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Pentecost

15 may 2012

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11 may 2012

JUEGO DEL SILENCIO


Juego del silencio

Aquí son más de las palabras de María Montessori sobre el desarrollo inicial del juego El silencio de El Secreto de la Infancia:

"Un día tuve la idea de usar el silencio para poner a prueba la agudeza de los niños de la audición, así que pensé en llamar por su nombre, en voz baja, desde una cierta distancia, como es la costumbre en ciertas pruebas médicas. El niño llamado venia a  mí, caminando para no hacer ruido. Con cuarenta niños este ejercicio en espera de los pacientes exige una paciencia que yo creía imposible, así que traje conmigo algunos dulces como recompensa por cada niño que vino a mí. Sin embargo, los niños se negaban los dulces. Parecían decir: "No eche a perder nuestra experiencia encantadora, todavía estamos llenos de gozo del espíritu, no nos distraiga." Y así me di cuenta de que los niños son sensibles no sólo al silencio, sino a una llamada de voz imperceptible en el silencio. Llegaron poco a poco, caminando en puntas de pie, teniendo cuidado de no tocar las cosas, y sus pasos apenas podía ser escuchado. "

El juego El silencio es una actividad de escucha a diario…

 El juego El silencio es un aquietamiento deliberada del cuerpo, una actividad para la práctica de nuestras habilidades para escuchar y desarrollar la concentración. Pero también sucede de forma espontánea en todas las aulas Montessori, en algún momento. Una habitación llena de actividad y la vida vuelve en sí, sin ninguna razón aparente, un silencio absoluto. En este momento podemos escuchar el tic-tac del reloj.. Tal vez alguien se vuelve una página en su libro. La puerta se puede abrir con cuidado como un niño sale de la habitación. Una silla raspa el suelo como una persona se pone de pie para poner su trabajo de inmediato. En estos momentos te das cuenta de que el silencio es verdaderamente de oro.
Este objetivo plan de estudios Montessori es una breve mirada a cómo y por qué hacemos el juego del silencio.



María Montessori en el silencio

María Montessori tropezó con el poder del silencio un día después de llevar un bebé en la habitación.. Impresionado con el silencio del niño, que desafió a los otros niños a ser tan tranquila. Conforme comenzó a trabajar más con los niños y el silencio, observó cómo espiritualmente recompensados ​​los niños se sentían mientras se experimenta el silencio. (Tanto es así que los dulces ya no era un placer tentador estos niños.)

"En las escuelas ordinarias, siempre se pensó que el silencio es que se obtiene por el comando.

No se piensa en el significado de la palabra.. No hay reconocimiento de que existe una necesidad de inmovilidad y, por así decirlo, de una suspensión de vida de un momento de silencio para ser realizado. ~Maria Montessori



 El silencio consiste en la suspensión de todo movimiento y no es, como generalmente se cree que en las escuelas, la suspensión de la norma añadido a los ruidos normales toleradas en un medio ambiente ". ~              María Montessori, el descubrimiento de la Niñez



El silencio exige un control: el control de sus manos, el control de sus pies, el control de su boca. Tener el control crea un sentimiento de confianza e independencia de razas---

"Me siento muy bien, me puede empujar en la silla sin hacer ruido , se complacen en anunciar antes de demostrar esta capacidad notable.

Como grupo, nos reunimos todos los días y practicar nuestro silencio con El juego de silencio. Guardar silencio mientras se está sentado al lado de su mejor amigo es muy difícil. Sin embargo, tratamos todos los días. A veces se trata de una competencia (yo estaba tranquila ya que tú!) Y, a veces es un momento de celebración (que fue el mejor juego de silencio, nunca!) El juego de silencio que suele ocurrir al final de nuestra línea de tiempo. Hablamos de las cosas buenas que sucedieron ese día.   Algunos días nos lleva a un niño en el juego el silencio. Practicamos nuestro silencio. Cada juego termina con una respiración profunda y refrescante sonrisa . Al inicio del año escolar, los juegos de silencio son breves y totalmente guiada por mí. Hacia el final del año se hacen más largos y más gratificante.

El silencio nos lleva de nuevo dentro de nosotros mismos pero también es una profunda conexión con todos los demás en la sala, al mismo tiempo. Casi puedo oír el pensamiento: Estamos haciendo la misma cosa juntos y somos buenos en eso, es como recibir un abrazo de mamá psíquica, haciéndonos saber que todo está bien. El silencio es refrescante, dando a nuestros sentidos sobrecargados un respiro. Cuando se está en silencio es más fácil notar la suavidad de la sólida geométrica está en nuestras manos. Es más fácil escuchar el suave sonido de una cremallera, o nota el olor de flores frescas cortadas.

El silencio en las propias palabras de María

 El silencio que sucede. A veces, ingeniería, a veces espontánea. Nuestra práctica diaria asegura que hay una cierta silencio por lo menos una vez al día. Sin embargo, esos momentos en los que ocurre de forma espontánea son gloriosos! Mi alma canta con alegría por la belleza de todo esto. Sin embargo, estos momentos no duran para siempre y la clase se remonta a sus negocios habituales. Inevitablemente, después de una ocasión un niño se le oyó decir "¡Guau - nos quedamos muy tranquila"



El juego del silencio guiado_

 Nos sentamos en la línea (una elipse con cinta en el piso), con las manos descansando suavemente sobre las rodillas.
Empiezo el proceso diciendo, "Mis manos están sobre mis rodillas, que son muy, muy quieto. Apenas se mueve en absoluto" Hago una pausa y esperar a ver que todo el mundo está verdaderamente preparado, y repita si es necesario. Cuando esté listo, me dedico al decir:
Mis dedos son muy, muy quieto. Apenas se mueve en absoluto. Mis hombros son muy, muy quieto. Apenas se mueve en absoluto. Mi cabeza es muy, muy quieto. Que apenas se mueve en absoluto. Mis labios están muy , muy quieto. Apenas se mueve en absoluto. " Entonces cierro los ojos (lo suficiente como para que aparezca a los niños que están cerrados, pero lo suficientemente abierta como que yo pueda ver lo que está pasando.) Luego nos espera.  Nuestro objetivo es escuchar el tic-tac del reloj.Cuando los niños empiezan cada vez más inquieto, abro los ojos, respira profundamente y lo liberan audiblemente." Termino diciendo: "Gracias por estar aquí hoy."
Nota: Un buen asistente estará observando a los niños durante el juego el silencio, listos para descender y redirigir cualquier niño que está teniendo un momento difícil. Es mejor para todos que un niño no es capaz o está dispuesto a participar en la actividad que se redirige a un trabajo diferente.  Constantemente detener y reiniciar el juego es ineficaz y contraria al objetivo de la práctica.

Amor a la santa Eucaristía, a la santa Misa y a nuestro Señor presente en el Santísimo Sacramento


