Misterios
Gozosos 1º Misterio: La Anunciación del Ángel a María-Del Evangelio de
S. Lucas
El Ángel Gabriel dijo a María: Concebirás y darás a luz a un Hijo… El será llamado Hijo del Altísimo… María dijo entonces: He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra.
Conocida la voluntad del Señor, María se entregó, dijo un sí total e incondicional a Dios.
En Fátima, en la primera aparición, Nuestra Señora preguntó a los Pastorcitos: “¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él os quiera enviar, en acto de reparación por los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?” Y ellos respondieron: “Sí, queremos”. (Memorias de la Hermana Lucía = “MIL I”, Secretariado de los Pastorcitos, Fátima, 10ª edición, p. 173s).
De ahí en adelante, los pastorcitos no perdieron ocasión alguna de dar una respuesta positiva a la petición de la Virgen.
Pidamos, por intercesión de María, la gracia de que los cristianos abran de par en par las puertas a Cristo y digan un sí pronto y generoso a Dios.
2º Misterio: La
visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel-Del Evangelio de
S. Lucas (1, 39-40)
En aquellos días, María se pone en camino y se dirigió apresuradamente hacia la montaña, en dirección a la ciudad de Judá. Y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Jesús Eucaristía
es el Pan para la vida del mundo, es la Vida de nuestra vida.
El Ángel Gabriel dijo a María: Concebirás y darás a luz a un Hijo… El será llamado Hijo del Altísimo… María dijo entonces: He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra.
Conocida la voluntad del Señor, María se entregó, dijo un sí total e incondicional a Dios.
En Fátima, en la primera aparición, Nuestra Señora preguntó a los Pastorcitos: “¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él os quiera enviar, en acto de reparación por los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?” Y ellos respondieron: “Sí, queremos”. (Memorias de la Hermana Lucía = “MIL I”, Secretariado de los Pastorcitos, Fátima, 10ª edición, p. 173s).
De ahí en adelante, los pastorcitos no perdieron ocasión alguna de dar una respuesta positiva a la petición de la Virgen.
Pidamos, por intercesión de María, la gracia de que los cristianos abran de par en par las puertas a Cristo y digan un sí pronto y generoso a Dios.
En aquellos días, María se pone en camino y se dirigió apresuradamente hacia la montaña, en dirección a la ciudad de Judá. Y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
María supo que
su prima Isabel iba a ser madre y decidió ir a su encuentro para ayudarla. No
miró sacrificios, ni la distancia que las separaba: 120 Km. En cuanto pudo, se
puso en camino, en dirección a la tierra donde Isabel vivía, con Zacarías, su
marido.Jacinta “tomo
tanto a pecho los sacrificios por la conversión de los pecadores que no dejaba
escapar ocasión alguna. Había unos niños, hijos de dos familias de Moita, que
andaban por las puertas pidiendo. Los encontramos, un día, cuando íbamos con
nuestro rebaño. Jacinta, al verlos, nos dijo: “¿Damos nuestra merienda a
aquellos pobrecitos por la conversión de los pecadores?” Y corrió a llevársela.
(MIL I, pág. 46-47).Por intercesión
de María, pidamos el don de que los bautizados vivan su Bautismo y de socorrer
a los hermanos en sus necesidades.
3º Misterio: El
nacimiento de Jesús en Belén
Del Evangelio de
S. Lucas (2,10)
El Ángel dijo a los pastores: “Os anuncio una gran alegría. Hoy, os nació en Belén un Salvador, que es el Mesías, el Señor.Aquella Buena Nueva era para todos, especialmente para el grupo de los pobres y marginados, al cual pertenecían los pastores.
El Ángel dijo a los pastores: “Os anuncio una gran alegría. Hoy, os nació en Belén un Salvador, que es el Mesías, el Señor.Aquella Buena Nueva era para todos, especialmente para el grupo de los pobres y marginados, al cual pertenecían los pastores.
Cuenta
Lucía:“Poco tiempo antes de ir para el hospital, (Jacinta) me decía: “Ya me
falta poco para ir al Cielo. Tú quedas aquí para decir que Dios quiere
establecer en el mundo la devoción del Inmaculado Corazón de María. (…) Di a
toda la gente que (…) el Corazón de Jesús quiere que, a su lado, se venere el
Corazón Inmaculado de María (…) ¡Si yo pudiese meter en el corazón de toda la
gente el fuego que tengo aquí dentro, en el pecho, quemándome y a haciéndome
querer tanto al Corazón de Jesús y al Corazón de María (MIL I, 130).
