4 mar 2016

San Leopoldo Mandic


Sección: Santos recientes


Padre… ¿Me puede confesar? 
San Leopoldo Mandic Un "fracasado", no podía hablar bien, frágil como un pajarito, "solo" sabía hacer algo bien: Dedicar horas y horas a confesar para llevar a miles la misericordia y el perdón de Dios

Hay santos que desconciertan. Será que esperamos encontrar en el catálogo de los canonizados a super-hombres, lumbreras o seres extraor­dinarios: autores de obras teológicas y místicas, fundadores de Ordenes famosas, hombres en frecuentes estados de éxtasis o haciendo tres milagros promedio por semana y, cuando no, aclamados por multitudes. Lo admirable es compro­bar que eso es más bien lo excepcional, y que muchos de ellos no sólo están lejos de esa falsa imagen sino que han sido, según los pobres criterios humanos, “poca cosa”, personas de "poca valía".
Un hombre "fracasado"
Basta para ello asomarnos a la vida de este sacerdote por ahora casi desconocido, canonizado hace pocos años. No dejó obras literarias ni fundó obras sociales que lleven su nombre, ni deslumbró por su aspecto o cultura, sino por una cualidad que le hizo lucirse, sin darse casi cuenta, de modo excepcional.
Leopoldo Mandic, el penúltimo de una familia de doce hijos, había nacido en 1866 en Castelnovo o Hérzeg (Croacia, Yugoslavia), una ciudad frente al Mar Adriático, lugar de suave clima y estupendas playas. A los 16 años entró al noviciado capuchino de Udine (Italia). Al ver­le llegar, sus compañeros no pudieron contener cuchicheos y sonrisitas ante aquél joven­cito desgarbado, tímido, torpe en el hablar y en el andar, que movía a compasión y ternura mientras caminaba arrastrando sus pies con unas mal acomodadas sandalias. Se preguntaban los maestros cuántos meses podría soportar su cuerpecito los rigores y austeridades del convento. Pero Leopoldo los sorprendió a todos: era estudioso, listo, disciplinado, piadoso. Nueve años más tarde, en 1890 terminó los estudios y recibió la ordenación sacerdotal. Ahora sí…, pensaría, ya llegó el momento de empezar a poner en práctica tantos sueños alimentados desde niño para el sacerdocio. Pero su vida tenía pocas emociones. No pasaba nada, ni figuraron grandes acontecimientos; algún traslado de un convento a otro como es habitual en la vida de los frailes, y nada más. Como en su tierra natal había diversidad de cris­tianos separados de la Iglesia Católica, Leopoldo ansiaba dedicar su vida a las misiones y, decidido, aprendió bien los idiomas eslo­veno, serbio y griego para volver allí y trabajar por la unión de las Iglesias. Pero tampoco. Es hombre enfermizo y de débil complexión física que le impiden aquella aventura. Entonces me dedicaré —pensaría— a predicar incan­sablemente… Pero ni eso. Un defecto de pronunciación o cierta dislexia le hacía muy difícil hacerse entender y sus sermones no eran comprendidos casi por na­die.
Todas sus ilusiones se vinieran abajo, una por una…. Es que, francamente, el padre Leopoldo no podía ha­cer muchas cosas…. Aunque era un gigante por dentro, medía poco más de metro y medio de estatura y sufrió un ca­tálogo completo de enfermedades: veía mal, la artritis le amenazó todos sus miembros; hubo de someterse más tarde a que le extrajeran todos los dientes. El estómago le causaba tales dolores que no le dejaban reposo. Comía poquísimo y tenía digestiones difíciles. La fiebre no le dejaba casi nunca y en sus últimos años un cáncer acabó con su estómago. En realidad para el padre Leopoldo todo eran penalidades. Con trabajos pudo aprender bien el italiano viviendo en Italia; pero —eso así— aprendió otro lenguaje que sólo enseña Dios, una sabiduría preciadísima: conocía el idioma de las almas para hablarles al fondo del corazón.
"Al que nace para tamal, del Cielo le caen las hojas"
El dicho popular es mexicano: quien tiene vocación para algo, acaba teniendo las dotes necesarias. Leopoldo era muy listo. Entendía bien que detrás de esos aparentes fracasos humanos, Dios le tenía preparados otros éxitos, le quería sobre todo para la ardua tarea del con­fesonario, especialmente en Padua donde vivió gran parte de su vida. La gente no salía de su asombro: ¿qué tiene este hombrecillo que atrae como un imán a todas las gentes, si apenas sabe hablar y sin embargo transforma a los que le oyen? Le buscan por su candor y su paciencia, está entregado por completo a Dios, lleno de comprensión, dando esperanza a todos los que se le acercan. A base de esfuerzo y correspondencia a las gracias que Dios le daba, mejoró sus modos, y le creció enorme el corazón. Leopoldo se convirtió en el "apóstol de la Confesión", en el sacerdote dedicado, paciente y feliz, a esta valiosísima tarea —para la que hay tan pocos— de ofrecer el perdón de Dios, en el Sacramento de la Reconciliación, a decenas de miles de personas. Lo único que le impidió trabajar sin parar hasta el día anterior a su muerte, fue un ataque cere­bral que le sorprendió antes de celebrar la Santa Misa y que marcó el final de 52 años de su vida transcurridos en el oscuro silencio de un confesonario estrecho, de sillón duro y, por cierto, bastante incómodo.
Era hombre acomedido y paciente, que atiende a quien le busca en cualquier momento, también cuando está a comenzando a desayunar o está a punto de acostarse. Miles y miles de veces se habría dado este sencillo diálogo:
—Oiga padre…, ¿me puede confesar?
—Por supuesto, hijo.
Y don Leopoldo, viejecito, cada año con más canas y más encorvado, tomaba su bastón y se dirigía paso a pasito al confesonario o a su cel­da para oír a sus penitentes. No era padresito regañón, que frunce las cejas cuando no oye la voz tan bajita y apenada del pecador —que a veces está colorado de vergüenza—; ni tiene prisa por acabar y despacharlo antes de que termine de hablar. A las señoras…. —¡Dios mío…, cuánto se tardan!— hay que darles también su tiempo, lo mismo que a aquél otro señor que siempre me dice lo mismo y debo explicarle por sexta vez cómo confesarse mejor…. Es que Don Leopoldo no sólo es juez: es médico de las almas, maestro, pero, sobre todo, pa­dre: el padre que mira a los penitentes con ojos muy vivos —llenos de verdadero interés, que dan confianza— y sonríe de tal modo que facilita la acusación de los pecados, sean chicos, grandes o gordotes. Ya no le asusta oír barbaridad y media. Tiene el don de infun­dir esperanza ante las situaciones de sufrimiento y problemas que le plan­tean. Y por si fuera poco, qué ganas dan de volver con él otro día, porque, con todo, deja unas penitencias sencillas y fáciles de cumplir. Uno de tantos que se confesó con él declaraba: Le conocí por primera y única vez en 1936. Agobiado por múltiples problemas y, habiendo oído que era un verdadero santo, acudí a sus pies. No estuve con él más de diez minutos, pero salí de allí tan confortado y con una fe tan inconmovible que aún conservo hasta el día de hoy .
"En verdad, soy una calamidad…"
Se cumplieron de nuevo en su vida las palabras y el ejemplo de Jesu­cristo: Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas… (Juan X, 11). El padre Leopoldo siempre estaba allí dando la suya, disponible, prudente, modesto; era maestro respetuoso, conse­jero espiritual y comprensivo. En una palabra, era "el confesor", como le conocían sus penitentes y hermanos. Solo sabía confesar. Y no es poco. Es en la Iglesia Católica una de las tareas más importantes y también más necesarias en nuestro tiempo: mostrar continuamente el amor y la misericordia de Dios que perdona y devuelve la vida a los que están muertos por el pecado, que es la raíz última de todos los problemas que anidan en el corazón del hombre y, por tanto, también de todos los males que aquejan al mundo entero.
Y justamente aquí reside la grandeza del padre Leopoldo: saber desaparecer para ceder el puesto a Dios, al verdadero pastor de las almas. Su grandeza consistió no en algo externo o brillante sino en inmolarse y entregarse día a día, sin pausa. Y si alguien, asombrado de cómo podía resistir una vida así, le decía: —Padre, se está usted excediendo en su trabajo, descanse un poco… —¡¡El confesonario es mi vida!!, respondía. Seré misionero aquí en la obediencia y en el ejercicio de mi ministerio
¿De dónde sacaba fuerzas para sostenerse? Apenas comía y dormía. De­cía de sí mismo, en broma, que era tan pequeño su cuerpo que le bastaba lo que a los pájaros para alimentarse y descansar… Es que estaba en continua oración, hablando siempre con Dios, en una atmósfera sobrenatural pero también tocando tierra, haciendo un incalculable bien. Y, además, se tomaba poco en serio a sí mismo por sus limitaciones, convencido de que no valía gran cosa. No le importaba lo más mínimo: —En verdad, soy una calamidad. Soy una figura verdaderamente ridícula… Sobre esta pobreza de vida sin ninguna importancia exterior, Dios alumbró una nueva grandeza, muchas veces desconocida o despreciada: la fidelidad heroica a Cristo, en silencio, sin moverse mucho, pero amando como nadie, desvivido por los demás sin pensar en sus derechos. San Leo­poldo entendió muy bien que el mundo no puede existir sin el amor de Dios y que la reconciliación y la penitencia son fruto de ese amor que procede de Dios.
Ser paño de lágrimas para los demás
Estamos acostumbrados a oír que los valores más importante de la vida son el éxito, la autorrealización, el ganar dinero o prestigio, tener relumbrón, salir en el periódico o que hablen bien de nosotros. Con ese criterio, entonces la vida de Leopoldo es una pérdida de tiempo. ¿A quién y para qué sirvió su vida? Habría que responder que, por su trabajo y sacrificada dedicación, se donó a miles y miles de hermanos y hermanas que habían per­dido a Dios, o el amor o la esperanza; pobres seres humanos necesitados de algo más, y que acudieron un día a él pidiendo perdón, consuelo, paz y serenidad. A estos pobres dio la vida San Leopoldo, porque no son sólo pobres los que viven sin recursos económicos: también los son —y abundan más— los que se han sepa­rado del Creador, de su esposa, de sus hijos y de sus hermanos por sus yerros y faltas.
San Leopoldo no es un santo anticuado de otras épo­cas o a lo sumo para principios de este siglo. Fue canonizado el 16 de octubre de 1983, y ese día el Papa se refería a él diciendo: La Iglesia al ponernos hoy ante los ojos la figura de su humilde siervo San Leopoldo que fue guía para muchas almas quiere señalarnos las manos que se levantan (…) en la oración y se levantan en el acto de la absolución de los pecados, absolu­ción que llega siempre al amor que es Dios… ¿Qué nos dicen las manos de San Leopoldo siervo humilde del confesonario? Nos dicen que jamás puede cansarse la Iglesia de dar testimonio de Dios, que es amor. También sobre nuestra difícil época en que el hombre aparece amenazado no sólo por la au­todestrucción y la muerte nuclear, sino además por la muerte espiritual.
Hay que estar en un escalón más arriba
Recuerdo haber oído alguna vez este sabio refrán: Si el sacerdote es santo, su pueblo será fervoroso; si es fervoroso, su pueblo será piadoso; si es piadoso, su pueblo será honrado; si es honrado, su pueblo será impío.
El sacerdote es hombre como todos, pero debe esforzarse por ser más virtuoso y sacrificado. Si ha de ser servidor de una comunidad, ha de estar en un escalón más arriba, pero no en honores sino en abnegación gustosa para dedicarse también —aunque tenga mil ocupaciones— a este ministerio del Sacramento la Reconciliación que tiene un lugar primordial, y que se descuida cada vez más. Si atiende mejor a los fieles que se lo pidan, irá comprobando cómo ellos se transforman poco a poco.
Bien lo decía un anciano y ex­perimentado sacerdote: cuando en la parroquia aumentan las personas que se confie­san, disminuyen los asaltos en las calles aledañas, hay menos borrachitos, disminuyen los abortos, los divorcios, el consumo de drogas, los jóvenes desorientados, los hijos abandonados y todos los vicios, sobre todo la corrupción. Y con el tiempo comienzan a verse matrimonios más unidos y hombres más responsables que trabajan todos los días, que no se toman el San Lunes ni se gastan el salario con los amigotes. Sus hijos hacen las tareas, se van haciendo más obedien­tes y no se pegan a la televisión toda la tarde. Los ciudadanos pagan a tiempo sus impuestos y votan el día de las elecciones. Y más tarde, se va renovando el entorno, se llevan mejor los noviazgos y duran más los matrimonios …. y da hasta para que surjan muchas vocaciones para el sacerdocio y la vida religiosa. Es que la razón de todo es siempre la misma. El mal que vemos a nuestro alrededor, tantas penas y sufrimientos, no son más que reflejo del mal que anida en lo más profundo de cada quien, sólo que multiplicado por los más de 90 millones de habitantes de este país.
Pero al que quiera azul celeste, que le cueste. Dedicarse a confesar de modo habitual, es cansando, no es tarea fácil. Hay que tener buena espalda y aprender a oír mucho y hablar sólo lo necesario. Habría que preguntárselo a San Leopoldo…. Juan Pablo II decía una vez a los sacerdotes: Sí, conozco vuestra dificultades; tenéis que cumplir muchas tareas pastorales y os falta siempre tiempo. Pero cada cris­tiano tiene un derecho, sí, un derecho al encuentro personal con Cristo crucificado que perdona (…) Por todo esto os suplico: considerad siempre este ministerio de reconciliación en el sacramento de la penitencia como una de vuestras tareas más importantes[1]. Y en otra ocasión señalaba: oyendo las confesiones y perdonando los pecados estáis eficazmente edificando la Iglesia, derramando sobre ella el bálsamo que cura las heri­das del pecado. Si ha de realizarse en la Iglesia una renovación del Sa­cramento de la Penitencia, será necesario que el sacerdote se dedique con gozo a este ministerio[2].
San Leopoldo —orgullo de su tierra natal, Croacia, de Italia y del mundo entero— lo vivió y entendió muy bien muchos años antes, porque lo tocó en carne propia. Acostumbraba definir su misión así: Ocul­temos todo, aun lo que pueda parecer don de Dios; no sea que se mani­pule ¡Sólo a Dios honor y gloria! Si fuera posible, deberíamos pasar por la tierra como sombra que no deja rastro de sí .
San Leopoldo Mandic ha sido llamado El Santo de la Confesión del siglo XX.