de la hermana Nirmala

Queridos pastores del pueblo de Dios y todas mis hermanas, las Religiosas de los EE.UU. y a todos mis hermanos y hermanas.
Me siento profundamente agradecida con el Consejo de las Superioras Mayores de las Religiosas en los Estados Unidos de América por brindarme este privilegio de profesar junto con ustedes el día de hoy mi fe y amor sencillos por Jesús Eucaristía; así como por permitirme compartirles mi humilde presentación sobre el tema “Amor a la santa Eucaristía, a la santa Misa y a nuestro Señor presente en el Santísimo Sacramento”.
Que el corazón de Jesús en el 
Santísimo Sacramento del altar
sea alabado, 
adorado y amado con un amor 
agradecido a cada instante 
en todos los sagrarios del mundo 
hasta el fin de los tiempos.
Amen
Hay una historia acerca de un cachorro de león que se perdió en el bosque y que fue encontrado por un pastor quien lo llevó a casa y le permitió que creciera junto con sus ovejas. Un día, un león pasaba por ahí y vio a este leoncito entre las ovejas, que comía pasto y balaba. El león le dijo al cachorro: “¿Que estás haciendo ahí? ¿Por qué estás comiendo pasto y balando como una oveja? ¿No sabes que no eres una oveja sino que eres un león? El cachorro comenzó a balar aun más. Entonces el león se llevó al cachorro a un pequeño lago cercano y le dijo: “¡mira tu reflejo en el agua y después voltea a verme a mi y sabrás quién eres!”. El cachorro obedeció y para su sorpresa se veía igual que el león. Entonces este le dijo: “Si, eres un león. Se supone que tú no debes de comer pasto ni balar, sino que debes de comer carne, beber sangre y rugir.” Entonces el león le pidió al cachorro que rugiera, y con unos cuantos intentos el cachorro de león fue capaz de rugir y supo que en realidad era un león.
Nosotros los seres humanos también, quienes hemos sido creados por Dios nuestro Padre a imagen y semejanza suya para amar y ser amados ahora y por toda la eternidad, debemos de comer la carne y beber la sangre del Cordero de Dios y ser llenados con Su Espíritu y “rugir” con amor como el León de Judá, Jesús Su Hijo unigénito, y saber que nosotros también somos hijos e hijas de Dios, hermanos y hermanas de Jesús y de cada ser humano y de toda la creación.
La Eucaristía es el alimento dado por nuestro Padre en el cielo para nosotros, sus hijos. Jesús dijo: “Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él.” (Jn 6, 51, 56)
¡Que Misterio de misterios! ¡Misterio de amor! La Eucaristía es el esplendor de la increíble pasión de Dios por la humanidad. Jesús, el resucitado Señor de la gloria en los cielos está verdaderamente presente en la tierra bajo las humildes apariencias de pan y vino, como alimento y bebida para los hombres para la inmortalidad, para una vida de amor eterno. La Eucaristía es el sacramento de la ternura de Dios para con el hombre, sacramento de amor, sacramento de la presencia de Jesús entre nosotros - Emmanuel, la Palabra hecha carne que nació de la Virgen María en Belén.
Es El, “en el mundo estaba”, como dice San Juan, “y el mundo fue hecho por él, y el mundo no lo conoció. Vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron. Pero a todos los que lo recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios” y ellos “han contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Unigénito.” (Jn 1: 10-12, 14)
Jesús en la Eucaristía es el mismo Jesús que fue bautizado en el Jordán por Juan el Bautista, sobre quien el Espíritu de Dios descendió de los cielos en forma de paloma y de quien el Padre da testimonio: “Este es mi hijo amado en quien me complazco”.
Es El, quien cambió el agua en vino, multiplicó cinco panes y dos peces para alimentar a la multitud, se llamó a sí mismo la Luz del mundo, le pidió a la mujer samaritana de beber. Es El quien proclamó: “si alguno tiene sed, que venga a mi y beba”. Jesús en el Santísimo Sacramento es el mismo Jesús que calmó los mares tempestuosos, causó la pesca milagrosa, predicó la Buena Nueva a los pobres, sanó a los enfermos, liberó a los cautivos, resucitó a los muertos y fraternizó con los pecadores y los marginados. Es El, el Cordero de Dios que sacrificó Su vida en la Cruz por amor a nosotros para quitar nuestros pecados y darnos la vida eterna. Es El, quien resucitó de entre los muertos, ascendió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros.
Jesús nos ama tanto que desea intensamente permanecer con nosotros en la tierra hasta el fin de los tiempos ya que “Su alegría es estar con los hijos de los hombres”. En la ingenuidad de Su insondable amor inventó una manera completamente nueva de permanecer con nosotros en la tierra bajo las apariencias de Pan y Vino como nuestro alimento y bebida para nuestro andar hacia la casa de Dios nuestro Padre. Así pues, la noche que iba ser entregado, Jesús instituyó el sacrificio Eucarístico de su cuerpo y de su sangre como memorial de su muerte resurrección y les mandó a sus apóstoles celebrarlo hasta su regreso. De esta manera los hizo sacerdotes de la nueva alianza para perpetuar y hacer presente en los altares el sacrificio de Jesús en la Cruz hasta el fin de los tiempos y multiplicar Su presencia Eucarística en todos los rincones de la tierra para que así todos aquellos que lo deseen puedan acercarse a El fácilmente (CCC: 1323,1337)
Le Eucaristía es el Sacramento del sacrificio de Jesús en la Cruz y de Su presencia; El viene a nosotros en nuestros altares durante el sacrificio eucarístico gracias a la invocación del Espíritu Santo y el pronunciamiento de las palabras de Cristo por el sacerdote, aquellas pronunciadas por el mismo Cristo durante la Última Cena sobre el pan y el vino. El pan se transforma en el Cuerpo de Cristo y el vino en la Sangre de Cristo aunque la apariencia de pan y vino permanezcan.
¿Qué es lo que ha pasado? Lo que ha pasado es el gran milagro de la transubstanciación. La sustancia del pan y del vino ha desaparecido y la sustancia del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Señor resucitado que está sentado a la diestra del Padre en los cielos, ha tomado su lugar. El Cuerpo de Cristo ahora se ve como pan, sabe, huele, se siente y pesa como pan, pero no es pan; es el Cuerpo de Cristo que estuvo colgado de la Cruz. La preciosísima Sangre de Cristo se ve como vino sabe, huele, se siente y pesa como vino, pero no es vino; es la Sangre de Cristo, la que derramó por nosotros en la Cruz. Jesús, quien ahora está en el cielo, está real, verdadera y substancialmente presente en la Eucaristía. Es el misterio de fe en la divina presencia donde nuestra razón humana queda completamente desconcertada y nuestros sentidos son engañados completamente.
La Iglesia proclama su fe en el misterio del Eucaristía cuando canta junto con Santo Tomas de Aquino:
“Divinidad aquí oculta, a quien yo adoro,
disimulada en estas escuetas sombras, 
forma y nada más,
mirad, Señor, a tu servicio, 
se rinde aquí un corazón,
perdido, todo perdido en la maravilla 
ante el Señor que vos sois”
Jesús se presenta ante nosotros bajo oculta majestad porque nuestros sentidos no están acondicionados para tolerar la deslumbrante luz de Su gloria; y El viene a nosotros bajo tan humilde apariencia para no asustarnos, sino para acercarnos a Su Corazón. Jesús en el Santísimo Sacramento nos acerca con un amable, suave poder de Su amor que es para todos, ya sean jóvenes o viejos, ricos o pobres, educados o ignorantes, santos o pecadores, sanos o enfermos, hombres o mujeres y niños de todas las naciones, culturas y religiones. El se encuentra ahí para todos, sediento del amor de cada uno y para ser amado por cada uno. Todos aquellos que se acercan a El encuentran paz, gozo y amor.
Por esta razón el beato Francisco, el pastorcito de Fátima, fue capaz de pasar horas consolando a Jesús en su oculta presencia en la Eucaristía por los muchos pecados en el mundo.
Hay una historia acerca de un niño de cuatro años que no se encontraba en su casa una mañana. Después de una desesperada búsqueda, su madre lo encontró en la iglesia sentado en el piso del santuario ante el tabernáculo riendo alegremente. Cuando su madre le preguntó: “hijo, ¿qué estás haciendo aquí?” él le respondió: “le estoy contando a Jesús el cuento de Alibaba y los 40 ladrones.” Jesús, seguramente debe de haber disfrutado el cuento de este pequeño.
Un joven de Calcuta escribe: “no comprendo aun que es lo que más me interesa de la Iglesia, pero comencé a venir con frecuencia y a pasar horas y horas sentado ante el Santísimo Sacramento. Aun cuando yo era hindú en ese tiempo, sabía algo acerca de la fe católica. Comencé a pensar porqué las Misioneras de la Caridad Contemplativas se sentaban ante el Santísimo Sacramento durante todo el día, lo cual me hizo orar pidiendo un aumento de fe en el Santísimo Sacramento. Después de esto, caí en la cuenta de que había comenzado a hablarle a Jesús como a cualquiera de mis amigos. Pasé horas y horas contemplando al Santísimo Sacramento sin moverme y sin saber lo que ocurría a mi alrededor”. Ahora, este joven es un candidato en una congregación religiosa y aspira al sacerdocio.
Jesús ama jugar “a las escondidas” con nosotros. Si nosotros sinceramente lo buscamos con fe y amor lo encontraremos, y una vez que lo hemos encontrado, ¡hemos encontrado el mayor tesoro! Pero no podemos encontrarlo sólo para nosotros mismos, debemos compartirlo con los demás. Mientras más compartamos su amor con otros, más lo habremos encontrado a El. Mientras lo retengamos sólo para nosotros, El escapará y nos dejara desolados y secos.
Una mujer hindú mentalmente enferma, que amaba a Jesús, vino a nuestra capilla en Calcuta cuando estábamos teniendo una Adoración Eucarística. Al final de la Adoración, cuando el Santísimo Sacramento era repuesto y el tabernáculo se cerraba exclamó: “¿Creen que pueden encerrarlo ahí? Se va a salir, ¡él es Dios!”. Que hermosa profesión de fe en la divinidad de Jesús en el Santísimo Sacramento por de parte de una supuestamente enferma mental. Sólo el espíritu de Dios es quién puede revelárselo. Lo que El oculta de los doctos e inteligentes se los revelar a los pequeños.
Jesús en la eucaristía esta sediento de amor y nos da consuelo al estar amorosa y constantemente con nosotros, al dirigirnos y enseñarnos por medio de enviarnos al Espíritu Santo, al alimentarnos y nutrirnos con su mismísimo Cuerpo y Sangre y transformarnos en El mismo y darnos la vida eterna. El también quiere enviarnos al Espíritu Santo para unirnos como una familia con el vínculo del amor. El quiere hacer por nosotros y por el mundo lo que hizo durante su vida terrena por las personas de su tiempo. El esta sediento de que vengamos a El con fe y confianza en su amor incondicional por nosotros.
Jesús, con su corazón humano mora en la Eucaristía y esta sediento de nuestro amor. Estando santa Margarita María ante el Santísimo Sacramento Jesús le mostró su Corazón y le dijo: “he aquí este Corazón que tanto ha amado a los hombres, que no ha reparado en nada hasta el punto de desgastarse y de ser consumido para probar su amor por ellos. Y a cambio, yo recibo de la mayoría de los hombres sólo ingratitudes a causa de las irreverencias y sacrilegios y frialdades y burlas que tienen para mí en este Sacramento del amor. Pero lo que más me ofende, es que se comporten así corazones consagrados a mi.”
El pidió entonces la celebración de la fiesta de Su Sagrado Corazón, recibiendo la santa comunión ese día en reparación a Su Corazón, para expiar todas las deshonras de que ha sido objeto siempre desde que ha sido expuesto en el altar. El ha prometido derramar sus bendiciones a aquellos que honran su Sagrado Corazón así y que encaminen a otros a hacerlo.
Jesús en el Santísimo Sacramento reveló su Corazón Misericordioso a Santa Faustina, pidiéndole que le ofrezcamos al Padre Celestial Su Cuerpo y Su Sangre, alma y divinidad en satisfacción por nuestros pecados y los pecados del mundo entero. El esta sediento de derramar toda su misericordia sobre nosotros.
Mientras más sepamos cuan sediento está Jesús de amarnos y ser amado por nosotros en la Eucaristía, más lo amaremos y vendremos presurosamente a El. El amor a la Eucaristía es el fruto de la fe. Es el don de Dios derramado nuestros corazones gracias al Espíritu Santo por el cual nuestros ojos interiores se abren y reconocemos quién está en el Santísimo Sacramento, y a semejanza de Juan gritamos: “¡es el Señor!” y nuestros corazones son atraídos a El en profunda intimidad.
Podemos pedir este don con fe y perseverancia y prepararnos a recibirlo al contemplar la sed de Dios por nosotros en los diferentes misterios de la vida de Cristo con el Corazón de María, Su Madre. El Rosario es un medio excelente para este Corazón de María, la Madre y primer tabernáculo de Jesús, y la llave para comprender y amar la eucaristía. Ella, quien lo llevó en el tabernáculo de su seno por nueve meses y lo ponderó profundamente en su Inmaculado y Traspasado Corazón durante toda su vida incluyendo cuando se encontraba al pie de la Cruz y El exclamó: “mujer, he ahí a tu hijo”, “tengo sed”, “todo ha sido consumado”, puede revelárnoslo a El y a su infinita sed a nosotros sus hijos. Ella, quien guarda a Jesús en su corazón, lo amó y adoró desde el momento de la concepción mientras estaba en esta tierra y continúa a adorarlo hasta el día de hoy en los cielos, así como en todos los tabernáculos del mundo, puede comunicarnos su propio amor y ternura por Jesús en la Eucaristía y su espíritu de profunda adoración, si nosotros se lo pedimos.
Al conocer mejor los milagros del amor de Dios contenidos en el Sacramento del Eucaristía, más amaremos a Jesús en este Sacramento del amor. Al conocer mejor por medio del estudio, contemplación y oración las enseñanzas de la Iglesia Católica acerca del sacramento del Eucaristía, más amaremos a Jesús en éste Sacramento. Al amarlo más a El, más desearemos conocerlo de manera más profunda e íntima. Los escritos y ejemplos de los santos y mártires devotos a Jesús en la Eucaristía se vuelven provechosos para nosotros; nuestros corazones comienzan a arder en amor por la Eucaristía. La fe simple de las personas en la bondad y el poder de Jesús en la Eucaristía sostienen nuestra propia fe.
Una vez que nuestros corazones han sido heridos con el amor a Jesús, no tenemos momento de calma fuera del apasionamiento de su amor sino solo en presencia de la Eucaristía.
Dice San Juan de la Cruz: “La presencia y forma del amado es la única cura para nuestro mal de amor”. La Eucaristía llega a ser nuestro éxtasis, nuestra visión beatifica de Dios en este extremo de la eternidad. Jesús, el Corazón de Dios y el Corazón de hombre en la Eucaristía llega a ser nuestro hogar, nuestro sitio de reposo.

