23 ene 2016

Para pensar y meditar:


Cuentan una vez que un niño iba con su padre en el tren. El trayecto duraba unas cuantas horas. El padre se acomoda en el asiento y abre una revista y comienza a leerla. El niño le interrumpe: “¿Qué es eso papá?”El hombre se vuelve para ver lo que señala su hijo y contesta: “Es una granja hijo”. Al recomenzar su lectura otra vez una pregunta: “¿Ya vamos a llegar?”, y el hombre contesta que falta mucho. No bien había comenzado nuevamente a leer su revista cuando otra pregunta le interrumpe. Y así siguieron las preguntas, hasta que el padre buscando como distraer al chico, se da cuenta que en la revista aparece un mapa del mundo. Lo corta en pedacitos y se lo da diciéndole que es un rompecabezas y que lo haga. Feliz se sentó  en su asiento, seguro de que el niño estaría entretenido todo el trayecto. No bien ha comenzado a leer su revista el niño exclama: “Ya terminé”.
“¡Imposible! ¡No me lo puedo creer! ¿Cómo tan pronto?” Pero ahí está el mapa del mundo perfectamente compuesto. Entonces el padre le pregunta: “¿cómo pudiste recomponer el mundo tan rápido?” El hijo contesta: “Yo no me fijé en el mundo, detrás de la hoja está la figura de un hombre, recompuse al hombre y el mundo quedó arreglado…”

Para orar:

Hoy: palabra clave en mi vida de cada día. En este hoy se cumple la Escritura. En este hoy Cristo entra en la sinagoga de mis convicciones para proclamar un nuevo mensaje a la pobreza de mi pensamiento, a los sentimientos prisioneros de aquel deseo quebrado en las ruinas de un cotidiano gris, arrastrado hora por hora, a mi mirada ofuscada por mi horizonte miope. Un año de gracia, de regreso, de bendición. Señor, que mi hoy sea el tuyo, para que ninguna palabra tuya pueda caer en vano en mi vida, sino que todas puedan realizarse como granos de trigo en el surco helado del pasado, capaces de germinar con los primeros vientos de la primavera.

21 ene 2016

SALMO 50: EL MEJOR EXAMEN DE CONCIENCIA

Creo que si querés trabajar en esta cuaresma para tener una buena confesión, la mejor manera es a través del Salmo 50, un salmo nos recuerda que somos pecadores, necesitados de la misericordia del Padre

Antes de introducirnos en un buen examen de conciencia, creo que tenemos que detenernos en el pecado. Siempre me gusta explicar que todos tenemos un pecado dominante, a vos y a mi nos domina un pecado, y uno puede decir: ¿cómo puedo reconocer que tengo un pecado si tengo millones?.

Te puede ayudar la figura del árbol: un árbol tiene hojas, ramas, tronco, raíz.

Cuando me refiero a las hojas me refiero a esos pecados externos, a todos los pecados que te prendes a vos mismo, si no tenes una confesión frecuente o hace mucho que no te acercas a tu interior te creerás que tenes millones de pecados, hasta pones el nombre de pecado a cosas que no son. Los llamo hojas porque crees que son varias pero en el fondo es producto de todo un proceso y toda hoja tarde o temprano cae, se renueva, cambia y también se seca, si recurrís a una confesión frecuente y a un acompañamiento te aseguro que esos pecados son los primeros que caerán.

Por otra parte tenemos las ramas, son menos que las hojas, son esos pecados que no cometes cotidianamente pero tienen más firmeza en tu vida. Los pecados de las hojas aparecen según circunstancias y varían, en cambio aqui son pecados que aparecen en el transcurso de tu vida y basta en hacer una mirada a tu historia para darte cuenta que ese pecado está. A ello se los debe ir trabajando de a poco, pues no es tan sencillo para dejarlo pero si se inicia un camino a través de la oración y de los sacramentos, pueden ser quebrados y cuando una rama es quebrada no produce, lo mismo pasa aquí, si podés controlar ese pecado que aparece en toda la historia de tu vida te llevará a evitar caer en otros pecados.

Luego viene el tronco, donde trabajando tu interior lográs comprender que hay un sólo pecado fuerte que te domina, ese pecado que te domina es uno de los siete pecados capitales, los repasemos:

1) La Gula: Muchas veces se cree que es solo se refiere al comer mucho, pero va más allá. Es el producto de la ansiedad, esa que nos lleva a querer tener las cosas ya. El comer mucho o el comer poco es un acto de escapismo a esa ansiedad que no podemos controlar. Es por ello que para darnos cuenta si es la gula el pecado que nos domina, no es la panza lo que debemos mirar sino si te desesperan las cosas que tenés que hacer.

