dios que meta miedo; pero por lo que Jesús le dice a Nicodemo, Dios no va a
estar por la labor. Cierto que él no va a imponer su punto de vista; sólo lo va
a exponer... "levantado en alto". Allí lo podrán ver todos y podrán
comprobar que Dios es amor. Y podrán escoger y ponerse del lado del crucificado
o de sus asesinos; y elegir, para sí mismos y para el mundo, la salvación del
amor de Dios o la ruina del orden este. Sin miedo: ¿qué miedo va a dar un Dios
que se manifiesta en un hombre clavado en una cruz? Pero asumiendo cada cual su
responsabilidad, no sólo por el lado en el que se coloque, sino por la imagen
de Dios que anuncie a los demás, pues sólo una es válida: la que revela el
Hombre aquel, el Hijo único de Dios.
(Aporte de RAFAEL J.
GARCIA AVILES
LLAMADOS A SER LIBRES. CICLO B
EDIC. EL ALMENDRO/MADRID 1990.Pág. 64ss.)
LLAMADOS A SER LIBRES. CICLO B
EDIC. EL ALMENDRO/MADRID 1990.Pág. 64ss.)
Para la reflexión
personal y grupal:
¿Me doy cuenta de
que en el mensaje de Jesús todo se fundamenta sobre Dios y sobre la fe? ¿Cuáles
son los pasos del dinamismo del “creer”?
¿Cómo me voy a
preparar para la renovación de mi fe en la Vigilia Pascual?
ORACIÓN
–CONTEMPLACIÓN.
ALGO MÁS QUE SOBREVIVIR.
"que tengan vida eterna".
Son muchos los
observadores que, durante estos últimos años, vienen detectando en nuestra
sociedad contemporánea graves signos indicadores de "una pérdida de amor a
la vida".
Se ha hablado, por
ejemplo, del "síndrome de la pasividad" como uno de los rasgos
patológicos más característicos de nuestra sociedad industrial (E. Fromm). Son
muchas las personas que no se relacionan activamente con el mundo, sino que
viven sometidas pasivamente a los ídolos o exigencias del momento.
Individuos dispuestos a
ser alimentados, pero sin capacidad alguna de creatividad personal propia.
Hombres y mujeres cuyo único recurso es el conformismo. Seres que funcionan por
inercia, movidos por «los tirones» de la sociedad que los empuja en una
dirección o en otra.
Otro síntoma grave es el
aburrimiento creciente en las sociedades modernas. La industria de la diversión
y el ocio (TV, cine, sala de fiestas, conferencias, viajes...) consigue que el
aburrimiento sea menos consciente, pero no logra suprimirlo.
En muchos individuos
sigue creciendo la indiferencia por la vida, el sentimiento de infelicidad, el
mal sabor de lo artificial, la incapacidad de entablar contactos vivos y
amistosos.
Otro signo es "el
endurecimiento del corazón". Personas cuyo recurso es aislarse, no necesitar
de nadie, vivir «congelados afectivamente», desentenderse de todos y defender
así su pequeña felicidad cada vez más intocable y cada vez más triste.
Y, sin embargo, los
hombres estamos hechos para vivir y vivir intensamente. Y en esta misma
sociedad se puede observar la reacción de muchos hombres y mujeres que buscan
en el contacto personal íntimo o en el encuentro con la naturaleza o en el
descubrimiento de nuevas experiencias, una salida para "sobrevivir".
Pero el hombre necesita
algo más que «sobrevivir». Es triste que los creyentes de hoy no seamos capaces
de descubrir y experimentar nuestra fe como fuente de vida auténtica. No
estamos convencidos de que creer en Jesucristo es "tener vida
eterna", es decir, comenzar a vivir ya desde ahora algo nuevo y definitivo
que no está sujeto a la decadencia y a la muerte.
Hemos olvidado a ese
Dios cercano a cada hombre concreto, que anima y sostiene nuestra vida y que
nos llama y nos urge desde ahora a una vida más plena y más libre. Y, sin
embargo, ser creyente es sentirse llamado a vivir con mayor plenitud,
descubriendo desde nuestra adhesión a Cristo, nuevas posibilidades, nuevas
fuerzas y nuevo horizonte a nuestro vivir diario.
(Aporte de JOSE ANTONIO
PAGOLA, BUENAS NOTICIAS,
NAVARRA 1985.Pág. 159 s.)