[1] Alocución a sacerdotes en Zaire, 4 de mayo de 1980.
[2] Alocución a sacerdotes en España, 6 de noviembre de 1982

3 mar 2016

De noche iremos. Canto de Taizé

                                             De noche iremmos solo la fe nos alumbra !!

2 mar 2016

Parábola del hijo prodigo -Actividades interactivas para niños

Título del Sermón: "¡Él me ama!" y "Perdido y encontrado"

Escritura: Lucas 15:11-32
IDEAS AL CONTAR LA HISTORIA: Cuente la historia llevando a cabo varias "acciones" mientras la cuenta. Indíquele a los niños que alcen un dedo de cada mano cuando la historia diga que un hombre tenía dos hijos. Ponga dinero de jugar en la mesa cuando el hijo le pide al padre su parte de la herencia. Cuando la historia indique que el padre está triste y angustiado por su hijo, pídales que demuestren tristeza en sus caras. Quite el dinero de la mesa cuando la historia indique que no pasó mucho tiempo antes que el dinero fuera malgastado y se le hubiese acabado. Gruña (haga el sonido) como los cerditos cuando se hable del hijo alimentando a los cerdos. Pinchen la nariz y haga el gesto que usted hace cuando algo apesta, cuando se indica que el hijo estaba rodeado de cerdos apestosos. Cuando la historia indica que el hijo decidió mirar a su alrededor y ver su situación, viren la cabeza de lado a lado. Los niños se divertirán haciendo estas acciones al escuchar nuevamente la historia ya sea por la maestra u otro niño. Ellos no se olvidarán de las acciones hechas y posiblemente podrán contársela a sus familiares y amigos haciendo los gestos adecuados.
UTILERÍA PARA USAR EN LA HISTORIA: Entréguele un objeto a cada niño y deje que ellos indiquen la relación del objeto con la historia. Los objetos pueden ser dinero de jugar, sandalias, comida, cerdito plástico, un becerrito o vaca plástica, una invitación a una fiesta, globos, una sortija y algunos binoculares. (Si no tiene los objetos puede tener algún dibujo o fotografía de ellos.)
CORTA PRESENTACIÓN SACADA DE UNA BOLSA DE PAPEL: Antes de la actividad ponga en dos bolsas de papel una sortija, ropa de época de la historia, sandalias, una bandeja (para ser usada como mesa para la fiesta), tela para ponerla sobre "la mesa" y flores para dar un efecto festivo, y unos cuantos alimentos para la fiesta como galletas, jugos, paquetes pequeños de dulces, etc los cuales serán utilizados como la merienda de la clase. Divida la clase en dos equipos y pídale a ambos equipos que saquen lo que hay en la bolsa y representen una escena de la lección de hoy que refleje cuando el hijo llegó a la casa y la fiesta llevada a cabo. Ellos ya han escuchado la historia por parte suya y podrán entender lo de la fiesta hecha al regresar el hijo perdido. Discuta cómo se habrá sentido el padre al ver a su hijo regresar. También cómo se habrá sentido el hijo al llegar a su hogar. ¿Se habrán sentido contentos de estar en su casa? ¿Estará arrepentido del hijo de haber malgastado el dinero que su papá le dio? ¿Estará el hijo sorprendido por la forma en que se le recibió a pesar de todo lo que hizo? Piense en otras situaciones y compártalas.
GASTANDO DINERO EN LA SUBASTA: La maestra debe tener algunos objetos pequeños que los niños puedan comprar. Dele dinero de jugar a los niños (monedas y billetes) y permita que ellos traten de conseguir el objeto indicando y cuánto están dispuestos a dar. Puede ser que otros niños deseen dar más. Permítalo y véndaselo al mejor postor. Cuando todo el dinero de los niños haya sido gastado, saque un objeto grande que ellos deseen, pero que no puedan comprar, para ilustrar cómo debe haberse sentido el hijo pródigo al acabársele el dinero. Recuérdeles que no tenía ni aún para comprar alimentos. Discuta esta situación de la historia con ellos.
BANDERÍN "SOY ENCONTRADO": (Maestros, hagan esta actividad en sus casas antes de llevárselas a los niños para asegurarse que les queda bien.) Imprima las palabras del himno JESÚS ES LA LUZ DEL MUNDO y recorte alrededor del himno con tijeras de diseños. Resalte las palabras ''"yo ciego fui más ya puedo ver" con marcador amarillo. Pídale a los niños que peguen el himno en un cartón fino para recordarles del amor de Dios y su perdón. Si desea puede cubrir con la pega blanca de Elmer's, la que se usa para manualidades ("crafts") y déjela secar para que se vea brillosa y bonita.
AFICHE DE CELEBRACIÓN: En una cartulina escriba la oración "Yo ciego fui, mas ya puedo ver, gracias a Jesús" o "¡Jesús me encontró!". Pídale a los niños que escriban la palabra ¡CELEBRA! en distintos colores en diversas formas y muchas veces por toda la cartulina. Añádale otros diseños o etiquetas engomadas. Compartan sus ideas sobre la celebración habida cuando el padre se encontró con el hijo. Para los niños más pequeños pueden hacer la palabra CELEBRA para que ellos la tracen y luego decoren su dibujo con etiquetas engomadas y rayitas ondeadas y figuras geométricas a colores.
PERDIDO Y ENCONTRADO: Deje que los niños jueguen al esconder buscando un objeto pequeño escondido por la maestra. Tan pronto el niño encuentre el objeto se sugerirá otro objeto a buscar y los niños tratarán de encontrarlo. Continúe jugando, mientras tengan tiempo, buscando varios objetos que hayan sido escondidos por la maestra .
EXPLOTANDO GLOBOS: Escriba pecados cometidos por el hijo pródigo en un papelito y póngalo dentro de diferentes globos. Llene los globos antes de la clase y póngalos en un área denominada como "corral de los cerditos". Permítale a los niños tomar un globo y explotarlo para leer el pecado del hijo pródigo que se encuentra dentro del mismo. Pregúnteles que debió hacer el hijo pródigo en lugar de ese pecado.
CIRCULO DE GRUÑIR COMO LOS CERDITOS: Forme un círculo con los niños. Pídale a un niño que gruña una sola vez al niño que tiene a su derecha. Éste a su vez gruñirá una sola vez al niño que tiene a su derecha. Seguirán haciendo esto hasta que den la ronda. La regla es que el niño que está gruñiendo y el que recibe el gruñido no pueden reírse. De hacerlo tendrán que dejar el círculo. Todos los demás pueden reírse. Al dejar el círculo tendrá que irse al corral de los cerditos hasta que termine el juego. HACIENDO UN TÍTERE DE CERDO DE UNA BOLSA DE PAPEL: La maestra, antes de reunirse con los niños, dibujará 4 pezuñas, 2 orejas, 2 ojos y una nariz para que los niños coloreen y recorten y tendrá limpiadores de pipas para hacer el rabito encaracolado del cerdito. Dele una bolsa marrón a cada niño para hacer una títere con forma de cerdo pegando las partes indicadas en la bolsa. Permítale al que desee compartir esa parte de la historia con los demás.
CORRAL DE CERDOS: Utilizando las paletas de madera para las manualidades y pega permítale a a los niños crear un corral para los cerditos en forma cuadrada. Consiga fotos pequeñas de cerditos y péguelas en cartón y hágale una base para ponerlas en el corral. En la parte de atrás de cada cerdito puede escribir o pegar un pecado hecho por el hijo pródigo.
ABRAZO GRUPAL: Hagan como el padre y el hijo y dense un abrazo grupal comentando que esta es la clase de amor que Dios tiene para con sus hijos. Cuando uno de sus hijos se extravía, se pierde, o se va, Él siempre está listo para recibirlo en su hogar con brazos abiertos. Dios nos ama aún cuando no lo merecemos. Oren en esta posición para terminar la clase.

PARABOLA DEL HIJO PRODIGO -niños-


Tema: El amor de Dios es infinito e incondicional .


Objeto: Una margarita

Escritura: "Así que se puso en camino y regresó a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro, y lo recibió con abrazos y besos" (Lucas 15:20 -).

¿Alguna vez te has preguntado si Dios te ama o no? Quizás has hecho algo malo como decir una mentira, coger algo que no te pertenece o tal vez has desobedecido a tus padres. Aún así, ¿te ama Dios? Para obtener la contestación, puedes hacer el juego "Me ama, no me ama." Sabes como es este juego, ¿no? Coges una flor, generalmente una margarita, y comienzas a halar cada uno de los pétalos diciendo 'me ama' al halar el primero y 'no me ama' al halar el segundo. Continúas haciendo esto hasta que terminas de halar todos los pétalos. El último que hales se supone que te indique si te ama o no. ¿Crees que es una buena manera de saber si Dios te ama o no? No lo creo.

Para demostrar cuánto nos ama Dios, Jesús contó una historia acerca de un hombre que tenía dos hijos. Un día, el más joven de los dos hijos fue a donde su padre y le pidió que le diera todo el dinero que le tocaría cuando él muriera. El padre estuvo de acuerdo y le dio su herencia. Unos días más tarde, el hijo empacó todo lo suyo y se fue de la casa. Al llegar a un país muy lejos, gastó su herencia viviendo libremente. Cuando todo el dinero fue gastado, fue donde un agricultor a pedir trabajo. El agricultor lo contrató y le envió a alimentar sus cerdos. El joven estaba tan hambriento que aún el alimento que le estaban dando a los cerdos le parecía bueno para él comer.

Cuando finalmente el joven llegó a tener juicio, se percató que aún los sirvientes de su padre tenían una vida mejor que él. Se dijo a sí mismo: "Regresaré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. No soy digno de ser llamado hijo tuyo. Por favor, permíteme regresar a casa y ser uno de tus sirvientes."

El joven comenzó el viaje de regreso a su hogar y a su padre. Cuando aún estaba lejos, su padre lo vio. Lleno de amor, corrió hasta su hijo, lo abrazó y lo besó. El hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. No soy digno de ser llamado hijo tuyo."

Pero su padre llamó a sus sirvientes y les dijo: "¡Pronto! Traigan el mejor vestido, y vístanlo; y pónganle un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Traigan el becerro gordo y mátenlo y comamos y hagamos fiesta. ¡Comencemos la fiesta!"

El hermano mayor se enojó y se quejó a su padre: "He aquí, por tantos años te he servido, no te he desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Mas cuando llega tu hijo, que ha consumido tus bienes, celebras matando para él el becerro gordo."

Él entonces le dijo: "Hijo, siempre has estado conmigo, has hecho todo lo que te he pedido, pero era necesario hacer fiesta, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado."