Anhelamos el sacrificio eucarístico, la santa comunión y pasamos cuánto tiempo nos es posible en presencia de Jesús en la Eucaristía permitiéndole amarnos y diciéndole todo el amor que sentimos por El cada día, como nos lo pide nuestro santo padre Juan Pablo II a nosotras las religiosas, y también para adorar a Jesús, alabándolo y agradeciéndole e intercediendo por las necesidades del mundo. Cuando no nos es posible estar ante su presencia sacramental lo portamos dentro del tabernáculo de nuestros corazones y mentes y comulgamos con El en el silencio de nuestros corazones, invocando sin cesar su nombre o haciendo innumerables comuniones espirituales.
Nuestra Madre, la beata Teresa de Calcuta quien amaba a Jesús apasionadamente amaba cantar:
“O Jesús, o amadísimo Señor Jesús, 
perdóname si digo,
por puro amor tu sacratísimo 
nombre mil veces al día.
Te amo, así que no sé cómo controlar
mis embelesos,
tu amor es como una flama 
ardiente dentro de mi alma”
Santa Teresa de Avila solía decir a sus hermanas: “Permanezcamos amorosamente con Jesús y no desperdiciemos la hora siguiente a la comunión. Es un tiempo excelente para rendir ante Dios los asuntos concernientes a nuestra alma.”
San Ignacio de Loyola solía hacer su acción de gracias de rodillas por dos horas.
El Cura de Ars solía adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento con tal fervor y devoción que las gentes creían que estaba viendo a Jesús cara a cara.
San Francisco de Asís a menudo solía pasar noches enteras ante el altar con tal amor y humildad que aquellos que lo observaban en adoración quedaban profundamente conmovidos.
Santa Francisca Javier Cabrini se absorbió tanto en la adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento que fue totalmente inconsciente de los hermosos arreglos florales que sus hermanas habían hecho para decorar el altar durante la fiesta del Sagrado Corazón, y dijo: “yo vi sólo una flor: Jesús, ninguna otra.”
Los mayores sufrimientos de San Juan de la Cruz durante su encarcelamiento fueron por no ser capaz de celebrar la misa o recibir la santa comunión por nueve meses.
En San Padre Pío, Jesús vivía de nuevo Su Pasión, especialmente durante la celebración del sacrificio de la misa, y lo usó para traer un sinnúmero de pecadores de regreso a Dios.
El amor de nuestro Santo Padre Juan Pablo II por la Eucaristía es incomparable. Podemos verle a él como a Cristo en la Cruz, ofreciendo el sacrificio de su vida por la salvación y santificación de cada ser humano por unidad de todos los cristianos y de toda la humanidad para que todos seamos uno como Jesús está en el Padre y el Padre en El.
Nuestra Madre, la beata Teresa de Calcuta, tenía una fe y amor por Jesús en el Santísimo Sacramento tremendos. Cuando recibió su Primera Comunión a la edad de cinco años y medio, Jesús llenó su tierno corazón con Su propia sed de almas; al paso del tiempo, saciar la sed de Jesús en la Cruz por las almas llegó a ser el Objetivo de la Congregación de los Misioneros de la Caridad, la congregación religiosa que ella fue llamada a fundar. Muchas de las comunicaciones de Jesús con Madre referentes a la fundación de nuestra Sociedad tuvieron lugar durante la santa misa y la santa comunión y en adoración ante el Santísimo Sacramento.
Ella tenía una confianza ilimitada en el poder de Jesús en el Santísimo Sacramento. Incluso antes de comenzar la Congregación, Madre le preguntó al Arzobispo de Calcuta: “¿Cuántas debemos ser para tener al Santísimo Sacramento con nosotras? - El trabajo que habremos de hacer será imposible sin la gracia continua del tabernáculo. El tiene que hacer todo, nosotros sólo seguirlo.”
En la manera que Madre hacia la postración profunda ante el Santísimo Sacramento nosotras sabíamos que ella sabía quién estaba presente en el Santísimo Sacramento y que lo amaba apasionadamente. El sacrificio eucarístico y la adoración fueron su propia vida; ella participaba en éstos con un gran amor y entusiasmo. Durante la santa comunión Madre permanecía silenciosa y muy recogida en oración profunda. Incluso cuando Madre llegaba a media noche o después de la medianoche de sus viajes, a la mañana siguiente ella estaba en la capilla para la oración y la santa misa, (levantándose a las 4: 40 a.m.) Durante la adoración del Santísimo Sacramento podíamos ver a Madre profundamente absorta rezando el rosario.
Jesús en la Eucaristía tiene el papel central en nuestra vida como Misioneros de la Caridad. Cuando Jesús les pidió a Madre fundar la congregación de los Misioneros de la Caridad, durante la santa comunión El le expresó que deseaba que los Misioneros de la Caridad fueran: “Víctimas de Su amor, que fueran Marta y María, que estuvieran tan unidos a El como para irradiar su amor sobre las almas.” El quiere que nosotros seamos “Su fuego de amor” entre los pobres, los enfermos, los moribundos y los niños pequeños. El quiere que nosotros estemos “cubiertos con Su pobreza en la Cruz, obediencia de la Cruz y caridad de la Cruz.” Nuestra Madre decía: “debemos de impregnarnos del Espíritu de la santa misa, el cual es de completo abandono y entrega. Nuestra vida debe de estar entretejida con la Eucaristía.”
Cuando amamos a Jesús en la Eucaristía y nos damos cuenta del gran amor que tiene por nosotros deseamos compartir sus sufrimientos correspondiendo amor con amor. Nuestro amor por el sacrificio eucarístico, memorial de la Pasión, muerte y resurrección de Jesús nos llama a estar en la Cruz con él, a ser fraccionados y repartidos a otros para que ellos puedan tener vida y vida en abundancia. Es también un llamado a estar al pie de la Cruz de nuestros hermanos y hermanas sufrientes en los Calvarios de hoy. Todas nuestras obras de misericordia entre los más pobres de los pobres son una prolongación del sacrificio eucarístico que hemos ofrecido. En el sacrificio eucarístico traemos los sufrimientos de todos nuestros hermanos y hermanas que viven en la pobreza y el hambre, en el dolor y la obscuridad para unirlos a los sufrimientos de Jesús en la Cruz. En la santa comunión recibimos a Jesús junto con todos aquellos que lo conocen y lo aman y a nombre de todos aquellos que no lo conocen y no lo aman o que no se atreven a conocerlo o a amarlo. En nuestra adoración eucarística al Santísimo Sacramento no sólo traemos ante la divina presencia de Jesús en la Eucaristía a los santos e inocentes para la preservación de la inocencia y la prevención del pecado y para incrementar la santidad; traemos también a la humanidad enferma de pecado y sufriente para hacer sanada, sostenida y transformada por la gracia de Jesús irradiada desde la Eucaristía. Nuestra Madre decía: “mientras mejor conozcamos el Pan de Vida, más ferviente será nuestra adoración”. Mas adelante dijo: “Aprecien el don de estar con Jesús 24 horas al día. Que es su entrar y salir de la capilla no sea sólo entrar y salir, sino un encuentro con el Dios vivo a quien pertenecen de manera especial – su Esposo en el sentido más profundo de la palabra.”
En nuestro servicio gratuito y de todo corazón a los más pobres de los pobres nosotros les llevamos el don de Jesús, Su amor, paz y alegría a través de las cosas sencillas que seamos capaces de hacer ante sus necesidades.
En cuanto nos es posible, en todas nuestras casas para los pobres tenemos una capilla asociada, donde aquellos que lo deseen pueden venir ante la presencia eucarística de Jesús para recibir Su paz, Su amor curativo y Su alegría.
En las casas de nuestra Rama Contemplativa tenemos adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento durante todo el día, ya sea en la iglesia parroquial o la iglesia designada para este propósito o en nuestros propios conventos donde las personas son libres desde venir y para pasar tiempo ante la presencia del Señor Eucarístico.
Nuestros jóvenes voluntarios de todas las partes del mundo que vienen a compartir nuestras obras de amor por los más pobres de los pobres nos acompañan durante la misa matutina, y después de haber servido a los más pobres de los pobres a lo largo del día, regresan por las noches para unírsenos en la adoración al Santísimo Sacramento. Muchos de nuestros voluntarios han encontrado su vocación al sacerdocio y a la vida religiosa e incluso a la vida matrimonial durante su estancia con nosotros.
Madre de solía llamar “tabernáculos” a nuestros conventos. Tenía bastante confianza de que incluso después de que ella regresara a casa con Dios, Jesús en la Eucaristía presente en todos estos tabernáculos estaría atento a que continuara y creciera la obra que El mismo le había encomendado. ¡Y es esto exactamente lo que El ha estado haciendo!
El amor por la Eucaristía nos llena de un profundo amor y gratitud por el don del sacerdocio dentro de la Iglesia. Así mismo nos hace tomar conciencia del valor y la necesidad que tenemos de los sacerdotes y de la necesidad de orar por las vocaciones sacerdotales y la santidad de los sacerdotes.
Nuestra Madre amaba a los sacerdotes. Ella podía ver a Jesús en ellos. De igual manera veía la necesidad de que los sacerdotes fueran santos por la dignidad y responsabilidad de la vocación sacerdotal. Así pues, para promover la santidad de los sacerdotes y la renovación espiritual dentro de la Iglesia, Madre inició el trabajo de unir a los obispos y sacerdotes, principalmente a los sacerdotes diocesanos del mundo entero con Hermanas en varias congregaciones religiosas como “Intercesoras [como] Verónica” para apoyarlos espiritualmente por medio de la oración y sacrificio.
Para el mismo fin, Madre quiso también el resurgimiento del Movimiento Corpus Christi para Sacerdotes, especialmente para sacerdotes diocesanos que desearan compartir el carisma que Dios ha dado a la Iglesia por medio de Madre y de los Misioneros de la Caridad.
Es un gozo enorme ver crecer la devoción a Jesús en el Santísimo Sacramento en todo el mundo. Esta es obra de Espíritu Santo, quien lleva a las personas a una comprensión mas profunda de la presencia real de Jesús en la Eucaristía y a tal respuesta de amor y fe en El. Es muy bueno ver tantas iglesias aquí en los EEUU donde hay adoración perpetua al Santísimo Sacramento.
Una maña, al salir de la estación del Metro en la ciudad de Nueva York, me encontré frente a una de tales iglesias, la iglesia de San Juan Evangelista, donde los Padres del Santísimo Sacramento de San Pedro Julián Eymard tienen diariamente Adoración de todo el día al Santísimo Sacramento. Algunas de mis hermanas me habían hecho referencia de esto con gran alegría. Con gran entusiasmo entré en la iglesia y comencé a buscar a Jesús; de pronto lo encontré en gran majestad expuesto en una gran custodia bien arriba del altar. Me arrodillé ante Su presencia con el corazón lleno de alegría. En breve fue momento de irse, no quería irme, pero tuve que desgarrarme y dejar Su presencia eucarística pues íbamos de camino a la embajada italiana. De camino pensaba en lo hermoso que es tener una iglesia tal en el centro de la ciudad, con las puertas abiertas para acoger a todos en la presencia eucarística de Jesús expuesto en el Santísimo Sacramento. Qué hermoso apostolado sería tan solo decirles a las personas que pasan, especialmente a los pobres, los enfermos, los solitarios, los rechazados, los jóvenes y viejos: “¡Vayan ante Jesús, El los espera con los brazos abiertos! El los ama. Compartan con El todos sus problemas, dificultades y necesidades. El tiene el poder para ayudarlos, El les dará la paz.”
De regreso teníamos que pasar por el mismo lugar. Estuve tentada seriamente a volver a entrar en la iglesia y estaba luchando con todas mis fuerzas, pero al llegar al punto donde teníamos que doblar la esquina rumbo a la estación del Metro, sentí tal “jalón” del Santísimo Sacramento para volver a entrar que no me pude resistir y le dije a la Hna. Francita, mi compañera: “Entremos”. Al ir subiendo por las escaleras de la iglesia un joven pobre con el cabello largo y ropas raídas, muy probablemente un drogadicto, me pidió un poco de dinero (¢25) para café. Yo solo sonreí y entré preguntándome si debería de darle el dinero o el café. Al hincarme ante el Santísimo Sacramento sentí que todo estaba obscuro; Jesús ya no estaba para mí ahí; había dejado la custodia y estaba sentado en las escaleras de la iglesia. Si yo no le doy lo que El me esta pidiendo, estar arrodillada ahí para adorarlo es una burla. De inmediato decidí darle el café. Justo en ese instante una señora me tocó el hombro y me preguntó a cual congregación pertenecía, le respondí: “Misioneras de la Caridad, Hermanas de Madre Teresa.” Ella me dio un dólar y me dijo: “esto es para un café.” ¡Nos tomó por sorpresa! Nos llevamos al joven con nosotras y le compramos un café y un bocadillo. Pude ver el cielo en sus ojos y en los ojos de la Hna. Francita cuando se los estaba entregando.
Quedé tan alegre por esta experiencia que casi no pude dormir esa noche. A la mañana siguiente Madre desayunó con nosotras, y cuando le relaté mi experiencia me dijo: “¡ese es nuestro carisma! Jesús a quien amamos y adoramos en el Santísimo Sacramento, lo amamos y servimos en los más pobres de entre los pobres. Mientras mas tierno es nuestro amor por Jesús, el Pan de Vida en la Eucaristía, más tierno debe de ser nuestro amor por el Cristo hambriento en los pobres. Jesús viene a nosotros en la Eucaristía para satisfacer nuestra hambre y sed de Dios. El viene a nosotros como el más pobre de entre los pobres, como el hambriento, el sediento, el desnudo, el desamparado, el enfermo, el moribundo, el no amado, el no deseado, para darnos la oportunidad de saciar Su sed de nuestro amor.”
Un poco más tarde esa mañana, frente a mis propios ojos, deslizaron un sobre por debajo de nuestra puerta de entrada. Contenía una donación anónima por 90 dólares americanos. El día anterior habíamos gastado 85 centavos en ese joven y al día siguiente Jesús en el Santísimo Sacramento nos enviaba 90 dólares, ¡más que el ciento por uno!
Dice San Juan Crisóstomo: “¿Quieres honrar el Cuerpo de Cristo? Entonces no lo desprecies en Su desnudez, ni quieras honrarlo aquí en la iglesia con vestiduras de seda mientras lo abandonas fuera donde pasa frío y esta desnudo pues El, que dijo: “Este es mi cuerpo” y así se hizo por su palabra, dijo también: “me viste hambriento y no me diste de comer. ¿Qué de bueno tener que la mesa Eucarística rechine por el peso de los cálices de oro cuando Cristo está muriendo de hambre? Primero satisfácelo cuando tiene hambre, y después usa los medios que te sobren para adornar su mesa.”
Pidamos a Nuestra Señora del Santísimo Sacramento que nos dé Su Corazón, tan puro, tan hermoso, tan inmaculado, tan lleno de amor y de humildad que podamos ser capaces de amar y adorar a Jesús, el Pan de Vida en la Eucaristía como Ella lo hace, y a ver Su rostro en los rostros de nuestros hermanos y hermanas que sufren bajo cuyo disfraz El esta viviendo, tal ves en nuestras propias casa o caminando por nuestras calle, tendido en nuestros hospitales o parques o edificios abandonados, para que hagamos con amor aquello que necesitamos hacer y que seamos bendecidos al ciento por uno con Su propia paz, amor y alegría, hoy y para siempre, por que El ha dicho: “lo que hicieres al mas pequeño de mis hermanos, a mi me lo hiciste.”
Muchas gracias. ¡Que Dios nos bendiga a todos!

