29 may 2013


 Ciclo C Domingo del Corpus Christi

1. Palabra de Dios

En la fiesta del Corpus que se celebra en esta jornada se desea resaltar el misterio de la Presencia de Cristo en la Eucaristía. Se celebra el jueves des-pués del domingo de la Stma Trinidad. Pero se traslada a domingo siguiente, en donde el jueves no es festivo. Se aprovecha la jornada para recordar el mensaje de Jesús cuando decía, «Mi carne es verdadera comida, y mi Sangre verdadera bebida; el que come mi Carne, y bebe mi Sangre, en Mí mora, y Yo en él.» (Jn. 6, 56-57). Esta promesa se cumplió cuando en la Ultima Cena insti-tuyó el misterioso y adorable sacramento del pan y del vino.

 

 Lectura. Lucas 9. 11-17

Lucas nos recuerda la multiplicación de los panes y de los pe-ces que hizo el Señor para dar de comer a la multitud que le seguía. Hermoso signo de la Eucaristía que hoy recuerda la Iglesia, indicando que su cuerpo es alimento y es suficiente para satisfacer a todos los que escuchas sus palabras y le siguen.

En aquel tiempo los apóstoles regresaron y le contaron cuanto habían hecho. Y él, tomándolos consigo, se retiró aparte, hacia una ciudad llamada Betsaida. Pero las gentes lo supieron, y le siguieron; y él, acogiéndolas, les hablaba acerca del Reino de Dios, y curaba a los que tenían necesidad de ser curados. Pero el día había comenzado a declinar, y acercándose los Doce, le dijeron: "Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y bus-quen alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar deshabitado." El les dijo: "Dadles vosotros de comer." Pero ellos respondieron: "No te-nemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente." Pues había como 5.000 hombres. El dijo a sus discípulos: "Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta." Lo hicieron así, e hicieron acomodarse a todos. El tomó entonces los cinco panes y los dos peces y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición y los partió. Y los iba dando a los discípulos para que los fueran sir-viendo a la gente. Comieron todos hasta saciarse. Se recogieron los trozos que les habían so-brado: doce canastos.

 

 Comentario sobre las lecturas

 

La fiesta del Cuerpo del Señor se comenzó a celebrar en Lieja en 1246, y se extendió a toda la Iglesia occidental por el Papa Urbano IV en 1264, teniendo como finalidad proclamar la fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucarist-ía. El deseo de adorar a Cristo presente dio origen a un culto paralelo al de la celebración sacrificial de la Eucaristía, con la exposición solemne del pan sa-grado y con las procesiones con el Santísimo Sacramento que se extendieron con profusión en muchos lugares cristianos.

Este es el día de la devoción a la presencia de Cristo en la Eucaristía en sí misma, ocasión para creer y adorar, pero también para conocer mejor la rique-za de este misterio a partir de las oraciones y de los textos bíblicos asignados en los tres ciclos de las lecturas.

El recuerdo de Melquisedec y la multiplicación de los panes y de los peces son dos hermosos símbolos de referencia de los que es la Eucaristía, en esta jornada se venera con agradecimiento y admiración.

Se nos recuerda el poder multiplicador que este santísimo Sacramento tiene. Es un sacramento y un sacrificio de la Nueva Alianza. Es el signo de la amistad entre el hombre, el que comulga, y el mundo simbolizado en el pan y el vino. Jesús escoge un signo de alianza y de vida, como hizo Melquisedec cuando daba gracias a Dios por la victoria de Abraham con el vino y el pan

Y es el signo de la amistad universal, pues Jesús dio de comer a todos los que iban a escucharle sin preguntarle si había aceptado su palabra o no habían creí-do sus mensajes. Simplemente les dio a comer del pan que preparó para todos y de los peces que también llegaron a la multitud. Así es el la Eucaristía y por eso es el fundamento de la "alianza nueva y eterna" de Dios con el hombre y del hombre con Dios. Si llegase a faltar el sacramento y el sacrificio del altar, habría que inventar otro signo de comunión. Pero Jesús quiso que quedara claro que era El mismo quien elegía este maravilloso signo de gracia y de amor.

La Iglesia lo ensalza en esta jornada de plegarias y de procesiones. Recuerdo con esas devociones que fomenta que los cristiano tiene que sentirse dichosos y alegres por la salvación que Cristo les ha traído. Por eso consideramos la Eucaristía como la renovación de la Ultima Cena y la reviviscencia del sacrificio de la Cruz

En este sentido la Eucaristía se convierte en fuente de alimentación de todos los que siguen a Jesús. Con su sacrificio todos los que siguen a Jesús se puede alimentar. Es lo que significa la participación sacrificial que llamamos común unión o comunión. El sacerdote hace, como mediador de Cristo, el acto reparti-dor del alimento que se ha ofrecido a Dios. Se cumple con su acto de repartir las palabras de Jesús: tomad y comed todos. Esto es mi cuerpo.

En la ofrenda previa y en la consagración, que son los actos litúrgicos que todas las liturgias cuidan con esmero y ensalzan con sentido de misterio, se repite la invitación a comer para que haya vida y todos tengan la comunión con el que está en ese alimento. Por eso el acto sacrificial de la Eucaristía tiene un valor y un significado espiritual en cuanto misterio; pero también tiene una di-mensión social de fraternidad, de solidaridad, en cuanto gesto de cercanía y de amistad. El pan y el vino se convierten en la eucaristía en símbolo de todo lo que lleva la asamblea eucarística, por sí misma, en ofrenda a Dios y que ofrece en espíritu a Dios: el amor a los hermanos, el recuerdo de la salvación, la renova-ción del misterio de la presencia de Jesús.

