12 abr 2013

Amar es crecer


HEMOS CREIDO EN EL AMOR DE DIOS: ASI PUEDE EL CRISTIANO EXPRESAR LA OPSION FUNDAMENTAL DE SU VIDA. NO SE COMIENZA A SER CRISTIANO POR UNA DECISIÓN ETICA O UNA GRAN IDEA, SINO POR EL ENCUENTRO CON UN ACONTESIMIENTO, CON UNA PERSONA, QUE DA UN NUEVO ORIZONTE A LA VIDA Y, CON ELLA, UNA ORIETACION DECISIVA….                                                                                                                        (DEUS CARITAS EST 1)

LECTURAS BIBLICAS PREVIAS: 1 JN 4,7-8 Y JN 13,34-35.1 cor 13,1-7.13.

Cada familia lee  “amar es crecer” y juntos piensan una afirmación sobre el amor, también pueden acompañar con alguna foto, dibujo o imagen de revista que lo ilustre, recetas de amor, poesías, cuentos, relatos de historias familiares y todo lo que se inspire el tema …  
          +  Dios es amor.        
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                                                                        Amar es crecer
PREÁMBULO DEL AMOR:

NOS, LOS REPRESENTANTES DE ESTA CATEQUESIS, CON EL OBJETO DE CONSTITUIR A LA UNIÓN UNIVERSAL, CONSOLIDAR LA PAZ INTERIOR, PROVEER A LA DEFENSA COMÚN,ACABAR CON LA SOLEDAD, PROMOVER EL BIENESTAR GENERAL, ASEGURAR LA VERDADERA LIBERTAD, Y DEJAR LA JUSTICIA EN MANOS DEL AFECTO. PARA NOSOTROS, PARA CREAR UNA POSTERIDAD MEJOR, Y PARA TODA HUMANIDAD QUE QUIERA HABITAR EN LAS REGIONES DEL AMOR, INVOCANDO LA PROTECCIÓN DE DIOS, FUENTE DE TODA VERDAD Y JUSTICIA. ESCRIBIMOS Y SUGERIMOS ESTA CONSTITUCIÓN PARA DIFUNDIRLA Y DEFENDERLA ANTE EL MUNDO ENTERO.

ART. 1: queda decretado el estado de amor permanente, para que los niños jueguen de la mano de sus padres, para que por siempre reine la sonrisa y para que el sol salga Eternamente.
ART. 2: queda decretada la necesidad de amarnos, porque aún el más fuerte necesita amor, y es el amor el que fortalece a la planta aún verde, y sólo con amor podemos vivir una vida digna.
ART. 3: que el amor no tenga fronteras, que invada todos los territorios y conquiste a los más descreídos y que sea la mejor forma de vida como único recurso de salvación.
ART. 4: que se afiance el amor en todas sus manifestaciones. Ya sea en la amistad, en las familias o en las parejas. Que se establezca en cada casa como código de honor, que se amen los hermanos y que éstos a su vez amen a todos sus hermanos en Jesús, ya que todos formamos la gran familia de Dios.
ART. 5: queda abolida la mentira en todas sus formas, inclusive las máscaras y los miedos, los  alardes de grandeza y los falsos héroes, la humildad hipócrita, la cobardía y la falsedad.
ART. 6: que el amor sea ayudarnos los unos a los otros, codo a codo compartiendo el esfuerzo y sus frutos. Que se fundan las lágrimas de sudor y del dolor con las de alegría sana que celebra la vida. Que cada uno piense en su par y comparta su vida en los buenos y en los malos tramos.
ART. 7: queda comprobada la necesidad de expresar los sentimientos. Decirlos con palabras claras y profundas, demostrándolos en pequeños actos cotidianos, porque no basta con saber que nos aman, necesitamos su manifestación.
ART. 8: queda desterrada la agresión como medida de fuerza, privilegiamos el amor y el diálogo como equivalente y el límite sano que cumpla con su rol de contención, como reemplazante para que nos ayude a crecer.
ART. 9: se establece que amar es también perdonar. Pero perdonar dejando los rencores y las murmuraciones detrás, como unacto cotidiano que forma parte de nuestras vidas. Sabiendo que cuando se perdona se enciende una chispa divina que se desprende del alma y nos regala paz en nuestras conciencias, paz con nosotros mismos y con el prójimo en cálida convivencia.
ART. 10: se defiende la capacidad de “ser”que tenemos por naturaleza. Ser uno mismo, único e irrepetible, estimulando las capacidades y permitiendo que se expresen.
ART. 11: proclamamos, por último, que hay un Dios y queremos compartirlo con todos.No podemos obligar a nadie a que crea en Él, pero podemos pedirles que por lo menos lo intenten, que cierren sus ojos y escuchen el conocimiento oculto que habla en el interior, no dejando que las palabras de la razón confundan la verdad de los  sentimientos y que ella brote de tu corazón.
A  DIOS,  QUE ES  GRANDE Y HUMILDE, SABIO Y PACIENTE, GENEROSO Y TESTIGO DE NUESTRAS ALMAS, TODO NUESTRO  AMOR QUE ES COMIENZO DE ESTA  GRAN HISTORIA  .       