NAVARRA 1985.Pág. 159 s.)
Oración final:
“Hoy
nuestro corazón salta de gozo, Dios Padre nuestro, al sabernos amados por ti
con un amor que nos hace hijos tuyos. La prueba que verifica tan gozosa noticia
es Jesús, tu Hijo, y desde nuestro hermano mayor y amigo para siempre. Él no
vino para condenar sino para salvar al hombre que tú amas con amor y con loca
ternura de padre. Haz que sepamos corresponderte como hijos tuyos bien nacidos.
Gracias, Señor, porque tú no eres un dios frío y lejano, sino un padre que nos
amas, siempre desvelado por tu criatura el hombre. El secreto del mundo y de
nuestra existencia humana está fundado en el latir de tu corazón que ama.
¡Gracias, Señor!”. Amén.
(Tomado de B. Caballero:
La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 258)
Labels:
lectio
"DIOS ME HA DADO UNA TAREA Y YO TRATO DE HACERLA LO MEJOR POSIBLE" ...ALABADO SEA MI SEÑOR.
4 mar 2018
LECTIO DIVINA DEL 3° DOMINGO DE CUARESMA CICLO B.
Domingo 4 de marzo
de 2018.
Éxodo 20,1-17; 1° Corintios 1,22-25; San Juan 2,13-25.
Oración inicial:
“Espíritu de
verdad, enviado por Jesús para conducirnos a la verdad toda entera, abre
nuestra mente a la inteligencia de las Escrituras. Tú, que descendiendo sobre
la Virgen María de Nazareth, la convertiste en tierra buena donde el Verbo de
Dios pudo germinar, purifica nuestros corazones de todo lo que opone
resistencia a la Palabra. Haz que aprendamos como Ella a escuchar con corazón
bueno y perfecto la Palabra que Dios nos envía en la vida y en la Escritura,
para custodiarla y producir fruto con nuestra perseverancia”. Amén.
LECTURA.
Leemos
los siguientes textos: Éxodo 20,1-17; 1° Corintios 1,22-25; San
Juan 2,13-25.
Claves de lectura:
1. «Destruyan este
templo». (Evangelio)
En medio de la Cuaresma
se narra la purificación del templo, para que reflexionemos sobre lo que es el
verdadero culto a Dios y la verdadera casa de Dios. El evangelio tiene dos acentos
principales: el látigo inexorable con el que Jesús expulsa a todos los
traficantes de la casa de oración de su Padre, y la prueba que da de su
autoridad cuando los judíos le preguntan por qué obra con tanto celo: el
verdadero templo, el de su cuerpo, destruido por los hombres, será reconstruido
en tres días. Hasta que esto no suceda (la muerte y la resurrección están
todavía por venir), la antigua casa de Dios ha de servir únicamente para la
oración. El Dios de la Antigua Alianza no podía tolerar a dioses extranjeros a
su lado, sobre todo no podía soportar al dios Mamón.
La dos lecturas aclaran
en parte lo dicho en el evangelio: la primera, el primer acento principal, y la
segunda, el segundo.
2. «Porque soy un Dios
celoso». (1° Lectura)
La gran autorrevelación
del Dios de la alianza, en la primera lectura, tiene dos partes (y una
interpolación): en la primera parte, Dios, que ha demostrado su vitalidad y su
poder haciendo salir a Israel de Egipto, se presenta como el único Dios (cfr.
Dt 6,4); por eso ha de reservarse para sí toda adoración y castigar el culto
tributado a los ídolos. En la segunda parte exige al pueblo con el que pacta la
alianza que se comporte, en los «diez mandamientos», como corresponde a una
alianza pactada con la única y suprema Majestad. Todos estos mandamientos no
son prescripciones del derecho natural o preceptos puramente morales (aunque
puedan ser también eso), sino exigencias de cómo ha de comportarse el hombre en
la alianza con Dios. Ha sido incluida en la lista la ley del sábado, que en
este contexto indica ante todo que entre los días de los hombres uno está
reservado para el descanso, día que está caracterizado como propiedad privada
de Dios y obliga a los hombres, con el descanso del trabajo cotidiano, a ser
conscientes permanentemente de ello.
