Sobre el Reino que escribió Benjamín González Buelta, sj en su libro "Signos y parábolas para contemplar la historia".
"El Reino de Dios se parece a una india tejedora de tapices. Hasta sus manos hábiles van llegando todos los hilos diferentes en color y en cantidad. A todos los acoge sin desechar ninguno. En el diálogo de los hilos con los dedos de la tejedora, cada hilo va encontrando su lugar preciso para que el dibujo se complete y sea bello, con la presión exacta para que el tejido sea consistente. Los dibujos van apareciendo nuevos, uno tras otro. Al principio parecen un error en el fondo blanco del tapiz, un hilo fuera de sitio, pero después se perfila un cóndor de alas desplegadas, una casa, un pastor. Sólo en el corazón creador de la india ya vive el secreto del dibujo final, que ahora se va revelando poco a poco, surgiendo de la habilidad de sus manos."
"El Reinado de Dios se parece a un enjambre de abejas. Cuando llega hasta su colmena el aroma lejano del eucalipto, excitadas por la noticia, emprenden juntas un largo viaje siguiendo el hilo de perfume que las orienta sin perderse y las alienta en el esfuerzo de su búsqueda. Al final del vuelo hay una fiesta entre los colores vivos, el polen y el néctar de las flores. Los que perciben el aroma del Reino que atraviesa el momento presente, llenos de alegría en la comunidad, se dejan conducir hasta el final festivo de la historia".
"El que no discierne el Reino de Dios es como un hombre descuidado que colgó en la pared de su rancho viejo un cuadro de madera. Pasado algún tiempo, se puso a pensar qué haría con el cuadro, y decidió regalarlo a su mejor amigo. Pero cuando descolgó el cuadro, se dio cuenta de que la polilla del rancho había entrado en él y lo había invadido completamente. Sólo dejó intacta la superficie exterior, fina como un papel. Ya sólo servía para tirarlo a la basura. En el silencio y la oscuridad, la polilla decidió el futuro del cuadro.
El perdón del Reino de Dios se parece a un naranjo exuberante, pero que produce frutos agrios. Cuando se le poda y se le injerta una rama de un naranjo de buena calidad, toda su enorme vitalidad se orienta a producir una gran cosecha de naranjas excelentes".