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CONVERSAMOS ENTRE TODOS :
*CRECEMOS EN EL AMOR CUANDO ..............................................................
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            

Jesus esta pasando por aqui

http://youtu.be/kNNE2FYvV74

8 abr 2013

Educar para el amor


Por Maritchu Seitun | Para LA NACION
El amor se aprende: saber dar y recibir amor, saber reconocer al otro como alguien separado de nosotros, demostrar y actuar el amor son aptitudes que se aprenden de aquello que hemos vivido en casa: cómo fuimos queridos en la infancia, la forma en que se querían nuestros padres y otras personas cercanas. Los cuidados también se aprenden: podemos y sabemos cuidarnos porque fuimos cuidados.

Lo que toda la vida fue suficiente para "saber" acerca del amor hoy, lamentablemente, no alcanza. Los padres tenemos que hablar con nuestros hijos, instruirlos acerca de estos temas ya que el medio tiende a llevarlos, a medida que crecen, hacia modalidades de relaciones de un tipo muy diferente, en las que el otro es más un objeto de uso que una persona. Son relaciones de tipo parcial: una boca para besar, un cuerpo para "transar" o para tener relaciones sexuales porque todos las tienen. a veces no saben el nombre del otro, pero se les ofreció y entonces aceptan. También se ven sometidos desde chicos a estímulos para los que no están preparados, que normalizan conductas no necesariamente normales, tanto en los medios como a través de Internet. Y se complica más todavía con el inicio temprano del uso de bebidas alcohólicas, ya que éstas diluyen la conciencia moral y los controles internos.

Alrededor de los 11 años (más tarde puede ser tarde) hablemos con ellos de lo que aprendimos y creemos: que el acercamiento y el amor debería darse entre personas enteras. Es la modalidad en la que nosotros fuimos educados y ¡era buena! Los padres podemos y debemos hablar de lo que pensamos al respecto, también podemos vigilarlos (en el sentido de vigilia: estar atentos, no con vigilancia policial) para ir "soltándolos" a medida que los vemos listos y maduros. Algunas ideas:
Hablemos con nuestros hijos de la sexualidad y la reproducción humana y también del amor, del enamorarse como camino de acercamiento al otro.

¡Que sepan que pueden decir que no! Para ello tienen que haber practicado decir que no muchas veces (incluso a nosotros en otros temas) y haber comprobado que el otro no deja de quererlos ante sus negativas.

No usemos el miedo (asustarlos, amenazarlos) como forma de enseñarles y ayudarlos a cuidarse bien.

Tengamos en cuenta que cuidarse bien, en este y en muchos aspectos, se relaciona con una autoestima adecuada.

Estemos disponibles para atender sus consultas: ¡probablemente elijan el momento más complicado para nosotros!

Otro tema que ayuda a fortalecer sus personas y a demorar el inicio de relaciones sexuales tempranas es educar los en la responsabilidad desde chicos, que sepan que sus actos tienen consecuencias y que se atengan a ellas. Por último, es importante educarlos en el valor de la vida y en el disfrutar de cada etapa.

Asumamos nuestra responsabilidad de adultos, acompañándolos hasta que ellos lo sean, hasta que los veamos responsables y con capacidad de hacerse cargo de sus vidas y de sus decisiones.

La autora es psicóloga y trabaja con niños y adolescentes

 

MENSAJE EUCARÍSTICO DE LA APARICIÓN DE FÁTIMA

Sr. María José Socías,

Existe una relación íntima entre la Virgen Santísima y la Eucaristía, “Si no fuera por la Virgen María no tendríamos la Eucaristía” ¿Por qué? La razón es la Encarnación. Dios quiso que el Redentor de la humanidad se hiciera uno de nosotros, y lo hizo a través de María Santísima. Desde la Anunciación la relación de la Virgen con su Hijo no ha cambiado. En la Encarnación y por los siguientes nueve meses María se convirtió en el “Tabernáculo vivo” donde el Hijo de Dios puso su morada. Ella es la nueva “Arca de la Alianza” donde moró el “el Pan del Cielo.” Siendo su Madre, continúa siendo la Madre de la Divina Gracia, a través de quien Él continua derramando sus gracias sobre la humanidad.