Pidamos, por
intercesión del Inmaculado Corazón de María, por aquellos que nunca oyeron
hablar de Jesús y por aquellos que, juzgándolo, buscan en cisternas rotas el
agua viva que les falta.
4º Misterio: La
presentación del Señora en el templo
Del Evangelio de
S. Lucas (2, 22-23)
Cuando se cumplió el tiempo de su purificación, según la Ley de Moisés, (María
y José) llevaron (al Niño) a Jerusalén para presentarlo al Señor.
Grande era la
alegría de María y de José por llevar a Jesús al Templo para presentarlo al
Señor. La primera
aparición de Nuestra Señora, el 13 de mayo en Fátima fue motivo de gran alegría
para los pastorcitos, especialmente para Jacinta. De vez en cuando
exclamaba:“¡Ay! ¡Que Señora tan bonita!” Lucía combinó con los primos no hablar
de la aparición a nadie, pero a la noche, al ver a su madre, Jacinta corrió
hacia ella y, en una explosión de alegría, dijo: “Oh Madre, hoy vi a Nuestra
Señora en Cova de Iría”. (P. Juan M. De Marchi, Era una Señora más brillante
que el Sol, 11ª edición, 1986, Ediciones Consolata, pág. 47).Pidamos, por
intercesión de la Virgen Santa María, por todos los educadores cristianos, para
que anuncien a Jesucristo, con corazón y alegría.
5º Misterio: El
encuentro del Señor en el Templo.
Del Evangelio de
S. Lucas (2, 41-43, 46, 48-49)
(Después de que José y María anduvieran tres días afligidos en la búsqueda de
Jesús) lo encontraron en el Templo, y su Madre le dijo: “Hijo, ¿por qué te
portaste así con nosotros? Jesús respondió: ¿Por qué me buscáis? ¿No sabéis que
yo debía estar en la casa de mi Padre?”
¡Como se debía
sentir bien Jesús en el Templo, en la Casa del Padre!... ¡Para Jesús no podía
haber mayor alegría!¡Y con cuanta alegría
Jacinta corría a llevar la merienda a los niños de Moita!... Cuenta Lucía: “Nos
pusimos de acuerdo en, siempre que encontrásemos a los pobrecitos (de Moita),
darles nuestra merienda; y los pobres niños, contentos con nuestra limosna, (…)
nos esperaban por el camino. Después de verlos, Jacinta corría a llevarles todo
nuestro sustento de ese día, con tanta satisfacción, como si no le hiciese
falta”. (MIL I, pág. 47).Pidamos para los
cristianos de hoy el don de la generosidad, estando siempre atentos a ayudar a
los hermanos necesitados, testimoniando así al mundo el amor de Cristo.
Misterios Luminosos -
1ºMisterio: Bautismo de Jesús
en el río Jordán
Del Evangelio de
S. Mateo (Mt, 3, 16-17)Después de ser bautizado Jesús, se oyó una voz que
decía: “Este es mi Hijo amado en el cual puse mis complacencias”.
Jesús entró en
aguas del río Jordán para santificarlas y para, después, sus discípulos, en el
Bautismo, recibir la vida nueva de los Hijos de Dios. Un día, en pleno
verano, los pastorcitos estaban guardando el rebaño y no tenían con ellos ni
una gota de agua para beber. Entonces, Lucía fue a pedir agua, y una viejecita
le prestó un cántaro lleno. Al llegar, ofreció a Francisco, que respondió “No
quiero beber; quiero sufrir por la conversión de los pecadores”. Después dijo a
Jacinta: “Bebe tú, Jacinta”. Y ella dijo: “También quiero ofrecer el sacrificio
por los pecadores”. Entonces Lucía dejó el agua en un agujero de una piedra
para que las ovejas la bebiesen y fue a llevar el cántaro a su dueña. (MIL I,
pág. 47-48).Pidamos la
gracia de vivir nuestro Bautismo, dejándonos envolver por el amor tierno y
misericordioso del Padre, estando atentos para darnos y sacrificarnos por amor
a Dios y a los hermanos.
