Al Venerable Hermano
Mons. Esteban Laxague
Obispo de Viedma
Mons. Esteban Laxague
Obispo de Viedma
Vaticano 13 de agosto 2018
Querido Hermano:
Una vez más me haces partícipe de la peregrinación a Chimpay cuna de Ceferino Namuncurá, que este año coincide con el mismo día del nacimiento del Beato. Gracias por recordármelo y darme la oportunidad de hacerme presente con la oración.
Pienso en la multitud de peregrinos que se acercarán al Santuario con el corazón lleno de esperanzas y me siento movido a unirme también yo a sus peticiones que son un clamor de fe y confianza. Que Ceferino Namuncurá nos escuche e interceda por nosotros, para que podamos llevar una vida de entrega y amor como la suya. Y pido especialmente por los jóvenes. Que graben en su corazón ese deseo que impulsaba constantemente a Ceferino: "ser útil a mi pueblo". Jesús nos enseñó que no hay amor más grande que dar la vida por los demás. Y todos, pero de manera especial los jóvenes, estamos llamados a un amor grande. Ojalá el Señor llame a muchos a entregar sus vidas en el sacerdocio, para hacer presente en el mundo el amor que salva.
Te pido por favor, que no dejes de rezar y hacer rezar por mí, pues lo necesito.
Que el Señor te bendiga y la Virgen Santa te cuide.
Fraternalmente.
Francisco
Querido Hermano:
Una vez más me haces partícipe de la peregrinación a Chimpay cuna de Ceferino Namuncurá, que este año coincide con el mismo día del nacimiento del Beato. Gracias por recordármelo y darme la oportunidad de hacerme presente con la oración.
Pienso en la multitud de peregrinos que se acercarán al Santuario con el corazón lleno de esperanzas y me siento movido a unirme también yo a sus peticiones que son un clamor de fe y confianza. Que Ceferino Namuncurá nos escuche e interceda por nosotros, para que podamos llevar una vida de entrega y amor como la suya. Y pido especialmente por los jóvenes. Que graben en su corazón ese deseo que impulsaba constantemente a Ceferino: "ser útil a mi pueblo". Jesús nos enseñó que no hay amor más grande que dar la vida por los demás. Y todos, pero de manera especial los jóvenes, estamos llamados a un amor grande. Ojalá el Señor llame a muchos a entregar sus vidas en el sacerdocio, para hacer presente en el mundo el amor que salva.
Te pido por favor, que no dejes de rezar y hacer rezar por mí, pues lo necesito.
Que el Señor te bendiga y la Virgen Santa te cuide.
Fraternalmente.
Francisco
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