Padre, te damos gracias por tu amor constante. Estamos agradecidos de que aún cuando nos desviamos, tú nos recibes con los brazos abiertos. En el nombre de Jesús oramos. Amén.

Parábola del hijo pródigo o Padre misericordioso

Sin misericordia no es posible

cor_color_contornoAdolfo Chércoles hace una sugerente exégesis de la parábola del hijo pródigo, correspondiente al cuarto domingo de cuaresma, destacando la actitud misericordiosa del Padre frente a sus vástagos en el contexto del Jubileo de la Misericordia. El padre tiene dos hijos que desconocen su corazón, lo más esencial y específico de su persona. El menor recibe la herencia y corta la relación con su progenitor, hasta que de una manera interesada regresa a casa hambriento y con la dignidad prácticamente perdida. El padre no le reprocha, hace fiesta, le devuelve sus atributos de filiación. El padre le mira de una manera única que genera la emoción y la alegría del que la percibe: “lo vio y se conmovió”. No como miramos nosotros. Con fuerza insiste el carmelita Miguel Márquez en esta verdad: “Necesitamos unas vacaciones de nosotros mismos, y la Iglesia necesita unas vacaciones de predicarse a sí misma, para predicar esa mirada única que hace que la vida de cualquier ser humano se sienta feliz de ser él mismo”.     Con la humildad de quien sabe que no es digno de ser llamado “hijo”, podemos decidirnos también nosotros a ir a llamar a la puerta de la casa del Padre: ¡Qué sorpresa descubrir que Él está en la ventana mirando el horizonte, porque espera siempre nuestro regreso! “Cuando todavía estaba lejos, el Padre lo vio y conmovido corrió a su encuentro, se echó a su cuello y lo besó” (Lc 15,20).
Tenemos por delante un gran reto pastoral en el anuncio del evangelio que ha de constituir, como subraya Carmen Pellicer, especialmente para los adolescentes y jóvenes, “en una verdadera provocación  de experiencias del reino que les inviten a esa vuelta antropológica al encuentro con Aquel que se conmueve al mirarnos con un amor incondicional”.
Al llegar el hijo mayor y enterarse de lo sucedido y, sobre todo, de la actitud benevolente del padre, se siente “ofendido”·: su “fidelidad” a ultranza parece no haber servido de nada. Mientras él no ha recibido ni un “cabrito”, la vuelta del disoluto ha llegado al extremo de matar hasta el “ternero cebado”. La actitud del hijo mayor es censurar al padre su generosidad, su inmensa misericordia. ¿No es quizá la actitud que hubiésemos tenido nosotros? Nuestra relación con los demás no es recuperadora, sino competitiva y excluyente. Nuestra “justicia” empieza y se acaba en nosotros mismos. Es incompatible con la misericordia. ¡Todos hubiésemos dicho con el hijo mayor que el padre aquel no era justo haciendo lo que había hecho!
¿Fue “injusto” el padre? Su salida en busca del “bueno” porque no quería entrar a la fiesta es el momento aciago de la escena: claramente le dice al padre por qué no quiere entrar: se siente discriminado, él tan cumplidor, “y ahora que ha venido ese hijo tuyo…”. ¡No dice “mi hermano”! ¡Es incapaz de llamar a su padre, padre nuestro!
La desventura del padre es su impotencia ante la negativa de uno de sus hijos de disfrutar en una fiesta por la recuperación de “este hermano tuyo que estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido hallado”. ¡No hay posibilidad de encontrarse con este Padre sin sentirse hermano de su otro hijo, que está llamado a la recuperación! La parábola no nos dice si entró. ¿Estamos nosotros dispuestos a entrar? Posiblemente la escena evangélica tenemos que culminarla nosotros, y parece que sin misericordia no es posible.
“Manga ancha”
Esta mirada incondicional la cultivó en el siglo XX san Leopoldo Mandic en Padua, donde siente que es “el confesor de la misericordia de Dios”. Algunos le reprochaban que era demasiado “blando” o que tenía mucha “manga ancha” con los pecadores. Él solía repetir: “Mi inspiración es el padre de la parábola del hijo pródigo”. ¿No es maravilloso?
El fraile menudo tuvo muy claro que ya seamos como el pródigo o como el hijo mayor, lo significativo es sentirnos hijos del padre misericordioso. Somos sus herederos, sus sucesores. Estamos destinados a seguir sus huellas y ofrecer a los demás la misma compasión que nosotros hemos recibido de Él. El retorno al padre es, para Luciano Sandrin, “la gracia y el desafío para llegar a ser el Padre, aquel que acoge en sus brazos a los pecadores arrepentidos, perdonándolos y reconciliándose con ellos, y hasta anticipándose a sus excusas”.
Animo a leer o releer en estos días cuaresmales El regreso del hijo pródigo. Meditaciones ante un cuadro de Rembrandt de Henri Nouwen. La pintura pasó a ser para él una ventana desde la que releer no solo la parábola, sino las diferentes etapas de su existencia. Un buen ejercicio cuaresmal puede ser releer en esta clave las fases de nuestra vida: la experiencia de ser el hijo más joven, la molesta pregunta sobre si no seré también el hijo mayor, la llamada que más nos desconcierta: ser el propio padre. Ahora es momento de regresar:
Regreso.
No sé bien de dónde:
¿de la escasez y de la vergüenza,
o quizá de creer que lo merezco todo
sin reconocerte mínimamente?

Regreso para comprobar de nuevo
tu abrazo sincero,
tu acogida incondicional de Padre bueno.

Regreso a la fiesta del encuentro.
            Vengo con vergüenza,
sé que no lo merezco
pero estoy tan vacío
que casi loco me he vuelto.

Regreso.
Fui demasiado altivo,
me creí el centro del mundo
y ahora compruebo
que solo Tú eres mi único rumbo.

Regreso.
Quiero abrazarte
y abrazar a mi hermano.
Da lo mismo el sentido de nuestro pecado,
nos alejamos de Ti
y ahora reconciliarnos es pura alegría,
que une la separación
gracias a un misterioso vuelco:
el de tu misericordia y tu amor.
Dibus: Patxi Velasco FANO
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
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Entrevista del P. Livio a Marija Paulovic