Sr. M. Nirmala MC
25 de septiembre de 2004

9 may 2012

MANDAMIENTO DEL AMOR






LIBRO : FATIMA EXPLICADA A LOS NIÑOS...


LIBRO PARA CONTAR LA HISTORIA DE FATIMA A LOS NIÑOS...

ARAMADA BLANCA Y NIDOS DE ORACION









WWW.armadablanca.com

MATERIAL DE LA HISTORIA DE FATIMA



                                                       CREER,  ADORAR,  ESPERAR  Y  AMAR

 COMO  JACINTA,  FRANCISCO  Y  LUCIA

LOS  PASTORCITOS  DE  FATIMA.



ALJUSTREL, pequeño pueblo situado a unos ochocientos metros de Fatima, Portugal, nacieron los pastorcitos que vieron a la VIRGEN MARIA: Francisco y Jacinta, hijos de Manuel Pedro Marto. También nació allí la mayor de las  videntes, Lucia.

Desde muy temprana edad, Jacinta y francisco aprendieron a cuidarse de las malas relaciones, y,  por tanto, preferían la compañía de  lucia, prima de ellos, quien les hablaba de Jesucristo. , Los tres pasaban el día juntos, cuidando las ovejas, rezando y jugando.

Entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, a Jacinta, francisco y lucia, les fue concedido el privilegio de ver a la virgen María en Cova de Iría. A partir de esta experiencia sobrenatural, los tres se vieron cada vez más inflamados por el amor de dios y de las almas, lo cual los llevo a tener una sola, aspiración: rezar y sufrir de acuerdo con la petición de la virgen Maria. Extraordinaria fue la forma en que ellos correspondieron a la gracia divina.

Los niños no se limitaron únicamente a ser mensajeros del anuncio de la penitencia y de la oración, sino que, además, dedicaron todas sus fuerzas para hacer de sus vidas un anuncio, mas con sus obras que con sus palabras .durante las apariciones, soportaron, con espíritu inalterable con admirable fortaleza, las calumnias, las malas interpretaciones, las injurias, las persecuciones y  hasta algunos días ellos cuando los amenazaron de muerte respondían : “ si nos matan no importa; vamos a ir al cielo “.



Beato francisco (6-11-1908 / 4-4-1919).

Nació en Aljustrel, a casi 1 kilómetro de Fátima, Portugal. El 11 de junio de 1908, era hijo de Manuel y Olimpia de Jesús Marto, hermano de Jacinta y primo de Lucía.
Cuando ocurrieron los acontecimientos de Fátima, éste pequeño tenía nueve años.
Durante de la primera aparición, Lucía preguntó si Francisco iría al Cielo, y la Señora contesto: "Sí, va a ir al Cielo, pero tendrá que rezar muchas veces el Rosario."
Después de las apariciones Francisco mostraba poco interés en ir a la escuela, frecuentemente les decía a Lucía y a Jacinta al momento de aproximarse al colegio: "Sigan, que yo voy a ir a la iglesia a hacerle compañía al Jesús escondido" (ésta expresión se refiere al Santo Sacramento)
A fines de 1918, Francisco y su hermanita, enfermaron gravemente por una epidemia de bronconeumonía y el 4 de abril de 1919, el niño falleció. Lucía escribió en su libro "Memorias... “al narrar sobre su primo: "Voló al Cielo en los brazos de Nuestra Madre Celestial."
En compañía de su hermana Jacinta y de su prima lucia fue favorecido en tres apariciones de un ángel del cielo y seis de Nuestra Señora.

Francisco era de carácter dócil  y condescendiente .le gustaba pasar el tiempo ayudando al necesitado. Todos lo reconocían como un muchacho sincero, justo, obediente y diligente.