Todos los que participan con fe en la Eucaristía saben que asisten a un es-pectáculo misterioso que está más allá de los que entra por los sentidos.

Las luces y las flores, los cantos y los gestos, las palabras de la plegaria están recordando que más allá de los que entra por los ojos hay un misterio salvador, eterno y cautivador que acontece en el altar.,

La recepción de Jesucristo sacramentado bajo las especies de pan y vino en la sagrada Comunión y en el contexto de una celebración recordatoria de la Ultima Cena es lo esencial en el sacrificio. Pero la conservación del pan consa-grado para los enfermos, los prisioneros o los caminantes se inició en los prime-ros tiempos cristianos y luego se transformó en un culto intenso a ese santo sacramento de permanencia.

La comunión o participación del pan de la celebración significa y verifica el alimento espiritual del alma. Y así, en cuanto que en ella se da la gracia invisible bajo especies visibles, hace de sacramento o singo sensible de la gracia que Dios otorga por su medio. Jesús al instituir la Eucaristía dio a sus seguidores un paz de ángeles, un signo de ayuda y de presencia, un motivo de fe, un regalo singular y maravilloso. A través de é nos transmite su gracia, su presencia viva, su amor y su motivo de fraternidad entre los que le siguen y le declaran como Señor

Al referirnos a la Eucaristía como Comunión, estamos proclamando nuestra unión entre todos los cristianos y nuestra adhesión a la Iglesia con Jesús. Por ello, la Eucaristía es un sacramento de unidad de la Iglesia, y su celebración sólo es posible donde hay una comunidad de creyentes.

La misma noche que Jesús instituyó la Eucaristía, instituyó el mandamiento del amor. Por lo tanto, la Eucaristía y el amor a los demás tienen que ir siempre juntos. Jesús instituye la Eucaristía como prueba de su inmenso amor por noso-tros y pide a los que vamos a participar en ella, que nos amemos como El nos amó. Y, en este sentido, la Eucaristía tiene que estar necesariamente atendido por el Sacramento de la Reconciliación pues el recibir el "alimento de vida eter-na" exige una reconciliación constante con los hermanos y con Dios Padre.

La festividad del “Cuerpo de Cristo” es la jornada que, nacida de la piedad popular a este misterio, cobró cierta importancia en la Iglesia y en los ambientes católicos, como reacción contra la negación de la presencia divina en el pan por parte de los reformadores del siglos XVI. La Iglesia anuncia con alegría esa cer-canía divina e invita a dar gracia a Dios por tan singular regalo .

 

3. Esquema sintético de una catequesis

Experiencia: cantico Eucaristico

* Canta lengua, el misterio del cuerpo glorioso y de la sangre preciosa que el Rey de las naciones, fruto de un vientre generoso, derramó como rescate del mundo.

* Nos fue dado, nos nació de una Virgen sin mancilla; y después de pasar su vida en el mundo, una vez esparcida la semilla de su palabra, terminó el tiempo de su destierro dando una admirable disposición.

* En la noche de la última cena, recostado a la mesa con los hermanos, des-pués de observar plenamente la ley sobre la comida legal, se da con sus pro-pias manos como alimento para los Doce.

* El Verbo hecho carne convierte con su palabra el pan verdadero con su carne, y el vino puro se convierte en la sangre de Cristo. Y aunque fallan los sentidos, basta la sola fe para confirmar al corazón recto en esa verdad.

* Veneremos, pues, inclinados tan gran Sacramento; y la antigua figura ce-da el puesto al nuevo rito; la fe supla la incapacidad de los sentidos

* Al Engendrado del Padre y al engendrador, sea dada la alabanza y el júbi-lo, el honor, las gracias y el honor, Sean dada la bendición también al que Procede de ambos. Amen

Participación

Se puede luego diseñar una celebración de una misa de acción de gracias, al terminar de explicar y de concursar con la procesión preparada. También por grupos los catequizandos o los escolares preparan los diversos pasos de la Eucaristía: a) Ambientación, b) Lecturas, c) Ofertorio con sus gestos y peticio-nes, d) motivación del Padre nuestro y la paz, e) Comunión y f) Despedida. Seis grupos o seis responsabilidades.

Interiorización

El ideal sería tener una Eucaristía de grupo de clase siguiendo el itinerario preparado y dando el mayor protagonismo a los mismos que lo han prepara-do.

4. Ejercicios que se pueden hacer

 

Para pequeños.

Trazar un plano para realizar una procesión eucarística, disponiendo una parada en sitios estratégicos, en casa de un enfermo, en la escuela, en la pa-rroquia donde alguno ha hecho la primera comunión, etc… El itinerario supone que cada uno explica por que Jesús en la Eucaristía se para y que se le puede decir, pedir, escuchar en silencio o rezar en el corazón

 

Con niños medianos

Preparar y explicar un vocabulario eucarístico: cáliz, patena, altar, custodia, sagrario, cirio, especies, pan, vino, fracción del pan, misa, consagración, ben-dición, celebración, sacerdote, etc. (Algunos habrá que dejarlos para los teólo-gos, transubstanciación, epiclesis, anamnesis, transfinalización, etc) Los términos pueden estar mejor adaptados a la edad. Pero conviene que sean cla-ros y se les enseñe de cara a que un día los entienden, si en el presente no se comprenden del todo. Buen medio es que lean un texto escrito, el catecismo o el libro de clase, y que ellos seleccionen. El catequista o el profesor pueden tener preparados los suyos. Con unos doce o quince, puede resultar suficiente para niños medianos. Lo importante no es el vocabulario, sino el significado. Se puede aprovechar para explicar término y conceptos y sobre todo para invi-tar a desarrollar la fe en lo que hay detrás de todo ello.

