+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según
san Lucas 10,
1-9
El Señor designó a
otros setenta y dos, además de los Doce, y los envió de dos en dos para que lo
precedieran en todas las ciudades y sitios adonde Él debía ir. Y les dijo: «La
cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los
sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío
como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni provisiones, ni calzado,
y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa,
digan primero: "¡Que descienda la paz sobre esta casa!" Y si hay allí
alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá
a ustedes.
Permanezcan en esa
misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su
salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean
recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente:
"El Reino de Dios está cerca de ustedes". Palabra del Señor.
APORTES:
DESAFÍO
BÍBLICO
* Desafío del domingo anterior: Cita bíblica: “… tú
ve a anunciar el Reino de Dios” Lc. 9, 60
Opción
1: Dramatización “El espantapájaros”
Materiales
previos
Un animador que representará a un espantapájaros, vestido
del personaje. Otros dos animadores (dueño
del campo y amigo) que dialogarán delante de él.
Dramatización
“El espantapájaros”
Dueño
del campo: ¡Hola!
¿Cómo estás?
Amigo: ¡Hola! Yo bien… ¿Cómo vas con la
siembra?
Espantapájaros: Mira atentamente la situación, puede mover la cabeza hacia un lado y otro escuchando a los
que hablan…
Dueño
del campo: ¿Qué
siembra?
Amigo: La que hacés todos los años.
¿Dónde están los trabajadores, las máquinas, las semillas, los fertilizantes?
Dueño
del campo: Este año no
hay nada de eso. ¡Me cansé! ¡No quiero sembrar más!
Espantapájaros: pone cara de admiración, de sorpresa…
Amigo: Pero si todos los años sembrabas
maíz, soja y algodón…
Dueño
del campo: No quiero
trabajar más, es complicado, hay que luchar contra los insectos, las pestes,
las plagas…
Amigo: Pero, muchas familias trabajaban
acá, y además lo que vos producís es necesario para vivir: la harina que luego
se convierte en pan, el algodón para vestirnos, la soja para alimentarnos…
Dueño
del campo: Ya lo sé,
pero no me interesa. Quiero estar en mi casa y no ver a nadie… ya tengo muchas
cosas y dinero y no me hace falta nada más…
Amigo: Yo pienso que hay que trabajar y
dar trabajo, salir y compartir la vida.
Espantapájaros: Mira con tristeza, agacha su cabeza, cuelga sus manos…
Luego… el
Dueño del campo y el amigo se saludan y salen de escena.
Espantapájaros: ¡Y ahora, que voy a hacer de mi
vida!, nunca pensé en quedarme sin trabajo.
Les cuento chicos, antes de plantar y remover la
tierra, lo primero que hacía mi patrón era vestirme con ropa nueva, y eso era
signo de que iban a sembrar el campo. Me ponían una camisa muy colorida, estrenaba
un pantalón, un sombrero de paja, unos zapatos, y eso es todo lo que tengo y
necesito para mi tarea.
Todos los que pasaban y me veían radiante, bien loockeado, facha, con la ropa
nueva sabían que se venía la siembra.
Yo trabajo las 24 hs. durante muchos meses y soy muy
feliz cumpliendo mi misión.
Bueno, espero que mi patrón modifique su actitud y
decida cambiarme la ropa y volver a sembrar.
Al final de
la misa puede entrar el espantapájaros con otra ropa diciendo: ¡Mi patrón cambió de opinión y va
a sembrar! ¡Hay Siembra, Hay Misión!
Dialoga
con los chicos se reconstruye el Evangelio
+ El evangelio nos relata
que un día Jesús designó a setenta y dos discípulos, para que vayan delante de
Él a las ciudades. Debían ir de dos en dos.
+ Jesús los envió con las
indicaciones precisas: que no llevaran muchas “cosas” encima y que regalaran la
“Paz” en las casas. Además les dijo “Yo
los envío como a ovejas en medio de lobos”.
+Jesús nos recuerda algo
que no debemos olvidar nunca: “La cosecha
es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los
sembrados que envíe trabajadores para la cosecha”.
+
Recordamos la dramatización, escuchando
las respuestas de los chicos…
- ¿Qué
vimos recién? ¿Quiénes estaban? ¿Qué decían?
…dos escenas, … el diálogo de dos personas, el dueño y el
amigo, escuchamos al dueño del campo diciendo que no quería sembrar más.
Vimos y escuchamos el corazón del espantapájaros...
Utilicemos
esta caricatura del espantapájaros:
- El
espantapájaros, del alguna forma, al recibir un cambio de ropa avisaba que se
venía la siembra, algo así eran los 72 misioneros que enviaba Jesús, ellos
preparaban la tierra para que después pueda llegar el Señor y realizar su tarea
de anuncio.
- El
espantapájaros no tenía muchas cosas, sólo una camisa, un pantalón, unos
botines y un sombrero, Jesús les dice a los 72 que no lleven mucho, que sean
sencillos.
- El
espantapájaros sabía de su misión y eso lo hacía muy feliz.
+ Jesús, como a los 72,
nos invita a misionar y nos dice ¡Vayan! a contagiar el amor que brota de su Palabra en el evangelio. Tenemos que
anunciarlo en el colegio, en nuestros hogares, en el barrio, en la plaza, con los
amigos, etc.
+ Hoy el anuncio se
realiza desde el ejemplo, el medio
más eficaz y visible que tenemos, siendo personas pacíficas, serviciales,
generosas, solidarias, etc.
+ Jesús nos envía con las manos vacías, pero con el corazón lleno
de su amor. Sabemos que Él está con nosotros.
+ Para realizar la misión
es necesario tener “trabajadores”. Tenemos
que comprometernos y rezar una y
otra vez, para que el “dueño” envíe trabajadores para la cosecha.
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