Las palabras del ángel en su tercera aparición: “consuelen a Dios”, dejan una profunda impresión en el alma del pequeño pastorcito.

El deseaba consolar a nuestro señor y a la virgen, que le había parecido estaba muy tristes.

En su enfermedad, francisco confió a su prima: ¿nuestro señor aun estará triste?? Tengo tanta pena que el este así. Le ofrezco cuanto sacrificio puedo “.

En la víspera de su muerte, se confesó y comulgó con los más santos sentimientos. Después de 5 meses de casi continuo sufrimiento, el 4 de abril de 1919, primer viernes, las 10:00 a.m., murió santamente el consolador de Jesús.

El 13 de mayo del 2000 el Papa Juan Pablo II la proclamó beato en Fatima, Portugal.



Beata Jacinta: (3-10-1910 / 20-02-1920).

También nació en Aljustrel, a casi un kilómetro de Fátima, Portugal. El 11 de marzo de 1910. Era hija de Manuel y Olimpia de Jesús Marto, hermana de Francisco y prima de Lucía. Cuando ocurrieron los sucesos de Fátima, tenía siete años, era la menor de los tres niños. Jacinta después de haber tenido la visión del infierno, se ofreció completamente a la salvación de las almas .Poco tiempo después de las apariciones enfermo, primero junto su hermano en la epidemia de bronconeumonía, después se le declaró una pleuresía purulenta, luego de dos meses de internación la llevaron nuevamente a su hogar, pero los médicos encontraron que tenia una inflamación abierta y ulcerosa en el pecho. Más tarde le diagnosticaron tuberculosis. Fue internada en el hospital de Lisboa en donde la Santísima Virgen se le apareció en varias oportunidades. Jacinta en su agonía ofrecía sus sufrimientos por los pecadores. Falleció en la noche del 20 de febrero de 1920.

Francisco y Jacinta Martos estuvieron enterrados en el cementerio municipal de Fátima, hasta que los trasladaron a la Basílica de Nuestra Señora a principios de la década de 1950.

A pesar de ser la mas joven de los tres pastorcitos, fue tal vez la más privilegiada. Vio con sus compañeros tres veces un ángel del cielo, y seis veces a Nuerstra señora. Además de eso, ella sola  fue favorecida con varias apariciones especiales de Ntra. Sra. y del Santo Padre. Su vida se resume en hacer todos los sacrificios posibles para la convertir pecadores y desagraviar el Corazón Inmaculado de Maria. El 13 de mayo del 2000 el Papa Juan Pablo II la proclamó beata en Fatima, Portugal.

Jacinta era de clara inteligencia; ligera y alegre. Siempre estaba corriendo, saltando o bailando. Vivía apasionad por el ideal de convertir pecadores, a fin de arrebatarlos del suplicio del infierno, cuya pavorosa visión tanto le impresiono.

Una vez exclamó: ¡que pena tengo de los pecadores! ¡Si yo pudiera mostrarles el infierno ¡

Murió santamente el 20 de febrero de 1920, en el hospital de Lisboa.



Beata Lucia Do Santo:

Nació en Aljustrel, a casi 1 kilómetro de Fátima, Portugal. El 22 de marzo de 1907, hija de Antonio y María Rosa Dos Santos. Prima de Francisco y Jacinta. Desde la primera aparición de la Virgen tuvo que soportar muchos sufrimientos, porque era criticada y se dudaba de ella. Los sacerdotes de la parroquia de Fátima insinuaron que ella podría ser un "pequeño instrumento del demonio". Por todo esto la niña sentía mucho temor en regresar al lugar de las apariciones, pero pudo vencerlo ante el pedido de sus primos y regresó a la Cova de Iría, como la Santísima Virgen se lo había solicitado. Uno de sus mayores dolores fue cuando a Virgen le dijo que se llevaría muy pronto al Cielo a Francisco y a Jacinta y le expresó que ella permanecería en la tierra, para difundir la devoción al Corazón Inmaculado de María. En 1921, Lucía fue enviada al convento de las Hermanas Dorotea de Villar en Oporto, por decisión del Obispo de Leiria, tenia entonces 14 años. En 1928, se convirtió en religiosa y en 1946, ingresó al convento de las Hermanas Carmelitas de Coimbra, Portugal. Tomo el nombre de María Lucía del Inmaculado Corazón, pero es más conocida como la Hermana Lucía.
La Santísima Virgen María se manifestó a Lucía cuando ella era postulante, y le reveló la promesa de los Cinco Primeros Sábados, cinco años después, en Junio del 1929, tuvo la visión de la Trinidad, con la petición de la consagración Rusia.

La familia esta llamada a ser cuna de santidad.

+La  vida de santidad que francisco y Jacinta vivieron desde las apariciones de nuestra señora hasta el final de sus vidas, tuvo como base la vida familiar.

Ellos eran niños comunes y corrientes, con virtudes naturales y también con imperfecciones, sin embargo, la educación que les brindaron sus padres fue el fundamento y base para que la obra que el Señor quería realizar en ellos llegase a dar los frutos que dio en sus vidas.

Muchos santos nacieron y crecieron en el seno de una familia santa. En sus hogares se respiraba un ambiente enteramente cristiano fundamentado en una sólida honestidad natural. Era una familia de pastores, de gente sencilla y muy creyente, que tenían, muy dentro de sus corazones, al señor y que su deseo era inculcar a sus hijos la misma fe y los mismos valores que ellos por su parte practicaban.

Fueron los padres de francisco y Jacinta los que prepararon el terreno de sus corazones, y, por esta razón cuando llegaron las gracias extraordinarias por parte del señor, ya el terreno estaba listo para ser sembrado y para producir los frutos abundantes de generosidad y entrega que dieron cada  uno de sus niños.

La vida  de los pastorcitos de fatima fue una vida sencilla y pobre, se enriquecían en su casa, día a día, en valores y en espíritu cristiano.

La principal educación se da en el seno de la familia.

¿Consideras importante la formación de los niños en el amor a dios y en los valores cristianos?

¿Te preocupas por ello con tus hijos, ahijados, sobrinos…?

¿Les hablas de  dios en tu hogar, o no tienes tiempo para ello?



   La  santidad es propia de todos los tiempos,  Y tu también estas llamado a ella.

La santidad es resultado de la misma colaboración del hombre con la gracia de dios.  La santidad no es, una cosa extraña a nuestra vida y a nuestros tiempos,  sino  propia de todos los tiempos y a la que todos los  cristianos  somos llamados somos llamados.

No hay que juzgar la santidad como una ausencia absoluta de imperfección.

La santidad consiste en el amor, en la caridad. Este amor, esta caridad, fue cubriendo de a poco la vida de los pastorcitos de fatima, quienes se entregaron dóciles en las manos del alfarero para que el pudiera tallar, en ellos, su santa voluntad.

El señor te llama a la santidad, como lo hizo con los pastorcitos. Ellos respondieron generosamente entregando dócilmente sus vidas en las manos del creador.

 Medita por algunos minutos, este llamado…

¿Cómo le estas respondiendo al señor con tu propia vida?

¿Sientes que realmente vives escuchando esta llamada y tratando de discernir lo que el señor te  pide?



Vive y transmite los valores: verdad, pureza, y piedad.



Francisco y Jacinta comenzaron a hacer amistad con su prima Lucia, ella les enseñaba lo que sabia del catecismo, mientras cuidaban el rebaño y también se encontraban con otros niños.

Un día, un niño acuso a otro de haber dicho palabras poco convenientes, y la mama de Jacinta y francisco lo reprendió severamente:

-         esas cosas feas no se dicen. Es pecado. Jesús no ama a los que pecan, si no se confiesan.

Los corazones  de los pastorcitos de fatima fueron formados por sus padres con un amor a:

LA VERDAD: en su educación familiar era una norma formal, no mentir.

Por ser fieles a esto, los niños tuvieron que sufrir mucho, cuando les decían que la historia de las apariciones había sido inventada por ellos.

Precisamente para no mentir, ellos se mantuvieron fieles a sus afirmaciones acerca de lo que habían visto y oído.

LA PUREZA: en las  conversaciones, en los juegos, era honesto, delicado y puro.

LA PIEDAD: era característico de todos los miembros de la familia: la oración, la misa dominical, la recepción de los sacramentos. Todo hecho con gran reverencia y amor a dios.

A pesar de su escasa formación, los padres trataban de que sus hijos vivieran los valores del evangelio.



El amor verdadero se cimienta en el sufrimiento.

La amistad profunda que ligaba a los pastorcitos,  además de los lazos de sangre y los juegos pudieron ir compartiendo el entusiasmo al dar los primeros pasos hacia el sagrario.

Se incremento en ellos a partir  de sus visitas al sagrario, la  piedad, la mortificación y la unión, compartieron una misma vocación y de la que fueron mas tarde  protagonistas.

Lucia ya crecidita se convirtió en pastora y tuvo que abandonar largas horas de juego que tenían juntos, fue así que sus primos pidieron permiso para poder acompañarla y guardar y cuidar  sus propias ovejas.

De esta manera pudieron seguir  disfrutando de su amistad, de los juegos y de su crecimiento en la fe.

A partir de las apariciones comenzaron a ser requeridos por la gente y esta amistad profunda fue probada y purificada por el sufrimiento. La enfermedad en el caso de Jacinta, sin poder gozar de la compañía de su prima y la muerte de francisco también a causa de una enfermedad.



Creer, adorar, esperar  y amar…como francisco, Jacinta y lucia.

Era uno de los últimos días de junio de 1916. Los tres niños apacentaban las ovejas al pie de la colina de cabeco.

Sorprendidos por una ráfaga de viento, miraron instintivamente hacia el llano para ver que sucedía, pues el tiempo era completamente sereno.

Por encima de los olivos, observan una inmensa luz con una especie de silueta humana, que se dibujaba en el aire y se dirigía hacia ellos.

Era completamente blanca, y parecía un joven de cristal atravesado por los rayos del sol.

Cuando llego junto a los niños, les dijo con dulzura.



Ángel –NO TEMAN. SOY EL ANGEL DE LA PAZ. RECEN CONMIGO.



Entonces se puso de rodillas, inclino su frente hasta casi tocar el suelo y repitió tres veces:



Ángel: -¡Dios mio, creo, adoro, espero y te amo!