2ºMisterio: Las bodas de Caná- Del Evangelio
de S. Juan (Jn 2,3.5)
María dijo a
Jesús: “No hay vino”; y a los sirvientes: “Haced todo lo que mi Hijo os diga”. Jesús transformó
el agua en vino. Y aquellas bodas, que iban a terminar en deshonra para los
novios y tristeza para los participantes, proporcionaron a todos, gracias al
milagro de Jesús, una nueva y desbordante alegría y Jesús abrió la fe al
corazón de los primeros discípulos. Había en la
feligresía de Fátima, una viejecita, llamada María Carreira, a quien los hijos
mandaban pastorear un rebaño de cabras y ovejas, poco domesticadas. Estas, a
veces, se le escapaban y ella quedaba muy afligida. Francisco era el primero
que corría en su auxilio, juntándole las que le habían escapado. La pobre
viejecita le llamaba su Angelito de la Guarda. (MIL I, pág. 158).
Pidamos, por
intercesión de la Virgen de Fátima, que los cristianos de hoy pongan sus pies,
sus manos y su corazón al servicio de los hermanos, y así surjan nuevos
milagros.
3ºMisterio: Jesús anuncia el
Reino de Dios Del Evangelio de S. Marcos (1, 14-15) Jesús proclamaba
el Evangelio de Dios, diciendo: “Arrepentíos y creed en el Evangelio”.Jesús va por
todas partes anunciando la Buena Nueva del Reino. Su mirada irradia luz, amor,
Dios.
Había en el
lugar de Aljustrel, una mujer que, siempre que veía a los pastorcitos, los
insultaba. Un día, cuando corrían delante de la puerta de la mujer, Jacinta
paró de jugar y quiso ofrecer ese sacrificio por la conversión de los
pecadores. Levantando las manos al Cielo hizo ese ofrecimiento. La mujer por un
postigo de la casa vio todo. Quedó tan impresionada con aquella actitud de
Jacinta que, después, decía a la madre de Lucía que no necesitaba otra prueba
para creer en la realidad de los hechos. Y de ahí en adelante, se refiere
Lucía, no solo no nos insultaba, sino que nos pedía continuamente que
pidiésemos por ella a Nuestra Señora. (…)”(MIL I, pág. 56)
Pidamos a través
de la Señora más brillante que el Sol, que los cristianos vivan su fe, que nada
los detenga en el camino del amor, para que sean luz e irradien Cristo en toda
su vida.
4ºMisterio: Transfiguración de
Jesús Del Evangelio de S. Lucas (9,28.35)jesús (…) subió
a un monte para orar. Y se oyó una voz que decía: “Este es mi Hijo predilecto,
escuchadlo”.
Solo la oración transfigura la vida y hace del cristiano una presencia
viva de su amor.
Entró, un día,
en la habitación de Francisco, una mujer de la Casa Vieja, llamada Mariana,
que, afligida porque el marido expulsó a un hijo de casa, pedía la gracia de la
reconciliación del hijo con el padre.
Francisco le
respondió: “Quede tranquila. En breve voy para el Cielo, y cuando llegue, pido
esa gracia a Nuestra Señora”.
Cuenta Lucía:
“No recuerdo bien los días que (Francisco) tardó aun en ir para el cielo; pero
lo que recuerdo es que, en la tarde del día en que él murió, el hijo pidió
perdón al padre (que se lo concedió); y se restableció la paz en aquella casa”.
(MIL I, 190).
Pidamos para
que, por la acción maternal de María, nos configuremos más y más con Cristo,
para que seamos obreros de concordia junto con los otros.
5ºMisterio: Institución de la
Eucaristía Del Evangelio de S. Mateo (26, 26-27)Mientras comían,
Jesús tomó el pan (…), lo partió y se los dio a sus discípulos diciendo: “Tomad
y comed. Este es mi cuerpo.” Tomó el cáliz, dio gracias y lo entregó
diciendo:“Bebed todos de el”.
Un día, Jacinta
mostró gran deseo de ir vestida de angelito en una procesión, a dejar flores a
Jesús. Y, cuando le dijeron que era el Sr. Prior el que lo llevaba, ella no
cabía en si de contenta. El día de la
procesión, Jacinta no quitó los ojos del Sr. Prior, ni dejó una sola flor a
Jesús. Después de la
procesión, le preguntaron: ¿Por qué no dejaste las flores a Jesús?” Ella
respondió: “Por que no lo vi”. Lucía respondió: “¿¡Pero tú no sabes que el Niño
Jesús de la Hostia, que no se ve, está escondido!?” (MIL I, pág. 41).
