A la escucha de Dios en los "surcos de la
historia": la SECULARIDAD habla a la CONSAGRACIÓN: Fue el título del último Congreso Mundial de
IS
La palabra secularidad viene de la palabra seculum, siglo. El Diccionario de la Lengua Española dice: secular es que vive en
el siglo.
Pero nosotros sabemos que la secularidad no sólo es el hecho de ser del
mundo y de vivir en medio del mundo; es mucho más: es ser y saberse responsables de este mundo, que es nuestro porque Dios
nos lo ha dado, en Cristo, por heredad.
El seglar se interesa por lo que pasa en el mundo: a nivel nacional e internacional,
y reza por los que gobiernan y deciden para que sea para el bien común. El
laico se interesa por hacer cada vez mejor su trabajo, por estudiar y trabajar
con profesionalidad, con perfección sin ser perfeccionista. La secularidad consiste en ver el mundo como
positivo.
Estamos llamados a ser luz del mundo allí donde vivimos, trabajamos, oramos
y nos divertimos, llámese escuela, hogar, parroquia, taller, fábrica, oficina,
laboratorio, consultorio, tienda… el mundo de la tercera edad…
Muchas veces nos preguntamos ¿cómo?
O ¿qué hacer concretamente?
Jesús nos dice: “He venido para que tengan Vida y una Vida plena” (Jn
10,10). Propuesta que es también para
nosotros, si respondemos positivamente, iniciaremos ese camino del discipulado
misionero, en un contexto de vida comunitaria, contribuyendo a restaurar la
dignidad humana, promoviendo la defensa y el crecimiento de la familia y
llevando el Evangelio a los nuevos
escenarios del mundo actual, llamados a contribuir a la a transformación
de las realidades temporales y a la creación de estructuras justas según los
criterios del Evangelio con nuestro testimonio y nuestra actividad. (Cf
DA 210
Reconocer la presencia de
Dios y su plan de salvación hoy
El papa Benedicto XVI en su
Mensaje a la CMIS nos decía:
“Al interior de la
humanidad en camino, inspirados por el Espíritu Santo, pueden reconocer los
signos discretos y a veces escondidos que revelan la presencia de Dios.
Sólo gracias a la fuerza de la gracia, que es don del Espíritu, pueden
vislumbrar en los caminos, a menudo torcidos de los acontecimientos humanos, la
orientación hacia la plenitud de la vida sobreabundante. Un dinamismo que
representa, más allá de las apariencias, el verdadero sentido de la historia
según los designios de Dios. La vocación de ustedes es de estar en el
mundo asumiendo todos las cargas, los anhelos, con una mirada humana que
coincida siempre con la divina, de la que brota un compromiso original,
peculiar, fundado sobre la conciencia de que Dios escribe
su historia de salvación en la trama misma de los acontecimientos de nuestra
historia.”
Estamos en un cambio de época que significa una
nueva cultura, unas maneras nuevas de relacionarnos entre nosotros, con Dios,
con la naturaleza. Un cambio que está surgiendo y es confuso, complejo, con
luces y sombras. Nos cuesta comprender lo que está ocurriendo. Por esta razón
es indispensable que miremos la realidad desde el proyecto de Dios Padre, que
vio como bueno todo lo que creó; que veamos la realidad con los ojos de Jesucristo
que anunció el reino de Dios Padre el cual nos ofrece la vida en abundancia.