               Te pido perdón por los que no creen, no adoran, por los que no esperan ni te aman.

              -¡Dios mió, creo, adoro, espero y te amo!

               Te pido perdón por los que no creen, no adoran, por los que no esperan ni te aman.

              -¡Dios mió, creo, adoro, espero y te amo!

               Te pido perdón por los que no creen, no adoran, por los que no esperan ni te aman.



Impulsados por un movimiento independiente de su voluntad, los tres niños se postrernaron como el y repitieron las palabras que le habían oído pronunciar.

Luego el ángel se levanto y añadió:



Ángel: - ¡recen así!  Los sagrados corazones de Jesús y de Maria se conmoverán por su oración.



…Y el misterioso joven desapareció.

La presencia de dios se sentía de una manera tan profunda y tan intima, que pudieron ni hablar ni entre ellos. El ángel preparo los corazones de los niños para las posteriores apariciones de la virgen.  Y con su dulzura, y con su paz les regalo una preciosa catequesis en su primera visita!



                    Ofrece continuamente a Dios oraciones y sacrificios.



Dos meses después, nuestros amiguitos estaban en el huerto de la casa de lucia, detrás del pozo, gozando de la calma y la soledad que allí encontraban. De pronto  el misterioso visitante de cabeco volvía a estar junto a ellos y les dijo:



Ángel: - ¿que hacen aquí ‘? …¡recen, recen mucho ¡!los sagrados corazones de Jesús y de Maria tienen respecto a ustedes , designio de misericordia..

               Ofrezcan continuamente a dios oraciones y sacrificios.



Entonces lucia les pregunto:



Lucia: _ ¿como hemos de hacer sacrificios?



Ángel: de todas las cosas pueden hacer hacer un sacrificio y concedérselo al señor en reparación de tantos pecados con los que es ofendido, y como súplica por la conversión de los pecadores…

Sobre todo acepten con resignación los sufrimientos que el señor les envié.



Estas palabras penetraron en el alma de los niños como una luz que les hacia comprender cuanto los amaba dios y cuanto quería ser amado.

Así, desde ese instante, los tres pastorcitos se dedicaron a ofrecer al señor todo cuanto los mortificaba.



Ama de corazón a nuestro señor.

Por agradar a Jacinta, que había preferido un juego a otros, un día jugaban los tres juntos a la prendas.

En este juego, quien gana puede hacer lo que quiera con aquel que ha perdido. Ese día, perdió Jacinta, y lucia – que había ganado el juego-, le pidió que besara a uno de sus primos.



Jacinta: - no; eso no, pídeme otra cosa. ¿Porque no me pides que bese a nuestro señor, que esta allí?

Y señaló el crucifijo que estaba sobre un muro.

Lucia: - tienes razón…súbete a la silla, tráelo aquí y, de rodillas, dale tres besos, uno por francisco, uno por ti y otro por mi.

Jacinta: y llendo a descolgar el crucifijo, le bezo con fervor y llena de alegría.

 Después, contemplando mirando la imagen del salvador con profunda atención, pregunto:

Jacinta _ ¿porque el buen Jesús esta clavado en una cruz?

Lucia: porque murió por amor a nosotros

Jacinta y francisco: cuéntanos eso…

Lucia: y lucia comenzó a contar

Al oír los sufrimientos de nuestro señor, Jacinta, la más sensible, se estremeció y lloro.

Jacinta: -¡pobre nuestro señor ¡ ¡¡ ya no pecare mas !! No quiero que Jesús sufra ¡!

A penas si tenía  5 años…



Añora recibir a Jesús oculto en la hostia.

Lucia  ya había tomado su primera comunión y podía comulgar al asistir a misa. Francisco y Jacinta no tenían la misma suerte, porque ellos todavía no habían  sido admitidos a la santa mesa. Jacinta  se habituó a llamarlo  el huésped divino del tabernáculo.

Una vez, la señora marto condujo a sus pequeños a ver la procesión de corpus christi. Jacinta no perdió de vista a los niños que- vestidos de angelitos- tiraban flores al paso del señor sacramentado.

Al año siguiente, lucia y Jacinta pidieron formar parte del cortejo.

 Maria- la celadora- les enseño como tirar flores  a Jesús- hostia  y como comportarse.

Jacinta: ¿y veremos a Jesús?

Maria: - si, lo lleva el señor párroco.

Cuando llego el día tan deseado, las dos primas se encontraban al pie del altar con una canasta de flores.

Ante la señal convenida, lucia y otros ángeles comenzaron a tirar las flores, Jacinta las guardo celosamente en su canastita, no arrojo ninguna, lo único que hizo fue no apartar la mirada del sacerdote que llevaba la custodia.

Después de la ceremonia, lucia  le pregunto a Jacinta:

Lucia: ¿porque no has echado las flores a Jesús ¿?

Jacinta: - ¡porque no lo he visto

-         …y tú ¿has visto al niño Jesús?

Lucia: tu todavía no sabes que el niño Jesús del a hostia no se ve, porque se esconde y, de esa manera, podemos recibirlo en la comunión…

Francisco y Jacinta compartían la misma curiosidad y deseo, y pidieron a lucia que eles enseñara.



Vive en oración a través de las distintas ocupaciones del día.

Cada mañana después del desayuno, los pastorcitos rezaban un padre nuestro y un Ave Maria, en honor del ángel de la guarda para que no los deje ni de noche ni de día, y vaya siempre en nuestra compañía.

Luego se dirigían con lucia hacia el lugar elegido para pastar las ovejas.  Las ovejas caminaban a pasos lentos, al tintineo alegre de sus cencerros. Por el camino les gustaba  trepar, a través de un trozo caído de algún cerco, pasaban su lengua golosa por el pasto prohibido.

La vigilancia de los pastores debía obligar a las ovejas menos dóciles a reunirse con las demás y no salirse del buen camino. Después de unas dos horas, llegaban al pasto declarado como propio. Se detenían, buscaban una sombra para la comida del mediodía y allí las resguardaban, luego los tres pastores jugaban a algo que no impidiera la guarda del rebaño.

Al mediodía, indicado por el ángelus del campanario de fatima, descolgaban las provisiones y disfrutaban de sus almuerzos.

Después de la comida, lucia, francisco y Jacinta no se olvidaban de rezar el rosario.

Las dos mamas recomendaban esta devoción a sus hijos.

Llegaban a la hora de cenar…

Después de un día largó, los hijos rezaban con sus padres, las plegarias de la noche, que, de cada hogar  campesino, se elevaba a dios al final de una larga jornada de trabajo.



Ten anhelo del cielo.

Un día cuando los tres pastores ya se habían convertido el objeto de curiosidad publica, dos señoras preguntaron a francisco

Señoras: que profesión deseas  tener cuando seas  mayor: ¿molinero?, ¿militar?,¿sabio? ,

Francisco: -no, señoras!

Señoras:- ya se lo que tu quieres ser: sacerdote...Dar misa, predicar la palabra de dios y a nuestra señora…, rezar en la iglesia… ¿no es verdad francisco ‘???

Francisco: no señora, no quiero ser sacerdote.

Señoras: - entonces  ¿que quieres ser?

Francisco: no quiero ser nada. Quiero morir e ir al cielo. Para ver a los Ángeles, a Dios y a Nuestra Señora que es tan bella.

Ir al cielo era la ambición para este pastorcito que renuncio a todo aquí abajo, y su deseo era tan vivo, que hasta el misterio de la muerte, tan terrible para los niños, lejos de horrorizarlo le atraía.



Ten como francisco un corazón generoso, desprendido y conciliador.

Francisco tenía 9años. Poseía una corpulencia desenvuelta y comunicaba una dulce mirada, pensativo, silencioso, y discreto, había hecho grandes progresos, si hubiera podido ir a la escuela.

De manera dulce, manifestaba un temperamento calmo, dócil, pacifico, conciliador, a diferencia de su hermana que era bastante caprichosa y muy viva.

En los juegos si alguien le discutía sus derechos, cedía inmediatamente y sin resistencia, contentándose con decir: - si crees que has ganado, pues bien, a mi me da igual. Jamás se peleaba. Cuando en el juego se producía algo que no le agradaba, dejaba de jugar sin más, incluso aceptaba que le quitaran las cosas. Lucia lo consideraba demasiado bueno y para corregirlo, ponía a prueba su paciencia. Era amigo de los pájaros, les desmigajaba su pan para que no pasaran hambre.

La bondad de su corazón se manifestaba mas aun con los seres humanos, no podía verlos sufrir.

Decía – me hace daño al corazón. A pesar de su edad y de su educación rudimentaria, tenia una gran delicadeza de conciencia.

Y realmente mostraba poseer energía, cuando se trataba de evitar pecar. Era perfectamente obediente y vivía estrechamente unido a su hermana pequeña, con la que compartía los sentimientos piadosos como ella, rogaba con fervor.



Ama la creación y contempla como todo el universo revela y alaba al señor.

En 1917, Jacinta solo tenía 7 años. Inteligente y viva; alma llena de  delicados sentimientos, gozaba de un gran corazón, y Dios la había dotado de un carácter dulce y tierno que la hacia amable y afectuosa.

Amaba a sus ovejas, las cuales las llamaba con el nombre que había puesto a cada una. Le gustaba atrapar a los corderos recién nacidos, y acariciarlos, mientras los besaba.

A veces de regreso, durante el camino, llevaba en brazos al más pequeño de los corderos.

Un día, iba así en medio de su rebaño, y…

Francisco le pregunto:- ¿porque caminas en medio de las ovejas?

Jacinta: para hacer como nuestro señor. En una estampa que me han dado, Jesús esta en medio de un rebaño y tiene una oveja entre sus brazos.

Disfrutaba escuchando el eso de su voz en el fondo de los valles. Solía repetir toso el Ave Maria, gritando la palabra siguiente, solo cuando la anterior ya había sido repetida por el eco, y, de esta forma, las montañas oraban a la santa Virgen.

Amaba las estrellas. Por la noche, contemplaba, largo tiempo, la puesta del sol y, con sus compañeros se divertía contando las estrellas, a medida que aparecían.

Jacinta bautizo a la luna “la lámpara de los Ángeles “

El sol era “la lámpara de Nuestro Señor “.

Jacinta decía: - la lámpara de la virgen me gusta todavía mas que la de Jesús, porque no arde y no ciega.

