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14 feb 2022
El mapa de mi corazón! ♥️
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LAS BIENAVENTURANZAS ARGENTINAS A LA LUZ DE LUCAS 6, 20-26.
por Emmanuel Sicre sj
quienes no temen ser pobres
y comparten su hambre
con quienes están aún peor,
porque saborean la lógica del Reino.
Felices quienes por la inflación ya no pueden pagar medicamentos
y encuentran en la fe compartida
la medicina para tanta desesperación,
porque sus lágrimas serán fecundas.
Felices quienes sufren sin vergüenza el bullying por hacer el bien,
por no querer hablar mal de los demás
y rechazan las invitaciones
a descargarse violentamente contra la masa,
porque sus actitudes sanarán corazones heridos.
Felices quienes padecen adicciones y buscan la salida,
aunque caigan,
quienes los acompañan con amor a pesar de todo
y no juzgan livianamente el dolor del otro,
porque se sentarán a la mesa de quienes luchan y vencen.
Pero, ¡ay de quienes idolatran su riqueza y se olvidan
de quienes están desahuciados
por los sistemas deshumanizadores,
porque su egoísmo se convertirá en soledad!
¡Ay de quienes la superficialidad los entretiene mágicamente
y los ciega ante quienes sufren,
porque se perderán del sentido de la vida!
¡Ay de quienes viven de la mirada de los demás
y no quieren descubrir su propia verdad,
porque no podrán mirarse al espejo con amor!
¡Ay de quienes son responsables del Bien de todos en los cargos públicos
y acceden a la corrupción, la coima y la avaricia,
porque los visitará su conciencia y les reprochará tanto dolor!
LAS BIENAVENTURANZAS PARA NIÑOS ❤️
LAS BIENAVENTURANZAS
En el centro del Evangelio de la Liturgia de hoy están las Bienaventuranzas (cf. Lc 6,20-23). Es interesante observar que Jesús, a pesar de estar rodeado de una gran multitud, las proclama volviéndose «hacia sus discípulos» (v. 20). Habla a los discípulos. Las Bienaventuranzas, de hecho, definen la identidad del discípulo de Jesús. Pueden sonar extrañas, casi incomprensibles para quien no es discípulo, pero si nos preguntamos cómo es un discípulo de Jesús, la respuesta es precisamente las Bienaventuranzas. Veamos la primera, que es la base de todas las demás: «Dichosos vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino de Dios» (v. 20). Dichosos vosotros, los pobres. Dos cosas dice Jesús de los suyos: que son dichosos y que son pobres; es más, que son dichosos porque son pobres.
¿En qué sentido? En el sentido de que el discípulo de Jesús no encuentra su alegría en el dinero, en el poder, u otros bienes materiales, sino en los dones que recibe cada día de Dios: la vida, la creación, los hermanos y las hermanas, etc. Son dones de la vida. También los bienes que posee los comparte con gusto, porque vive en la lógica de Dios. Y ¿cuál es la lógica de Dios? La gratuidad. El discípulo ha aprendido a vivir en la gratuidad. Esta pobreza es también una actitud respecto el sentido de la vida, porque el discípulo de Jesús no cree que lo posee, que ya lo sabe todo, sino que sabe que debe aprender cada día. Y esta es una pobreza: el ser consciente de que debe aprender cada día. El discípulo de Jesús, porque tiene esta actitud, es una persona humilde y abierta, sin prejuicios ni rigidez.
Hay un bello ejemplo en el Evangelio del domingo pasado: Simón Pedro, pescador experto, acepta la invitación de Jesús de echar las redes a una hora inusual; y luego, lleno de asombro por la prodigiosa pesca, deja la barca y todas sus posesiones para seguir al Señor. Pedro demuestra ser dócil dejando todo, y así se convierte en discípulo. Sin embargo, quien está demasiado apegado a sus propias ideas y a las propias seguridades, casi nunca sigue realmente a Jesús. Lo sigue un poco, sólo en las cosas en las que “estoy de acuerdo con Él y Él está de acuerdo conmigo”, pero luego en otras no va. Y esto no es un discípulo. Y así cae en la tristeza. Se entristece porque las cuentas no cuadran, porque la realidad se escapa de sus esquemas mentales y se siente insatisfecho. El discípulo, en cambio, sabe cuestionarse, sabe buscar a Dios humildemente cada día, y eso le permite adentrarse en la realidad, acogiendo su riqueza y complejidad.