Que miremos la realidad desde el proyecto de Dios padre
Es decir que debemos ver la realidad con esperanza,
con confianza, con alegría, que tratemos de descubrir en ella el llamado que el
Señor nos hace para contribuir a la construcción de su Reino de vida. Nosotras
tenemos en esta realidad compleja y desafiante, nuestra misión, el escenario en el cual hemos de vivir nuestro ser consagradas. Por tanto
debemos conocer la realidad, comprenderla desde los valores del Evangelio,
desde la mirada de Jesús aprovechando los aportes de las ciencias y
descubriendo en ella los rostros de los más pobres y necesitados, los rostros
sufrientes del mismo Cristo (Cf DA)
Hacerse unidad en Cristo
Y en otra parte del Mensaje el Santo Padre nos decía: . Punto firme e irrenunciable, referencia
segura para nutrir aquel deseo de hacerse unidad en Cristo que es
tensión de la existencia total de todo cristiano, más aún, de quien ha
respondido a una llamada radical del don de sí. Medida de la profundidad de la
vida espiritual de ustedes no son las muchas actividades, que exigen sus
esfuerzos, sino más bien la capacidad de buscar a Dios en el
corazón mismo de cada acontecimiento y de reconducir a Cristo toda
cosa. Es el "recapitular" en Cristo todas las cosas
del que habla san Pablo (Cfr. Ef. 1,10). Sólo en Cristo,
Señor de la historia, toda la historia y todas las historias encuentran sentido
y unidad.
Y en ocasión de la Congreso Mundial de IS Joao Braz Cardinale DE AVIZ - Prefetto
della CIVCSVA nos decía:
Se trata de aquel Sentire cum Ecclesia al cual la Exhortación
Apostólica Vita Consecrata” ha
dedicado el Nª 46 del cual vuelvo a leer con ustedes estas palabras: “Una gran
tarea está confiada a la Vida consagrada también a la luz de la doctrina de la Iglesia-comunión, que con
tanto vigor fue propuesta por el Concilio Vaticano. IIº
A las personas consagradas se le pide que
sean, de veras, expertas en Comunión y en practicar la espiritualidad de comunión,
como testigos y artífices de Aquel “Proyecto de Comunión” que está al vértice
de la historia del hombre según Dios”. El sentido de la comunión eclesial,
desarrollándose como espiritualidad de Comunión, promueve una manera de pensar, hablar, y
actuar que hace crecer a la Iglesia en profundidad y extensión.
La
vida de comunión “se vuelve entonces un
signo para el mundo y una fuerza atractiva que conduce a creer en Cristo [...]
De tal manera la comunión se abre a la
misión, se hace ella misma misión, más bien: “la comunión genera comunión y se
configura esencialmente como comunión misionera.”
Como lo resalta nuestra
constitución:
Art. 47 -
La M. D. fiel a la característica secular del Instituto, no solo custodia la forma externa, sino que vive con mentalidad secular, mediante la
cual se siente en su verdadero puesto en el mundo y entre los hermanos. Mentalidad secular no quiere decir del mundo,
sino aquella mentalidad evangélica que considera las realidades terrenas dentro
del plan salvífico de Dios.
Y como
nos enseñaba el P. Giorgio:
“Mentalidad
secular, tanto
en relación a nuestra propia personalidad, como en relación a los demás.
1.- En relación a la propia formación personal señalo aquí las tres cualidades básicas: MADUREZ; DISPONIBILIDAD; RECOGIMIENTO DEL CORAZÔN
Madurez.
Significa ser, (Mejor, formarse siempre más) “mujer”, “adulta” desarrollando
todas las riquezas de la mente, de la intuición, de la entrega, que le son
propias; una capacidad de responsabilidad personal, de justa autonomía y
autogobierno, también en la vida espiritual, siguiendo firmemente la voz de una
conciencia recta, un buen sentido práctico, equilibrio y juicio; no solamente
sentimiento e impresión o impulsividad, sino usar la cabeza y, más que todo
vivir de fe. Una dosis de coraje y de fortaleza, no separada del sentido de los
propios límites y de una auténtica humildad que nos impide el creernos
infalibles.
Disponibilidad . Que, partiendo de un generoso olvido
de sí mima y de fuerte abnegación, nos lleva a la entrega de nosotros mismos,
al sentirnos en servicio permanente. Siempre en el orden, en la calma, en la
justa jerarquía de las obras y valores y, colocando en el primer lugar los
deberes hacia Dios y los de la propia situación
personal; en una verdadera libertad de espíritu, sin quedar atados al
lugar, o a las personas, listas para buscar
y seguir la voz de Dios, de cualquier manera que se manifestase.