Francisco: -no Jacinta, ninguna lámpara es tan hermosa como la de nuestro señor…



Atraviesa con firmeza las sombras de las dudas. El señor te guiara. (13 de julio y 19 de agosto)



Los niños estaban siendo atormentados por sus propios familiares que nos les creían acerca de las apariciones, y que, además, estaban indignados al suponer que los niños mentían.

Habían intentado persuadirlos con amenazas y hasta con castigos físicos. Pero los niños sostenían la verdad contra viento y marea.

Había llegado el momento de enfrentarse  con el señor cura, y se los amenazaba con que este también los castigaría. Sin embargo, después de escuchar a lucia, el cura dijo a su madre:

Cura:- a mi no me parece que todo esto venga del cielo. Cuando nuestro señor se comunica a las almas, les recomienda habitualmente que lo expliquen todo a su confesor o a su párroco. Esta niña se encierra en un mutismo. Esto pudiera ser un engaño del demonio. El tiempo nos dará a conocer la verdad…

Lucia: cuanto hizo sufrir esta reflexión a Lucia! Hasta se escondía de sus primos, pero un día les comunicó sus temores.

Ellos comenzaron a argumentar acerca de que ello era imposible, pero el temor y la duda de lucia crecían a pasos agigantados. Ella les había comunicado que la próxima aparición, no asistiría.

Los pequeños se angustiaron, pero se dispusieron a orar, la “Señora” se encargaría de resolver la cuestión.

La noche del 12 lucia  sostuvo su negativa de asistir, pero sus primos le anunciaron que ellos cumplirían con la promesa realizada a la señora. No obrante el 13, unos minutos antes de partir  francisco y Jacinta volvieron a recurrir a su prima, quien, finalmente, accedió a acudir a la cita. El encuentro con la señora se realizo, y la misma lucia expreso tiempo después:

Gracias al cielo, esta nueva visita de Maria disipo todas las tinieblas de mi alma y volví a encontrar la paz.



Lo que mas me ha gustado es ver a dios en esa luz que ella nos ha puesto en el pecho…

Francisco:

De las santas impresiones que las visitas del ángel y de la señora han dejado en el espíritu de los tres pastorcitos, no todas han impresionado igual.

Encanto a francisco, el sentimiento que lo obsesionaba, de forma particular, era la belleza de los espíritus bienaventurados, la suavidad de la presencia divina y la tristeza de ver a un dios tan hermoso ofendido por el pecado.

Con frecuencia, dejaba que sus compañeras guardaran las ovejas o que jugaran solas, y el se alejaba para orar.

Se absorbía en el recuerdo  de esa luz en la que se sintieron sumidos.

El afirmaba: me gusta mucho ver al ángel; mucho mas que a nuestra señora. Pero lo que mucho mas me ha gustado es ver a dios en esa luz que ella nos ha puesto en el pecho…

¡Pero que pena que esta tan triste Dios!...¡si pudiera consolarlo ¡!, en esa luz que es dios, era como si estuviéramos en llamas, pero no ardíamos…¡como es dios!! ¡es tan hermoso, tan bueno, que no podemos decirlo ¡!



Ten valor para anunciar a nuestro señor y a nuestra madre. (Tercera aparición)

A partir de la tercera aparición de nuestra madre, la señora como le llamaban los niños, el odio de los sectarios se volvió mas intenso.

Al acercarse el 13 de agosto, los pastorcitos fueron visitados por una de las autoridades del pueblo, quien les aviso que el señor cura deseaba hacerles unas preguntas, y luego los llevarían a la cova de iría para su encuentro con  la señora.

Sin embargo, los niños fueron raptados y sometidos a toda clase de prisiones para que confesaran “el secreto que les había conferido la señora “.

No pudiendo con ellos, unos guardias los reprendieron y encerraron en el calabozo; en el cuan junto con otros detenidos rezan el rosario. No logrando nada con ellos los amenazan con colocarlos en una olla de agua hirviendo, y se los iban llevando de uno haciéndoles creer que los otros ya estaban muertos ( aunque los dejaban en una habitación contigua sin hacerles daño ).

Lloraron, por se comportaron con una valentía increíble.

Finalmente, los condujeron el 14, a pasar la noche a la casa del subprefecto y el 15 fueron devueltos a sus casas.

La gran pena de los pastorcitos fue  haber faltado a la cita con la señora que era el 13 de cada mes, pero ella los consoló.



Siente sed por salvar las almas en peligro del infierno. (Visión del infierno)

El 13 de julio de 1917, los pastorcitos, se encontraron, por tercera ves con la señora.

En sus visitas anteriores, les había pedido que asistieran allí todos los días 13 durante seis meses, que rezaran el rosario todos los días y que aprendieran  a leer.

Le había adelantado que ha francisco y a Jacinta se los llevaría muy pronto al cielo, pero que lucia se quedaría un tiempo mas aquí para propagar la devoción al inmaculado corazón de Maria.

Y les había preguntado si estaban dispuestos a ofrecer oraciones y sacrificios por la conversión de los pobres pecadores...a lo que nuestros amigos respondieron con suma generosidad de corazón…

Pero, esta vez la señora “fue mas allá”,- cuenta lucia en sus memorias - ,” nuestra señora separo las manos, el has de luz que se proyectaba de ellas pareció penetrar en la tierra, y nos vimos como dentro de un gran mar de fuego. Dentro de este mar, estaban sumergidos, negros y ardientes los demonios, y las almas en forma humana, semejantes a brasas transparentes.

Esta visión duro solo un instante, y tuvimos que agradecer a nuestra señora, que nos hubiera adelantado que iríamos al paraíso. De otra manera, creo q que hubiéramos muerto de terror y de miedo.

La virgen nos dijo con ternura:

Has visto el infierno, donde van a  terminar las almas de los pobres pecadores. Para salvarlos, el señor quiere instituir en el mundo la devoción de mi Corazón Inmaculado. Y añadió: cuando recen el rosario, al final de cada decena, digan: “OH Jesús mió, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las mas necesitadas de tu misericordia.”



Es preciso que te enmiendes y pidas perdón por tus pecados. ( 6 aparición )

Llego finalmente, el 13 de octubre de 1917.los tres pastorcitos acudieron a sus ultima cita acompañados por miles y miles de personas que se habían acercado a Cova de Iría.

En el momento señalado, la señora apareció y lucia le pregunto:

Lucia: ¿quien eres señora y que deseas de mi ‘?

Maria: - soy la virgen del rosario. Deseo que, en este lugar, se levante una capilla en mi honor.

Por sexta vez, recomendó el rezo del rosario todos los días…

Lucia:- ¡tendría que pedirte tantas cosas!

Maria:- concederé unas, otras, no… es preciso que los hombres  se enmienden y pidan perdón de sus pecados.

Y luego con aire de tristeza, prosiguió:

- que no ofendan mas a nuestro señor, que ya es demasiado ofendido.

Estas palabras hirieron profundamente el alma de los videntes, que guardaron un perturbable recuerdo de la expresión de dolorosa tristeza que se había manifestado en el rostro de la señora, cuando los pronunciaba.



Conviértete en un discípulo fiel, fervoroso y lleno de amor.

La señora de Cova de Iria, en estas conversaciones cuyo contenido exacto quizás solo conozcamos en el cielo, fue para nuestros tres pastorcitos fue una maestra incomparable  de vida espiritual.

Les enseño la doble ciencia necesaria a todo cristiano: la de la oración y la del sacrificio.

Lucia, francisco y Jacinta eran, para con esta piadosa amiga, discípulos fieles, fervorosos, llenos de amor.

Ella, poseyendo plenamente sus corazones, podía obtener de ellos todo lo que es posible en niños de esta edad.

Verdad es que ella los había ido preparando para recibir sus propias lecciones, por medio del ángel que, con antelación, les envió.

El enviado de nuestra señora les enseño el arte de orar con fervor, de orar por aquellos que no oran, de  repara por aquellos que no reparan, que no tienen fe ni amor. El ángel les ha dicho: oren así…

Y adivinaron que no solo se trataba de imitar su actitud de postración total, sino, sobre todo, del fervor y el impulso de su oración.



Consuela  a nuestro señor.

Jacinta y francisco siguieron su vida normal después de las apariciones. Lucia empezó a ir a la escuela tal como la virgen se lo había pedido, y Jacinta y francisco iban también para acompañarla.

Cuando llegaban al colegio, pasaban primero por la iglesia para saludar al señor. Más, cuando era tiempo de empezar las clases, francisco conociendo que no habria de vivir mucho en la tierra, le decía a Lucia:

Francisco: - vallan ustedes al colegio, yo me quedare aquí con Jesús escondido. ¿Que provecho me hará aprender a leer, si pronto estaré en el cielo?

Dicho esto, francisco se iba tan cerca como era posible del  sagrario. Cuando lucia y Jacinta regresaban por la tarde, encontraban a francisco en el mismo lugar, en profunda oración y adoración. De los tres niños, francisco era el contemplativo y fue, tal vez, el que más  se distinguió en su amor reparador  Jesús en la eucaristía.

Después de la comunión recibía de las manos del ángel, decía: yo sentía que dios estaba en mí, pero no sabía como era.

En su vida, resalta la verdadera y apropiada devoción Católica a los ángeles, a los santos y ala Santisima Virgen. El quedo asombrado por la belleza y la bondad del ángel y de la madre de Dios, pero el no se quedo ahí. Todo eso lo llevo a encontrarse con Jesús.

Francisco quería ante todo, consolar a dios, tan ofendido por los pecados de la humanidad. Durante las apariciones, era esto lo que lo impresiono al joven.

Mas que nada, francisco quería ofrecer su vida para aliviar al señor a quien el había visto tan triste, tan ofendido. Incluso sus  ansias de ir al cielo fueron motivadas únicamente por el deseo de poder consolar a dios. Con firme propósito de hacer aquello que agradase a Dios, evitaba cualquier especie de pecado y siendo aun tan pequeño, comenzó a  aproximarse frecuentemente al sacramento de la  reconciliación.





Jacinta

El corazón inmaculado de Maria es el camino seguro que te conducirá al sagrado corazón de Jesús.

A través  de la gracia que había recibido y con la ayuda de la virgen, Jacinta, tan ferviente en su amor a dios y a los hombres, fue consumida por una sed insaciable de salvar a las pobres almas en peligro del infierno.

