13 mar 2020

La catequesis como puente hacia la liturgia. Por el Padre Daniel Díaz

Imaginemos que un día encendemos nuestro televisor y nos encontramos con una película que nos resulta atrayente. Pero a los pocos segundos, al comenzar un diálogo entre los personajes, no reconocemos ni una sola palabra y ni siquiera identificamos su idioma. Esperamos ansiosos los subtítulos que traduzcan lo que se dice, pero estos nunca aparecen. Mientras la incomprensible conversación continúa avanzando, hacemos el intento de entender algo, pero pese a nuestro esfuerzo no logramos nada. Sólo vemos personas que pronuncian palabras desconocidas. Todo parece tener sentido para ellos: ríen o lloran, se enojan o entristecen. Sin embargo, para nosotros, todo resulta distante e inaccesible. ¿Cuánto tardaríamos en cambiar de canal? Seguramente muy poco.
No es ningún secreto si afirmamos que en nuestra sociedad, la Liturgia de la Iglesia es un lenguaje que pocos hablan. La gran mayoría de los católicos no sabe por qué la gente se para, se sienta o se arrodilla. Desconocen el significado de palabras que se repiten constantemente como “gloria”, “aleluya”, “gracia” y mil otras. Se ven sometidos a silencios que les resultan sólo espacios vacíos y en los cuales no saben qué hacer. Y todo esto, sólo por poner algunos ejemplos. Hoy es indispensable una catequesis que introduzca gradualmente a quienes aún no lo conocen, a este modo nuevo de escuchar a Dios y de expresarnos ante Él y los hermanos, tal como la Liturgia requiere.
¿Cómo podemos enojarnos cuando alguien entra al Templo como si nada, si nunca lo ayudamos a comprender que este era un lugar distinto, un espacio sagrado? Y no bastará con explicárselo sólo intelectualmente. Habrá que ayudarlo a hacer experiencia de lo que eso significa. No como algo instantáneo, sino sabiendo que requerirá de paciencia y dedicación, de un acompañamiento afectuoso y comprensivo que no le demande ir más allá de lo que él puede en esta etapa. Y siempre deberemos esforzarnos para que perciba nuestra enseñanza como una invitación a participar de una Buena Noticia.
¡Cuántas veces nos damos vuelta con cara de pocos amigos porque alguien habla en la Misa! Pero ¿quién se ha tomado la molestia de explicar a esa persona el valor del silencio como espacio de interioridad y diálogo con Dios? ¿Quién ha ayudado a los que no lo saben, a entender que en las palabras que dice el sacerdote habla por nosotros a Dios o nos habla en nombre del Señor? Nosotros no nos privaríamos de hablarle a un familiar que está sentado frente a la tele, si están pasando un cortometraje en japonés y sabemos que él no habla ese idioma.
Estas situaciones nos plantean una doble necesidad. En primer lugar hemos de asumir la tarea catequística de enseñar a celebrar la vida y la fe. No hacerlo es un modo de marginar a quienes no entienden su lenguaje. En segundo término, hemos de asumir la tarea de traducir a un lenguaje más accesible todas las palabras y gestos de la Liturgia (y si no pueden traducirse porque responden a normas fijas, al menos le podremos poner subtítulos que sirvan de ayuda a muchos).
En sus orígenes, en tiempos del imperio de Roma, la Iglesia asumió el latín como lengua propia, para que la mayoría del mundo conocido pudiera comprender lo que celebraba. Siglos después, lo abandonó por la lengua de cada lugar, con el mismo sentido. Tenemos que preguntarnos hoy, qué cosas debemos asumir y cuáles tenemos que dejar para que todos puedan seguir celebrando a Jesucristo como Él lo merece, como nosotros lo necesitamos. Mientras lo hacemos, la catequesis deberá prestar especial atención a esta problemática y hacerse puente que acerque a aquellos que no conocen el lenguaje litúrgico, a la participación de un encuentro con Dios que sea verdadera fiesta.

10 mar 2020

¡MARATÓN BÍBLICO!