Recogimiento del corazón. Para quien vive en
el mundo y en la acción, sin ayuda
exterior del ambiente y del horario, es indispensable que nos formemos “La celda interior”, que conservemos un “silencio del corazón” que solamente nos hace capaces de vivir “en
una religiosa escucha de la palabra de Dios”, y de descubrir a Jesús en los
hermanos y en los acontecimientos, y de pasar con menor dificultad desde el
trabajo-oración a la oración pura. Sin ese esfuerzo no se puede ser receptivo
a la voz del Espíritu Santo y la consagración se reduce a algo formal y superficial.
2.- En relación a los demás la mentalidad secular exige un corazón grande y una
mentalidad abierta, evitando los peligros del aislamiento, de la mezquindad,
del formalismo Y, más que todo, tenemos que cultivar la bondad para amar, servir, donar.
Mentalidad que nos hace sentir cómodos y deja cómodos a los demás, en
cualquier ambiente que podamos encontramos, especialmente con los pobres, y los
más humildes. .
Por eso,
resultan particularmente preciosas esa
virtudes humanas que forman el puente hacia los demás para para comunicar, dialogar.
He aquí algunas indicaciones: La mentalidad abierta, la transparencia y
sinceridad, la delicadeza y el buen trato, que nos lleva a evitar todo lo que
le puede disgustar a los demás; la amabilidad y la alegría que hacen que la
bondad resulte simpática; el ser agradecida, que indica a un buen corazón; la lealtad y la justicia que nos hace huir de toda
falsedad o hipocresía; la buena educación, que es fruto exquisito de la Caridad;
No se trata de cambiar mi personalidad, (la aceptación humilde y serena de sí y
de los propios límites quiere decir aceptar la voluntad de Dios que nos ama así
como somos ), pero tratando de mejorar siempre. Y ese continuo esfuerzo para
mejorar constituye una de las penitencias más meritorias frente al Señor.”· Don
Giorgio.
Caminar
todas juntas con Dios que está en medio de su pueblo
Las
Misioneras Diocesanas de Jesús Sacerdote estamos llamadas a servir a la
transformación del mundo de acuerdo al plan de Dios
En
“camino”, en peregrinación junto a cada persona que encontramos, y con
ellas construyendo “juntas”. Instrumentos de relaciones nuevas en un
mundo interdependiente y globalizado, permitiendo experimentar a cada uno que
son amados por Dios, porque son valorados y amados.
Caminar con toda la humanidad hacia
formas y niveles más elevados de convivencia humana. Caminar todos juntos con Dios
que está en medio de su pueblo.
Cristo
en su Iglesia, en nosotros, sigue orando por la unidad de la Iglesia y del
mundo.
Las
MDJS estamos llamadas a identificarnos con esta aspiración, deseo y
oración eficaz de Cristo, viviendo la caridad, la única, la
que edifica la unidad que Cristo ha querido.
Por
ello, nos unimos a la comunidad eclesial en la misión de servir a la unidad de
la Iglesia, como signo e instrumento de la unidad del mundo. Y así
contemplar la comunión Trinitaria en sí misma y como razón de la vida cristiana
y de la Iglesia y como fundamento del dar la vida para que “acontezca” en la
historia y Cristo sea “luz de las gentes”.
Art.48- La M. D., vive, por tanto, sus compromisos
temporales con competencia profesional;
puede realizar cualquier actividad y compartir cualquier condición de vida
civil, viendo en ellas un medio para crecer en la fe y en el compromiso de
consagración, testimoniando, así, la presencia y el amor de Dios en medio de
los hermanos.
Precisamente, a través de su participación en el
Sacerdocio de Cristo, la M. D. actúa en
las realidades profanas de tal manera que las lleva al orden querido por Dios.
“Sean disponibles a construir, en unión con todos los buscadores de la
verdad, proyectos de bien común, sin soluciones preconcebidas y sin miedo a las
preguntas que quedan sin respuestas, y siempre prestos a poner en riesgo la
propia vida, con la certeza que el grano de trigo, que cae en tierra, da mucho
fruto (Cfr. Jn. 12,24).