Al final se puede hacer un esquema, un mapa conceptual o un gráfico en donde se coloquen todos estos términos.

El ideal es alguna Eucaristía de cuando en cuando, sobre todo desde que los niños han hecho la primera comunión. Es decisivo el renovar las actitudes de los primeros comulgantes y convertirlas en un hábito normalizado, domini-cal sobre todo.

Cada Eucaristía se presta a una catequesis hermosa sobre un aspecto del inagotable misterio de la presencia de Cristo y del Memorial de la Utima Cena renovada cuantas veces hacemos lo que el mismo Jesús mando repetir .

 

Para mayores y preadolescentes

Hacer un debate sobre lo que la gente piensa de la Eucaristía, de la misa, de la presencia de Cristo en las especies de pan y vino, de la misa dominical, de las procesiones… Cada uno puede preparar cinco o seis cuestiones y se lanza a recoger opiniones de diez o doce personas. Se ponen las respuestas en común y el educador aprovecha para ir clarificando conceptos. Expone la enseñanza de la iglesia. Y aconseja a los catequizandos que hay que ser respetuoso con las opiniones de los demás, aunque cada uno debe saber lo que enseña la Iglesia

Vocabulario básico. Corpus Christi, Eucaristía, Transubstanciación

IMAGENES PARA CORPUS CHRISTI Y MANUALIDADES

























FRASES PARA UNA ADORACION...

Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los Santos”.

“En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado, el corazón amoroso de Jesús Sacramentado”.

 “Jesucristo, Hijo de Dios vivo, luz del mundo; yo te adoro, para ti vivo y para ti muero”.

 “Jesús, manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al vuestro”.
 “Te adoramos Jesucristo, y te bendecimos, porque con tu cruz redimiste al mundo”.
 “Corazón eucarístico de Jesús, aumentad en nosotros la fe, la esperanza y la caridad”. 
“Sea eternamente alabado y adorado el Santísimo Sacramento”.

“Dios mío, yo creo, te adoro, espero y te amo. Y te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman”.

 “AMADO JESUS, TU ERES UN SOL GIGANTE DE AMOR INFINITO, Y NOSOTROS SOMOS MUY PEQUEÑITOS, PERO TU ERES UN DIOS PODEROSO Y PUEDES HACERTE PEQUEÑO COMO NOSOTROS, PARA VENIR A HABITAR EN NUESTROS CORAZONES.”

ADORAR ES AMARTE A TI , POR SER QUIEN ERES Y NO POR LO QUE DAS. TU ERES UN DIOS DE AMOR INFINITO, UN OCEANO DE AMOR.
ADORAR ES RECONOCERNOA PEQUEÑOS, DELANTE DE TI, COMO SI FUERAMOS UN GRANITO DE ARENA, COMPARADO CON EL SOL.

QUEREMOS AMARTE   CON TODO NUESTRO CORAZON, ADORAR SIGNIFICA QUE SOMOS PEQUEÑOS ANTE TI, Y QUEREMOS ADORTE PORQUE TU ERES INFINITAMENTE SANTO.

“QUERIDO JESUS EUCARISTIA, QUE HERMOSO ES ESTAR CERCA DE TI…VOS ME DAS LA FUERZA QUE NECESISTO, VOS ME DAS AMOR, ALEGRIA, MUCHAS GRACIAS!

“AMADO JESUS, TU ERES UN SOL GIGANTE DE AMOR INFINITO, Y NOSOTROS SOMOS MUY PEQUEÑITOS, PERO TU ERES UN DIOS PODEROSO Y PUEDES HACERTE PEQUEÑO COMO NOSOTROS, PARA VENIR A HABITAR EN NUESTROS CORAZONES.”

ADORAR ES AMARTE A TI , POR SER QUIEN ERES Y NO POR LO QUE DAS. TU ERES UN DIOS DE AMOR INFINITO, UN OCEANO DE AMOR.
ADORAR ES RECONOCERNOA PEQUEÑOS, DELANTE DE TI, COMO SI FUERAMOS UN GRANITO DE ARENA, COMPARADO CON EL SOL.

QUEREMOS AMARTE   CON TODO NUESTRO CORAZON, ADORAR SIGNIFICA QUE SOMOS PEQUEÑOS ANTE TI, Y QUEREMOS ADORTE PORQUE TU ERES INFINITAMENTE SANTO.

 

LA FE ES LA LLAVE

 Tema: La fe es la llave que abre o desata el poder de Dios. Propio 4 (09), Año C
Objeto: Un llavero con varias llaves

Escritura: Al oírlo, Jesús se asombró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía, comentó: -Les digo que ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande. Al regresar a casa, los enviados encontraron sano al siervo. (Lucas 7:9-10-).