Les traemos un juego ,pueden usar esta manera ...
Descarga los personajes, imprimirlos, pégales en cartulina y refutarlos con papel con tac transparente (ese que se usa para forrar libros y cuadernos para protegerlos), procede igual con la tabla de juego (puedes, incluso, agrandarla).
*Jugadores: mínimo 2, máximo 7.
*Dados: 2
*Santa Biblia: puede ser una por jugador o una por grupo.
Para iniciar: Cada jugador debe lanzar los dados 2 veces, la primera vez es para avanzar, y la segunda vez es para buscar la cita bíblica, donde el número alto corresponde al capítulo y el pequeño al versículo.
Por ejemplo: lanza los dados la primera vez y le sale 4 y 2 (4+2=6), entonces avanza, en la tabla, hasta Josué, éste será el libro que buscará, luego lanza los dados por segunda vez y le sale 2 y 5, entonces en el Libro de Josué ubicará la cita bíblica del capítulo 5 y versículo 2. ¡Súper fácil, verdad!!!

pueden agregar estos detalles ...

El siguiente material es un sencillo juego de preguntas y respuestas por equipos cuyo tema principal es la Biblia. Como objetivo ejercitaremos la memoria y repasaremos un poco de contenido bíblico. También se propiciará el trabajo en equipo para alcanzar el éxito y que los/las niños relacionen los contenidos dados en esta actividad.
INSTRUCCIONES
1.     Se Se formarán entre 3 o 4 equipos para este juego de preguntas y respuestas.
2.     Cada equipo elegirá un nombre y un representante que será el que de la respuesta de todo el equipo. Si la respuesta no la da el representante no se tomará como válida.
3.     El/la catequista habrá elaborado previamente las tarjetas de preguntas y las revolverá de manera que no sepa cuál es el orden de las preguntas. 
También deberá elaborar tantas tarjetas/fichas para los nombres de cada equipo y que sean los que se adhieran en las casillas del tablero. Cada equipo lanzará el dado una vez. Iniciará el equipo con el número más alto y consecutivamente siguiendo este patrón.
4.     Se explicará a todos las reglas del juego. En el tablero encontramos una serie de casillas numeradas y algunas con una imagen de la Biblia que corresponden a los turnos dobles.
5.     Cada grupo tirará el dado y responderá a una pregunta, si la respuesta es correcta avanzará el número obtenido en el tiro. De ser una respuesta incorrecta retrocederá 2 casillas desde la posición obtenida por la lanzada de dado.
6.     Cuando el equipo de una respuesta incorrecta se cederá el turno al siguiente grupo para responder hasta encontrar la respuesta acertada o será dicha por el catequista en caso de que ningún grupo la responda correctamente.
7.     El equipo que reciba una pregunta cedida y responda correctamente avanzará las casillas correspondientes a la tirada de dado que el equipo realizó originalmente.
8.     El equipo que reciba una pregunta cedida y responda incorrectamente retrocederá 2 casillas.
9.     Cuando la tirada de dado los lleve a una de las casillas con la imagen de la Biblia tendrán la oportunidad de tirar una segunda vez, pero solamente en caso de que la respuesta a la pregunta sea correcta. Si la respuesta es incorrecta retrocederían tres casillas cediendo el turno al siguiente equipo.
10.   El grupo ganador sería aquel que llegara a la meta por exceso o con el número justo.
Atento(a) catequista
·         La duración del tiempo de respuesta debe determinarla el/la catequista en cada caso.

·         Es conveniente colocar el tablero en la pizarra y utilizar algún material adherente para que las fichas colocadas en el tablero estén a la vista de todos.
·         Se recomienda elaborar un mínimo de 30 preguntas para realizar este juego.
¡A DIVERTIRSE!
Para gloria de Dios, Salvación de mi alma y bien de mi prójimo.

Materiales
TABLERO

Clic para ver la imagen del tablero en tamaño completo.