Entrevista del P. Livio a Marija Paulovic acerca del Mensaje del día 25 de febrero de 2016
TRADUCCIÓN: Equipo Asociación Amor de Déu
P. Livio.- Queridos amigos, tenemos en directo a Marija desde Medjugorje que nos transmite el mensaje de la Reina de la Paz de hoy 25 febrero 2016. ¡¡Hola Marija!!
Marija.- Hola Padre Livio, saludos a todos los radioyentes de Radio María. Hoy 25 de febrero, como cada 25 del mes, la Virgen nos ha dado el siguiente mensaje: “Queridos hijos, en este tiempo de gracia os invito a todos a la conversión. Hijos míos, amáis poco y rezáis aún menos, estáis perdidos y no sabéis cuál es vuestro propósito. Tomad la cruz, mirad a Jesús y seguidle. Él se entrega a vosotros hasta la muerte en la cruz, porque Él os ama. Hijos míos, os invito a volver a la oración con el corazón, para que en la oración podáis encontrar la esperanza y el sentido de vuestra existencia. Yo estoy con vosotros y oro por vosotros. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
P. Livio.- Marija, ¿puedo hacerte alguna pregunta?
Marija.- Sí, aquí estoy P.Livio.
P. Livio.- Cuando escucho este mensaje, me parece el de una madre preocupada porque somos un poco… “tibios”.
Marija.- Pues me parece que la Virgen esta vez es muy concreta porque nos llama a la conversión. Pues sí, es tiempo de conversión, tiempo de gracia como Ella dice, tiempo de Cuaresma, tiempo de penitencia, tiempo de renuncia; pero hoy de forma especial la Virgen nos ha querido marcar la renuncia en la que debemos trabajar más, que es la de cambiar nuestra vida y amar más. Porque nos dice, “amáis poco y rezáis todavía menos”, es decir, uno que ama a Dios sobre todas las cosas, ¡reza! Está mucho más en contacto con Dios. Por eso nos pide que miremos a Jesús y lo sigamos. Tomar cada uno nuestra cruz. Me acuerdo en una ocasión, de forma especial, la Virgen nos dijo, tomadla entre vuestras manos, era también en época de Cuaresma, nos lo dijo en uno de los mensajes… Es decir no somos bastante conscientes, P.Livio, de las gracias que estamos viviendo, de los dones que tenemos entre las manos…
P. Livio.- En cuanto a la conversión… pero, ¿usted no está ya convertida?
Marija.- No, la conversión para mí, lo que yo he entendido, es cuando muchas personas dicen, “yo me he convertido, he ido a Medjugorje y me he convertido”, y entonces yo me pongo a reír… Es decir, hemos empezado a intentar cambiar en algo, pero la conversión dura toda la vida. Cada uno de nosotros, cuando se levanta por la mañana debe decir: “hoy quiero ser mejor que ayer”, porque seguramente dentro de nosotros hay una batalla, entre el hombre bueno y el hombre “guerrero”, que quiere ocupar el lugar de Dios, como dice la Virgen… Hay una batalla entre el bien y el mal dentro de nosotros y nosotros estamos llamados de forma especial a ser Amor, ser oración, lo que Jesús nos pide, Amor hasta la muerte.
P. Livio.- En este tiempo de Cuaresma y de cara a la Pascua, también sería bueno preparar una buena Confesión, es lo que se recomienda para el tiempo pascual, porque este aspecto del Sacramento de la Confesión, nos ayuda también a llegar al camino de la conversión.
Marija.- No solamente, porque la Virgen en Medjugorje ha empezado a pedirnos a todos que tomemos un guía espiritual, un sacerdote, y nos ha dicho que hagamos semanalmente, aunque también mensualmente, un camino de conversión. Hoy, desgraciadamente todo se ha vuelto banal, no tenemos una meta, no tenemos el deseo de ser santos, porque lo que nos propone hoy el mundo son futbolistas, bailarinas, y la Virgen nos dice: "tomad las vidas de santos, imitadlos", porque hoy, ¿qué nos falta?, nos falta una puesta en práctica. Porque hoy vemos a nuestros jóvenes entretenidos en juegos, hábitos de mucha distracción y mucha vanidad. Y Ella nos dice: "dejad la vanidad, y seguid a Jesús, que ha muerto en la cruz por vosotros y os ama". Y hoy no hay unas figuras que arrastren a los jóvenes, hemos tenido a san Felipe Neri, a Don Bosco y otros tantos que eran carismáticos. Y ahora vemos que nuestro papa Francisco nos está llamando, hablando de forma simple, hemos de ser concretos, cuando habla en Santa Marta, y predica en la Santa Misa, lo oímos tantas veces, y se vuelve inmediato, nos fijamos en las palabras pero no las aplicamos a la vida práctica. Y la Virgen nos llama a actuar, a vivir un poco como nos dice el Santo Padre, a ser más concretos.
P. Livio.- Mmmm, esta frase de aquí… estáis perdidos y no sabéis cuál es vuestro propósito. Hay muchos que no saben de dónde vienen ni a dónde van, sin objetivo en la vida, yo creo que en esta Cuaresma la Virgen nos quiere poner una prioridad en nuestra vida: tener un objetivo, que cada uno tome su cruz.
Marija.- Es verdad, es verdad. Porque yo pienso que en este tiempo de consumismo, materialismo, etc., es cuando se ve esta perdición del alma. Y por esto creo profundamente que la Virgen nos está llamando, nos está diciendo: "volved a Dios, porque sin Dios no hay futuro". Y nos lo dice muchas veces… Sin Dios no tenéis sentido, ni tan solo ganas de vivir.
P. Livio.- Oye Marija, esta frase… "tomad vuestra cruz, mirad a Jesús y seguidle" y una vez la Virgen os dejó ver a Jesús justo durante la Pasión, creo ¿no?
Marija.- Era una vez cuando nos perseguían, nos habían llevado al manicomio, y sufrimos mucho porque nos llevaron a un manicomio donde había muchos locos, y nos decían, sois así. Imagínese nosotros, con dieciséis años, éramos niños, y estábamos asustados. Y cuando la Virgen se apareció, y llorábamos, le decíamos que no podíamos más, la Virgen nos dijo que no comiéramos ni bebiésemos nada de lo que nos dieran.
P. Livio.- ¿Por qué?
Marija.- Porque nos querían drogar. Lo supimos más tarde a través de uno de aquellos comunistas del gobierno, que estaba todo preparado para decir en televisión que los videntes se drogaban, etc. Pero ellos querían divulgar la noticia de que nos drogábamos. Y la Virgen nos dijo que aquel día ni comiéramos ni bebiéramos. Y más tarde, cuando nos llevaron de nuevo a la iglesia, y de la iglesia a casa, ya era de noche, estábamos asustados, la Virgen se apareció, y le dijimos de nuevo, llorando, que no podíamos más porque no entendíamos nada de todo lo que nos hacían, porque nos dijeron de todo, nos amenazaban, nos decían que el padre de Vicka, que estaba en Alemania, cuando volviera lo encarcelarían, que morirían de hambre porque él no ganaría dinero para mantener a la familia... Le dijimos a la Virgen: "no podemos más, nuestras familias están agitadas, nos amenazan, nos cogen y nos traen en ambulancia, nos llevan al hospital, al manicomio", en el manicomio nos decían que nos dejarían allí y que nos volveríamos locos. Y la Virgen nos dijo, mostrándonos a Jesús: "igual que Jesús sufrió por amor a la humanidad, vosotros lo haréis por Él".
P. Livio.- ¿Así estaba Jesús como en la Pasión, ensangrentado?
Marija.- Era Jesús, con la corona de espinas, lleno de sangre.
P. Livio.- Lleno de sangre.