Hay llaves de todos tamaños y formas. Tengo muchas llaves en mi llavero. Hay una llave para mi casa y para el candado del portón que va a mi patio. Tengo una llave para mi carro, mi oficina en el trabajo y otra para abrir el gabinete donde mantengo mis papeles importantes. Tengo una llave para mi apartado postal y otra para mi caja de seguridad del banco.
Muchos de nosotros usamos las llaves todos los días, pero hoy vamos a hablar acerca de una llave en la que tal vez nunca hemos pensado. Es la llave llamada FE. La fe no es una llave que sea hecha de metal como estas llaves que están en mi llavero, pero puede ser la llave más importante que tengamos, pues es la llave que libera el poder de Dios. Nuestra lección de hoy nos habla sobre un hombre que utilizó su fe para sanar a una persona que él quería mucho.
Un día Jesús estaba en un pueblo llamado Capernaum. Se encontraba allí un centurión, un oficial del ejército romano, que tenía un sirviente que estaba muy enfermo y a punto de morir. El centurión escuchó acerca de Jesús y envió a algunos hombres a pedirle a Jesús que viniera a sanar a su siervo. Los hombres llegaron a donde Jesús estaba y le rogaron que sanara al sirviente del centurión, así que Jesús fue con ellos a la casa.
antes de que Jesús llegara a la casa, el oficial envió a otros hombres a decirle a Jesús: "No te tomes el trabajo de venir hasta mi casa. No soy digno de tal honor. Sólo di la palabra y mi siervo será sanado".
Cuando Jesús escuchó esto, estaba maravillado. Miró a la multitud que estaba siguiéndole y dijo: "¡No he visto una fe como esta en todo Israel!" Los amigos del oficial regresaron a la casa del centurión. Al llegar encontraron al siervo completamente sano.
Como la fe de ese centurión en esta historia, nuestra fe puede liberar el poder de Dios en nuestras vidas. Hay una canción que dice:
Mi Dios es tan grande,tan fuerte y poderoso,no hay nada que Él no pueda hacer (por ti)
Padre celestial, ayúdanos a recordar que no importa los obstáculos que enfrentemos, nuestra fe en ti es la llave que abre tu poderoso poder. En el nombre de Jesús oramos. Amén


. "La fe es la llave" Escritura: Lucas 7:1-10

RELEVO DE FE: Divida a los niños en equipos. Hágale una serie de preguntas y después de contestar la pregunta permítales hacer un relevo. (1) Pregúntele a los niños - ¿Tienen FE de que su equipo pueda empujar esta papa (patata) hasta llegar a la meta? (Hagan el relevo). (2) Pregunte - ¿Tienen FE de que su equipo explotarán todos los globos antes que el otro equipo? Dele a cada jugador de los equipos un globo para que lo exploten y hagan su relevo. (3) Pregunte - ¿Tienen FE de pueden saltar en un pie y llegar hasta la meta y regresar? Continúe permitiéndoles hacer el relevo y demostrar FE en lo que pueden hacer, según tenga tiempo.

DRAMITA SOBRE LA FE: La maestra contará la historia de hoy mientras los niños se sientan en un círculo. Luego escoja a varios niños para dramatizar cada una de las partes: el Centurión, el siervo, Jesús, un oficial y la gente. Recuente la historia mientras los niños la dramatizan.

CARTELÓN DE LA CANCIÓN: Escriba la letra de la canción MI DIOS ES TAN GRANDE y dele una copia a cada niño. Pídale a los niños que peguen la hoja a una cartulina y luego que le pasen pega sobre la hoja creando un decoupage . Deje que se seque y añádale un gancho por detrás para que los niños lo cuelguen en sus hogares.

LLAVES DE FE: Los niños pueden trazar y recortar patrones de llaves en colores brillantes. Anime a los niños a decorar sus llaves con brillito alrededor del borde. Añada palabras de FE de nuestra historia o ideas que los niños puedan tener acerca de la FE y creencia en Dios.

CARTEL DE LLAVE DE FE: La maestra puede hacer un cartelón grande con un dibujo de una llave enorme que tenga la palabra FE escrita en ella. Los niños se acercarán al cartelón y escribirán palabras que hayan aprendido durante la lección de hoy que tengan que ver con FE, la liberación del poder de Dios - palabras como fuerte, poderoso, sobrepasar los obstáculos, poder maravilloso, sanado, Dios es maravilloso, etc.

PODER FUERTE: Provéale papel de construcción y marcadores a los niños para que hagan un dibujo del brazo musculoso de su compañero (un brazo con una protuberancia musculosa en la parte de arriba del mismo).Anime a los niños a escribir la palabra PODER FUERTE en el brazo y luego pídales que peguen las letras F-E en el músculo. Esas letras deben ser de las que tienen pega en la parte de atrás y se usan para hacer los álbumes de fotos o recuerdos. Cuelgue los dibujos alrededor del salón.

BANDERINES DE FE: Deje que los niños tracen la figura de otro en un papel largo y blanco. Todos los niños harán la figura de otro. Luego cogerán el dibujo de SU cuerpo y lo colorearán. Cuando terminen, harán con papel de construcción, unos banderines con la palabra FE escrita en ellos y lo pegarán a su figura. Pegue todas las figuras alrededor del salón. Todas las semanas del mes, si así lo desean, los niños escribirán algo relacionado con la FE que hayan aprendido durante esa semana en círculos de colores y con marcadores de colores brillantes. Luego compartirán lo escrito con los demás y podrán añadirlo a la pared.

ORAD CONMIGO, EL ANGEL DE LA PAZ NOS INVITA....

Fuente: Maria Emília Carreira   www.fatima2017.org 
Objetivos:
1. Acoger la invitación del Ángel, como mensaje para hoy.
2. Conducir el encuentro de modo que los niños comprendan el valor de la oración.
3. Aceptar a Jesús, amarlo y adorarlo como Nuestro Señor.