Que por
intercesión de María, los cristianos de hoy se abran a un amor entrañado a la
Eucaristía, visitando a Jesús, en el Santísimo Sacramento, adorándolo y
dejándose tocar por el infinito amor del Corazón.
1º Misterio: La
agonía de Jesús en el jardín de los Olivos- Del Evangelio de S. Mateo (26,39) Jesús (…) cayó
con la cara por tierra, orando y diciendo: “Padre, si es posible, aleja de mi
esta Cáliz. No se haga como yo quiero, si no como Tú quieres.”Jesús estaba
envuelto en tristeza mortal, sentía el abandono de sus amigos y el horror
delante de la muerte que se avecinaba, pero se entregó a la voluntad del Padre.
Cuenta Lucía:
“Un día, mi padre y mi tío fueron intimidados para presentarnos (en la
administración en Vila Nova de Ourem). Mi tío dijo que no llevaba a sus hijos
(…), mi padre (…) dijo: “A la mía la llevo, ella que se arregle allá con ellos,
que yo aquí de estas cosas no entiendo nada” (MIL I, pág. 51). Lo que más hacía
sufrir a Lucía era la indiferencia que sus padres mostraban por ella. Rezaba
así al Señor: “Paciencia (…), así, tengo la dicha de sufrir más por tu Amor, oh
mi Dios, y por la conversión de los pecadores”. (MIL I, pág. 89).
Que en la
escuela de María, los cristianos aprendan a decir siempre sí a la voluntad del
Padre, incluso cuando experimentan el abandono de los amigos o en los momentos
más dolorosos de la vida.
2ºMisterio: La flagelación de
Jesús-Del Evangelio de S. Juan (cf. Jn 18,28.38.19,1)Llevaban a Jesús
a Pilatos, que lo interrogó, habiendo declarado: “No encuentro en él ningún
crimen de muerte. Voy a castigarlo y después lo soltaré”. Pilatos mandó azotar
a Jesús. A pesar de no
encontrar crimen alguno en Jesús, Pilatos lo mandó flagelar.
Lucía cuenta lo
que le sucedió en la Administración, en Ourem: “Fui interrogada por el
administrador”. Él quería, a toda costa “que le revelase el secreto y que le
prometiese no volver más a Cova de Iría. Para conseguir esto, no ahorró en
promesas y, por fin, llegaron las amenazas. Viendo que no conseguía nada, me
despidió protestando que lo iba a conseguir, aunque para eso tuviese que
quitarme la vida” (MIL I, )
Pidamos, por
intercesión de la Virgen de Fátima, la fuerza del Espíritu Santo, para nuestras
comunidades cristianas para que permanezcan fieles al amor de Dios y sean en el
mundo una señal luminosa de Cristo.
3ºMisterio: Jesús, coronado de
espinas-Del Evangelio de S. Juan (cf. Jn 19,2-5)
Los soldados
llevaron a Jesús para el pretorio, entrelazaron una corona de espinas y se la
clavaron en la cabeza (…). Le daban bofetadas y lo ridiculizaban. (cf. Jn 19,
2-5). Los soldados
inflingían a Jesús todo tipo de vejaciones y afrontas.
A Jacinta, en la
prisión de Ourem, lo que más le costaba era el abandono de los padres; y decía
con las lágrimas corriendo por su cara: “Ni tus padres ni los míos nos vinieron
a ver”. (…) “No llores -le dijo Francisco- se lo ofrecemos a Jesús, por los pecadores”.
Y levantando los ojos y las manitas al Cielo, hizo él el ofrecimiento: “Oh mi
Jesús, es por vuestro amor y por la conversión de los pecadores”. Y Jacinta
continuo: “Es también por el Santo Padre y en reparación de los pecados
cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”. (MIL I, 51-52).
Pidamos, por
intercesión de María, la gracia de que nuestros corazones se liberen de todo el
resentimiento, a nadie condenemos y aceptemos con sentido reparador los
sacrificios que la vida comporta.
4ºmisterio: Jesús, camino del
Calvario-Del Evangelio de S. Lucas (Lc 23,23-26) Los judíos
insistían con altos gritos, pidiendo que Jesús fuese crucificado. Pilatos les
entregó a Jesús. Cuando lo iban conduciendo, obligaron a Simón de Cirene a
llevar la cruz detrás de Jesús.El cireneo ayudó
a Jesús a llevar la cruz, al principio, contrariado, pero en breve se dejó
cautivar por Jesús.Los presos de la
cadena de Ourem, al ver a Jacinta, bañada en lágrimas, quisieron consolar a
ella, al hermano y a la prima. Y todo lo hicieron para suavizar su dolor y
amargura: cantaron, bailaron y hasta rezaron con ellos.
