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13 jul 2013

ENCUENTROS EUCARISTICOS 3


LA EUCARISTÍA ES PRESENCIA Y ENCUENTRO CON JESÚS

3.1. OBJETIVO: Que el niño reconozca la presencia real y efectiva de Jesucristo en la Eucaristía.

3.5. TEXTOS SUGERIDOS

-  Mt 26, 26-29; Lc 22, 19-20; 1Cor 11, 23-27: Relato de la Institución de la Eucaristía.

-  Lc 24, 13ss.: Toda la narración de los discípulos de Emaús es una catequesis eucarística. La primera parte es la iluminación de la Palabra de Dios, por boca de Jesús; la segunda, es descubrir a Cristo resucitado en la fracción del pan, y la tercera, es la proclamación entusiasta de la resurrección del Hijo de Dios.

-  Mt 28, 20: La promesa de Jesús de quedarse con nosotros, se hace realidad en la Eucaristía.

-  Hb 13, 8: Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo.

-  CEC, 1333: En la Eucaristía, el pan y el vino se convierten en Cuerpo y Sangre de Cristo.

-  CEC, 1373-1377: Cristo está presente de múltiples maneras en la Iglesia, pero sobre todo bajo las especies eucarísticas.

-  CEC, 1378-1381: El culto de adoración a la Eucaristía no sólo durante la Misa, sino también fuera de la celebración.

-  TB, 7-17: Creemos en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.

3.3. IDEAS FUERZA

-  El ser humano siempre ha querido ver a Dios.

-  Jesús se hace hombre para compartir con nosotros su vida divina.

-  Se hace carne para poderlo contemplar, tocar y alimentarnos de Él.

-  Jesucristo instituye la Eucaristía y el Sacerdocio para perpetuar su presencia entre nosotros.

-  Jesús, presente en el sacramento de la Eucaristía con su Cuerpo y Sangre, es el mismo de ayer, hoy y siempre.

-  Los Apóstoles y otros muchos testigos de la resurrección de Jesucristo tuvieron el privilegio de verlo, tocarlo, presenciar los milagros, escuchar sus palabras, verlo morir y contemplarlo resucitado. Todo esto, la Iglesia lo

experimenta en la Eucaristía.

-  Después de la resurrección, a los Apóstoles no les fue fácil creer. Los discípulos de Emaús reconocieron a Jesús sólo después de un laborioso camino hacia la Eucaristía; el Apóstol Tomás no creyó hasta que tocó a su Maestro.

Niños

-  No basta ver o tocar, es necesario tener los ojos de la fe. La fe es un regalo del amor infinito de Dios. Con esos ojos podemos ver a Jesucristo en la Eucaristía.

3.4. PARA NIÑOS DE 5 A 7 AÑOS

Los niños más pequeños necesitan conceptos muy concretos, les cuesta trabajo crear símbolos. La idea debería ser inmediata, visual, clara y sencilla. Ellos tienen confianza y creerán fácilmente cuando el catequista les hable de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.

REPRESENTACIÓN CON LOS NIÑOS: MI CASA FAVORITA

Proponemos preparar un cuento con dibujos propios o marionetas hechas de papel.

Preparamos la imagen de Dios como la de un anciano; la de Jesús, su Hijo, como un muchacho muy feliz, y un co-ra-zón con el techo, chimenea, puerta y ventanas de una casa.El cuento actuado podría ser así: Dios estaba triste por la Tierra, porque los hombres estaban enojados entre ellos. Los hombres se portaban mal, había niños desobedientes que no querían estudiar, no se comían lo que su mamá les cocinaba, tiraban basura, lastimaban a

los animalitos, etcétera. Entonces, Dios nos mandó a su Hijo Jesús para que fuéramos sus amigos y arreglar las cosas.

Nació muy pobre, en un establo, después de que muchos no lo quisieron recibir. Su mamá se llamaba María, y su papá, José.

Jesús creció y creció, en casa de sus papás. Luego salió, para decirle a todos que Dios los quiere mucho, y se quedó sin casa; desde entonces está buscando una casa dónde vivir (se preparan varios corazones).

Llegaba al corazón de muchos para vivir para siempre, pero no lo recibían y lo echaban con un puntapié de su corazón (así sucede con otros corazones). ¿Por qué lo echaban, si es tan bueno? Porque no querían platicar con Él ni portarse bien.