 A - Contenido catequético
 1. Invitación a la oración
 Todos sabemos lo que es una invitación. Invitamos y somos invitados para  fiestas, paseos, cines, comidas,… Los amigos quieren estar juntos, por eso, se invitan mutuamente. Su presencia es siempre una alegría, una fiesta. Así, las invitaciones se vuelven muy importantes para todas las personas. Pero hay otras invitaciones mucho más especiales que vienen de Alguien para otro alguien. Orad conmigo es una invitación o una propuesta de Alguien muy especial. Vamos a ver de dónde viene y a quién se destina.Fátima, Cova de Iria, Aljustrel, Valinhos y Loca do Cabeço son localidades muy conocidas por los portugueses y por personas de muchos otros países. ¿Qué es lo que hizo que estos lugares se convirtieran en tan importantes? – podemos preguntarnos. Todo comenzó por una invitación que sonó en los cielos de estas pequeñas localidades de Portugal.Era al final de la tarde. Tres niños –Lucía, Francisco y Jacinta- jugaban alegremente, en un pequeño monte llamado Loca do Cabeço. Mientras jugaban, fueron sorprendidos por un Ángel de una enorme belleza y lleno de luz - ¡No temáis! Soy el Ángel de la Paz. Orad conmigo –dijo. Y arrodillándose hasta el suelo, rezó así: Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. Después se levantó y dijo: -Orad así. Los corazones de Jesús y María están atentos a vuestras oraciones. Y desapareció.
 El Ángel hizo una invitación a los tres pastorcitos y ellos aceptaron inmediatamente. Cambiaron el juego por la oración. Sintieron dentro de ellos como un impulso que los llevó a imitar al Ángel, rezando con él y como él. Esta invitación llegada del Cielo alteró los planes de estos tres niños, que tenían decidido jugar al juego de las piedrecitas en aquel final de la tarde. Mientras tanto, estaban felices, muy felices, con todo lo que había sucedido.
 Orad conmigo y orad así, fueron las primeras de muchas otras invitaciones que se siguieron en la vida de estos niños. Invitaciones diferentes de nuestras invitaciones, es cierto, pero invitaciones muy especiales, porque vienen del Cielo.
El Ángel vino a provocar un enorme deseo de Dios. Vino a despertar en ellos la voluntad de conocerlo y de amarlo más y mejor. Vino a enseñarles que, sin dejar de saltar, correr, jugar, bailar,… podían vivir la vida de otra manera que los ayudaría a ser mucho más felices. Les recordó que, en la vida, podemos descubrir cosas muy importantes y bellas. Y rezar es una de esas cosas lindas, porque ¡Dios nos da a conocer cosas maravillosas que jamás nadie enseñará! Rezar hace bien; nos da paz. Nos ayuda a ser buenos y a vivir la vida de acuerdo con el deseo de Dios. A Él le gusta que recemos. Y rezar es hablar con Dios como hablamos con nuestros amigos. Más que hablar es escuchar. Escuchar a Dios es estar atento a sus deseos y percibir lo que Él quiere de nosotros. Él nos hace invitaciones, muchas invitaciones.
 Si estuviéramos quietos, con los ojos cerrados, pensando en Dios, podemos sentir que Él nos sonríe, nos abraza y, tal vez, quién sabe, nos hace alguna invitación: ¡Reza! ¡Escucha! ¡Sigue! ¡Sé amigo!
 2. Invitación a la adoración
 Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
Esta oración enseñada por el Ángel a los Pastorcitos y rezada por ellos con mucha fe y mucho amor, los ayudó a encontrarse con Dios y a comprender su gran amor. La rezaron muchas veces y con el rostro por tierra. Habían aceptado la invitación del Ángel y prometieron nunca olvidarlo. Poco a poco, la vida de ellos se fue transformando y Dios pasó a ser, para ellos, el Alguien más importante, lo único importante.
 ¡Dios mío, yo creo… rezaron ellos muchas veces! Es como si dijeran:
Dios mío, yo creo en Ti. Sé que existes, que estás vivo, me conoces, me amas y cuidas de mí. Sé que me creaste, por eso, confío en Ti. Tú eres mi Señor, mi único Señor. Sin Ti mi vida no vale nada. Tú eres todo para mí. Te amo mucho. Me arrodillo, me postro delante de Ti… ¡Como eres de grande, Señor! Te adoro. Tantas veces rezaron así, que el Ángel, en la tercera aparición, les trajo una maravillosa sorpresa.
 Fue en Loca do Cabeço. Estaban con el rostro por tierra rezando la oración del Ángel cuando él apareció. Traía en la manos un cáliz y sobre él una hostia de la cual caían algunas gotas de sangre. El Ángel dejó el cáliz y la hostia suspendidos en el aire y se postró por tierra para adorar a Jesucristo, con esta oración:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo  Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la Tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, os pido la conversión de los pobres pecadores.
 Los pastorcitos, espantados con lo que estaba sucediendo, imitaron al Ángel y rezaron con él y como él. A continuación, el Ángel les dio la comunión diciendo: -Tomad y comed el Cuerpo y Sangre de Cristo. ¡Consolad a vuestro Dios!De nuevo se arrodilló y, postrado en tierra, rezó tres veces más la misma oración. Los pastorcitos se postraron también, para adorar a Jesús, consolarlo, presente, ahora, en sus corazones. Fue un momento único, maravilloso e inolvidable para ellos. Se sintieron totalmente envueltos por Jesús. Estaban tan unidos a él que hasta se olvidaron unos de los otros. Jesús les hizo sentir Su presencia y Su amor, que ellos permanecieron en oración durante largo tiempo.
A partir de esa experiencia que tuvieron con Jesús Eucaristía, su vida cambió para mejor. Decidieron amar y adorar a Jesús de tal manera que hasta dejaban sus juegos, para rezar y hacer compañía a Jesús escondido.