Sean creativos, porque el Espíritu construye
novedad; alimenten miradas capaces de futuro y raíces sólidas en Cristo Señor,
para poder comunicar también a nuestro tiempo, la experiencia de amor que está
en la base de la vida de todo hombre. Estrechen caritativamente las heridas del
mundo y de la Iglesia. Por encima de todo, vivan una vida dichosa y plena,
acogedora y capaz de perdón, por estar fundada en Cristo Jesús, Palabra
definitiva del Amor de Dios por el hombre.” Mensaje del Papa a la CMIS
Art.49- En los compromisos temporales y en las
actividades apostólicas, la M. D. se presenta ante los hermanos con carácter
secular y, por tanto, con
responsabilidad personal, sin comprometer directamente al Instituto, tratando de vivificar y santificar todo
"desde dentro" del mismo mundo.
Nos
decía Don Giorgio:
“nosotras
estamos llamadas a cooperar en la reconsagración del mundo, es decir a
“Recapitular en Cristo todas las cosas” Es un compromiso que tiene que ser
meditado profundamente porque es uno de las razones principales de nuestra
consagración en el mundo.
I.
¿Por qué tenemos que consagrar el
mundo?
El
fundamento de la re-consagración del mundo está fundado en las palabras de San Pablo:
“Todo es vuestro, ustedes son de Cristo- Cristo es de Dios”
1) Tenemos que consagrar el mundo
porque todo es de Dios; por
eso la consagración del mundo es obra de justicia
Consecuencia:
Nada es profano, si todo es de Dios; todo puede servir al bien (canción- TV-
cuerpo...) Nada lleva directamente al mal.
2)-Nosotros le pertenecemos a Cristo. Si todos somos llamados a llevar el
mundo a Cristo, tanto más una misionera laica. En efecto, ¿Por qué Cristo vino
a la tierra? Lo dice el martirologio: “Queriendo con su venida, consagrar el
mundo, nació….”
Cristo consagró
el mundo de estas maneras:
a)
Todo el
universo, de alguna manera, participó en la formación del Cuerpo de Cristo; por
eso Cristo elevó todo el mundo.
b)
Porque
Cristo vino y se quedó en este mundo; trabajó como nosotros, pisó la tierra que
pisamos nosotros….
c)
Consagró
el mundo con su Palabra.
d)
Consagró
el mundo con los Sacramentos que son el momento culminante de la consagración
3) Nosotros somos la prolongación de
Cristo, debemos, por lo tanto continuar haciendo lo que El hizo
Hay en
la Iglesia una parte de consagración que le corresponde a la Jerarquía, pero
hay también una gran parte del mundo que tiene que ser consagrada por nosotros.
Y nosotros tenemos el derecho y el deber de obrar esa consagración porque somos Iglesia. No somos parte pasiva, y, como
Ia Iglesia jerárquica tiene que consagrar algunas cosas, también nosotros
tenemos que consagrar algunas otras: Por ej. . El trabajo, la actividad
sindical, la política, las diversiones, la moda…
4) Nuestro lugar en la
Iglesia es el mismo que tenemos en la vida: Oficina, escuela, casa, fábrica,
campo…En nuestro ambiente tenemos que llevar la voz de la Iglesia, la luz de la
iglesia
Donde
yo estoy, ahí está la Iglesia. Estar en el mundo, no significa solamente
vivir en el mundo, sino de tratar de reconsagrarlo. En un mundo impuro, yo no
tengo solamente que ser pura, sino que tengo que llevar pureza alrededor mío. No tenemos que huir del
mundo, sino quedar en el mundo para reconsagrarlo.
5) Nuestra vocación es de “Consagradas en el mundo” Sería más cómodo vivir en un convento.
Estamos en el mundo como luz, como levadura sagrada, para reconsagrar los
valores humanos: La belleza, la alegría, el trabajo, la casa, la amistad, la
moda… somos personas sagradas: todo lo
que tocamos, todo a lo que nos acercamos, se transforma en algo sagrado.
En el
ambiente en que vivimos, a las personas
que tratamos tenemos que darle algo que los eleve, algo sagrado y divino.