2) La avaricia: va más allá del tener, Es cuando observamos quee stamos aferrados a las cosas que pueden ser materials o no, como por eje recuerdos del pasado; incluso cuando buscamos retener a las personas. 

3) La Lujuría: Es de lo que se prenden nuestros deseos sexuales y sensuales. Es la búsqueda del placer en sí mismo, que nos llevan a caer en ciertos vicios, cosas que solo nos hacen sentir bien por el momento. Incluso la imaginación junto al desorden afectivo nos hace personas inestables.

4) La envidia: Producto del egoísmo; es donde figura solo el yo. Todo lo centramos en nosotros mismos, incluso a las personas que nos rodean. Buscás que los demás dependan de vos; es tu consuelo y nos llega a sumar con gotas de orgullo. También es muy típico que busquemos aportar cosas en el diálogo para quedar "bien parados" o ser "admirados".

5) La Ira: Es los que de nuestro caráter no podemos controlar. La incapacidad para frenar los enojos y gritos llevandome a cometer una imprudencia en el hablar o en el actuar. Esto es producto de la ira que hay en el corazón, es por ello que debemos lucharlo con la búsqueda de la humildad y aprendiendo a controlar los límites que uno tiene. Para ello necesitamos conocernos y aceptarnos como somos. 

6) La pereza: Es la falta de visión natural a la vida, es como que todo queda allí, la mentalidad chata, es hacer lo que nos piden y nada más. Es poner una excusa a todo y esperar siempre de otro, nunca desear ser protagonista de nada, ni siquiera de nuestra propia vida. Buscamos tirar la culpa siempre a otro y no asumimos la responsabilidad. Esperamos que otro siempre controle la vida y no tomamos determinaciones. Perdemos la visión a futuro sin tener proyectos ni prever nada. 

7) La soberbia: Es el pecado que todo lo quiere controlar y ser igual a Dios. En este último tronco me quedo porque todo tronco depende de la raíz y la soberbia es la raiz de todos los pecados. Acordate que de Luzbel se pasó a diabolós (diablo) a través de la soberbia; él quería ser igual a Dios. En nuestra vida puede pasarnos lo mismo, al querer controlarlo todo pasamos a dejar de lado lo más bello que tenemos, como nuestros dones, a tener el vicio de la soberbia en donde ni siquiera Dios nos interesa. La soberbia te puede llevar a creerte que siempre podés mirar por encima a otros y hasta burlarte de ellos creyendo que podés decir quien sirve y quien no. Te convertís vos mismo en aduanero y decis quien seguro va al cielo y quien no.

En fin, ésta, la soberbia también es raiz de todos los males, todos tenemos un poco de soberbia, la cual nos lleva a uno de los pecados capitales. Fijate si ya sabes qué tronco tenés y a no desanimarse que el golpe de gracia que viene de Dios es el mejor fumigador para que saque de nosotros toda maleza, pero eso si, es un camino. Ánimo que como bien nos dice el sacerdote cuando nos confesamos: "te conceda el perdón y la paz" cuando uno se arrepiente de corazón lo primero sobreviene es la paz. Como nos dice la escritura: Busca la paz y corre tras ella"


Padre Luis Zazano

18 ene 2016

#JESUALIDADES

#JESUALIDADES

Ayer alguien que esta en la costa de vacaciones, me manda un mensaje de Whatsapp donde me dice que fue a una Misa celebrada por el querido "Mamerto Menapace". En la homilía propone un termino "No hay casualidades, sino "Jesulidades" ".

Me pareció muy acertada, mas que nada porque me trajo a acotación un recuerdo de alguien que una vez me dijo, en una etapa de discernimiento; "LA CASUALIDAD ES LA SUERTE DE LOS TONTOS".

¿A qué voy con todo esto?

Creo que podíamos detenernos un poco a pensar en donde estamos parados. Después de un fin de año de balances ¿que hemos aprendido? ¿donde estamos?... y sobre todo ¿a donde queremos ir?
 

Es mas, me animo y te animo a dar un paso mas ¿donde quiere Dios que este y que haga? ¿A que me llama?

Creo que todos los cristianos, especialmente los jóvenes, deberíamos hacernos esta pregunta, para renovar nuestro llamado, o para encausar nuestra vida hacia lo que Dios nos propone.
Seguramente buscamos a Dios muchas veces, pero con una Fe total en Él. Me refiero a que vamos a acomodando a Dios en nuestras vida como si fuera un accesorio, al que solo recurrimos cuando nos hace falta, y no como protagonista total de nuestras vidas.