Quien cree en Dios vivo y verdadero, quien lo escucha, quien lo ama, lo adora profundamente. Y adorar a Dios es consolarlo, es reconocer que Él es todo para nosotros y que nosotros existimos en Él y gracias a Él. Adorar a Dios es amarlo con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas. Adorar a Dios es no consentir en amar a nadie más que a Dios, pues solo Él debe ocupar el primer lugar en nuestro corazó
En nuestra vida hay cosas bellas, lindas, magníficas que nos gustan mucho. Mientras esas cosas tan bellas solo valen en cuanto nos ayudan a ser felices pues, un día, todas esas maravillas de la tierra se acabarán. Solo Dios, la mayor de todas las maravillas, permanece para siempre. Por eso, debemos amarlo y adorarlo, por encima de todas las personas y de todas las cosas.
 Los pastorcitos comprendieron esto muy bien. Dios, para ellos, fue el único y el más importante de sus vidas. Dieron a Dios todo el amor de sus corazones y solo tenían un deseo: darle alegría, escuchar su palabra, sus recados y hacer su voluntad. Y la voluntad de Dios para cada uno de ellos y para cada uno de nosotros es que lo amemos en serio y con mucha verdad, cumpliendo todos nuestros deberes para con Dios y para con todas las personas.
 3. Invitación a la reparación
 Estamos percibiendo que el Ángel transmitió a los Pastorcitos varias invitaciones de Dios: los invitó a la oración, a la adoración y a la reparación. Reparar es amar mucho; es estar con… es consolar a quién está triste, sufre o es ofendido.
 En esta oración: Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman; los tres pastorcitos fueron invitados por el Ángel a rezar y a pedir perdón a Dios por los pecados de los otros, o sea, por todos los que no creen en Él, no lo adoran, no confían en él y no lo aman. Dios está muy ofendido y disgustado por los pecados de aquellos que viven lejos de Él, por los que los ignoran y desprecian, por los que hacen el mal.
 En la 3ª aparición, el Ángel, al darles la comunión, pidió: ¡Consolad a vuestro Dios! Esto significa que Dios está muy ofendido. Hay mucho odio en el mundo, mucha guerra, mucha venganza, muchos pecados. Consolar a Dios es pues reparar, darle alegría en vez de los que lo entristecen, no solo en oración/adoración, sino también en nuestra propia vida vivida con mucho amor y responsabilidad
Los pastorcitos llevaron muy en serio esta petición del Ángel. Quedaron muy impresionados, cuando supieron que Dios estaba así, tan triste. Después de las apariciones, Francisco solo pensaba en dar alegría a Jesús. Por eso, siempre que podía, iba a la Iglesia de su parroquia, a estar en la compañía de Jesús escondido. Quedaba horas seguidas consolando, escuchando, hablando con su gran Amigo, Jesús Eucaristía. Él no lo veía –igual que no veía al viento, ni al aire- pero sabía que Él estaba allá a la espera. Estar allí, en su compañía, hacía sentir su corazón feliz, muy feliz. Y el tenía, también, la certeza de que a Jesús le gustaba mucho su oración, su compañía, su presencia a veces decía a sus compañeras: -¡Me gusta tanto Dios! ¡Pero Él está tan triste, por causa de tantos pecados! Nosotros nunca haremos ninguno. Dar alegría a Dios fue una preocupación constante en la vida de Francisco: hasta podemos decir que él fue un gran consolador de Jesús escondido. Los pastorcitos aceptaron con mucho amor todas las invitaciones llegadas del Cielo. Por eso, decidieron ser diferentes en sus comportamientos, en sus actitudes y, sobre todo, en su oración. La vida de ellos fue una oferta total a Dios, ayudando a todas las personas. Dar alegría a Dios exige, como sabemos, muchos sacrificios; ¡pero ellos nunca tuvieron miedo! Se dejaron conducir por Jesús, por Nuestra Señora, y deprisa comenzaron a  tener comportamientos, actitudes y gestos lindos que agradaban a Dios y sorprendían a todos.
 Comenzaron a rezar más y mejor, a ser más obedientes; a respetar y a pensar en los otros; a compartir lo que tenían con los más pobres; a hacer bien sus trabajos y muchos otros sacrificios que ellos inventaban para ofrecer a Dios por la conversión de los pecadores.
 ¿Las invitaciones de Dios a través del Ángel, en el año 1916, no serán, también para nosotros, hoy? Fueron entregados a tres niños. La mayor, antes de morir, con 92 años, la Hermana Lucía, dio a conocer todas estas invitaciones, diciendo que también eran para todos nosotros, para todas las personas del mundo entero. Somos libres en aceptarlos o no, pues Dios respeta nuestra libertad.  Mientras, Él espera siempre que le digamos sí, porque desea nuestro amor, nuestra generosidad.
 Si abrimos nuestro corazón a Dios y le damos la atención que Él se merece, entonces estamos aceptando las invitaciones: ¡Orad conmigo y orad así! ¡Consolad a Vuestro Dios!
 B - Indicaciones pedagógicas
 1. Para el desarrollo de la catequesis a nivel temático, se presentan tres opciones:
1ª Opción
a) Dar la catequesis en su totalidad, en un único momento.
b) Para la adoración eucarística, se sugiere otro momento específico.
 2ª Opción
a) Presentar la catequesis durante una mañana o una tarde y culminar con la adoración eucarística.
 3ª Opción
b) Presentar la catequesis de forma más prolongada o sea, en tres momentos: un encuentro para la invitación a la oración; otro para la invitación a la adoración y otro para la invitación a la reparación.
c) Se sugiere un momento específico para la adoración eucarística.
(Los cánticos para la adoración eucarística podrán ser aprendidos por los niños a lo largo de la catequesis, para quien quiera escoger la 2ª o la 3ª opción.)
 2. Actividades
 A.) En un rectángulo de cartulina, escribir: Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo… Después, rezarla en grupo en el lugar de la catequesis o delante del sagrario. Se puede, también, dar a los niños hojas con la oración del Ángel.

