Publicado el 20/05/2015
Padre nuestro, Padre misericordioso y lleno de amor, mira a tus hijos e hijas que, a causa de la fe, en tu Santo Nombre sufren persecución y discriminación en Irak, Siria, Kenia, Nigeria y tantos lugares del mundo.
Que tu Santo Espíritu les colme con su fuerza en los momentos más difíciles de perseverar en la fe.
Que les haga capaces de perdonar a los que les oprimen.
Que les llene de esperanza para que puedan vivir su fe con alegría y libertad.
Que María, Auxiliadora y Reina de la Paz, interceda por ellos y les guíe por el camino de santidad.
Padre Celestial, que el ejemplo de nuestros hermanos perseguidos aumente nuestro compromiso cristiano, que nos haga más fervorosos y agradecidos por el don de la fe.
Abre, Señor, nuestros corazones para que, con generosidad, sepamos llevarles el apoyo y mostrarles nuestra solidaridad. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Pidamos a Dios Padre para que los niños, hombres y mujeres perseguidos por su nombre tengan la certeza de que la Iglesia a la que pertenecen, lejos de abandonarles, es testigo valiente de su dolor ante el mundo.
Que nos dejemos conmover por el sufrimiento de los miles de cristianos perseguidos en todo el mundo y pongamos nuestros talentos y recursos al servicio de sus necesidades reales.
Sabiduría y coraje para levantar la voz ante una comunidad internacional que, por miedo, indiferencia o desánimo, está siendo incapaz de comprometerse frente a la barbarie y el terror.
Una Fe firme que demuestre ante el mundo, con palabras, gestos y hechos, que el Amor es creativo, sanador y reparador.
Que jamás seamos cómplices de la mentira, la indiferencia y el cinismo.
Que no olvidemos a nuestros hermanos no cristianos que hoy también son víctimas del horror de la persecución.amen.
Que tu Santo Espíritu les colme con su fuerza en los momentos más difíciles de perseverar en la fe.
Que les haga capaces de perdonar a los que les oprimen.
Que les llene de esperanza para que puedan vivir su fe con alegría y libertad.
Que María, Auxiliadora y Reina de la Paz, interceda por ellos y les guíe por el camino de santidad.
Padre Celestial, que el ejemplo de nuestros hermanos perseguidos aumente nuestro compromiso cristiano, que nos haga más fervorosos y agradecidos por el don de la fe.
Abre, Señor, nuestros corazones para que, con generosidad, sepamos llevarles el apoyo y mostrarles nuestra solidaridad. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Pidamos a Dios Padre para que los niños, hombres y mujeres perseguidos por su nombre tengan la certeza de que la Iglesia a la que pertenecen, lejos de abandonarles, es testigo valiente de su dolor ante el mundo.
Que nos dejemos conmover por el sufrimiento de los miles de cristianos perseguidos en todo el mundo y pongamos nuestros talentos y recursos al servicio de sus necesidades reales.
Sabiduría y coraje para levantar la voz ante una comunidad internacional que, por miedo, indiferencia o desánimo, está siendo incapaz de comprometerse frente a la barbarie y el terror.
Una Fe firme que demuestre ante el mundo, con palabras, gestos y hechos, que el Amor es creativo, sanador y reparador.
Que jamás seamos cómplices de la mentira, la indiferencia y el cinismo.
Que no olvidemos a nuestros hermanos no cristianos que hoy también son víctimas del horror de la persecución.amen.
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