Pero Jesús es muy listo e inventó la Misa, para quedarse en la casa que más quería.

Así es: Jesús se quedó en el Pan y el Vino consagrados, para entrar así a la casa que más desea, nuestros corazones (entra en el corazón grande que parece una casa). Ésta es la casa preferida de Jesús, el Hijo de Dios. ¿Quién lo quiere recibir en su corazón?

Cuando ves que comulgan tus papás y hermanos mayores, Jesús entra a sus corazones y allí se queda.

Eso pasa en la Misa: Jesús hace una gran fiesta para que abramos las puestas y las ventanas de nuestro corazón, y lo dejemos vivir ahí para siempre. Así ya no hay peleas ni pereza; si Jesús está en nuestro corazón, todos estamos felices.

Aquí, el catequista puede preparar una hoja para que los niños dibujen y coloreen su propio rostro feliz. También sería divertido para ellos pintar su rostro con una gran sonrisa.

El rostro pintado hará que los adultos pregunten, después de la catequesis, por su enorme sonrisa. El catequista puede ayudarles con la respuesta, por ejemplo: «Estoy feliz porque Jesús está aquí» (señalando su corazón); «la mejor casa de Jesús es mi corazón»; «Estoy feliz, por mi boca recibo a Jesús y Él vive en mi corazón».

3.5. PARA NIÑOS DE 8 Y 9 AÑOS

Sugerimos que los niños preparen con papel blanco una hostia dibujada y recortada por ellos; ésta deberá llevar escrito al reverso: «El Cuerpo de Cristo es para» y el nombre del niño que la preparó.

El catequista llevará una maceta con un poco de tierra. Explicará a los niños que la tierra y el agua producen vida; cómo las semillas brotan después de algunos cuidados y cómo, con un poco de atención, estos brotes producirán frutos. Mientras explica, el expositor podría hacer brotar plantitas hechas de papel o plástico, para facilitar su

manipulación y propiciar que los niños toquen y comenten el hecho.

Después, el catequista aplicará este concepto al Cuerpo y la Sangre de Cristo: ese pan consagrado lo dejó Cristo a todos los bautizados para que surja vida. Por ello, sugerimos que los niños dibujen un corazón y con recortes de papel hagan algo semejante a la explicación hecha con la maceta.

En la Última Cena, Jesús ordenó a sus Apóstoles realizar esta fiesta siempre; es la manera en que Cristo se ha quedado con nosotros, por todos los días.

Como ocurre con la maceta, del corazón que recibe a Cristo en la santa Comunión, brotan obras de vida, luz, paz, justicia, unión, generosidad y amor.

Es muy importante que el catequista propicie la participación de los niños, que digan cuáles son esos brotes que surgen del corazón y los vayan colocando en él con algún adhesivo.

Los niños pondrán el corazón de papel, con la hostia dentro, sobre su pecho; el catequista insistirá en que lo lleven a casa después de la catequesis para que puedan dar razón de lo que llevan puesto; por ejemplo: «Este corazón limpio recibió a Jesús en la hostia consagrada, por eso salen de él plantitas de obras buenas como la amistad, la oración y el estudio». La respuesta puede prepararse para ser memorizada en grupo o justificada con las propias palabras del niño. El catequista debe cerciorarse de que el alumno sepa responder.

4.1. PARA NIÑOS DE 10 A 12 AÑOS:  EL CORAZÓN TIENE OJOS

Sugerimos preparar con los pequeños una mesa eucarística, con abundante «vino» (jugo de uva o una bebida con ese sabor) y harina para preparar un pan ázimo. Para ello, el catequista convenientemente preparará uno o varios panes ázimos con antelación (sólo se necesitan harina de trigo y agua), un poco más gruesos que las tortillas de harina y cocidos ligeramente, sin permitir que se endurezcan.

Se hacen los preparativos para el banquete: se sirven las copas o vasos sobre un bonito mantel; se encienden algunas velas y se canta, como en una gran fiesta.

El catequista explica de qué se trata, con palabras como éstas:

Jesús, el Hijo de Dios, preparó la cena de Pascua con sus Apóstoles; era un banquete muy singular. Les dio de comer un trozo de pan ázimo, es decir, sin levadura, porque éste fue el alimento que tomaron los hebreos al escapar de las manos del Faraón en Egipto, y les dijo: «Tomad y comed todos de él, porque éste es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros» (entrega el pan a los niños para que coman).