 B.) Aprender y cantar el siguiente cántico: Cristo Jesús, Tu me llamaste (H. Faria)
Cristo Jesús, Tu me llamaste
Yo Te respondo: aquí estoy.
Tú me llamaste por mi nombre,
Yo Te respondo: aquí estoy. (bis)

 3. Frases que pueden ser presentadas durante la catequesis
¡Orad comigo!
¡Orad conmigo y orad así!
Santísima Trinidad, Os adoro profundamente…
Consolad a vuestro Dios.
 C - Tiempo de adoración eucarística

tema: Santísima Trinidad, Os adoro profundamente

 Se sugiere que esta frase sea utilizada en la adoración y colocada en lugar bien visible, por ejemplo: delante del altar, de manera que sea leída por todos los niños.
 Se propone un momento de adoración eucarística delante del Santísimo Sacramento expuesto. En este momento de oración debe ser debidamente preparado por el orientador, así como los niños deben ser motivados y bien preparados para la adoración. Se puede, también, hacer este momento de oración al lado del sagrario. En este caso, el orientador hará adaptaciones necesarias al esquema presentado.

1. Acogimiento
Orientador: Estamos, hoy aquí, porque conocemos algunas invitaciones que Dios hizo a los Pastorcitos, a través del Ángel de Portugal:
- Invitación a la oración… (Rezad y rezad mucho).
- Invitación a la reparación… (Consolad a vuestro Dios).
- Invitación a la adoración… (Dios mío, yo creo, adoro…).
Conocemos estas invitaciones y como son los Pastorcitos, queremos aceptarlos, porque ellos son también para nosotros, para todas las personas. Por eso, vinimos para estar un momento con Jesús Eucaristía. Vamos a escucharlo y a hablar con Él. Vamos a alabarlo, consolarlo y adorarlo.
El silencio ayuda a preparar nuestro corazón para este momento tan importante.
(Silencio). Vamos a sentirlo dentro de nosotros… Pensemos en Jesús… Él está a nuestra espera, para escuchar nuestra oración… (Silencio)
2. Inicio de la oración
Entran en dos filas, en silencio o con fondo musical. Después de que todos se sitúen en sus lugares, se canta el cántico:
Cristo Jesús, Tú me llamaste,Yo Te respondo: aquí estoy.
Tú me llamaste por mi nombre,Yo Te respondo: aquí estoy. (bis)
Orientador: Estamos, aquí, porque Jesús nos llamó; Él nos hizo una invitación para estar en Su compañía y vernos. Vamos a mostrarle que lo queremos seguir y amar con mucha verdad.
3. Exposición del Santísimo De rodillas
Oración silenciosa
Orientador: Estamos delante de Jesús Eucaristía. Jesús Resucitado está presente en esta hostia santa que está sobre el altar. En silencio de nuestro corazón, digamos en voz baja: Jesús, yo estoy aquí…; Te amo mucho…; quiero ser tu amigo…(silencio)
4. Invocaciones
De rodillas. Todos repiten cada invocación:
Jesús, yo creo en Ti.Tú eres mi Señor.Te adoro, Jesús.Yo te amo.Yo te alabo.
5. Cántico
Tan cerca de mí,Tan cerca de mí Que hasta te puedo tocar Jesús está aquí (bis)
6. Momento de reflexión Sentados 
El orientador hará una breve reflexión sobre la frase: Santísima Trinidad, os adoro profundamente…
 Apelar para la lectura de la frase… Esta frase forma parte de la oración que el Ángel enseñó a los Pastorcitos, en la tercera aparición. Vamos a pensar en la palabra “adorar”.
Todos repetimos muchas veces esta palabra: decimos que adoramos un grupo musical, un deporte, un alimento… Cuando utilizamos esta palabra, queremos decir que nos gusta mucho alguna cosa. Pero el verdadero sentido de esta palabra está dirigido a Dios: adorar, significa prestar culto, homenajear a Dios. Adoramos únicamente a Dios. Ni siquiera adoramos a Nuestra Señora y a los Santos, pues no son dioses.
Adorar a Dios, como vimos en la catequesis, es amarlo con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas. Adorar a Dios es consolarlo, es reconocer que Él es todo para nosotros y que nosotros existimos en Él gracias a Él. Sin Dios nuestra vida no vale nada. Adorar a Dios es dejarlo ocupar el primer lugar de nuestro corazón.
Los pastorcitos comprendieron esto muy bien. Dios, para ellos, fue el único y el más importante de sus vidas. Dieron a Dios todo el amor de sus corazones y solo tenían un deseo: darle alegría, escuchar su palabra, sus recados y hacer su voluntad.
En la tercera aparición, el Ángel después de dar la comunión a los Pastorcitos, les hizo una invitación muy importante: ¡Consolad a vuestro Dios! Consolarlo porque Él está muy ofendido, esto es, muy decepcionado y triste con el odio en el mundo, la guerra, la venganza, los pecados. Consolar a Dios es pues, darle alegría para compensar por todos los que lo entristecen.
En este momento, nosotros estamos, también, dando alegría a Dios; estamos consolándolo. Y consolamos a Dios, no solo cuando rezamos, sino también con nuestra propia vida vivida con mucho amor y responsabilidad.
En silencio y con los ojos cerrados para no distraernos, vamos a pensar:  Quiero amar a Dios muy en serio cumpliendo con mis deberes para con Dios y todas las personas? (Silencio) ¿Quiero consolarlo rezando más y mejor? (Silencio) ¿Quiero darle el primer lugar en mi corazón? (Silencio) 
7. Cántico
Jesús, yo te amo (4 x) Tú eres mi Señor (4 x) Jesús, yo creo en Ti (4 x) 
8. Oración de adoración
Recemos la oración que el ángel enseñó a los Pastorcitos.
Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.
Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
9. Padrenuestro
Orientador: Ahora, con los brazos levantados, exprimiendo nuestra alabanza y nuestra alegría, vamos a rezar con mucho amor, unidos a Jesús aquí presente, la oración que Él nos enseñó:
Padrenuestro que estás en el cielo…
10. Bendición Eucarística
Si estuviera un sacerdote, se canta un cántico eucarístico y él da la bendición con el Santísimo Sacramento.
 