¡Cuánta apertura de mente, cuanto esplendor de testimonio, cuánta riqueza de
interioridad, de unión con Dios se necesita para irradiar adonde quiera lo
divino, la gracia, la alegría
II.
¿Qué
hay que consagrar?
a) Tu cuerpo,
porque es la parte del mundo que más te pertenece. ¿Qué significa? Tienes que considerar
tu cuerpo como templo de Dios. Tu cuerpo no sea de tropiezo, sino de ayuda que
te eleva hacia Dios. Profana su cuerpo
el que lo venera demasiado, condena el alma, lo profana con la pereza, la
impuridad, la falta de dignidad y de delicadeza. Sé pura, modesta, delicada. Tu
cuerpo es doblemente sagrado porque eres
miembro de Cristo y por el voto que lo volvió una hostia inmolada como Jesús
Victima.
b) Tu tiempo
Porque es lo que, después del cuerpo, te
pertenece más directamente. Se consagra el tiempo, no perdiendo tiempo. Se aprovecha el tiempo viviéndolo en gracia,
porque todo el tiempo vivido en gracia
vine computado para la vida eterna…el tiempo pasado en estado de pecado mortal
es tiempo profanado.
c) Tu ambiente de trabajo. Es importante. Si en tu ambiente de trabajo se respira aire
material, tú tienes que llevar aire espiritual…tienes que hablar, por lo menos
con el ejemplo de vida, del Reino de los cielos. Si hay codicia, lleva desapego, si hay
egoísmo lleva caridad, si hay barro, llevas luz, si hay impureza lleva pureza.
d) La vida social. Intégrate
a la vida social para llevar la voz de la Iglesia.
e) Tu casa, los grupos a los cuales estas perteneciendo.
Tienes que formarlos como “Cenáculos”,
que produzcan almas generosas que deseen consagrar el mundo, ardiendo de amor
hacia Dios y los hermanos
f) Tu trabajo. Trabaja
en unión con Cristo, por Dios, con Dios. Tanto más en nuestros días en que el trabajo volvió a
ser confirmado como verdadera oración, servicio, amor y por tanto apostolado.
g) Tu Apostolado o Evangelización.
Pon a Dios en tu misión y saca todo lo demás. No hagas nada para ti mismo, sino hacelo todo para Dios, de
manera que tu apostolado sea el Suyo.
Tu alma,
desde el Bautismo y después por la Confirmación
y la Eucaristía, ha sido consagrada. Un nuevo sello de consagración ha
sido imprimido por los Santos Votos de tu vocación. Ahora le perteneces totalmente a Dios,
solamente a Él, y para siempre, como “Esposa de Cristo”. Por eso
todo lo que haces se vuelve sagrado,
de alguna manera es un acto de Religión, un culto de alabanza a
Dios. Entonces: Que no quede nada
material, profano o indecoroso; nada de búsqueda de ti misma.
Tu
grito de toda mañana, sea un grito de victoria y de alegría, pero también un
compromiso, sea este: ..¡¡Soy Consagrada,
soy Misionera, le pertenezco a Cristo, voy a ser portadora de Cristo a
todos, en todo lugar, siempre!!!
Art. 50 - La M. D., en cuanto secular
consagrada, está en el mundo y al
servicio del mundo, pero no es del mundo; es pues, consciente de que deberá
realizar renuncias y experimentar limitaciones y que irá contra cualquier
corriente de mundanización.
Pero esto deberá vivirse como exigencia del mismo
Evangelio, del espíritu de las Bienaventuranzas, mediante una vida comprometida integralmente a caminar con Cristo
hacia el Padre.