Luego, tomó la copa o el cáliz lleno de vino de uva. El vino de uva se utiliza para las fiestas porque pone contentos a todos. Entonces, les dijo: «Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre; Sangre de la Nueva Alianza que será entregada por todos los hombres para el perdón de lo pecados. Haced esto en conmemoración mía» (los niños beben, junto con el catequista).

Jesús pidió a los Apóstoles celebrar este banquete para recordar todo lo que hizo por salvarnos del pecado. Esto lo hacemos en todas las Misas; el sacerdote actúa en nombre de Cristo y con las palabras de la Consagración pide al Espíritu Santo convertir el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor. Así, cuando comulgamos recibimos a Jesús en su Cuerpo y su Sangre; Dios libera nuestros corazones de las cadenas del pecado y unimos nuestra vida a la Vida Eterna.

Para reafirmar la idea, el catequista pedirá a los niños recortar y dibujar un corazón, para ponerlo sobre su pecho. Igualmente dibujarán aparte un par de ojos. El catequista les preguntará: «¿Cómo sabemos que Cristo está presente en su Cuerpo y su Sangre sobre lo que fue pan y vino? Si lo probamos ya consagrado, sigue pareciendo pan y vino. ¿Qué necesitamos para ver el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía? Necesitamos los ojos de la fe, sin ellos no es posible percatarnos. La fe es un regalo de Dios para ver lo que otros no quieren ver».

En este momento, los niños ponen los ojos sobre los corazones, diciendo esta oración: «Jesucristo, quiero recibirte siempre en mi corazón, mediante la Santa Comunión.

Santifica a mi familia y a toda la Iglesia con este Banquete de Luz y Vida eternas. Guíanos siempre a la Verdad y no permitas que nos separemos de Ti. Te reconocemos vivo en la Eucaristía por los ojos de la fe y te vemos realmente presente para adorarte eternamente. AMEN.

ENCUENTROS EUCARISTICOS 2


LA EUCARISTÍA ES VIDA

2.1 OBJETIVO

Que el niño descubra que la Eucaristía es fuente de vida; que en ella Jesucristo nos da vida, y vida en abundancia.

2.2. TEXTOS SUGERIDOS

-  Jn 6: Discurso de Jesús sobre el pan de vida.

-  Jn 15, 1-10: Para tener vida y dar frutos de vida eterna, es necesario permanecer unidos a Jesús, que es la Vid verdadera.

-  CEC, 1346-1347: La liturgia de la Eucaristía comprende dos grandes momentos: liturgia de la Palabra y liturgia de la Eucaristía.

-  CEC, 1348-1355: Desarrollo de la Celebración Eucarística.

-  CEC, 1392: La Eucaristía alimenta nuestra vida espiritual.

-  TB, 41: Jesús Eucaristía es centro de la vida de la Iglesia.

-  TB, 42: La Eucaristía es alimento que sostiene y transforma.

-  TB, 43: La Eucaristía es medicina, antídoto contra la muerte y alimento para vivir siempre en Jesucristo.

2.3. IDEAS FUERZA

-  Jesucristo, el Dios de la Vida, está presente en la Eucaristía y en ella nos comunica su vida divina.

-  Jesús entrega su vida en cumplimiento de la voluntad del Padre.

-  La Eucaristía es un sacrificio: el sacrificio de la Redención y, al mismo tiempo, el sacrificio de la Nueva Alianza.

-  En la Última Cena, Jesús instituye el sacrificio de la Nueva Alianza.

-  El sacrificio en el Antiguo Testamento fue utilizado para salvar a algunos de la muerte o purificarlos del pecado. Ahora, el Padre entrega a su Hijo en sacrificio para que todos tengamos vida plena

-  Para los cristianos es indispensable permanecer unidos a Jesús Eucaristía, a fin de dar frutos de vida eterna. Sin Él, nada podemos hacer.

-  Para obtener la vida eterna, Jesucristo pide alimentarse de su cuerpo y de su sangre.

2.4. PARA NIÑOS DE 5 A 7 AÑOS

Centrados en la metáfora de la vid y los sarmientos (Jn 15, 1-10), los niños participarán en un juego que consiste en tener una gran clavija y un contacto. Hay que preparar una clavija con un largo cable y un contacto donde se pueda enchufar.