El discípulo, en otras palabras, acepta la paradoja de las Bienaventuranzas: estas declaran que es dichoso, es decir, feliz, quien es pobre, quien carece de tantas cosas y lo reconoce. Humanamente, se nos induce a pensar de otra manera: feliz es quien es rico, quien está lleno de bienes, quien recibe aplausos y es envidiado por muchos, quien tiene todas las seguridades. Pero este es un pensamiento mundano, no es el pensamiento de las Bienaventuranzas. Jesús, por el contrario, declara que el éxito mundano es un fracaso, ya que se basa en un egoísmo que infla y luego deja un vacío en el corazón. Ante la paradoja de las Bienaventuranzas, el discípulo se deja poner en crisis, consciente de que no es Dios quien debe entrar en nuestras lógicas, sino nosotros en las suyas. Y esto requiere de un camino, a veces fatigoso, pero siempre acompañado de alegría. Porque el discípulo de Jesús es alegre con la alegría que le viene de Jesús. Porque, no lo olvidemos, la primera palabra que Jesús dice es: bienaventurados; de ahí el nombre de las Bienaventuranzas. Este es el sinónimo del ser discípulos de Jesús. El Señor, al liberarnos de la esclavitud del egocentrismo, desencaja nuestras cerrazones, disuelve nuestra dureza y nos abre la verdadera felicidad, que a menudo se encuentra donde nosotros no pensamos. Es Él quien guía nuestra vida, no nosotros, con nuestras ideas preconcebidas o nuestras exigencias. Finalmente, el discípulo es aquel que se deja guiar por Jesús, que abre su corazón a Jesús, lo escucha y sigue su camino.
Entonces podemos preguntarnos —yo, cada uno de nosotros—: ¿tengo la disponibilidad del discípulo? ¿O me comporto con la rigidez de quien se siente cómodo, se siente bien y siente que ya ha llegado? ¿Me dejo "desencajar por dentro" por la paradoja de las Bienaventuranzas, o me mantengo dentro del perímetro de mis propias ideas? Y luego, con la lógica de las Bienaventuranzas, más allá de las penurias y dificultades, ¿siento la alegría de seguir a Jesús? Este es el rasgo más destacado del discípulo: la alegría del corazón. No lo olvidemos: la alegría del corazón. Esta es la piedra de toque para saber si una persona es un discípulo: ¿tiene alegría en su corazón? ¿Yo tengo alegría en mi corazón? Este es el punto.
Que la Virgen, la primera discípula del Señor, nos ayude a vivir como discípulos abiertos y alegres.
FRANCISCO
24 ene 2022
"Deja las 99 y va por mí"
22 ene 2022
«¡Bienaventurado el que escucha la Palabra de Dios!»
Se viene el Domingo de la Palabra de Dios y el Área de Niñez del Departamento de Animación y Pastoral Bíblica (DeNAPBi) nos compete este un hermoso material explicativo y con actividades para celebrarlo con alegría.
Partiendo del lema para 2022: «¡Bienaventurado el que escucha la Palabra de Dios!», se explica el significado de «bienaventurado» y se invita a los niños a ser felices escuchando y dando un lugar a la Palabra de Dios en la vida.Material completo en
Animación y Pastoral Bíblica Niños
ABP - CEA
En esta oportunidad se compartirán nuevamente algunas propuestas para la Celebración:
Guión: https://bit.ly/GuionLiturgicoDPD2022
Cancionero: https://bit.ly/CancioneroDPD2022
Entronización: https://c-b-f.org/Materiales/otros/entronizando-la-palabra.pdf
En el subsidio litúrgico-pastoral que el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización preparó para la celebración hay propuestas de Entronizaciones para Celebraciones y en la Familia.
9 ene 2022
SEMBRANDO
Un hombre entró en un local y vio a un señor en el mostrador. Maravillado con la belleza del lugar, preguntó:
AGENDA 2022
Fabricio Rodriguez- Lluvia- Feat Seba Lopez de los Tekis
30 may 2021
EL SECRETO DE LA TRINIDAD, ESTA EN LOS LAZOS QUE LA UNEN..
https://drive.google.com/.../12e7lbFu_mGSPtv.../view...
29 abr 2020
Reflexión del Evangelio. 29 de abril 2020. Padre Gustavo E. Jamut, omv.