3. "Los judíos
exigen signos". (2° Lectura)
La segunda lectura
aclara el segundo motivo principal del evangelio, en el que los judíos exigen
una prueba del poder de Jesús: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?». La
exigencia de signos para creer es rechazada por Jesús y al mismo tiempo
escuchada, mediante la única señal que se les dará: «Esta generación perversa y
adúltera exige una señal; pues no se le dará más signo que el del profeta
Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo: pues
tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra» (Mt
12,38-4O). Exactamente lo mismo que en el evangelio: el templo destruido y
reconstruido. El único signo que Dios da es para los hombres «lo necio», «lo
débil», la cruz: se requiere la fe para poderlo captar, mientras que los judíos
primero quieren ver para poder después creer. Por eso el signo que se les da
aparece como un «escándalo», mientras que para los llamados a la fe es «Cristo,
fuerza de Dios y sabiduría de Dios», que se manifiesta en el signo único y
supremo de la muerte y resurrección de Jesús.
(Aporte de HANS URS von
BALTHASAR, LUZ DE LA PALABRA,
Comentarios a las lecturas dominicales A-B-C
Ediciones ENCUENTRO.MADRID-1994. Pág. 144 s.)
Comentarios a las lecturas dominicales A-B-C
Ediciones ENCUENTRO.MADRID-1994. Pág. 144 s.)
MEDITACIÓN.
Los
mandamientos no son límite, sino clave para ser feliz.
El Evangelio del tercer
domingo de Cuaresma tiene como tema el templo.
Jesús purifica el antiguo templo, expulsando del mismo, con un látigo de cuerdas, a vendedores y mercaderías; entonces se presenta a sí mismo como el nuevo templo de Dios que los hombres destruirán, pero que Dios hará resurgir en tres días.
Pero esta vez desearía detenerme en la primera lectura, porque contiene un texto importante: el decálogo, los diez mandamientos de Dios. El hombre moderno no comprende los mandamientos; los toma por prohibiciones arbitrarias de Dios, por límites puestos a su libertad. Pero los mandamientos de Dios son una manifestación de su amor y de su solicitud paterna por el hombre. «Cuida de practicar lo que te hará feliz» (Dt 6, 3; 30, 15 s): éste, y no otro, es el objetivo de los mandamientos.
En algunos pasos peligrosos del sendero que lleva a la cumbre del Sinaí, donde los diez mandamientos fueron dados por Dios, para evitar que algún distraído o inexperto se salga del camino y se precipite al vacío, se han colocado señales de peligro, barandillas o se han creado barreras. El objetivo de los mandamientos no es diferente a eso. Los mandamientos se pueden comparar también a los diques o a una presa. Se sabe lo que ocurrió en los años cincuenta cuando el Po reventó los diques en Polesine, o lo que sucedió en 1963 cuando cayó la presa de Vajont y pueblos enteros quedaron sumergidos por la avalancha de agua y barro. Nosotros mismos vemos qué pasa en la sociedad cuando se pisotean sistemáticamente ciertos mandamientos, como el de no matar o no robar... Jesús resumió todos los mandamientos, es más, toda la Biblia, en un único mandamiento, el del amor a Dios y al prójimo. «De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas» (Mt 22, 40). Tenía razón San Agustín al decir: «Ama y haz lo que quieras». Porque si uno ama de verdad, todo lo que haga será para bien. Incluso si reprocha y corrige, será por amor, por el bien de otro. Pero los diez mandamientos hay que observarlos en conjunto; no se pueden observar cinco y violar los otros cinco, o incluso uno solo de ellos. Ciertos hombres de la mafia honran escrupulosamente a su padre y a su madre; pero se permitirían «desear la mujer del prójimo», y si un hijo suyo blasfema le reprochan ásperamente, pero no matar, no mentir, no codiciar los bienes ajenos, son tema aparte. Deberíamos examinar nuestra vida para ver si también nosotros hacemos algo parecido, esto es, si observamos escrupulosamente algunos mandamientos y transgredimos alegremente otros, aunque no sean los mismos de los mafiosos. Desearía llamar la atención en particular sobre uno de los mandamientos que, en algunos ambientes, se transgrede con mayor frecuencia: «No tomarás el nombre de Dios en vano». «En vano» significa sin respeto, o peor, con desprecio, con ira, en resumen, blasfemando. En ciertas regiones hay gente que usa la blasfemia como una especie de intercalación en sus conversaciones, sin tener en absoluto en cuenta los sentimientos de quienes escuchan. Además muchos jóvenes, especialmente si están en compañía, blasfeman repetidamente con la evidente convicción de impresionar así a las chicas presentes. Pero un chaval que no tiene más que este medio para causar impresión en las chicas, quiere decir que está realmente mal. Se emplea mucha diligencia para convencer a un ser querido de que deje de fumar, diciendo que el tabaco perjudica la salud; ¿por qué no hacer lo mismo para convencerle de que deje de blasfemar?