Éstos serán de juguete, y de tamaño grande. Se pueden confeccionar con cartón; el «cable» podría ser un lazo (luego habrá qué recordar a los niños que es peligroso jugar con cables e instalaciones eléctricas reales).

El cable de la clavija ha de llegar hasta uno de los niños. Todos se toman de las manos para simular el paso de la electricidad.

El catequista será el centro de la atención, para explicar las reglas del juego: mientras la clavija esté desconectada, todos estarán como muertos, sin vida, dormidos...

Cuando la clavija se conecte, los niños se moverán, siempre tomados de la mano, como si pasara a través de ellos una fuerte descarga eléctrica que los sacude violentamente. Cuando el catequista o alguien destinado por él desconecte la clavija, todos se tiran al suelo sin vida, pero siempre tomados de las manos.

El catequista irá describiendo cómo, cuando no hay electricidad, los aparatos eléctricos no funcionan, no hay luz en las casas, no se puede encender la televisión, no enfría el refrigerador, no calienta el horno de microondas, etcétera. Hace falta que haya electricidad para que todo tenga «vida».

El catequista irá diciendo luego frases como «para ver la “tele” se necesita electricidad»; en ese momento se «conectará» la clavija, todos se levantarán y se pondrán en movimiento. Luego continuará: «Pero cuando falta la electricidad, no se puede ver “tele”»; en ese momento se «desconectará» la clavija y todos caerán o se sentarán como sin vida. Esto se repetirá varias veces, refiriéndose a diferentes aparatos eléctricos.

Mientras el catequista va narrando, otra persona «conecta» y «desconecta» la clavija, teniendo el contacto bien visible para todos los niños.

Luego se hará la vinculación con el tema central: «Así pasa cuando estamos unidos a Jesús, Él nos da vida. Pero si no estamos unidos a Él, no podemos tener vida. Jesús es el contacto; nosotros, los aparatos que necesitamos de su energía».

Se dibuja o representa un altar y al pie se pone el contacto, que es la fuente de poder.

Otra vez el catequista irá diciendo frases como «cuando vamos a Misa, es como si llegara la electricidad (en ese momento se “conecta” la clavija) y todos tenemos vida».

Luego, puede continuar: «Pero cuando no ponemos atención (la clavija se “desconecta”), no recibimos la electricidad».

Así se referirá a diferentes partes de la Misa, por ejemplo: «Cuando se lee la Palabra de Dios», «cuando nos damos la paz», «cuando se da la Comunión», «cuando salimos para practicar lo que celebramos», etcétera, contrastadas con actitudes negativas, como «no poner atención», «estar distraído», «no ir a Misa», «no hacer caso», «no poner en práctica», etcétera, con lo que la clavija se irá conectando y desconectando del contacto al pie del altar.

Jesús en la Eucaristía nos da su «electricidad», nos comunica su vida (la clavija se conecta y todos los niños se mueven).

2.5. PARA NIÑOS DE 8 Y 9 AÑOS

El catequista expone las ideas principales de este tema, desarrollándolas brevemente. En esta exposición se basarán las respuestas de los niños a las preguntas del siguiente juego, por lo tanto, buscará que en su exposición queden bien claros los puntos, de manera que puedan responder, además de aprender a fuerza de repetición.

GATO (#)

Para este juego (esperemos que muy conocido), se requiere un cartón con el signo de numeral escrito en grande. Por otra parte, se escribirán preguntas en papeletas que quepan en cada espacio a jugar en el «gato». Hay que preparar también dos juegos de seis o siete fichas iguales entre sí (como taparroscas o monedas de diferente denominación. Si se cree conveniente, fichas con el dibujo de un motivo eucarístico, como uvas, panes, cordero, trigo, cáliz, hostias).

Para jugar al «gato» compiten dos equipos. El primero que tenga el turno elige el espacio donde quiere poner su primera ficha, pero antes de ponerla, tendrá qué responder a la pregunta oculta en la papeleta que está en ese espacio boca abajo. Si no sabe responder a la pregunta ni con ayuda de su equipo, y el contrincante sí responde, este último podrá poner su primera ficha sin perder su turno. Si ninguno de los dos sabe responder, ese espacio será marcado con un elemento diferente que indique que ese espacio está «quemado». El equipo que logre hacer una serie de tres con sus fichas (como en el «gato» clásico), será el ganador.