En Redemptoris Mater JPII nos dice: “ María guía a los fieles a la Eucaristía.”
Así como vemos en el Evangelio que los pastores y los reyes encontraron a Jesús junto a su Madre , así mismo la Madre procura llevarnos al encuentro de su Hijo vivo y presente en el Sacramento del amor.

De Ella el Redentor tomó el “cuerpo y la sangre” como nos dice SS Pablo VI al finalizar su encíclica dedicada a la Eucaristía (Mysterium Fidei) con estas palabras:
“La Santísima Virgen María, de la que Cristo Señor tomó aquella carne, que en este Sacramento, bajo las especies del pan y del vino, se contiene, se ofrece y se come81, y todos los santos y las santas de Dios, especialmente los que sintieron más ardiente devoción por la divina Eucaristía, intercedan junto al Padre de las misericordias, para que de la común fe y culto eucarístico brote y reciba más vigor la perfecta unidad de comunión entre todos los cristianos.”


Su Santidad el Papa JPII en su carta encíclica “Ecclesia de Echaristia” nos lleva a contemplar a María ya que al verla a Ella podemos conocer la fuerza transformadora que tiene la Eucaristía:
“Pongámonos, sobre todo, a la escucha de María Santísima, en quien el Misterio eucarístico se muestra, más que en ningún otro, como misterio de luz. Mirándola a ella conocemos la fuerza trasformadora que tiene la Eucaristía. En ella vemos el mundo renovado por el amor. Al contemplarla asunta al cielo en alma y cuerpo vemos un resquicio del « cielo nuevo » y de la « tierra nueva » que se abrirán ante nuestros ojos con la segunda venida de Cristo. La Eucaristía es ya aquí, en la tierra, su prenda y, en cierto modo, su anticipación: « Veni, Domine Iesu! » (Ap 22, 20).”


La Iglesia, el Magisterio Pontificio nos hablan constantemente de esta relación íntima entre la Virgen María y la Eucaristía.

Santuarios Marianos
Al mismo tiempo cuando leemos y estudiamos las visitas de María Santísima a la humanidad nos percatamos que los Santuarios Marianos son lugares netamente Eucarísticos. Si leemos con atención los mensajes de la Virgen todos buscan llevarnos de regreso al amor de Dios y de forma particular a la Eucaristía. En la mayoría de sus apariciones pide que se construya una Iglesia o Capilla, ¿para qué? Para que vayamos al Corazón Eucarístico de Jesús.


Un lugar en el que podemos percibir esta realidad es en Fátima. La Virgen pidió el 13 de Octubre de 1917 que se hiciera una capilla en honor suyo : -¿Qué es lo que usted quiere? -"Quiero decirte que hagan aquí una capilla en honor mío, que soy la Señora del Rosario.”  En esa Capilla, como en la Basílica , se celebra el Sacrificio Eucarístico todos los días y Jesús Sacramentado es adorado por todos los que allí van.

Nuestra Señora en Fátima, como lo atestiguan muchos, se presentó como catequista. Nos vino a recordar verdades esenciales de nuestra fe y al mismo tiempo advertirnos de las consecuencias y repercusiones que tendría en el mundo si su mensaje no era escuchado.

El Ángel, la Virgen y la vida de los pastorcitos nos revelan el mensaje Eucarístico de Fátima el cual tiene un contexto particular, y este es la reparación. Así lo expresó el que fuera Obispo encargado de la diócesis de Fátima, Monseñor Venancio, cuando se le pidió que hiciera un resumen del mensaje de la Virgen, el dijo: “Reparación, reparación, reparación, y especialmente reparación Eucarística.”

El Mensaje del Ángel
El Señor en su divina pedagogía siempre busca preparar los corazones para hacerlos receptivos a sus palabras. Cuando él quiso enviar a María Santísima a Fátima con un mensaje tan urgente para la humanidad, prepara la venida de María con la visita del Ángel de la Paz, quien a su vez prepara el corazón de los niños llevándoles a la oración y a la Eucaristía.