Sólo de esta
forma será fermento, sal y luz del mundo, y su consagración no será debilitada
y no correrá riesgos
Del decreto
APOSTOLICAM ACTUOSITATEM sobre
el apostolado de los laicos
“5. La
obra de la redención de Cristo, que de suyo tiende a salvar a los hombres,
comprende también la restauración incluso de todo el orden temporal. Por tanto,
la misión de la Iglesia no es sólo anunciar el mensaje de Cristo y su gracia a
los hombres, sino también el impregnar y perfeccionar todo el orden
temporal con el espíritu evangélico. Por consiguiente, los laicos,
siguiendo esta misión, ejercitan su apostolado tanto en el mundo como en la
Iglesia, lo mismo en el orden espiritual que en el temporal: órdenes que, por
más que sean distintos, se compenetran de tal forma en el único designio de
Dios, que el mismo Dios tiende a reasumir, en Cristo, todo el mundo en la nueva
creación, incoativamente en la tierra, plenamente en el último día. El laico, que es a un tiempo fiel y
ciudadano, debe comportarse siempre en ambos órdenes con una conciencia
cristiana."
Llamadas
a continuar la encarnación:
“Yo
soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6). Él es el verdadero camino hacia
el Padre, quien tanto amó al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el
que crea en Él tenga vida eterna (cf. Jn3,16) Esta es la vida eterna: “Que te conozcan a ti el único Dios verdadero”
La
vida que Jesús anuncia (y que nosotras como consagradas seculares debemos
continuar anunciando) es respuesta a males que actualmente aquejan a la persona
y a la sociedad de hoy, así:
Ante una vida
sin sentido
|
Jesús nos revela la vida íntima de Dios en su
misterio más elevado, la comunión trinitaria. Es tal el amor de Dios, que
hace del hombre , peregrino en este mundo, su morada: “Vendremos a él y
viviremos en él” Un 14,23)
DA109
|
Ante la
desesperanza de un mundo sin Dios, que sólo ve en la muerte el término
definitivo de la existencia
|
Jesús nos ofrece la resurrección y la vida
eterna en la que Dios será todo en todos (cf. 1Co 15,28) (DA109)
|
Ante la
idolatría de los bienes terrenales
|
Jesús presenta la vida en Dios como valor
supremo: “¿De qué le sirve a uno ganar el mundo si pierde su vida?” (Mc 8,36)
(DA 109)
|
Ante el
subjetivismo hedonista
|
Jesús propone entregar la vida para ganarla,
porque “quien aprecie su vida terrena, la perderá” (Jn 12, 25). Es propio del
discípulo de Cristo gastar su vida como sal de la tierra y luz del mundo (DA
110)
|
Ante el individualismo
|
Jesús convoca a vivir y caminar juntos. La vida
cristiano sólo se profundiza y se desarrolla en la comunión fraterna. Jesús
nos dice “uno es su maestro, y todos ustedes son hermanos”(Mt 23, 8). (DA110)
|
Ante la
despersonalización
|
Jesús ayuda a construir identidades integradas
(DA110)
|
Ante la
exclusión
|
Jesús defiende los derechos de los débiles y la
vida digna de todo ser humano (DA 112)
|
Ante las
estructuras de muerte
|
Jesús hace presente la vida plena. “Yo he venido
para dar vida a los hombres y para que la tengan en plenitud” (Jn 10,10). Por
ello, sana a los enfermos, expulsa los demonios y compromete a los discípulos
en la promoción de la dignidad humana y de relaciones sociales fundadas en la
justicia (DA112)
|
Ante la
naturaleza amenazada
|
Jesús, que conocía el cuidado del Padre por las
criaturas que Él alimenta y embellece (cf. Lc 12, 28), nos convoca a cuidad
la tierra para que brinde abrigo y sustento a todos los hombres (cfr. Jn 1,
29; 2, 15). (DA113)
|
Verdaderamente
para que en nosotros comunidad Instituto sea vida lo que reflexionábamos: Entonces, la vida de comunión “se vuelve signo
para el mundo y una fuerza atractiva que conduce a creer en Cristo… De tal
manera la comunión se abre a la misión,
se vuelve ella misma misión, de tal
manera, la comunión genera comunión y se configura esencialmente como
comunión misionera”, es cada vez más necesario continuar creciendo
en este camino que estamos recorriendo juntas, de diálogo y madurez:
B)
Un recorrido de crecimiento en
los miembros de Instituto de