28 abr 2020
Taller de Carismas - 6to Encuentro
27 abr 2020
CATE en casa En Familia y con Jesús ,de Fiesta del Abrazo!
UN MOMENTO DE ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DOMINGO PARA QUE EN ESTE TIEMPO DE CUARENTENA PODAMOS ACERCARNOS Y ACOMPAÑAR A TODAS LAS FAMILIAS.
¡Y a dejarnos sorprender por la obra del Espíritu!
Seguro que de acuerdo a la realidad de tu grupo y de tu comunidad el CATE en casa puede ayudarte a acercarle la Palabra de Dios y el Abrazo de Jesús a todos tus peques y familias.
CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO A TODOS LOS FIELES PARA EL MES DE MAYO DE 2020
Queridos hermanos y hermanas:
Se aproxima el mes de mayo, en el que el pueblo de Dios manifiesta con particular intensidad su amor y devoción a la Virgen María. En este mes, es tradición rezar el Rosario en casa, con la familia. Las restricciones de la pandemia nos han “obligado” a valorizar esta dimensión doméstica, también desde un punto de vista espiritual.
Por eso, he pensado proponerles a todos que redescubramos la belleza de rezar el Rosario en casa durante el mes de mayo. Ustedes pueden elegir, según la situación, rezarlo juntos o de manera personal, apreciando lo bueno de ambas posibilidades. Pero, en cualquier caso, hay un secreto para hacerlo: la sencillez; y es fácil encontrar, incluso en internet, buenos esquemas de oración para seguir.
Además, les ofrezco dos textos de oraciones a la Virgen que pueden recitar al final del Rosario, y que yo mismo diré durante el mes de mayo, unido espiritualmente a ustedes. Los adjunto a esta carta para que estén a disposición de todos.
Queridos hermanos y hermanas: Contemplar juntos el rostro de Cristo con el corazón de María, nuestra Madre, nos unirá todavía más como familia espiritual y nos ayudará a superar esta prueba. Rezaré por ustedes, especialmente por los que más sufren, y ustedes, por favor, recen por mí. Les agradezco y los bendigo de corazón.
Roma, San Juan de Letrán, 25 de abril de 2020
Fiesta de san Marcos, evangelista
Francisco
Oración a María
Oh María,
tú resplandeces siempre en nuestro camino
como un signo de salvación y esperanza.
A ti nos encomendamos, Salud de los enfermos,
que al pie de la cruz fuiste asociada al dolor de Jesús,
manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del pueblo romano,
sabes lo que necesitamos
y estamos seguros de que lo concederás
para que, como en Caná de Galilea,
vuelvan la alegría y la fiesta
después de esta prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor,
a conformarnos a la voluntad del Padre
y hacer lo que Jesús nos dirá,
Él que tomó nuestro sufrimiento sobre sí mismo
y se cargó de nuestros dolores
para guiarnos a través de la cruz,
a la alegría de la resurrección. Amén.
no desprecies nuestras súplicas en las necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.
Oración a Maria
«Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios».
En la dramática situación actual, llena de sufrimientos y angustias que oprimen al mundo entero, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu protección.
Oh Virgen María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia de coronavirus, y consuela a los que se encuentran confundidos y lloran por la pérdida de sus seres queridos, a veces sepultados de un modo que hiere el alma. Sostiene a aquellos que están angustiados porque, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de las personas enfermas. Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo.
Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz. Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza.
Protege a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo de emergencia combaten en primera línea y arriesgan sus vidas para salvar otras vidas. Acompaña su heroico esfuerzo y concédeles fuerza, bondad y salud.
Permanece junto a quienes asisten, noche y día, a los enfermos, y a los sacerdotes que, con solicitud pastoral y compromiso evangélico, tratan de ayudar y sostener a todos.
Virgen Santa, ilumina las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que encuentren las soluciones adecuadas y se venza este virus.
Asiste a los líderes de las naciones, para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad.
Santa María, toca las conciencias para que las grandes sumas de dinero utilizadas en la incrementación y en el perfeccionamiento de armamentos sean destinadas a promover estudios adecuados para la prevención de futuras catástrofes similares.
Madre amantísima, acrecienta en el mundo el sentido de pertenencia a una única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a todos, para que, con un espíritu fraterno y solidario, salgamos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria. Anima la firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio y la constancia en la oración.
Oh María, Consuelo de los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados, haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad.
Nos encomendamos a Ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Amén.