Uno de ellos,
queriendo mucho librar a los pastorcitos de aquella situación dolorosa, les
hizo esta sugerencia: “Pero vosotros, digan allá al Sr. Administrador ese
secreto. ¿Qué les importa que esa Señora no quiera?” Y Jacinta respondió con
vivacidad: “¡Eso no! Antes quiero morir”. (MIL I, pág. 52).
Era la máxima
fuerza, en la máxima fragilidad. Supliquemos, a
través de María, la gracia de los cristianos a aprender a buscar en el Señor la
fuerza para su flaqueza.
5ºMisterio: La crucifixión y
muerte de Jesús-Del Evangelio de San Lucas (cf. Lc 23,33ª. 34.46) Ya clavado en la
cruz, Jesús decía: Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen. Y gritando
con voz fuerte, exclamó: “Padre, en tus manos, encomiendo mi espíritu”. Y
expiró. En su oración,
Jesús exprimió su condición filial en relación al Padre y a su misión de
misericordia a favor de los hombres.
Un día, Lucía y
Jacinta jugaban a las prendas en casa de los padres de Lucía. Esta ganó y mandó
a Jacinta besar y abrazar a Nuestro Señor. (Era un crucifijo que estaba colgado
de la pared). Jacinta corrió a buscarlo. Lo besó y lo abrazó con tanta devoción
que Lucía nunca más olvidaría aquella acción”.
Jacinta,
después, al oír contar la historia de la pasión de Jesús, se enterneció y
lloró. Y decía: “Yo no voy a hacer nunca ningún pecado. No quiero que Nuestro
Señor sufra más”. (MIL I, pág. 40).
Pidamos, por
intercesión de María, la gracia de los cristianos de tener un corazón capaz de
enternecerse delante del infinito amor de Jesús en la cruz y de llorar los
propios pecados y los de la humanidad.
Misterios Gloriosos-
1º Misterio: La
resurrección del Señor -Del Evangelio de S. Lucas (Lc 24, 4-6).Dos ángeles
dijeron a María Magdalena y a las otras mujeres: “¿Por qué buscáis entre los
muertos a Aquel que vive? No está aquí: resucitó”.En Cristo, la
muerte fue vencida para siempre. Para aquel que cree en Jesús, la muerte es
paso para la vida plena, definitiva.
Nos espera el
cielo, como se puede leer en la introducción a la 4ª Memoria: “En verdad, no
soy más que el pobre y miserable instrumento de que Dios se quiere servir y que
dentro de poco, como el pintor que arroja al fuego el pincel inutilizado, para
que se reduzca a cenizas, así el Divino Pintor hará reducir a las cenizas de la
tumba su inutilizado instrumento, hasta el gran día de las aleluyas eternas. Y
yo deseo ardientemente este día, porque la tumba no aniquila todo, y la
felicidad del amor eterno e infinito comienza ya”. (MIL I, pág. 134-135).
Pidamos para los
cristianos de hoy una fe viva en la resurrección de Cristo y en su propia
resurrección, en Cristo y con Cristo.
2ºMisterio: La ascensión de
Jesús al Cielo-Del Evangelio de S. Lucas (Lc 24, 50-52)
Jesús llevó a
sus discípulos hasta Bretania. Mientras los bendecía, se elevaba al Cielo. Y
ellos, después, volvieron para Jerusalén, con gran alegría.Los primeros
discípulos vivían en la seguridad de que Jesús estaba con ellos y era siempre
su compañero de viaje.
Un domingo,
Jacinta fue con Lucía a comer a casa de José Alves, de Moita. Después de la
comida, Jacinta empezó a cabecear. El dueño de la casa mandó que la acostasen
en su cama. Pasado un buen rato fueron a verla: dormía profundamente “con una
sonrisa en los labios, un aire angelical, las manos levantadas”…
Francisco
sonreía siempre y era amable con toda la gente. Las personas que lo visitaban,
se sentaban al lado de su cama, a veces, largo tiempo, y decían: “¡No sé qué
tiene Francisco! La gente se siente muy bien aquí.
