20 jun 2018

Buscando mis amores – San Juan de la Cruz



 Siguiendo con la espiritualidad de San Juan de la Cruz, la hermana Silvia de la Misericordia, carmelita descalza del Monasterio San José, de la ciudad de Córdoba, comenzó invitándonos a “morar en quien amamos”.

“Si está dentro mío el que ama mi alma… ¿Cómo es que no lo siento? La causa porque no lo encontrás – dice hermana Silvia – es porque está escondido”. Y agrega, “La fe es el secreto, porque son los pies con que el alma va a Dios”.

Y la fe no encierra conceptos. Encierra una persona que se revela por una respuesta de fe

Yo creo en Dios… hasta acá…

En qué Dios creés… buscando mis amores siempre exige un camino que es estático que te hace salir de vos mismo, de vos misma para encontrar a quien amás, y esto que se da a nivel personal, humano también se da con Dios.
Estos son los tips que nos va dejando San Juan de la Cruz para encontrar a Jesús:
– No basta orar con el corazón y con la lengua, obras son amores, no son sólo palabras y ratitos, hay que obrar la caridad.
– Saliendo el alma de la casa de su propia voluntad y del lecho de su propio gusto, ahí sí hallará la dicha de la sabiduría divina que es el Hijo de Dios.
– Hágase en mí, dijo María, ésto tenemos que aprender, que no se haga mi voluntad sino la tuya.
– Para buscar a Dios se requiere un corazón desnudo.
– Conformar nuestra voluntad con la de Dios.
Las tres fieras que amenazan nuestro encuentro con el Señor
La hermana Silvia nos invita a tener en cuenta lo que dice San Juan de la Cruz sobre las fieras que se presentan cuando el alma comienza el camino de Dios. “Parece que se le representa en la imaginación el mundo como a manera de fieras haciéndole amenazas de tres formas”:
  • La primera fiera es: ¡Ah! No! ahora voy a perder los amigos, si empiezo ir a la iglesia, al hospital… No es perder los amigos, no tengas miedo de poder vivir tu fe con la inclinación que el Señor te está regalando interiormente.

  • La segunda fiera es ¿Cómo ha de poder sufrir ya, contentos y deleites del mundo?Cuando Jesús te invita a un camino de austeridad, de justicia, de verdad, ya hay cosas que no van, son antagónicas a este camino.

  • Una tercera fiera son las burlas: El riesgo de anteponer al camino de Jesús lo que los otros dicen.
Lo que activa la fe y el amor, concluye la hermana Silvia, es el encuentro con la Palabra de Dios y la belleza de los sacramentos, entre otras herramientas.



http://radiomaria.org.ar/programacion/las-armas-dios-la-oracion-la-cruz-cristo-dice-san-juan-la-cruz/


1 may 2018

EL SAGRARIO PARA ARMAR






Vid Verdadera



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“Yo soy la Vid Verdadera, y mi Padre es el Viñador. Todo sarmiento que en mi no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto.
Ustedes están ya limpios gracias a la palabra que les he dicho. Permanezcan en mí, como yo en ustedes.
Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco ustedes si no permanecen en mí. Yo soy la Vid; ustedes los sarmientos.
El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no pueden hacer nada.
Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.
Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán. La gloria de mi Padre está en que den mucho fruto y sean mis discípulos.
Como el Padre me amó, yo también les he amado a ustedes; permanezcan en mi amor.
Si guardan mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
Les he dicho esto, para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea colmado”.
Jn 15, 1-11





17 abr 2018

Dar la vida para unir


«Así es Cristo para nosotros. Hay una dimensión de la experiencia cristiana que tal vez dejamos un poco en la sombra: la dimensión espiritual y afectiva. El hecho de sentirnos unidos al Señor por un vínculo especial, como las ovejas a su pastor. A veces racionalizamos demasiado la fe y corremos el riesgo de perder la percepción del timbre de aquella voz, de la voz de Jesús Buen Pastor, que anima y fascina. Como les sucedió a los dos discípulos de Emaús, a los que les ardía el corazón mientras el Resucitado hablaba a lo largo del camino» Papa Francisco 7/5/2017

Jn 10,11-18
La imagen del buen pastor perfila una manera de vivir y de entregarse sin límites, hasta el extremo, al máximo por las ovejas. Él da la vida para unir a sus ovejas. Nosotros, pertenecientes al rebaño del Buen Pastor, le necesitamos continuamente en nuestra vida, porque las amenazas nos rodean de diversas maneras, como los estragos que nos hacen sufrir desde fuera o los miedos que nos atacan por dentro.
Nuestras preocupaciones, enfermedades y heridas necesitan no de lobos que nos aterren sino de ese Pastor que entrega su vida como expresión del amor incondicional que nos tiene. Más que al lobo o a los lobos, hemos de temer la ausencias de amor e indiferencias que nos acechan. ¡Cuántos viven la frialdad, el vacío y el desprecio de no sentirse amados y verse sin acceso al redil de este amor tan necesario! Solo quien se siente amado por un amor tan desinteresado aprende a amar a fondo perdido en el nuevo rebaño del Resucitado.
En estos días queremos dar gracias a Dios por tantos niños y niñas que van a hacer su primera comunión en este tiempo pascual. Damos gracias por sus padres y catequistas, por las parroquias y colegios en los que son acogidos para profundizar en su amistad con Jesús. Que Jesús Buen Pastor sea siempre su alimento, su fortaleza y el gran Amor de sus vidas.
Oración:
Gracias, Señor, porque Tú nos proteges de nuestros miedos, amenazas y heridas. El bálsamo de tu amor ahuyenta los temores y nos hace crecer en una entrega confiada, desde el sentirnos unidos en esta Iglesia de puertas abiertas que camina hacia la santidad.

10 abr 2018

FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO





PASCUA JUDIA -PASCUA CRISTIANA









ORACION


“Nunca dejes que nada te llene de tanto dolor o tristeza que llegue hacer que te olvides del gozo de Cristo resucitado”(Madre Teresa de Calcuta).



Para nuestra oración:
“Señor, Te espero al atardecer, al final de mis jornadas,
en el silencio de la tarde que cae.
No importa que mis puertas estén cerradas.
Tú, ¡entra! lo mismo. Preséntate ante mí,
déjame ver tu rostro radiante y regálame, como aquel día a tus discípulos,
el don precioso de la “paz”.
Yo también, como ellos, quiero ver tus manos y tu costado.
Quiero ver tu amor hecho manos y corazón traspasados por mí.
Jesús: dentro de mí encuentro mucho del Tomás desconfiado y necesitado de tu presencia.
Mi fe también es débil fatiga diaria por llegar a Ti,
por estar contigo, por sentir tu presencia en mí.
Señor, necesito tu amor, tu cercanía que comprende mi fe débil.
Necesito que al roce de mi mano con tu mano y tu costado,
me venza tu amor y me arroje con infinita ternura en tus brazos confesando que soy tuya y que Tú eres mío: „Señor mío y Dios mío‟. Amén”.


Hna. Clemencia Rojas, FMA (Hija de María Auxiliadora