Sugerimos jugar varias veces el «gato» para que, a fuerza de repetición, se reafirmen las ideas en la memoria y en la comprensión. Las respuestas a las preguntas que vienen a continuación, deberán ser estudiadas y conocidas previamente; si no, será difícil que las respondan los niños.

Las preguntas que sugerimos para las papeletas, son las siguientes:

-  ¿Quién es el Pan de Vida? R.- Jesucristo.

-  ¿Qué día se instituyó la Eucaristía? R.- El Jueves Santo, en la Última Cena.

-  ¿Cuáles son los dos grandes momentos de la Misa? R. La liturgia de la Palabra y la liturgia de la Eucaristía.

-  ¿Qué nos pide Jesús para obtener la vida eterna? R. Que nos alimentemos de su Cuerpo y de su Sangre.

-  El sacrificio de Jesús en la Cruz y el de la Misa, ¿son el mismo? R. Sí.

-  ¿Qué necesita el sarmiento para producir fruto? R. Estar unido a la vid.

-  ¿Qué pasa con un sarmiento que produce fruto? R. El Padre lo poda para que dé más fruto.

-  ¿Puede un sarmiento producir fruto separado de la vid? R. No.

-  ¿Cómo alimenta Jesús nuestra vida espiritual? R. Por medio de la Eucaristía.

-  ¿Cuál es el lema del 48º Congreso Eucarístico Internacional? R. «La Eucaristía, Luz y Vida del Nuevo Milenio».

-  ¿Para qué se entrega Jesús en sacrificio? R. Para que nosotros tengamos vida.

-  ¿Por qué es necesario permanecer unidos a Jesús? R. Porque «sin Él nada podemos hacer».

2.6. PARA NIÑOS DE 10 A 12 AÑOS

El catequista expone las ideas principales de este tema, desarrollándolas brevemente.

Esta exposición será la base para las respuestas que los niños den a las preguntas del siguiente juego, por lo tanto, buscará que en su exposición queden bien claros todos puntos y que así los niños puedan responder, además de aprender a fuerza de repetición.

CARAS Y GESTOS

Este juego consiste en representar con mímica, expresiones faciales y corporales, sin hablar en absoluto, la idea que en secreto (estará escrita en papelitos) se da a uno de los participantes, quien debe hacer que su equipo adivine la palabra o frase de que se trata.

El equipo que, en un tiempo determinado, logre adivinar más conceptos, será el ganador. Obviamente, primero participa un equipo y luego otro, midiendo a uno y a otro el tiempo con un reloj (sugerimos tres o máximo cinco minutos, para que ambos jueguen varias veces en esta sesión).Jugar varias veces, repitiendo las preguntas, ayudará a los niños a reafirmar las ideas en la memoria y en la comprensión.

Como variante, se puede jugar a los «garabatos»: en lugar de emplear la mímica, se pueden utilizar papeles en blanco (sugerimos un cuarto de tamaño carta, porque se utilizarían muchos) y ahí hacer dibujos (no letras) que los miembros del equipo verán para, a partir de ellos, adivinar el concepto o formar la frase. Quien hace los dibujos (garabatos) no podrá hablar ni escribir palabras.

Sugerimos algunas palabras y frases que adivinar, aunque el catequista, según las circunstancias y de acuerdo con los textos e ideas sugeridos, puede cambiarlas o añadir otras:

-  «Yo soy el Pan de la vida».

-  «Yo soy la vid y ustedes los sarmientos».

-  La Eucaristía.

-  El Sacrificio.

-  La Eucaristía es medicina.

-  La Misa.

-  Jesús es víctima, sacerdote y altar.

-  La Comunión nos da vida.

-  La Eucaristía nos da vida eterna.

-  Jesús es el Dios de la vida.

-  La Misa es un sacrificio.

-  La Eucaristía es fuente de vida.

-  «La Eucaristía, Luz y Vida del Nuevo Milenio».

ENCUENTROS EUCARISTICOS 1


LA EUCARISTÍA ES LUZ

 OBJETIVO: Que el niño descubra la relación entre el concepto de ‘luz’ y la Palabra de Dios en la Celebración Eucarística, para que participe más consciente y activamente en la Misa.