Primera aparición del Ángel
Al llegar junto a nosotros dijo: "No temáis. Soy el Ángel de la Paz. ¡Orad conmigo!"
Y arrodillado en tierra inclinó la frente hasta el suelo. Le imitamos llevados por un movimiento sobrenatural y repetimos las palabras que oímos decir:
"Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman".
Después de repetir esto tres veces se levantó y dijo: -"Orad así. Los Corazones de Jesús y María están atentos a la voz de vuestras suplicas."

La primera oración que el ángel les enseña a los niños es una oración de reparación, que en su contexto mas profundo es una oración de reparación Eucarística. Oración en la que profesamos nuestro amor, fe y confianza y al mismo tiempo pedimos perdón por aquellos que no lo hacen así. Suplimos con nuestro amor por aquellos que no aman, no creen, no adoran ni esperan en Dios.

Segunda aparición del Ángel
"¿Qué estáis haciendo? ¡Rezad! ¡Rezad mucho! Los corazones de Jesús y de María tienen sobre vosotros designios de misericordia. Ofreced constantemente oraciones y sacrificios al Altísimo!"
-¿Cómo hemos de sacrificarnos?, pregunté.
"De todo lo que pudierais ofreced un sacrificio como acto de reparación por los pecados cuales El es ofendido, y de suplica por la conversión de los pecadores. Atraed así sobre vuestra patria la paz. Yo soy el Ángel de su guardia, el Ángel de Portugal. Sobre todo, aceptad y soportad con sumisión el sufrimiento que el Señor os envíe."
Estas palabras hicieron una profunda impresión en nuestros espíritus como una luz que nos hacía comprender quien es Dios, como nos ama y desea ser amado, el valor del sacrificio, cuanto le agrada y como concede en atención a esto la gracia de conversión a los pecadores.
Por esta razón, desde ese momento, comenzamos a ofrecer al Señor cuanto nos mortificaba, repitiendo siempre la oración que el Ángel nos enseñó.

Este mensaje del ángel fue como una luz que iluminó a esos niños haciéndoles comprender no sólo el amor de Dios sino también como les veía Dios a ellos. Sus corazones estaban dispuestos y movidos por el amor.


Tercera aparición del Ángel
Estando allí apareció por tercera vez, teniendo en sus manos un Cáliz, sobre el cual estaba suspendida una Hostia, de la cual caían gotas de sangre al Cáliz. Dejando el Cáliz y la Hostia suspensos en el aire, se postró en tierra y repitió tres veces esta oración:
"Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María te pido la conversión de los pobres pecadores".
Después levantándose tomó de nuevo en la mano el Cáliz y la Hostia. Me dio la Hostia a mi y el contenido del Cáliz lo dio a beber a Jacinta y Francisco, diciendo al mismo tiempo:
-"Tomad el Cuerpo y bebed la Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios."
De nuevo se postró en tierra y repitió con nosotros hasta por tres veces la misma oración: Santísima Trinidad....y desapareció.

En esta última aparición el ángel no solo lleva a los niños a contemplar la Eucaristía sino que les hace recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor como fuente de gracia y fortaleza para la misión que les sería encomendada por la Virgen Santísima y al mismo tiempo imprime cada vez mas en sus corazones la necesidad de hacer reparación y sobre todo reparación Eucarística.


El Mensaje de la Virgen:

El 13 de Mayo de 1917 la Santísima Virgen dio inicio a una serie de visitas a los pastorcitos. En su primera aparición la Virgen le pide a los niños que se ofrezcan como sacrificio:
-"Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que El quisiera enviaros como reparación de los pecados con que El es ofendido y de suplica por la conversión de los pecadores?"-Si queremos. Respondieron
-"Tendréis, pues, mucho que sufrir, pero la gracia de Dios os fortalecerá"
Esa petición de nuestra Señora me hace pensar en el mensaje que nos da San Pablo a todos en Rom 12,1:
“Os exhorto, pues , hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual.” En otras traducciones de la Sagrada Escritura nos dice ofrecernos como “hostias vivas”... Esta disposición de los niños al sufrimiento fue la llave para que Dios derramara sobre ellos gracias sobreabundantes que se tornaron no solo en la santificación de sus almas sino también en el bien de la humanidad.
Pero no fue hasta el año 1925 cuando la Santísima Virgen le dijo a Sor Lucía que para que el mundo alcanzara la paz era necesario la comunión reparadora de los cinco primeros sábados. El ofrecimiento del Sacrifico Eucarístico en reparación por las ofensas recibidas. Es el ofrecimiento del “Cuerpo y la Sangre, el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo en expiación por nuestros pecados y los del mundo entero”.