Marija.-Si estaba todo lleno de sangre, lleno de cortes, de golpes. Recuerdo que no pude dormir en toda la noche.
P. Livio.- ¿Jesús os ha mirado?
Marija.- Jesús nos ha mirado pero no nos ha dicho nada. Hoy en día la Virgen nos pide firmeza, que seamos cristianos fieles, cristianos alegres, Porque los primeros cristianos eran perseguidos, los maltrataban, los pegaban, incluso los mataban.
También ahora los maltratan aunque quizás no tanto físicamente pero sí psicológicamente. Nunca como ahora están muriendo tantos cristianos en tantos lugares del mundo y el mundo permanece indiferente. Cuando un cristiano muere, no se habla. En cambio, cuando muere cualquier otro se habla mucho. Parece que los cristianos no importamos.
En cambio, la Virgen nos llama y nos pide que seamos firmes y fieles, que demos testimonio. Creo sinceramente que la Virgen nos está pidiendo y nos está preparando el terreno, un terreno nuevo: el triunfo de su corazón inmaculado y por eso, debemos pasar por estas tribulaciones y no debemos rendirnos. La Virgen nos pide que demos testimonio. Porque cuando damos testimonio, el resto puede ver la diferencia que hay entre ellos y nosotros. Los paganos se preguntan ¿qué distingue a un cristiano del resto? La paciencia, el amor, la comprensión, la solidaridad son cosas cristianas. La Virgen nos pide que vivamos en Cristo resucitado porque él ha sufrido mucho en la cruz.
P.Livio. - Es cierto
Marija.- Nosotros debemos tener ojos de Cristo resucitado. La Virgen nos pide que vivamos con nuestra mirada puesta en el Paraíso. Pero estamos atados a la Tierra. Somos como un bebé dentro del vientre de su madre donde se siente muy bien y no sabe que cuando salga podrá respirar, vivir. El bebé cree que el paraíso está dentro de su mamá. Como nosotros, que desconociendo la experiencia de la vida eterna, pensamos que la Tierra es el paraíso.
P.Livio. - La Virgen nos pide que vivamos con nostalgia del Paraíso, no con nostalgia de la Tierra…
Marija. - Sí, somos así de estúpidos, estamos atados a la tierra.
P.Livio. - Leía en una estadística que muchas personas de 50-60 años pierden la fe, no saben quiénes son, a donde van , de donde vienen….una señora me escribió y me dijo que era una de esas personas , que ya no era de iglesia, que no iba a misa y yo le dije que empezara a rezar con el corazón.
Marija.- Exactamente. Nosotros debemos luchar contra nosotros mismos. Debemos estar libres de nuestra propia libertad y no debemos estar absorbidos por cosas banales. Muchas veces buscamos la paz, la alegría en cosas equivocadas, cosas que no son de Dios. Por eso la Virgen está aquí desde hace tanto tiempo, para decirnos que sin Dios no tenemos futuro, no tenemos alegría, no tenemos vida eterna.
La Virgen nos dice “vuelve a Dios” porque cuando nos sentimos realizados, positivos, nos sentimos bien. Por eso cuando me encuentro con personas que se sienten perdidas, que han probado mil cosas, siempre digo que no encontrarán la alegría de vivir, ni la paz hasta que no vuelvan a Dios, hasta que no vuelvan a la oración.
P.Livio.- Es cierto.
Marija.- Y volver a la oración despacio, poco a poco. La Virgen de hecho nos dijo “empezar con 7 padrenuestros, 7 avemarías y 7 glorias, y después poco a poco va aumentando la oración. Y el resto va viniendo solo: ir a misa, participar de los sacramentos, confesarse, tener un guía espiritual… es tan bonito… de hecho, hay muchos sacerdotes dispuestos a ser guías espirituales. Yo digo, de la misma manera que cuando quieres comprarte un vestido bonito, sales a la calle, paseas y vas de tiendas, cuando queremos una vida espiritual tenemos que ir a la iglesia, buscar un sacerdote que nos guíe y nos ayude a seguir el camino. Sobre todo ahora en tiempo de Cuaresma, ya que el tiempo de Cuaresma es tiempo de gracia, tiempo de oración, tiempo de misericordia. Y además estamos en un año especial y podemos hacer cosas extraordinarias.
P.Livio. – Escucha Marija, ahora, para concluir, puesto que estamos en tiempo de Cuaresma, en el camino hacia la Pascua, la Madre de Dios nos habla de la cruz. Yo creo que podemos invitar a nuestros oyentes, en este tiempo, cuando la Madre de Dios nos dice que tenemos que rezar, que nos arrodillemos delante de la cruz para abrir el corazón a Jesús crucificado.
Marija.- Es verdad. Yo muchas veces veo a las personas que no saben y les digo: ve en una librería y coge un libro. Hay un libro que yo he regalado muchas veces, que se titula Quince minutos, pero también hay otros, y hoy en día se hace mucho la coronilla de la Misericordia, o la coronilla de la Virgen desatanudos. A mí, lo que me gusta mucho y que he hecho durante muchos años son las oraciones de santa Brígida, u otras oraciones. Ahora, en Croacia, se hace la Pasión del dolor de la Madre de Dios, no sé si hay algo parecido en vuestros países, pero es algo muy arraigado en la tradición croata. Esto sirve para rezar a Jesús, para meditar, contemplar, para dar gracias a Dios. Tenemos tantas cosas que nos pueden enriquecer: luego poco a poco empezamos a sentirnos cada vez más ricos, siempre tenemos para dar, para compartir, para rezar. Por eso os digo que la Madre de Dios nos está llamando: ¡rezad con el corazón!
P.Livio. – Gracias Marija. Escucha, hoy la Virgen ¿tenía un aspecto serio?
Marija.- Sí, hoy estaba seria. Seria y decidida.
P.Livio. – Nos pide que recemos, que nos convirtamos. Si no os perderéis. Es como una madre que está preocupada por nosotros.
Marija.- Yo creo que, sobre todo, la Virgen tiene un objetivo: el amor. Puesto que la presencia de la Madre de Dios entre nosotros es un singo del gran amor de Dios hacia la humanidad. Lo demás son palabras. Nosotros también estamos hablando mucho, pero el amor de Jesús hacia la humanidad, enviando a Su Madre entre nosotros, es una gracia.
P.Livio.- Perdóname Marija, quiero hacerte una última pregunta. ¿le has dicho algo a la Virgen, esta tarde? ¿No le has dicho ni una palabra?
Marija.- Sí, normalmente cuando la Virgen se aparece, siempre dice “¡Alabado sea Jesucristo!”, y nosotros contestamos “¡Siempre alabados sean, Jesús y María!”. Luego la Virgen se queda en silencio y nosotros le recomendamos todas las personas que nos lo han pedido. También esta noche he pensado en todos los oyentes de Radio María, en todo el mundo – y nosotros sabemos cómo nació Radio María, puesto que así lo quiso la Virgen –, y yo tengo confianza en las personas que trabajan, las personas que escuchan, son las personas que la Virgen define como la prolongación de sus manos, y yo, con todo corazón, cada día 25 del mes, encomiendo a la Virgen esta Radio, para que el Señor la proteja y proteja a todos los que la escuchan y que el Espíritu Santo ilumine a esas personas para que puedan ser unas pequeñas Marías en este mundo pagano que tanto necesita de Dios.
P.Livio. - Gracias de todo corazón, Marija.
FUENTE: Radio María, Italia. Entrevista del P. Livio a Marija Paulovic 