 TEXTOS SUGERIDOS

-  Ex 13, 20-22: Dios guiaba a su pueblo desde una columna de fuego.

-  Sal 118, 105: Tu palabra es luz para mi camino.

-  Jn 8, 12: Jesús dice «Yo soy la luz del mundo».

-  Hch 26, 12ss: Pablo narra su encuentro transformador con Jesucristo Luz.

-  Ef 5, 8-9: Somos hijos de la luz e hijos del día.

-  LG, 1: Cristo es la luz de los pueblos.

-  CEC, 242: Decimos en el Credo que Jesús es «luz de luz».

-  CEC, 748: La Iglesia no tiene otra luz que la de Cristo.

-  CEC, 1216: Por el Bautismo somos hijos de la luz.

-  TB, 1-6: Presentación del Texto Base.

 IDEAS FUERZA

-  En el Antiguo Testamento, Dios guía a su pueblo hacia la tierra prometida,mediante la columna de fuego del Éxodo.

-  La Palabra de Dios es luz que guía el camino de nuestra vida.

-  Jesús se presenta como la luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.

-  El encuentro transformador con la Palabra de Dios nos convierte, a su vez, en luz para iluminar al mundo por medio de nuestras buenas obras. La vida del cristiano, alimentada por la Palabra y la Eucaristía, es como una lámpara colocada en lo alto para iluminar.

-  La verdad es luz, la mentira es sombra (oscuridad).

-  La liturgia de la Palabra en la Misa es la luz que ilumina el camino para la vida del cristiano. Lo ayuda a descubrir la voluntad de Dios y su plan de salvación.

-  La Palabra de Dios que se proclama en la Eucaristía es transformadora y prepara a toda obra buena (cfr. 2Tim 3, 16-17).

PARA NIÑOS DE 5 A 7 AÑOS

Cada niño elabora un girasol con los materiales que tenga a su alcance y con ayuda del catequista; sugerimos que se haga como aparece en el dibujo.

Subrayamos que el girasol es una flor que vive y se desarrolla moviéndose, para estar siempre de cara al sol.

La luz del sol da vida al girasol, y no sólo a él sino a todos los seres vivientes.

El girasol está triste y apagado cuando el sol se oculta, durante la noche. Al despertar el nuevo día, el girasol se levanta y voltea su cara hacia el oriente, donde sale el sol: la alegría regresa a él. Durante el día, la flor gira en su tallo para ir siguiendo la luz del sol.

Gracias a la luz del sol, sus colores brillan intensamente y dan alegría.

Cuando hay luz vemos claramente, descubrimos lo bello de las cosas que Dios ha creado. Cuando la luz del sol está presente no tenemos miedo, nos sentimos seguros, reconocemos a nuestros papás, hermanos y amigos, sabemos dónde están. Habiendo luz, podemos jugar, pintar, recortar, ir a la escuela. De noche, no nos queda mas que dormir.

 

SEGUIMOS EN ORACIÓN DE CONTEMPLACIÓN.

 Les mostramos una foto de los girasoles y les contamos que ellos siempre giran para mirar al sol.... buscan la luz del sol, quietitos en su lugar y en silencio... Así podemos hacer nosotros, quietitos en el lugar y en silencio, miremos a Jesús (o a María o la imagen que uds decidieron que van a contemplar). ¡SOMOS GIRASOLES QUE BUSCAMOS TU LUZ JESÚS!

               TEATRO CON LOS NIÑOS

Se trata de una obrita para los niños y actuada por ellos mismos. No necesitamos escenario más que el lugar de reunión.

PERSONAJES

Narrador.

Sol (Jesús).

Girasoles (niños).

PRIMERA ESCENA

NARRADOR. El sol está por salir. En el campo hay muchos girasoles que quieren ver al sol,pues el sol es su mejor amigo.

SOL (que aparece). Hola, Girasoles, buenos días; levántense, ya es hora.

GIRASOLES. Buenos días, Sol.

SOL. Los veo muy contentos. ¿Por qué están tan contentos?

GIRASOLES. Porque ya es de día.

SOL (moviéndose; los Girasoles giran para estar siempre de cara a él). ¿Por qué me siguen?

GIRASOLES. Porque te queremos mucho.