Jesús purifica el antiguo templo, expulsando del mismo, con un látigo de cuerdas, a vendedores y mercaderías; entonces se presenta a sí mismo como el nuevo templo de Dios que los hombres destruirán, pero que Dios hará resurgir en tres días.
Pero esta vez desearía detenerme en la primera lectura, porque contiene un texto importante: el decálogo, los diez mandamientos de Dios. El hombre moderno no comprende los mandamientos; los toma por prohibiciones arbitrarias de Dios, por límites puestos a su libertad. Pero los mandamientos de Dios son una manifestación de su amor y de su solicitud paterna por el hombre. «Cuida de practicar lo que te hará feliz» (Dt 6, 3; 30, 15 s): éste, y no otro, es el objetivo de los mandamientos.
En algunos pasos peligrosos del sendero que lleva a la cumbre del Sinaí, donde los diez mandamientos fueron dados por Dios, para evitar que algún distraído o inexperto se salga del camino y se precipite al vacío, se han colocado señales de peligro, barandillas o se han creado barreras. El objetivo de los mandamientos no es diferente a eso. Los mandamientos se pueden comparar también a los diques o a una presa. Se sabe lo que ocurrió en los años cincuenta cuando el Po reventó los diques en Polesine, o lo que sucedió en 1963 cuando cayó la presa de Vajont y pueblos enteros quedaron sumergidos por la avalancha de agua y barro. Nosotros mismos vemos qué pasa en la sociedad cuando se pisotean sistemáticamente ciertos mandamientos, como el de no matar o no robar... Jesús resumió todos los mandamientos, es más, toda la Biblia, en un único mandamiento, el del amor a Dios y al prójimo. «De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas» (Mt 22, 40). Tenía razón San Agustín al decir: «Ama y haz lo que quieras». Porque si uno ama de verdad, todo lo que haga será para bien. Incluso si reprocha y corrige, será por amor, por el bien de otro. Pero los diez mandamientos hay que observarlos en conjunto; no se pueden observar cinco y violar los otros cinco, o incluso uno solo de ellos. Ciertos hombres de la mafia honran escrupulosamente a su padre y a su madre; pero se permitirían «desear la mujer del prójimo», y si un hijo suyo blasfema le reprochan ásperamente, pero no matar, no mentir, no codiciar los bienes ajenos, son tema aparte. Deberíamos examinar nuestra vida para ver si también nosotros hacemos algo parecido, esto es, si observamos escrupulosamente algunos mandamientos y transgredimos alegremente otros, aunque no sean los mismos de los mafiosos. Desearía llamar la atención en particular sobre uno de los mandamientos que, en algunos ambientes, se transgrede con mayor frecuencia: «No tomarás el nombre de Dios en vano». «En vano» significa sin respeto, o peor, con desprecio, con ira, en resumen, blasfemando. En ciertas regiones hay gente que usa la blasfemia como una especie de intercalación en sus conversaciones, sin tener en absoluto en cuenta los sentimientos de quienes escuchan. Además muchos jóvenes, especialmente si están en compañía, blasfeman repetidamente con la evidente convicción de impresionar así a las chicas presentes. Pero un chaval que no tiene más que este medio para causar impresión en las chicas, quiere decir que está realmente mal. Se emplea mucha diligencia para convencer a un ser querido de que deje de fumar, diciendo que el tabaco perjudica la salud; ¿por qué no hacer lo mismo para convencerle de que deje de blasfemar?
(Aporte del P. Raniero Cantalamessa
ofm cap,
Comentario a las
lecturas del 3° domingo de Cuaresma, 16 de marzo de 2006)
Para la reflexión
personal y grupal:
¿Dónde encontramos nosotros la «casa de oración»?
ORACIÓN-CONTEMPLACIÓN.
EL CULTO AL DINERO.
No conviertan en un
mercado la casa de mi Padre.