Mensaje del 2 de marzo de 2016 en Medjugorje



"Queridos hijos, mi venida entre vosotros es un regalo del Padre Celestial para vosotros. A través de su amor vengo para ayudaros a encontrar el camino hacia la verdad, para encontar el camino hacia mi Hijo. Vengo para confirmar la verdad. Deseo recordaros las palabras de mi Hijo. El dijo la palabra de la salvación para el mundo entero; palabra de amor para todos. El amor del que Él dio prueba con su sacrificio. Pero hoy muchos de mis hijos no le conocen. Ellos no quieren conocerlo, son indiferentes. A causa de su indiferencia mi Corazón está herido de sufrimiento. Mi Hijo estuvo siempre en el Padre. Nacido en la tierra, Él traía la divinidad y tomó de mi su humanidad. Con Él entre vosotros vino la Palabra, vino la luz del mundo que penetra en el corazón, lo ilumina y lo llena con amor y consuelo. Hijos míos, todos aquellos que lo aman pueden ver a mi Hijo, porque su rostro se ve en las almas que están llenas de amor hacia Él. Por eso, hijos míos, mis apóstoles,escuchadme. Dejad las cosas vacías y el egoísmo, no viváis para las cosas de la tierra, para las cosas materiales. Amad a mi Hijo y haced que otros puedan ver su rostro a través de vuestro amor por Él. Os ayudaré para que lo conozcáis todo lo que es posible, os hablaré de Él. Gracias".
La Reina de la Paz ha bendecido a todos los presente y todos los objetos religiosos. Después, como desea la Reina de la Paz, los sacerdotes han bendecido a todos los presentes y todos los objetos religiosos.
Nota: Traducción provisional. Ofreceremos la traducción definitiva cuando esté disponible.

El cortometraje chileno “Historia de un oso”

El cortometraje chileno “Historia de un oso”, inspirado en una víctima de la dictadura, se transformó anoche en la primera producción cinematográfica hecha en el país en recibir un premio Oscar.
“Historia de un oso” narra la historia de un papá oso que, a través de un diorama, recuerda cómo fue secuestrado por uniformados, alejado de su esposa y su hijo y forzado a trabajar en un circo, recoge EFE.
Osorio decidió lanzarse al mundo de la animación tras leer el libro “Kit de supervivencia del animador”, escrito precisamente por Richard Williams, su rival en la ceremonia.
Con esta cinta, el cine chileno recibió la segunda nominación a los Oscar de su historia, tras la candidatura de “No” de Pablo Larraín en 2013 a la estatuilla para la mejor película extranjera.

1 mar 2016

RECOMENDADO: PERIÓDICO CATÓLICO DIALOGO ...

Amigos, ya está la edición de Marzo 2016 del periódico católico "Diálogo". Lo pueden leer y bajar gratis a su PC desde el portal católicowww.unioncondios.org en la sección dedicada al periódico católico:www.unioncondios.org/dialogo A difundir!!!

29 feb 2016

PARABOLA DEL HIJO PRODIGO O PADRE MISERICORDIOSO










Medjugorje - Mensaje del 25 de febrero de 2016. Comentario


David Bisbal - Me Enamoré De Ti


dedicada a jesus!