SOL. ¿Tienen frío?

GIRASOLES. No.

SOL. ¿Tienen miedo?

GIRASOLES. No

SOL. ¿Quieren ser mis amigos?

GIRASOLES. Sí.

SOL. Pues entonces, síganme (El Sol sigue moviéndose hasta que se oculta).

SOL. Buenas noches, Girasoles.

GIRASOLES. Buenas noches, Sol.

SOL. ¿Me van a extrañar?

GIRASOLES. Sí.

SOL. Mañana nos vemos.

GIRASOLES. Sí.

SOL. A dormir.

SEGUNDA ESCENA

El catequista pondrá al centro del Sol un rostro de Jesús, como se muestra en el dibujo, y tendrá preparados, con dibujos o recortes, un cáliz y una hostia (detrás de estos signos se ocultará EL SOL).

NARRADOR. Es domingo, día de ir a Misa. Jesús nos espera.

JESÚS-SOL (que aparece). Buenos días, niños.

NIÑOS. Buenos días, Jesús.

JESÚS. Los veo muy contentos. ¿Por qué están tan contentos?

NIÑOS. Porque es domingo.

JESÚS. ¿Por qué vienen a Misa?

NIÑOS. Porque te queremos mucho.

JESÚS. ¿Están solos?

NIÑOS. No.

JESÚS. ¿Están sus papás aquí?

NIÑOS. No.

JESÚS. ¿Quieren invitarlos?

NIÑOS. Sí.

JESÚS. ¿Quieren ser mis amigos?

NIÑOS. Sí.

JESÚS. Pues entonces, síganme (Jesús se mueve y los niños lo siguen, hasta que se oculta detrás de los signos eucarísticos).

JESÚS. No se pongan tristes; aquí me quedo con ustedes. No tengan miedo. Nos vemos el próximo domingo.

NIÑOS. JESÚS, te queremos mucho (aplausos o canto).

NARRADOR (al final). Algo semejante sucede en la Eucaristía. Todos los hijos de Dios somos los girasoles; la Eucaristía es la luz del sol que nos hace vivir, que nos mantiene en paz y alegría con los hermanos.

PARA NIÑOS DE 8 Y 9 AÑOS

El catequista preparará unas citas bíblicas. Si es posible, en su momento pedirá a los niños que busquen las citas y las lean; así se ejercitarán en el manejo de la Biblia.

Los niños se distribuyen en círculo, y el catequista, con la Biblia en la mano, se coloca al centro. Al azar designa a un niño para que lea un texto de la Biblia. Mientras se está leyendo en voz alta para todos, otro niño, del lado oriente, levantará la figura de un sol que pasa sobre el grupo y, cuando termine de leer y diga «Palabra de Dios», el catequista tomará la Biblia y la cerrará en la presencia de todos. Al momento que se cierra la Biblia, el sol se ocultará. Se recomienda realizar este gesto hasta cuatro o cinco veces, para que quede claro que cuando se proclama la Palabra de Dios, Dios se hace presente, como luz en medio de nosotros.

Al terminar esta primera parte, el catequista preguntará a todos los niños: «¿Qué tenemos qué hacer para que el sol salga de nuevo?» En ese momento, detrás de cada uno de los niños se pondrá en una papeleta (si es

posible dentro de un sobre) una de las obras de misericordia (cfr. Mt 25, 34-36).

Los niños pueden responder ahora libremente a la pregunta planteada.

Luego, el catequista indica a los niños que tomen la papeleta que está detrás de ellos, en la que encontramos la respuesta de Jesús (las obras de misericordia: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, hospedar al forastero, vestir al desnudo, visitar al enfermo y visitar al encarcelado).

Cada niño leerá en voz alta la papeleta que le tocó (algunas se pueden repetir). El catequista dirá: «No basta decir, hay que hacerlo». Entonces invitará a los niños a representar cada obra de misericordia, como se indica en los dibujos.

Cada vez que el catequista repita una obra de misericordia, el niño tendrá qué asumir esa posición corporal.

Cuando los niños asuman correctamente cada posición, saldrá el sol de nuevo (el sol que se había levantado al leer los textos de la Biblia).

El catequista aterrizará la dinámica uniendo la presencia de Dios en la lectura de la Biblia en Misa, con el ejercicio de las buenas obras.