Dialogo y madurez,
segunda parte
Continuamos con textos de Spiritualità di comunione. De
Juan Bautista Cappellaro
En nuestra reflexión
anterior hemos trabajado : Dialogo e maturità, primera parte
Hemos visto:
1. Madurez de la persona
2. Madurez de la comunidad
3. Dialogo y madurez
Ahora iniciamos la segunda parte de diálogo y
madurez:
Tensiones y madurez de un grupo
Las tensiones en un grupo constituyen un hecho
intrínseco al dinamismo dialéctico propio de toda relación de diálogo:
identidad-diversidad; plenitud- pobreza; consenso-lucha. Un grupo que no tuviera
tensiones resultaría un grupo muerto o agonizante, la gente ya se habría resignado
a dejar de participar para evitar conflictos, y entonces no habría “Grupo”, aun
cuando estuvieran juntos. Sería entonces un grupo de
autómatas. Si se
quisiera justificar el hecho de no tener tensiones, a partir del Evangelio,
como a veces acontece, se negaría con esto la naturaleza misma
de las relaciones y por tanto la posibilidad de amarse. Tal actitud constituye una forma de espiritualismo alienante, que
da lugar a dominados pero no personas. Por el contrario, si Jesús ha centrado el Evangelio en el amor recíproco,
es precisamente en las relaciones que las personas son puestas en problema: la necesidad del amor recíproco lleva a las
tensiones, inevitables, de la relación dialogal
Pero es necesario distingir las tensiones positivas, que edifican al grupo,
de aquellas negativas que lo cierran.
Tensiones positivas sono aquellas oposiciones y aquella confrontación de
ideas a través de las cuales se produce el crecimiento del grupo.
Tensiones negativas son aquellas que indican un estado de insatisfacción
latente, vivido-experimentado por los miembros del grupo como algo penoso, aún
antes de ser definido claramente, y que cierra al grupo en su crecimiento hacia
el objetivo, o que explota en una crisis negativa.
Las tensiones negativas pueden
ser de varios tipos:
a) Tensiones debidas a la ansiedad con
que el grupo vive su presente. El sentido de inseguridad que está detrás de
estas tensiones se puede manifestar como:
- inhibiciónes;
- silencio pesando;
- tendencia a huir del problema.
b) Tensines debidas al conflicto, latente o abierto, entre los miembros del grupo:
- en la lucha por el poder;
- en la oposición subyacente en el grupo
c) Tensiones debidas la la opsición oculta (tacita) al lider del grupo, o porque
se lo considera demasiado autoritario, o porque por el contrario, se lo ve
demasiado permisivo.
d) Tensiones debidas a la insatisfacción
o frustraciones reprimidas que se expresan en el descontento o irritación
latentes.
Como se descargan las tensiones
Las
tensiones se pueden descargar a través de soluciones momentaneas o falsas:
- carcajada general (descarga de sentimientos y
emotividad);
- adhesión de todos a una solución de escape (fuga) (soluciones
a la impotencia frente a las tensiones);
- búsqueda de un “chivo
expiatorio” (justificaciones de sí mismo para evitar la propia responsabilidad
y el sentirse en su lugar);
- explosiones de cólera
imprevista a causa de un punto secundario (explosienes de agresividad reprimida
y de la incapacidad de afrontar el verdaderto problema)
La verdadera solución
La verdadera solución a las
tensiones va, por el contrario, en la dirección de la toma de conciencia de la
causa.
Estas pueden ser:
a) Causas en el interior del grupo: oposiciones
debidas a la diversidad de los caracteres, de la formación, de las motivaciones,
impresiciones o no claridad en los objetivos; organización informal de la
estructura y, por tanto, roles no claros y acaparamiento por parte de alguien
de las responsabilidades (monopolio de las responsabilidades).
b) Causas externas al grupo: pueden ser múltiples y tales que no permiten una clasificacióno.
Identificada con claridad la causa de las tensiones debe definir un método
para afrontarla. La casuística puede ser infinita por lo que no se puede
sugerir un método determinado. Pero, ciertamente, en cada crisis gestionada y
resuelta positivamente, maduran las personas y el grupo.