Diego Torres - La Vida Es un Vals (Official Video)




MAURICIO ALEN - DIOS TE HIZO TAN BIEN


27 feb 2016

Mensaje del 25 de febrero de 2016 en Medjugorje

Mensaje del 25 de febrero de 2016 en Medjugorje

Vía Crucis de la misericordia by Luis Zazano

Vía Crucis de la misericordia   

by Luis Zazano

Introducción

En este año de la misericordia a la cual el Papa Francisco nos invita a recordar que somos “simple pecadores perdonados” tenemos el compromiso en esta cuaresma de mirar nuestros pecados y entregar al corazón misericordioso de Dios.
Como sabrás, el poder de Dios se muestra más en su misericordia que en su poder creador, pero además, vos podes ser partícipe de este poder en cada obra de misericordia que realices en y junto a tu hermano.
Ser misericordiosos, es nuestra tarea, por ello te invito a que hagamos una obra de misericordia espiritual, que ofrezcamos este vía crucis por alguien que lo necesite, ofrécelo por una persona enferma, o que ya falleció, o si quieres sumar más… por una persona que te cuesta. Te animas?
Entonces a sumar puntitos para el cielo, juntos veamos en cada estación el amor que Dios nos tiene y recordemos que Jesús cayó más de una vez y se levantó, nunca tiró la cruz, ves? Ese es el ejemplo que te quiere dar, entre otras cosas:
  1. que cuando caigas, te levantes.
  2. Nunca tirar la cruz hasta el destino final.
  3. Siempre hay un Simeón que te ayuda a llevar la cruz.
Con estas ideas, iniciemos el camino de la misericordia, que terminará en la Resurrección, a empezar…

Oración preparatoria:

Por la señal † de la Santa Cruz, de nuestros † enemigos líbranos, Señor †, Dios nuestro. En el nombre del Padre † y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Acto de Contrición:

Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí, pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos. Antes querría haber muerto que haberos ofendido; y propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Después de anunciar la Estación que se va a contemplar se dice:
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Se medita la estación, leyendo el pequeño texto que la acompaña. Al final se reza un Padrenuestro, un Avemaría:
Oración
Señor mío y Dios mío,
Hoy vengo a caminar con mi corazón y con mi mente la vía de la cruz,
el camino que me invitas a recorrer para salvar mi alma y mi historia personal.
Junto a estas estaciones vengo a ofrecerte mi vida, mis caídas, mis golpes y mis dolores para que tú lo redimas con tu preciosísima sangre
María, Madre mía, cúbreme con tu manto para no pecar y ayúdame a que con mi vida siempre a Dios pueda glorificar. Amén.

Primera estación: Condenan a muerte a Jesús:

Mt. 27, 22ss: La lucha política y religiosa termina con la condena de un inocente. Cuando vos luchas por tus propios intereses sin mirar al hermano podes terminar condenando a un inocente. La multitud está agitada, la multitud condena, esos mismos que días atrás cantaban “Hosanna” hoy gritan “crucifícalo” ¿Será porque Jesús no les cumplió los caprichitos? ¿Será que Dios es todo para vos en tus momentos buenos pero cuando las cosas no te salen como querés, sos el primero en condenarlo y sacarlo de tu vida?.
En este año de la misericordia no condenes a nadie, no provoques torturas a personas inocentes que te rodean, no condenes sin saber. Aprende que vos sos un pecador perdonado y no te laves las manos.
Padre nuestro // Ave María// Gloria

Segunda estación: Jesús carga con la cruz.

Mt. 16, 24: A la cruz hay que cargarla, no arrastrarla. Aprendé a valerte de la cruz para fortalecerte y no quejarte de la cruz que lleva a debilitarte.
Estamos en el bicentenario de la patria, camino al congreso Eucarístico y en el año de la misericordia. Todo esto nos lleva a ver la cruz de nuestra historia, cruz nos llevó a crecer como nación, momentos difíciles vividos que nos llevaron a crecer como pueblo. Así como la Iglesia creció fuertemente en aquellos lugares donde hubo tantos mártires. La cruz nos lleva a madurar y a crecer.
Seguramente ya tienes bien identificada tu cruz, sabes que cruz llevas y la sentís, como yo, pero recordá que no estás sólo, la llevamos juntos, porque en la Iglesia nadie está sólo, recemos el uno por el otro y no te olvides que sin cruz, no hay gloria; sin vivir una cruz, no tienes misericordia…
Padre Nuestro// Ave María// Gloria

Tercera estación: Jesús cae por primera vez.

Mt. 11, 30ss: Jesús también se cansa, la cruz es pesada, necesita ayuda… Es momento que vos también aprendas de su caída, porque vos también te caes, vos también tenes muchas veces ganas de dejar todo y escaparte a algún lugar donde nadie te conozca, pero Jesús es valiente y te llama a ser valiente, te llama a que te levantes y sigas.
Jesucristo, Señor de la historia te necesitamos! Porque también nos caemos. Si caíste levántate, levántate porque hay todavía mucho camino, y como sea tenemos que llegar. Hasta el cielo no paramos!
Padre Nuestro //Ave María //Gloria

Cuarta estación: Jesús encuentra a María.

Lc. 2, 32: Después de la caída se encuentra con su Madre, no sé si pudo Ella abrazarlo pero de lo que estoy casi seguro es que se dijeron todo con la mirada, porque cuando alguien ama logra con la mirada decirle todo. En María vemos el mejor consuelo de Jesús, sólo su amor y frescura de Madre le dan ánimo a seguir.
Cuantas veces tu Madre te habrá acariciado y besado cuando estabas enfermo, esa misma Madre es María, que cuando caes en pecado Ella está… María sabe que también tienes miserias, pero Ella como Madre misericordiosa no te pedirá cuentas ni explicaciones de nada, sólo consuelo y ayuda para cambiar.
Si quieres que tu corazón sea misericordioso cómo el de María, no busques explicaciones del otro sino ayúdalo y busca el cambio del otro. Ese otro es tu hermano…
Padre Nuestro// Ave María// Gloria

Quinta estación: Simón ayuda a llevar la cruz.

Lc. 19. 9-13: Una vez te sugería que no le pidas a Jesús que te saque la cruz sino que te ponga más Simones para poder llevarla. Hoy seguramente que tenés algún Simón que te está ayudando a cargar tu cruz y vos también tenés que ser un Simón para tu hermano. Parece que Simón no tenía buena suerte, pues si pasaba media hora antes por allí no le iba a tocar todo esto. Pero se encontró con Cristo y la cruz y obligadamente la tuvo que llevar, pero parece que después le cambió la vida para siempre según lo que sabemos por el libro de los hechos y por la tradición Cristiana. Posiblemente hoy vos te hayas chocado con la cruz, hasta en principio parece que llevas la cruz de manera obligada, pero el Señor te mostrará el verdadero sentido, ayúdalo a Jesús a llevar la cruz para que Cristo te ayude a resucitar a la Vida. Hoy hay necesidad de Simones en las calles, necesitamos Cristianos simoneros y callejeros, que den respuesta a esta sociedad que se siente caída, que de ánimo a tantas familias en crisis y caídas. Vos y yo tenemos que caminar al lado de tantos que se sienten sin gansas de seguir y mostrarles que caminar con alguien que va al lado se hace más rápido y corto el camino. Ayudemos a caminar.
Sé un Simón misericordioso, sabiéndote que vos también necesitas que te ayuden, sábete miserable, y que no podes siempre con todo. Hay un Hermano que necesita de un acto de misericordia, Sé misericordioso como el Padre…
Padre Nuestro// Ave María// Gloria.

Sexta estación: una piadosa mujer limpia el rostro de Jesús.

Is. 53, 2-3: Cuantos rostros hoy están golpeados! Necesitan de una Iglesia que limpie los rostros de Jesús. Tomá la toalla de la misericordia y acércate a tu hermano y límpiale el rostro, sacá esas heridas que tiene en su vida. Mostrale el perdón, que se sienta perdonado, es la mejor limpieza que podes dar; el rencor hiere, mata, golpea fuerte, el rencor es una toalla de lija que raspa y duele en el otro y también te lastima a vos; vos no dejes de usar la toalla de la misericordia, es la única que limpia y alivia.
Padre nuestro// Ave María// Gloria

Séptima estación: Jesús cae por segunda vez.

Lc. 23, 25-31: Las flaquezas que uno tiene no lo lleva a caer una vez, lo lleva a caer varias veces, fíjate en tu pecado dominante, fíjate en aquello que caes repetidamente y no te permite estar en paz; pero desde allí también tenes que mirar ese camino de humildad y recordar que siempre hay caídas en la vida. No te creas el superado, el que no tiene necesidades. Las caídas son de cansancio, las caídas son por esa falta de fuerza, por ver lejos el destino y sentir los limites. Seguramente que te pasa muchas veces esto, el sentirte lejos de tus objetivos, donde lo único que logras es llorar, lloras porque no podes, porque sentís que todo está perdido o porque no logras ese sueño que tuviste toda tu vida. No apuntales con el dedo a nadie, vos sos el primero en que podes caer, nadie está limpio en este mundo, podes mentirme a mí y a cualquiera pero a Dios No!!!.         
Aprendé a trabajar desde la sinceridad, si querés pedir misericordia a Dios, primero date cuenta que sos pecador y necesitado de Dios, la misericordia se inicia en tu sinceridad para mostrarte como tal. En todas tus caídas te ayudará Jesús, siempre que tengas un corazón sincero y sabiéndote miserable. El amor de Dios todo lo puede, todo lo soporta y todo lo espera.
Padre Nuestro// Ave María// Gloria

Octava estación: Jesús consuela a las mujeres.