28 may 2013

UNA VISITA A JESUS EUCARISTIA

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Me pongo delante de Jesús que está bajo la apariencia del pan en el Sagrario.

Lo saludo haciendo la señal de la Cruz.

Puedo cantar una canción, o un estribillo que sepa. Por ejemplo: sé que estás aquí, te contemplo Jesús, tu presencia es real y me llena de luz.

Le cuento que vine a estar con El un rato, a escucharlo, a contarle de mí, de los que amo, de mis necesidades, a darle gracias por su amor, a rezar por otros.

Lo miro un ratito en silencio.

Escucho lo que me dice en su Palabra. Puedo rezar con alguno de estos textos.

… Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que come de este pan, vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne. Yo la doy para la vida del mundo. El que come mi carne y bebe mi sangre, vive en mí y yo en él. ..Juan 6, 51 ss

…El que quiera ser el más importante entre ustedes, que se haga el servidor de todos; y el que quiera ser el primero, que se haga siervo de todos. Así como el Hijo del Hombre no vino para que lo sirvieran, sino para servir y dar su vida como rescate de una muchedumbre… Marcos 10,43b- 45

…Cuando des un almuerzo o una comida, no invites a tus parientes, ni a vecinos ricos, porque ellos también te invitarán a su vez y recibirás de ellos lo mismo que diste. Al contrario, cuando ofrezcas un banquete, invita a los pobres, a los inválidos, a los cojos, a los ciegos, y serás feliz porque ellos no tienen con qué pagarte…. Lucas 14, 12- 14

Le hablo a Jesús pidiéndole lo que necesito; le doy gracias por su amor tan grande.

Rezo un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.

Lo saludo con la señal de la Cruz

Nos acercamos al Sagrario,colocamos una imagen de la Virgen, encendemos una vela.

Nos ponemos en la presencia de Jesús, hacemos la señal de la cruz y comenzamos con un canto que sepamos.

Alguien lee un tx. de la palabra:

“Dijo María: “Yo soy la servidora del Señor; hágase en mí lo que has dicho”. Después de estas palabras el ángel se retiró”. Lucas 1, 38

Hacemos un rato de silencio para pensar en la respuesta de María. Expresamos nuestras oraciones en voz alta pidiendole a Jesús que nos ayude a decir sí a la voluntad del Padre Dios, a ser generosos en nuestra vida.

A cada oración cantamos el estribillo de una canción conocida.

Escuchamos otro texto de la palabra:

“María dijo entonces: Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque se fijó en la condición humilde de su esclava, y en adelante, todos los pueblos me llamarán feliz”. Lucas 1,46 -48

Igual que María alabamos a Dios por sus regalos, por sus dones, por la presencia de Jesús que se hizo uno de nosotros y se queda para siempre en la Eucaristía.

A cada oración respondemos cantando…..

Invitamos a cada uno de los chicos que se acerque al Sagrario y haga un gesto de cariño, de amor a Jesús, lo toque, le tire un beso, se ponga de rodillas, incline su cabeza…

 

Cuando todos han pasado,rezamos juntos un Padrenuestro, un Ave María, un Gloria,hacemos un canto y la señal de la cruz.

 

Sugerencia:

Sería muy lindo que los chicos participen de la procesión de Corpus con toda la comunidad. Pueden caminar acompañando con velas encendidas, llevando pétalos de flores y arrojarlas a medida que avanza el Santísimo. Tener porras o pañuelos para saludar el paso de la Custodia.

 

En los encuentros previos de catequesis pueden preparar tarjetas con frases para regalar a los vecinos, o redactar algunas intenciones o acciones de gracias.

 

También ensayar estribillos o preparar instrumentos musicales para acompañar las canciones durante la marcha.