10 de diciembre de 1925: Inmediatamente dijo Nuestra Señora a Lucía
"Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tu, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación"

El mismo Señor se da a si mismo como remedio para los males que amenazan a la humanidad. Si tan solo escuchásemos la voz de nuestra Señora que nos invita a ofrecer la comunión, su propio Hijo... en reparación al Señor para que, como bien le dijo a los niños: "Que no se ofenda mas a Dios Nuestro Señor, que ya es muy ofendido."

Los Pastorcitos y la Eucaristía
En la vida de los pastorcitos se manifiesta esta profunda vivencia del misterio de la Eucaristía.
En el momento de las apariciones tanto del ángel como de la Virgen la única que había recibido su primera comunión era Sor Lucía. Ella fue la fuerza motora que utilizó el Señor para hacer crecer el amor y la devoción a “Jesús escondido” ( como le llamaban al Señor) en el corazón de sus pequeños primos aun antes de las apariciones .


Sor Lucía
Sor Lucía tuvo la gracia de recibir la Sagrada Comunión cuando apenas tenía 6 años de edad. Tenemos que situarnos en el momento histórico. No fue hasta el 1910 que el Papa San Pío X en el Decreto “Quam singulari” señaló la importancia de la comunión frecuente y que los niños fuesen capaces de recibir la Santa Comunión en la edad de discreción, es decir tan pronto tuviesen uso de razón.


La madre de Sor Lucía probablemente tuvo conocimiento de esta disposición y por esto ella misma preparó a su hija para recibir la comunión. La madre de sor Lucía al ver que se acercaba el día en el párroco iba a dar la comunión a los niños de la Parroquia pensó que Lucía ya estaba lista para recibirla. La envió a la instrucción que daría el párroco acerca de la comunión y cuando examinaron a la niña, sabía aún mejor que algunos toda la doctrina necesaria para recibir su Primera Comunión. Recibió el permiso y toda la familia se puso manos a la obra para tener todo listo para el día siguiente.

Sor Lucía escribe en sus memorias: “Mi alegría no tuvo explicación. Me fui tocando las palmas de alegría, corriendo todo el camino, para dar la buena noticia a mi madre, que enseguida comenzó a prepararme para llevarme a confesar por la tarde. Al llegar a la iglesia, le dije a mi madre que quería confesarme con aquel sacerdote de fuera. Él estaba confesando en la sacristía, sentado en una silla. Mi madre se arrodilló junto a la puerta, en el altar mayor, con otras mujeres que estaban esperando el turno de sus hijos. Y delante del Santísimo me fue haciendo las últimas recomendaciones.”

El confesor, movido interiormente por la gracia de Dios hizo hacer a Lucía un acto que prepararía su corazón para la venida de la Virgen, ella lo relata así: El buen sacerdote, después de que me oyó, me dijo estas breves palabras:
–Hija mía, tu alma es el Templo del Espíritu Santo. Guárdala siempre pura, para que Él pueda continuar en ella su acción divina.
Al oír estas palabras me sentí penetrada de respeto interiormente y pregunté al buen confesor cómo lo debía hacer.
–De rodillas –dijo–a los pies de Nuestra Señora, pídele con mucha confianza que tome posesión de tu corazón, que lo prepare para recibir mañana dignamente a su querido Hijo, y que lo guarde para Él solo.
Había en la iglesia más de una imagen de Nuestra Señora. Pero como mis hermanas arreglaban el altar de Nuestra Señora del Rosario, estaba acostumbrada a rezar delante de Ella, y por eso allí fui también esta vez, para pedirle con todo el ardor que fui capaz, que guardase solamente para Dios mi pobre corazón. Al repetir varias veces esta humilde súplica, con los ojos fijos en la imagen, me parecía que Ella me sonreía y que, con su mirada y gesto de bondad, me decía que sí. Quedé tan inundada de gozo, que con dificultad conseguía articular las palabrasLa gracia estaba dada, y el corazón de Lucía estaba dispuesto.


La madre de Lucía le dijo que le pidiera al Señor que la hiciese santa, y así lo hizo:
“Entonces le dirigí mis súplicas:
–Señor, hazme una santa, guarda mi corazón siempre puro, para Ti solo.
Aquí me pareció que nuestro buen Dios me dijo, en el fondo de mi corazón, estas palabras:
–La gracia que hoy te ha sido concedida, permanecerá viva en tu alma, produciendo frutos de vida eterna.
¡Cómo me sentía transformaba en Dios!”