Hay algo alarmante en
nuestra sociedad que nunca denunciaremos lo bastante. Vivimos en una
civilización que tiene como eje de pensamiento y criterio de actuación, la
secreta convicción de que lo importante y decisivo no es lo que uno es sino lo
que tiene. Se ha dicho que el dinero es «el símbolo e ídolo de nuestra
civilización» (Miguel Delibes). Y de hecho, son mayoría los que le rinden y
sacrifican todo su ser.
J. Galbraith, el gran
teórico del capitalismo moderno, describe así el poder del dinero en su obra
«La sociedad de la abundancia». El dinero «trae consigo tres ventajas
fundamentales: primero, el goce del poder que presta al hombre; segundo, la
posesión real de todas las cosas que pueden comprarse con dinero; tercero, el
prestigio o respeto de que goza el rico gracias a su riqueza».
Cuantas personas, sin
atreverse a confesarlo, saben que en su vida, lo decisivo, lo importante y
definitivo es ganar dinero, adquirir un bienestar material, lograr un prestigio
económico.
Aquí está sin duda, una
de las quiebras más graves de nuestra civilización. El hombre occidental se ha
hecho materialista y, a pesar de sus grandes proclamas sobre la libertad, la
justicia o la solidaridad, apenas cree en otra cosa que no sea el dinero.
Y, sin embargo, hay poca
gente feliz. Con dinero se puede montar un piso agradable, pero no crear un
hogar cálido. Con dinero se puede comprar una cama cómoda, pero no un sueño
tranquilo. Con dinero se puede adquirir nuevas relaciones pero no despertar una
verdadera amistad. Con dinero se puede comprar placer pero no felicidad.
Pero, los creyentes
hemos de recordar algo más. El dinero abre todas las puertas, pero nunca abre
la puerta de nuestro corazón a Dios.
No estamos acostumbrados
los cristianos a la imagen violenta de un Mesías fustigando a las gentes con un
azote en las manos. Y, sin embargo, ésa es la reacción de Jesús al encontrarse
con hombres que, incluso en el templo, no saben buscar otra cosa sino su propio
negocio.
El templo deja de ser
lugar de encuentro con el Padre cuando nuestra vida es un mercado donde sólo se
rinde culto al dinero. Y no puede haber una relación filial con Dios Padre
cuando nuestras relaciones con los demás están mediatizadas sólo por intereses
de dinero.
Imposible entender algo del
amor, la ternura y la acogida de Dios a los hombres cuando uno vive comprando o
vendiéndolo todo, movido únicamente por el deseo de «negociar» su propio
bienestar.
(Aporte de JOSE ANTONIO
PAGOLA, BUENAS NOTICIAS,
NAVARRA 1985.Pág. 157 s.)
NAVARRA 1985.Pág. 157 s.)
Oración final:
“Dios
de la Vida, Padre todo misericordioso, que nos has señalado como Ley suprema el
Amor: ayúdanos construir una comunidad de hermanos que te de siempre culto en
espíritu y en verdad.” Amén.
Hno. Javier.
"DIOS ME HA DADO UNA TAREA Y YO TRATO DE HACERLA LO MEJOR POSIBLE" ...ALABADO SEA MI SEÑOR.
16 feb 2018
Dominó de Cuaresma
Labels:
Cuaresma
"DIOS ME HA DADO UNA TAREA Y YO TRATO DE HACERLA LO MEJOR POSIBLE" ...ALABADO SEA MI SEÑOR.
CAJITA CON PREGUNTAS : EL PREGUNTON
Elyzabeth Sifuentes
RECURSOS PARA CATEQUISTAS
ttps://www.facebook.com/groups/1636547893271807/?ref=group_header
Labels:
AMOR A LA EUCARISTIA
"DIOS ME HA DADO UNA TAREA Y YO TRATO DE HACERLA LO MEJOR POSIBLE" ...ALABADO SEA MI SEÑOR.
Trabajando los tiempos litúrgicos en la catequesis!!
material de : el rincón de las melli...
Claudia Morales RebollarMATERIALES PARA CATEQUESIS
Labels:
CALENDARIO LITURGICO
"DIOS ME HA DADO UNA TAREA Y YO TRATO DE HACERLA LO MEJOR POSIBLE" ...ALABADO SEA MI SEÑOR.
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)