Descárga el juego aquí: https://drive.google.com/open…

esta idea es del blog :catequistafeliz.blogspot.mx

8 mar 2020

Y UN DÍA EL CIELO SE ASOMÓ Y NOS DEJÓ SENTIRLO …

Domingo 8 de marzo
Mateo17, 1-9

ME PREPARO- El lugar, el tiempo y el corazón

Y UN DÍA EL CIELO SE ASOMÓ Y NOS DEJÓ SENTIRLO …
Leemos Mt 17, 1-9

La Fiesta de la transfiguración es un momento muy importante en la vida de los amigos de Jesús y en nuestra vida. Yo no se si para Jesús Vos y Yo seriamos Pedro Santiago o Juan, pero nos gustaría serlo, así que vamos a sentirnos ahí una vez más.
Los discípulos están viviendo días difíciles, se sienten confundidos, desconcertados. Jesús les habló de sufrimiento, de cruz y a ellos les cuesta comprender… ¿Realmente Él es el Salvador que esperaban? ¿No hay otro camino más fácil que el que propone Jesús? En esos momentos ellos solo pueden ver la cruz, no pueden vislumbrar la Pascua. Cuando escuchan a Jesús, sienten que se viene la noche, pero no ven ninguna luz en su horizonte, sienten miedo, están muy confundidos…
Tantas veces nosotros convivimos con el dolor, la injusticia, la violencia, la pobreza. Es tanto lo que nos gustaría que sea diferente y también aparecen nuestras dudas… ¿Será este el camino? ¿Todo lo que hacemos alcanza? ¿Este modo de vivir puede transformar la realidad? ¿Nos puede transformar a nosotros? ¿Tiene sentido? Cuando parece que avanzamos… los ojos del mundo nos quieren hacer creer que estamos retrocediendo ¿Estamos haciendo las cosas bien?
Tal vez las preguntas no tendrían que orientarse tanto al … qué estamos haciendo… sino …por quién lo estamos haciendo… porque el qué, podrá ir cambiando, pero el quién, siempre permanecerá ¿Te la compliqué? …
Volvamos al Evangelio, si sabemos ver y escuchar bien, Jesús siempre está atento a lo que pasa. Él conoce a sus amigos, sabe lo que están sintiendo y quiere ayudarles a dar un “salto en la fe” que les permita volver a centrarse en lo que creen. Jesús jamás les pediría un salto al vacío, es un salto que los acercará “al cielo”, sí, escuchaste bien ¡al cielo! Jesús se anima a hacer algo impensado. Busca a los más cercanos; llama a Pedro, Santiago y Juan y los lleva al “monte”, al lugar de la intimidad, allí donde siempre se daba el “encuentro profundo con Dios” y les hace un regalo, les permite vivir un “adelanto de lo que será la Pascua”… Podríamos decir que por un momento se sienten “casi en el cielo”, por unos segundos, ellos pueden ver, o más bien, se pueden dejar enceguecer por tanta luz. Ahí escuchan la Voz de Dios que les confirma que su amigo, es su hijo amado y que a Él tienen que escuchar y seguir.

ENCUENTRO QUE LA PALABRA ESTÁ PRESENTE EN MI VIDA DE TODOS LOS DÍAS.