Este amor de Lucía por Jesús Sacramentado lo transmitió a sus dos primos Jacinta y Francisco, quienes a su vez crecieron en amor a Jesús Eucarístico. En ambos se despertó un deseo inmenso de recibir a “Jesús escondido”. Lucía se convirtió en la catequista de sus primos. Luego sería la misma Virgen Santísima quien terminara de catequizar a los pastorcitos.

Beato Francisco
De los tres niños, Francisco era el contemplativo y fue tal vez el que más se distinguió en su amor reparador a Jesús en la Eucaristía. Después de la comunión recibida de manos del Ángel, decía: "Yo sentía que Dios estaba en mi pero no sabia como era." En su vida se resalta la verdadera y apropiada devoción católica a los ángeles, a los santos y a María Santísima. Él quedó asombrado por la belleza y la bondad del ángel y de la Madre de Dios, pero él no se quedó ahí. Ello lo llevó a encontrarse con Jesús. Francisco quería ante todo consolar a Dios, tan ofendido por los pecados de la humanidad. Durante las apariciones, era esto lo que impresionó al joven.


Mas que nada Francisco quería ofrecer su vida para aliviar al Señor quien el había visto tan triste, tan ofendido. Incluso, sus ansias de ir al cielo fueron motivadas únicamente por el deseo de poder mejor consolar a Dios. Con firme propósito de hacer aquello que agradase a Dios, evitaba cualquier especie de pecado y con siete años de edad, comenzó a aproximarse, frecuentemente al Sacramento de la Penitencia.

Una vez Lucia le preguntó, "Francisco, ¿qué prefieres más, consolar al Señor o convertir a los pecadores?" Y el respondió: "Yo prefiero consolar al Señor. ¿No viste que triste estaba Nuestra Señora cuando nos dijo que los hombres no deben ofender mas al Señor, que está ya tan ofendido? A mi me gustaría consolar al Señor y después, convertir a los pecadores para que ellos no ofendan mas al Señor." Y siguió, "Pronto estaré en el cielo. Y cuando llegue, voy a consolar mucho a Nuestro Señor y a Nuestra Señora."

Cuando llegaban al colegio, pasaban primero por la Iglesia para saludar al Señor. Mas cuando era tiempo de empezar las clases, Francisco, conociendo que no habría de vivir mucho en la tierra, le decía a Lucia, "Vayan ustedes al colegio, yo me quedaré aquí con Jesús Escondido. ¿Qué provecho me hará aprender a leer si pronto estaré en el Cielo?" Dicho esto, Francisco se iba tan cerca como era posible del Tabernáculo.


Cuando Lucia y Jacinta regresaban por la tarde, encontraban a Francisco en el mismo lugar, en profunda oración y adoración.

Beata Jacinta
A través de la gracia que había recibido y con la ayuda de la Virgen, Jacinta, tan ferviente en su amor a Dios y su deseo de las almas, fue consumida por una sed insaciable de salvar a las pobres almas en peligro del infierno. La gloria de Dios, la salvación de las almas, la importancia del Papa y de los sacerdotes, la necesidad y el amor por los sacramentos - todo esto era de primer orden en su vida. Ella vivió el mensaje de Fátima para la salvación de las almas alrededor del mundo, demostrando un gran espíritu misionero.


Jacinta tenía una devoción muy profunda que la llevo a estar muy cerca del Corazón Inmaculado de María. Este amor la dirigía siempre y de una manera profunda al Sagrado Corazón de Jesús. Jacinta asistía a la Santa Misa diariamente y tenía un gran deseo de recibir a Jesús en la Santa Comunión en reparación por los pobres pecadores. Nada le atraía mas que el pasar tiempo en la Presencia Real de Jesús Eucarístico. Decía con frecuencia, "Cuánto amo el estar aquí, es tanto lo que le tengo que decir a Jesús." "Cuánto amo a nuestro Señor," decía Jacinta a Lucia, "a veces siento que tengo fuego en el corazón pero que no me quema."

Hermanos que nos queme el amor al Corazón Eucarístico de Jesús. Escuchemos la voz de nuestra Madre que nos dice: “amen a mi Hijo, reparen a su Corazón y no le ofendan más.”

!Nuestra Señora de Fátima, ruega por nosotros!


 
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