La simple vista
de Jacinta y de Francisco elevaba el pensamiento de las personas hacia la Madre
del Cielo y para la eternidad”. (MIL I, 188-189).
Pidamos al
Señor, por intercesión de la Virgen Santa María, que la llama de la fe nunca se
apague en la vida de los discípulos de Cristo y que ella se encienda, ilumine y
caliente los corazones de aquellos que aun no conocen al Salvador.
3ºMisterio: La venida del
Espíritu Santo-Del Libro de los Hechos de los Apóstoles (Act 2, 1.3) Cuando llegó el
día de Pentecostés, vieron aparecer unas lenguas, en forma de fuego y se posó
una sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo. Entonces los
Apóstoles salieron a la calle y anunciaron a Cristo vivo y resucitado.
En vísperas de
su primera comunión, Lucía fue a la Iglesia de Fátima a hacer su primera
confesión. Al llegar, dijo a la madre que se quería confesar al sacerdote de
fuera. En la confesión, ese sacerdote, que era el P. Cruz le dijo: “Hija mía,
tu alma es el templo del Espíritu Santo. Guárdala para siempre pura, para que
él pueda continuar en ella su acción divina”. Lucía preguntó al confesor como
debía hacer. Él respondió: “De rodillas, ahí, a los pies de Nuestra Señora,
pídele, con mucha confianza, que tome nota de su corazón, que lo prepare para
recibir mañana dignamente a su querido Hijo y que lo guarde para Él solo”. (MIL
I, pág. 70-71).
Pidamos para los
cristianos de hoy igual coraje, valentía semejante a la de los Apóstoles, para
que sean en el mundo anunciadores del Evangelio de Cristo Salvador.
4ºMisterio: La asunción de
Nuestra Señora al Cielo-Del Evangelio de S. Lucas (Lc
1, 46-47.49) Mi alma
glorifica al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador. El Todopoderoso
hizo en mi maravillas. Grande es su nombre. La vida de María sobre la tierra
fue una vida de total docilidad a Dios y a su voluntad. Vivió toda para Jesús y
estuvo unida a Él, como nadie, en su Pasión y Muerte en la Cruz; por eso, fue
asociada a su glorificación.
Un día, la madre
(de Jacinta) le llevó una taza de leche y le dijo que la tomase. “No quiero,
madre –respondió, alejando con la mano la taza”. Lucía, después de que quedaran
solas, le preguntó: “¿Cómo desobedeces así a tu madre y no ofreces este
sacrificio a Nuestro Señor?” Al oír esto, Jacinta dejó caer algunas lágrimas
(…) y dijo: “¡Ahora no me acordé!” Y llama a la Madre, le pide perdón y dice
que toma todo cuanto ella quisiera. La madre le trae la taza de leche, lo toma
sin mostrar la más leve repugnancia” (MIL I, pág. 58-59).
Pidamos, por
intercesión de la Señora de la Asunción, la gracia de, en el camino de la vida,
nunca olvidarnos la meta que nos espera, el cielo, y de vivir como verdaderos
discípulos, poniendo en práctica el mandamiento del Amor que Cristo nos dejó.
5º Misterio: La coronación de
Nuestra Señora en el cielo-Del Evangelio de S. Lucas (Lc,
1, 32-33)
Él será grande y
se llamará Hijo del Altísimo. El Señor le dará el trono de su padre David.
Reinará eternamente y su reinado no tendrá fin.Jesucristo será
exaltado a la derecha del Padre, como Rey y Señor del Universo. María fue
asociada a la gloria de su Hijo y coronada Reina del Cielo y de la Tierra, Reina
de los Ángeles y de los Hombres.
Un día, cuando
Francisco y Jacinta ya estaban enfermos, Jacinta mandó llamar a Lucía y le
dijo: “Nuestra Señora nos vino a ver y dijo que vendría a buscar a Francisco en
breve para el Cielo. Y a mi me preguntó si quería convertir aún a más
pecadores. Le dije que si. Me dijo que iría para un hospital, que allí sufriría
mucho; que sufriese por la conversión de los pecadores, en reparación de los
pecados contra el Inmaculado Corazón de María y por amor de Jesús”. (MIL I,
pág. 59-60).
Pidamos la
gracia de también nosotros dejarnos cautivar por el amor misericordioso y
reparador, tal como Jacinta, y de conservar siempre una gran confianza en la
Virgen María, que es nuestra mejor intercesora.
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