Por último, se planteará a los niños otra pregunta: «¿Qué otras cosas podemos hacer para que Jesucristo, Sol que nace de lo alto, surja e ilumine nuestra vida?»

Los niños responderán libremente; sus respuestas podrán ser: estudiar, ayudar a sus papás en los quehaceres de la casa, arreglar su cuarto... pero que sea una respuesta propia de ellos.

PARA NIÑOS DE 10 A 12 AÑOS

La dinámica se realizará bajo la forma de un concurso, en el que los niños, agrupados en dos equipos, contestarán preguntas. El catequista expone el tema y explica que la Palabra de Dios es luz que nos ilumina en la Eucaristía. Explica la primera parte de la Misa, refiriéndose a los textos indicados antes, y destaca la importancia de la Palabra en relación con la luz.

Las preguntas que serán contestadas tienen relación con los textos leídos, en los que se relacionan la luz de la Palabra y de la Eucaristía; el catequista se puede basar en los artículos sugeridos del Catecismo de la Iglesia Católica.

La competencia será por puntos; todos aguardarán su turno para contestar. Los niños traerán una velita que encenderán cuando su respuesta o su actividad sean correctas; ganará el equipo que tenga más velas encendidas.

El catequista escribe las preguntas en papelitos cerrados que el niño va tomará al azar.

Las preguntas pueden ser como las siguientes (las acompañamos aquí de las respuestas correctas):

-  ¿Cómo se llama la primera parte de la Misa? R. Liturgia de la Palabra.

-  Actividad: buscar y proclamar el Salmo 118, versículo 105.

-  Entonar un canto de respuesta a la Palabra que se proclama en la Misa. R. Por ejemplo, «Tu Palabra me da vida».

-  ¿Cómo se llama la vestidura que usa el sacerdote para la Misa? R. Alba, estola y casulla.

-  ¿Cómo se responde a «el Señor esté con ustedes»? R. «Y con tu espíritu».

-  Di una oración de la Misa para pedir perdón. R. Por ejemplo, «Yo confieso...», «Señor, ten piedad...»

-  ¿Cómo inicia la Misa? R. «En el nombre del Padre...»

-  ¿Cómo tengo que disponer mi cuerpo y mi espíritu para escuchar la Palabra de Dios? R Bien sentado, con la espalda recta, cabeza levantada, boca cerrada y mi mente y mi corazón dispuestos a escuchar.

-  ¿En qué lugar del templo se lee la Palabra de Dios? R. En el ambón.

-  ¿De dónde se toman las lecturas que proclaman en la Misa? R. De la Sagrada Escritura (la Biblia).

-  Antes de la proclamación del Evangelio trazamos tres cruces. ¿Dónde? R.

Sobre la frente, sobre la boca y sobre el pecho.

-  ¿Qué significan las cruces que trazamos sobre la frente, la boca y el pecho antes de la proclamación del Evangelio? R. Le pedimos al Señor que purifique nuestra mente, nuestros labios y nuestro corazón.

-  Actividad: cantar la aclamación que va antes de proclamar el Evangelio. R.

«Aleluya».

-  ¿Qué se canta antes de proclamar el Evangelio durante la Cuaresma? R. «Honor y gloria a ti, Señor Jesús».

¿Qué posición corporal se debe asumir cuando se lee el Evangelio? R. De pie.

-  ¿Por qué hay velas encendidas durante la Misa? R. Porque la vela encendida es signo de la presencia de Dios.

-  ¿Cuáles son los cuatro colores litúrgicos? R. Morado, blanco, rojo y verde.

-  ¿Qué significa cada color litúrgico? R. Morado, preparación para la fiesta o penitencia; blanco, fiesta; Rojo, el fuego del Espíritu Santo o la sangre de los mártires; verde, tiempo ordinario.

-  ¿Qué respondemos a «lectura del Santo Evangelio según San Mateo»? R.«Gloria a ti, Señor».

-  Cuando el sacerdote termina de leer el Evangelio, dice «Palabra del Señor».

¿Qué se responde? R. «Gloria a ti, Señor Jesús».

-  Cuando el lector dice «Palabra de Dios», ¿qué se responde? R. «Te alabamos, Señor».

Como variante, en las respuestas incorrectas podría apagarse una vela ya encendida.

La repetición ayudará a los niños a retener estos conceptos en su memoria.