Había tres hombres ciegos, quienes un día, fueron juntos
para ver un elefante. ¡Ninguno de ellos había, jamás escuchado de un elefante, y
no sabían, incluso que el elefante es un animal! Estaban muy curiosos y se
determinaron a acercarse al elefante, uno a uno.
Aunque los tres eran ciegos, como no podían ver, se
habían acostumbrado a conocer las cosas con solo tocarlas. Usaban sus manos
para darse cuenta del tamaño, de la calidad y de la calidez de cuanto se ponía
a su alcance.
El primer ciego vino al elefante y se apegó a su enorme
costado. Él dijo:” ¡Este elefante es como una pared!”.
El segundo ciego camino a la cabeza del elefante y choco
con un colmillo. Era afilado, puntiagudo y liso. El gritó: “¡un elefante es como una lanza!”
Bueno, ellos discutieron y discutieron sobre lo que es un
elefante, y debido a que no se
escuchaban y no aprendían unos de otros, nunca encontraron la verdad!
¡Imaginamos un fin positivo para este cuento! …los ciegos se escucharon entre si
atentamente, y unieron las imágenes mentales con las que cada uno se
representaba al elefante, integrando de este modo las partes que cada uno de
ellos había tocado y teniendo una idea real y objetiva de lo que es un
elefante.
Fuente: Amigo de ti mismo
-P.Gustavo Jamut, OMV. Ed RCC.-www.sanroquercc.org.ar.
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