¡Increíble encuentro! ¿Te animaste a sentirte ahí? Es una lectura en donde hay tanto para mirar que te podés perder. Encontrás a Jesús, a Dios, a Moisés y Elías, están los amigos de Jesús; aparecen lugares que también nos hablan; el monte, la nube, la luz, las vestiduras de Jesús; las palabras que se van escuchando… tanto para mirar y rezar, pero… ¿escuchaste a Pedro?
-¡Pedro!- ¿Qué haríamos sin vos?- Gracias por acercarnos a Jesús; creyendo, dudando, amando, negando, dejándolo todo, llorando, sirviendo … siempre Pedro… tan humano y tan de Dios… Jesús te invitó al Monte Tabor y le dijiste lo que todos le hubiéramos dicho ¡Hagamos tres carpas! Sí ¡Quedémonos acá! ¡Estamos tan bien ahora! Y claro ¿para qué irse? ¿para qué volver? ¿Quién puede pensar en la cruz en ese momento? ¿A quién se le puede ocurrir que para “ganar la vida hay que perderla”? ¡Hagamos tres carpas! ¡Sí Pedro! ¡Cómo no entenderte y pensar igual que vos! ¿Puede haber algo mejor que estar ahí?
Ahora, fijate bien, en ese momento en que están casi tocando el cielo, Jesús aparece y les dice lo mismo que nos diría hoy a nosotros… hay que volver, hay que bajar del monte, tenemos que volver, sí, de ese lugar en el que nos sentimos tan cuidados, mimados y transfigurados en su Amor, hay que volver… todavía queda mucho por hacer…
Jesús hoy nos permite tocar el cielo, pero para fortalecernos en la misión, para que comprendamos que la Pascua es el horizonte de nuestra esperanza. Seguramente muchas veces nos pasó “vivir momentos que son como pedacitos de cielo”, esos que no querés que acaben nunca, esos instantes en que buscamos que el tiempo no pase, “puertas del cielo que algo nos dejan vislumbrar”. A veces son lugares, a veces personas, a veces encuentros, palabras, momentos, pero creeme; “el cielo se abre para vos, para mí y para todos, más de lo que nos podemos imaginar”. Pensá en tus momentos de cielo, te aseguro que los tenés…
Y cuando vemos tanta cruz alrededor, podemos caer en la tentación de “bajar los brazos”, pero Jesús lo sabe, por eso aparece para recordarnos que el camino es “abrir los brazos”, como en su cruz, “abrir los brazos y entregarnos” caminando juntos hacia la Pascua. Ese es el camino que recorremos en la Cuaresma.
Hoy nos invita a subir al monte, para luego bajar y ponernos al servicio. Nos hace escuchar la voz de Dios, para que la compartamos con nuestros hermanos. Vos ya lo sabés o lo intuís ¡Cuánto más recibimos, más nos toca entregar! Si tuviste la gracia de disfrutar de un momento de cielo, de sentir esos brazos abiertos de Dios ¿No vas a vivir toda tu vida intentando decirles a todos de lo que es capaz Dios?
Pedro, Santiago y Juan fueron juntos al encuentro en la montaña ¿No será que Jesús quiso mostrarles que la Fe se vive en comunidad?
En este camino hacia la celebración de los 500 años hay tantos hermanos nuestros que como los discípulos pasan por momentos de cruz, de duda, de desconcierto, de dolor ¿Rezamos por ellos? ¿Les hacemos un lugar en nuestras comunidades? ¿Curamos sus heridas? Jesús quiso mostrarles a sus discípulos que ante el dolor, el sentirse amado fortalece. Siempre volvemos al amor que sana y salva.

LA PALABRA SE HACE VIDA Y ORACIÓN EN NOSOTROS

A veces uno escucha “transfiguración” y piensa que es un cambio de figura, a mí me ayuda pensar que Jesús al transfigurarse no cambió, simplemente “se hizo más transparente” Se dejó ver con más luz, se iluminó, como cuando una lupa te ayuda a ver los detalles de algo que tuviste siempre a la vista, pero nunca habías observado con claridad.
Sus amigos lo tenían ahí, pero en realidad no lo veían. Nosotros lo tenemos tan cerca, y a veces tampoco lo vemos. Hoy no necesitamos ir al Monte Tabor para reconocer a Jesús tal cual es. Que nuestro GESTO de hoy sea volver al Evangelio con el que arrancamos esta semana y pedirle al Señor que “su Amor nos transfigure la mirada y el corazón” para poder reconocerlo ¿dónde?... Te dejo la posible respuesta para rezarla juntos…

"Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?...
"Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo". Mt 25,37-40

Que el Señor nos transfigure el corazón, para que podamos mirar a los heridos del camino con su Amor y aprender a curar sus heridas.

No te olvides que en la mesa de la Eucaristía nos unimos todos y este domingo con nuestro corazón en Luján vamos a pedirle a nuestra Madre que nos ayude a proteger y cuidar la vida “como viene”. Que podamos abrazar todas las vidas.
En el día de la mujer, rezamos por todas…
“Sí a las mujeres, Sí a la Vida”.

LA FIESTA DEL ABRAZO