En estas líneas voy a desarrollar algunos principios
metodológicos acerca del tratamiento de un relato bíblico .
1. Es conveniente que la estructura de las unidades didácticas
tenga un patrón continuo, una estructura constante, que ayude a los alumnos a
situarse y percibir el sentido y la coherencia del trabajo. Han de comenzarse
con actividades iniciales, con las que los alumnos sean conscientes de las
experiencias previas que poseen, relacionadas con los contenidos que se van a
desarrollar, y que las expresen. Después se ha de abordar algún o algunos
relatos bíblicos, y posteriormente actividades de desarrollo (sobre los
contenidos del relato, festivas, de relación con el entorno, de refuerzo y
ampliación, de síntesis,...)
2. El relato bíblico ha de ser el eje vertebrador de cada unidad
en Primaria. Lo que se trabaja antes del relato bíblico está encaminado a él, y
lo que se trabaja después es un desarrollo de los contenidos del mismo.
3. El relato bíblico ha de presentarse y trabajarse mediante
procedimientos variados. La importancia que ha de tener en el proceso didáctico
requiere cultivar toda su fuerza, entre otras maneras diversificando el modo en
el que lo presentemos a los alumnos. A continuación enumeramos algunas
posibilidades:
1. Lectura del / la catequista .
2. Lectura poniendo voces distintas según los personajes.
3. Lectura con personajes repartidos entre los alumnos.
4. La clase repite como coro, intercalada varias veces en el
texto, alguna frase sobre la que se quiere insistir
5. Audición (casete, CD,...)
6. Representación.
7. Cómic
8. Vídeo
9. Marionetas
10. Mimo
11. Sombras chinescas, ext.
El trabajo con el relato
bíblico ha de tener un antes, un durante y un después, con actividades
apropiadas.
En este artículo
desarrollaremos algunas posibilidades de trabajo previas a la presentación del
relato bíblico propiamente dicho (el “antes”). Todo relato bíblico necesita
preparación, motivación, contextualización. Es preciso dedicar algún tiempo a
preparar la imaginación, la motivación, el corazón de los alumnos para una
adecuada recepción.
Señalamos algunos recursos:
1. Una introducción. Ha de ser breve, ha de activar el
interés de los niños.
Nunca ha de anticipar lo que va a ocurrir, y menos aún el
desenlace. Ha de mostrar por qué este relato es importante y merece la pena
conocerlo, suscitar algo de intriga, hacer ver que se va a abordar algo
interesante. Algunas Biblias infantiles incluyen breves introducciones, como “Biblia,
historias de Dios” de PPC.
2. La máquina del tiempo. Para motivar el salto en el
tiempo, e ir a un tiempo fascinante, como es el de los relatos bíblicos. Para
los pequeños, se puede diseñar, o inventar algún protocolo previo de viaje.
3. Ilustraciones, imágenes, dibujos. Para imaginar el
lugar y los detalles. Antes de que el relato entre por los oídos de los
alumnos, poblad su imaginación con imágenes. Del libro de texto, de una Biblia
infantil, de algún cómic, vídeo,... Unas imágenes comentadas, para que se
ubique su imaginación. Un tesoro encontrado... primero poblemos el bosque.
4. Juegos iniciales. Sobre el título del relato
(anagramas a resolver, acróstico, el ahorcado) Sobre los personajes (lo mismo).
Para predisponer afectivamente al relato.
5. Otros sentidos. Los adultos damos excesiva importancia
a los aspectosracionales. Los sentidos son otros caminos de conocimiento. Y
también, excelentes vehículos para que los alumnos se preparen adecuadamente
para el relato que hayamos elegido. Por ejemplo, el oído ¿Qué sonidos habría en
el relato? Sonidos cercanos y sonidos más lejanos. Poblemos el escenario de
sonidos. Y también de olores.
Imaginemos... ¿A qué olería en el escenario bíblico? Por
ejemplo, cuando Jesús está contando la parábola. ¿Y el tacto? ¿Qué tacto
tendrían los objetos que intervienen en la narración? No os extrañéis. El
camino más corto al corazón de los alumnos pasa por la imaginación. Y el camino
más corto a ésta pasa por los sentidos ¿O no?
6. Preguntas sobre la experiencia: ¿Quién se ha
encontrado algo alguna vez por la calle?¿Qué es lo más valioso para ti que
alguna vez has encontrado? ¿Qué es lo que más te alegraría encontrar paseando
en el campo? ¿Y qué es lo que más les alegraría encontrar a tus padres?
Recuerda la vez que más contento /a te has sentido...
Imagina que encuentras un tesoro y tienes que dejar 5 cosas
importantes tuyas, para quedártelo ¿Qué cosas serían? ¿Alguna vez para
conseguir algo bueno has tenido que renunciar a otras cosas? ¿Qué cosas ponen
muy contentas a las personas?, ...
7. Qué ocurrió antes, qué ocurrió después. Pequeñas
referencias temporales, que ubiquen el relato en un antes (otros relatos, otros
personajes que ocurrieron antes) y un después (otras referencias posteriores).
No hace falta que sean referencias inmediatas, sino genéricas, que ayuden
sucesivamente a los alumnos a ubicarse temporalmente.
8. Practicar y recuperar el aspecto narrativo. Contar
historias es un arte. Narrar relatos bíblicos también. Exige predisposición y
algo de entrenamiento, preparación. Una cierta experiencia gozosa con el
contenido y pasión por la educación son los ingredientes necesarios. Y un
espejo, quizás para ensayar ¿No habíamos dicho que los relatos bíblicos son
importantes? ¿No ensayan los actores? Los detalles, la entonación, las pausas,
las miradas, el gesto... todo es poco para un arte imprescindible.