Un hombre pequeño con un gran problema
Tema: El perdón de Dios. Domingo 31- Año C
Objeto: Un periscopio. (Usted puede hacer uno.)
Porque el Hijo del
hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lucas 19:9-10)
¿Has ido
alguna vez a un desfile en el cual no pudieras ver debido a la personas que
están al frente de ti? No es muy divertido el ir a un desfile en el cual no
puedas ver las bandas musicales, las carrozas o los carros de bomberos con sus
luces destellantes, ¿no es cierto? Cuando eso ocurre, un periscopio puede ser
lo que tú necesitas. El periscopio tiene dos espejos dentro, permitiendo que
puedas ver desde la parte de abajo del periscopio lo que está en la parte de
arriba. Este instrumento permite el que puedas ver objetos altos y aún lo que
está detrás de la esquina. Los periscopios son usados en los submarinos para
que la tripulación pueda ver lo que está pasando sobre el agua. He visto
personas usando periscopios en los desfiles y eventos deportivos cuando han
tenido dificultad para ver por encima del público.
La historia
bíblica de hoy es sobre un hombre que fue a un desfile, pero no podía ver por
encima de la multitud. La atracción más importante del desfile era Jesús. Jesús
se había convertido en una persona bastante famosa porque había hecho muchos
milagros. Había resucitado a Lázaro y restaurado la vista a un hombre ciego
llamado Bartimeo, así que cuando Jesús entró a la ciudad de Jericó, la
atmósfera era muy parecida a la de un desfile del circo. Las personas se ponían
a los lados de las calles esperando ver a Jesús. Uno de las personas en la
multitud era un hombre muy bajito. Era tan bajito que no alcanzaba ver por
encima de la muchedumbre. Probablemente sepas el nombre de este hombre, ¿No es
cierto? Así es, era Zaqueo. Él no tenía un periscopio para ayudarle a ver por
encima de la gente, pero en verdad quería ver a Jesús, así que se trepó en un
árbol y esperó a que Jesús pasara.
Mientras
Jesús caminaba por las calles de Jericó, vino al lugar donde se encontraba
Zaqueo trepado en un árbol. Jesús se detuvo, miró hacia el árbol y dijo:
"Zaqueo, baja en seguida. Tengo que quedarme en tu casa hoy."
¡Las
personas que estaban alrededor se sorprendieron! ¿Sabes?, Zaqueo era una de las
personas más odiadas en todo Jericó. ¿Por qué era odiado? ¡Porque Zaqueo era un
hombre pequeño con un gran problema! ¡Él era un ladrón y un tramposo! Era el
principal recaudador de impuestos de la ciudad y se había convertido en un
hombre rico porque había estafado a la gente recogiendo más impuestos del que
debían y quedándose con parte de el dinero. ¡Las personas no podían creer que
Jesús fuera al hogar de un hombre como Zaqueo!
Zaqueo sabía
que había engañado a las personas y cuando llegó con Jesús a su casa, le
confesó a Jesús que estaba arrepentido de haberse comportado mal. Le dijo:
"Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de lo que tengo, y si en algo
he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea."
Debido a que Zaqueo estaba arrepentido por lo que había hecho y confesado su
pecado, Jesús le perdonó y dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta
casa." Sí, ¡Zaqueo era un hombre pequeño con un problema grande: el
pecado! Pero conoció a Jesús y su vida fue transformada. No importa si eres bajito
o alto; cuando te encuentres con Jesús, tu vida será transformada también.
Padre
nuestro, el encontrarnos con Jesús es una experiencia que cambia y transforma
nuestra vida. Gracias por tu amor y perdón. Amén.
PERISCOPIO |
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