La gloria de dios, la salvación de las almas, la importancia del papa y de los sacerdotes, la necesidad y el amor por los sacramentos, todo esto era de primer orden en su vida.

Ella vivió el mensaje de Fatima para la salvación de las almas alrededor del mundo, demostrando un gran espíritu misionero.

Jacinta tenia una devoción muy profunda que la llevo a estar muy cerca del corazón Inmaculados de Maria. Este amor la dirigía, siempre y de una manera profunda, al sagrado corazón de Jesús.

Jacinta asistía a la santa misa diariamente y tenía un gran deseo de recibir a Jesús en la Santa Comunión, en reparación por los pobres pecadores.

Nada le atraía más que el pasar tiempo en la presencia real de Jesús eucarístico. Decía con frecuencia:

Jacinta: - cuanto amo estar aquí, es tanto lo que le tengo que decir a Jesús.



Con un celo inmenso, Jacinta se separaba de las cosas del mundo para dar toda su atención a las cosas del cielo.

Buscaba el silencio y la soledad par darse a la contemplaron.



Jacinta le decía a lucia:

Jacinta: - ¡cuanto amo a nuestro señor. A veces, siento que tengo fuego en el corazón, pero que no me quema!.



El corazón inmaculado de Maria siempre está contigo. (13 de junio)

Ya en la segunda aparición, la madre del cielo les había adelantado a francisco y a Jacinta que pronto la acompañarían al cielo.

Sin embargo, el mensaje para lucia era muy claro. La señora les advirtió:

Maria (dice a Lucia): - en cuanto a ti, has de quedarte mucho tiempo aquí abajo.

                                      Jesús quiere servirse de ti para que me hagas conocer y amar.

                                      Quiere establecer en el mundo la devoción a mi inmaculado corazón.

Lucia: llena de congoja por ser separada de sus confidentes amigos…

-         ¿debo quedarme sola aquí abajo?

Maria: - no hija mía… ¿te hace esto sufrir mucho ¿?...no te desanimes. No te abandonare nunca. Mi Corazón Inmaculado será tu refugio y el camino que te conducirá a  Dios.



Ora por el santo padre, sucesor de cristo como cabeza de la iglesia.

Después de la visión del infierno y del anuncio del fin de la guerra, la Virgen les da a conocer las características de los castigos que habían  de seguirse, si no se  hacia lo que ella pedía, las palabras de la Virgen fueron:

Cuando vean una noche iluminada por una luz desconocida, sepan que es la señal que dios a de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones a la iglesia y al santo padre… el santo padre tendrá mucho que sufrir…

Mas adelante, Jacinta recibió dos revelaciones personales que sor lucia contó de la siguiente manera:

Jacinta sentía, además, una gran necesidad de ofrecer sacrificios por el santo padre. A ella se le había concedido el ver en una visión los sufrimientos tan duros del sumo pontífice. Ella cuenta:

Jacinta: “– yo le he visto en una casa muy grande, arrodillado, con el rostro entre las manos, y lloraba. Afuera había mucha gente; algunos tiraban piedras, otros decían imprecaciones y palabrotas “.

 En otra ocasión, mientras que en la cueva del monte rezaban la oración del ángel, Jacinta se levanto rápidamente y llamo a su prima:

Jacinta: -¡mira ¡! ¿No ves muchos caminos, senderos y campos llenos de gente que llora de hambre y no tiene nada que comer… y al santo padre, en una  iglesia al lado del corazón de Maria, rezando?

Desde estos acontecimientos los pastorcitos llevaron en sus corazones, al santo padre y rezaban constantemente por el...



La humildad es la virtud más grande ante los ojos de Dios.

Un día se dirigía tranquilamente ala carretera, vieron que se detenía un gran auto delante de ellos con un grupo de señoras y señores, elegantemente vestidos.

Francisco: - mira, vendrán a visitarnos comento…

Jacinta: ¿nos vamos?

Lucia: imposible sin que o noten, sigamos andando y verán que no nos conocen.

Los señores: pararon - ¿son de Aljustrel?

Lucia: si, señores.

Los señores: ¿conocen a los tres pastorcitos a los cuales se les ha aparecido la virgen ¿?

Lucia: si los conocemos

Los señores:- ¿sabrían decirnos donde viven ¿?

Lucia: tomen ustedes este camino y allí abajo tuerzan hacia la izquierda, les indicaba sus casas.

Los visitantes marcharon  dándoles las gracias, y ellos, contentos, corrieron a esconderse.



Vigila tu comportamiento al estar junto a otros.

 Francisco  les recordaba a sus compañeras. Al salir de la escuela, a Lucia le agradaba regresar junto con otros compañeros: chistes  y bromas eran el gran tema de sus conversaciones.

Un día, francisco, al encontrar  a este grupo, escucho unas palabras que no le agradaron; no tardo en decírselo a lucia:

Francisco: ¿porque vas acompañada de todas esas niñas…? Esto te pone en ocasión de ofender a dios. Al salir de la escuela deberías ir a arrodillarte a los pies de Jesús en la iglesia; y después volver rápidamente a la casa.

Con el tiempo, vemos que nuestra señora escucho la oración de francisco por su prima, quien fue alejándose, poco a poco, de esas compañías que no la favorecían en su relación con el señor y en su camino de santidad.



Contempla como Francisco.

Francisco no nació siendo contemplativo, su padre recuerda que una o dos veces rehusó decir sus oraciones, porque estaba teniendo un momento de rebeldía.

También fue francisco el que les quería enseñar a Jacinta y a  lucia la forma rápida de rezar rosario diciendo sola la primera parte de la oración, sin embargo, después de las apariciones, francisco se convirtió en aquel que siempre estaba rezando el rosario.

El pudo haber sido el que encabezaba el grupo de los videntes, no obstante, que el último.

Por los designios misteriosos de dios, parecía también el menos protegido por la gracia: lucia ve a nuestra señora y habla con ella; Jacinta, ve, oye , pero no habla, francisco solamente ve, no oye ni habla con la virgen.

Cuando ocurrió la primera aparición de la virgen, a lucia y a Jacinta, se les prometió inmediatamente el cielo; a francisco, se le puso una condición:…tiene que rezar muchos rosarios.

Quizá la virgen hizo esto porque era medio perezoso para la oración; y dios permitió que esto fuera así ya que esta condición impuesta por nuestra señora introdujo a francisco en una profunda vida de oración y lo llevo a no ser meramente un repetidor del santo rosario sino, más bien, un contemplador de los misterios.

Francisco parece recompensado con la gracia interior intensa de comprender el dolor del señor, a causa de los pecados de los hombres y la entrega total y generosa de su vida para consolar al señor, al que vio tan triste.



                  Deja transformar  por el señor tu vida y tu corazón.

Si miramos la vida de los pequeños pastorcitos podemos ver como fue en aumento la transformación de sus vidas.

Entrevistada sor lucia sobre el carácter de Jacinta, ella  respondió:

Yo solo puedo decirle lo que yo sentía cuando estaba en su compañía, y puedo describirle cualquier manifestación externa de los sentimientos de otras personas. Lo que yo sentía usualmente es lo se sentiría en la presencia de una persona santa que se comunicaba con dios en todo momento.

Su comportamiento era siempre serio, modesto, y amable. Ella parecía manifestar la presencia de dios en todas sus acciones, como una persona de edad virtud avanzada y no como una niña.

Nunca observe en ella  esa excesiva frivolidad o entusiasmo infantil por los juegos y las cosas bonitas común en los niños, esto es, después de las apariciones.

Antes de las apariciones era caprichosa  y sensible ante la menor contrariedad en el juego era suficiente para enojarse y apartarse del juego., y para que volviera a jugar, era necesario permitirle hacer todo a su gusto y hacer como ella quería. Después de las apariciones, todo esto desapareció, Jacinta cambio completamente:

Dice lucia: no puedo decir que otros niños corrían tras ella como lo hacían conmigo, quizás esto se debía a que ella no sabía canciones ni historias para enseñarles y para entretenerlos, o quizás porque la serenidad de su comportamiento era superior a la de su edad.

Si algún  niño o adulto hacia algo que no estaba totalmente correcto, ella corregía diciendo que: “… no  ofendieran a dios que ya estaba demasiado ofendido…”






Aprender a sufrir con alegría la enfermedad y los dolores.

Francisco  y Jacinta progresaron en el camino de la santidad, pasaron sus días en ardiente expectativa de entrar en el cielo. Y de hecho, su espera no se prolongo.

El 23 de diciembre de 1918, francisco cayo gravemente enfermo por una epidemia de bronco-pulmonía. Pero a pesar de malestar  no disminuyo en nada su fervor por hacer sacrificios. Para febrero de 1919 desmejoro visiblemente y no volvió a levantarse, sufrió con intima alegría, su enfermedad y sus grandísimos dolores, en sacrificio a dios.

Como lucia le preguntaba si sufría: Francisco: bastante, pero no me importa. Sufro para consolar a nuestro señor y en breve ire al cielo.

El 2 de  después de hacer ayuno recibió la comunión con gran lucidez de espíritu y pide.

Después de esto pidió perdón a todos por cualquier disgusto que les hubiese ocasionado.

A lucia y Jacinta les añadió: yo me voy al paraíso; pero desde allí pediré a Jesús y al virgen para que las lleve también pronto allá arriba.

El 4 de abril, con una sonrisa angelical, sin agonía, sin gemido, expiro dulcemente. No tenía aun 11 años.



Ama como Jacinta.

Jacinta sufrió mucho la muerte  de su hermano. Poco después de esto, ella también enfermó de forma mas  complicada  que francisco. Un día declaro a lucia:

-         la Virgen ha venido a verme y me pregunto si quería seguir convirtiendo pecadores. Responda que si, y ella añadió que ire pronto a un hospital y que sufriré mucho, pero que lo padezca todo por la conversión de los pecadores, en reparación de las ofensas cometidas contra su corazón y por amor a Jesús. Dijo que mama me acompañara pero que luego me quedare sola. Y así fue                       





Los pastorcitos no son beatificados por haber visto a la Santisima Virgen, ellos son beatificados por haber vivido de forma heroica las virtudes cristianas, por haber respondido de forma heroica a la misión que les fue dada por el señor a través de su Madre.

Los niños si son capaces, de vivir el reto del evangelio y Se convertirse en un ejemplo a seguir e imitar.