Lc. 23, 28: cuantas personas lloran hoy por la inocencia de muchos, ponete a pensar que Dios no se cansa de perdonarnos pero también no se cansa de sufrir. Sin embargo vemos que hay mujeres que lloran, inocentes que lloran: ¿a cuantas personas hiciste llorar en tu vida? ¿Cuántas personas hoy lloran por tu error? ¿Cuántas personas están dolidas en la vida por tu error y mi error? Y hoy Jesús viene a consolar a esas personas, renace la vida y el corazón en ese consuelo que viene de Él. Hoy reza por las personas que hiciste llorar, por esas personas que hiciste doler porque debemos entregar a Jesús ese consuelo, a Él le corresponde, no te corresponde a vos, deja que Dios sane aquellas heridas que vos abriste con el cuchillo de tus actos.
Padre Nuestro// Ave María// Gloria

Novena estación: Jesús cae por tercera vez.

Gal 2, 20: “Me amó y se entregó por mi” san Pablo nos enseña que cuando alguien ama no hay límites; los limites lo ponen nuestro orgullo y nuestra soberbia, el sentirnos que podemos con todo. Cuantas veces llenas tu agenda de tantas cosas que descuidas lo importante por lo urgente; cuantas veces te crees que podes con todo que luego terminas explotado. Hoy te muestra Jesús que todos tenemos límites y caídas, que caemos varias veces, nos tropezamos con la misma piedra millones de veces y no aprendemos. Dios clama por vos en tu misma angustia, te extiende su mano para que no caigas, te invita a que seas de Él. Vine a liberarte y a darte el tiempo que necesitas, viene a ofrecerte una vida suave. No temas al futuro, da la mano al que esté cerca de ti y recordá que no estas sólo. No tengas miedo, el miedo paraliza. Jesús cae muy cerquita de la cruz, ya no aguanta pero está casi cumplido su objetivo. Tu vida no pasa por sólo voluntades, pasa por esa confianza en Dios más tu entrega, entrégate a Dios para que Él sane todo de ti.
Padre Nuestro/ Ave María/ Gloria.

Decima estación: despojan a Jesús de sus vestiduras.

Mt. 27, 34: Jesús está desnudo, está la vergüenza y la humillación. Vos te bancarias estar desnudo ante personas que se te burlan, que no te aman? Jesús está allí para después abrazarte y cubrirte con el manto de su misericordia como el Padre misericordioso de la parábola del Hijo pródigo. Hoy hay muchos que están desnudo en la sociedad y están desnudas porque vos la desnudaste, cuantas personas desnudaste y humillaste con tu actitud egoísta; sin embargo Dios hoy te mira y quiere darte la oportunidad que vuelvas a vestir con la dignidad a esas personas que desnudaste: capaz que desnudaste a tu marido cuando lo insultaste frente a tus hijos; capaz que desnudaste a tu mujer cuando la trataste de tonta o loca frente a tus amigos o a tu familia; capaz cuando desnudaste a la Iglesia cuando criticabas a los curas y a las monjas cuando ni si quiera vas a misas. En fin, cuantas personas hoy vos dejaste desnuda. Pidamos en esta estación saber ser cristianos que vistan a las personas haciéndolas sentir valoradas, haciéndoles la vida más agradable. Todos podemos lograr que los otros tengan un mejor vestido, el vestido de la dignidad y de la libertad.
Jesús, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Undécima estación: Jesús es clavado en la cruz

Lc. 23, 34: Aparece aquí el buen ladrón, están los que lo insultan, no están los que lo abandonan, está María su madre. Siempre en la cruz nos encontramos con distintos tipos de personas; personas que nos acompañan, personas que nos alientan, personas que sufren por nuestra vida, personas que se van y nos dejan solos. Cuantas personas pasaron por tu vida….
El estár clavado te hace sentir estático, sin dinámica, vos podes estar atado en esta vida. Cuantos hopy se sienten atados en la vida, no pueden moverse. El error y la miseria no los deja moverse. La misericordia de Dios te libera y te moviliza, pero también vos tenes que perdonarte. Aflojate y date cuenta que vos podes dar un gran paso, no tengas miedo y anímate, a seguir que con la misericordia de Dios contamos siempre, con vos, a veces…
Padre Nuestro, Ave María, Gloria

Duodécima estación: Jesús muere en la cruz

Jn 19, 19: vos también podes sentir la soledad en la cruz, vos también podes sentí que “Dios te ha abandonado” es el momento de crisis que todos pasamos en la vida, hasta los grandes santos la vivieron, ese momento en que parece que tu cansancio y tu entrega no sirvieron de nada; parece que Dios se ha olvidado y no se vendrá el gran milagro. Ya lo que se espera está desechado. La oración no convence; tu vida tarde o temprano pasará por crisis, acompañado de crisis de fe, esa fe que se prende fuego, se te queman los papeles de la vida y no encontras nada de nada. Todos miran tu muerte, tu caída pero nadie te ayuda, aparece la Señora Impotencia….
Es allí, en el silencio de la vida donde entra la espera y en donde se espera la respuesta al por qué seguir viviendo. En esta estación pensá si te sentís abandonado por Dios y por qué
Padre Nuestro// Ave María // Gloria

Decimotercera estación: desclavan a Jesús y lo entregan a su madre.

Jn 19, 39: María tiene el corazón destrozado, fue la primera quien lo abrazó con vida ahora es la primera quien lo abraza muerto. Cuanto dolor tiene una madre? Cuantos dolores puede llegar a tener una mamá en su corazón? Las tinieblas llegan, como cuando Dios muere en tu vida y no lo dejas pasar, se te aparece la tiniebla. María busca la paz, esa paz que tuvo cuando dijo “hágase”.
Cuantas cosas pasan por la cabeza de María? Se preguntará si valió la pena? ¿Vale la pena dar la vida por vos? ¿vale tanto esto para que vos muestres un cachito de cambio? Hay momentos en que parece que no… pero creo que si miras a la Virgen y a Ella con lágrimas en su rostro creo que tenes que hacer un mea culpa y pagar la deuda, devolverle a su Hijo es lo único que la tranquilizará, devolver a Jesús implica rezar el rosario, devolver a Jesús es ser personas sencillas y caritativas, devolver a Jesús es ser dócil a su Palabra. CONVERSION ES = A RESURRECCIÓN
En este año del Congreso Eucaristico te propongo que hagas una visita al Santisimo y le digas a Jesús, “perdón Jesús por mis pecados”
Padre Nuestro// Ave María // Gloria

Decimocuarta estación: Ponen el cuerpo de Jesús en el sepulcro

Mt. 27, 60: ya todo ha pasado, ya somos hijos de Dios, Dios nos mostró el mayor acto de amor que se puede hacer, dar la vida por quien se ama. No es un telenovela ni unas frases lindas y poeticas, es la realidad: Dios se entregó por vos y está a la espera de lo que vos vas a hacer ahora. Ya Dios hizo todo lo que tenía que hacer ahora vos ya sabes lo que tenes que hacer.
Te está esperando en esta cuaresma como el padre misericordioso, todos los días mira la ventana del cielo para que vuelvas, mira para ver si llegas sano y salvo porque quiere hacer una fiesta cuando llegues al cielo.
Ni siquiera dimensionamos todo lo que Dios quiere hacer con vos cuando hayas llegado a la Vida, a esa vida libre y limpia de pecado, Dios ya firmó el cheque, y un cheque en blanco, ahora estamos esperando que vas a hacer vos, desde el cielo todos te están mirando: Actua!!!!
Oración Final
Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que cada vez que medite tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad constante, lo que Tú has hecho por mí y tus constantes beneficios. Haz, Señor, que me acompañe, durante toda mi vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad. Amén.
Virgen Santísima de los Dolores, mírame cargando la cruz de mi sufrimiento; acompáñame como acompañaste a tu Hijo Jesús en el camino del Calvario; eres mi Madre y te necesito. Ayúdame a sufrir con amor y esperanza para que mi dolor redentor que en las manos de Dios se convierta en un gran bien para la salvación de las almas. Amén.
 Deo omnis gloria