Y así vamos detrás de cosas que no tienen sentido, buscamos lo trascendente en cosas efímeras, como los benditos horóscopos, las señales, las actitudes para la buena y la mala suerte.

Esas cosas, nos quitan nuestra libertad de elegir. Pero con Dios, nuestra libertad es absoluta, porque a Él lo elegimos.

Y el camino de Dios, es el camino de las JESUALIDADES, el camino que nos hace encontrarnos con personas maravillosas, con la oportunidad de cambiar las cosas, con la magnifica aventura de anunciar el evangelio. De que la verdadera vida, de que nuestras vidas, no están regidas por las estrellas, de que nuestro destino no esta en la posición de los planetas ni en el día que nacimos, sino en la Fe en un Dios vivo, verdadero; NUESTRA VIDA ES JESÚS.

Jesualidades que nos van acercando mas a Dios. Jesualidades que nos hacen decir que somos católicos comprometidos, discípulos y misioneros de la vida y del amor de Dios, mensajeros de la paz y de la libertad de ser hijos de Dios.

No desperdicies esa oportunidad, aprovecha cada "Jesualidad" que la providencia te da para construir el Reino de Dios, para ser testimonio de la verdad llamada Jesús.

Y cuando te pregunten '¿De qué signo sos?', la respuesta es simple: "Soy signo de que Dios está vivo".

16 ene 2016

Este es innovador “vídeo del Papa” que está causando sensación.

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15 ene 2016

ADORACION DE NIÑOS A LA EUCARISTIA


El orgullo y el miedo, no permiten que el amor de Jesús y su paz gobiernen el corazón


La Madre habla en el mensaje de 2 actitudes que frenan el avance de la vida espiritual: el orgullo y el miedo. El orgullo, porque es el sentimiento y actitud que conduce a la persona a cerrar el corazón a Jesús, a Su amor y a Su paz. La persona orgullosa “decide” cerrar el corazón a Dios. Piensa resolverlo todo desde sus propias capacidades y así no le permite a Dios resolver las situaciones adversas. Entonces, el orgullo no es bueno para la vida espiritual, porque el orgullo no deja crecer en el corazón el amor y la paz de Jesús.
El otro problema que enuncia María, que dificulta acogerla y acoger a Jesús, es el sentimiento del miedo. Y obsérvese que la Madre no procede como lo haría un psicólogo, que primero averiguaría por el origen de ese sentimiento en la persona. No. La técnica de María es distinta: primero va al grano, al meollo de la situación, evidencia el problema para luego presentar la forma en que se puede superar el sentimiento negativo. Ha dicho que ese medio es la oración dirigida a Jesús. Entonces, hay que considerar que el miedo hace daño al alma y a la vida cotidiana, paraliza la vida espiritual, la entorpece, la encadena, no le permite avanzar, y el Maligno también se aprovecha de él. Y cuando el miedo no se atiende a tiempo, puede transformarse en una enfermedad. De hecho, hay muchos fieles que padecen de la enfermedad del miedo, sobre todo, del miedo espiritual que es el que destaca la Madre. Y dejarse encadenar por él, impide conocer el amor de Dios, significa vivir en la oscuridad. El miedo espiritual tiende a rechazar a Dios y a sus proyectos.
El miedo espiritual además justifica no hacer una buena confesión, no hablar las cosas como se debe con el sacerdote, con un padre espiritual; justifica no ayunar, no rezar el rosario, no buscar las respuestas en la Biblia. En fin, el miedo, cuando es enfermizo, puede hasta conducir a las personas a la depresión y a los trastornos de ansiedad y al pánico… Y la Madre en el mensaje muestra una vez más la solución: el miedo y el orgullo se sanan con la oración dirigida a Jesús. Pero no con un Padrenuestro o una visita al Santísimo, sino con un proceso de oración, que es el que sana el orgullo y el miedo obsesivos e irracionales; porque muchas personas no se dan cuenta que los poseen.
Padre Francisco Verar

13 ene 2016

CATEQUESIS SOBRE LA EUCARISTIA

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy os hablaré de la Eucaristía. La Eucaristía se sitúa en el corazón de la «iniciación cristiana», juntamente con el Bautismo y la Confirmación, y constituye la fuente de la vida misma de la Iglesia. De este sacramento del amor, en efecto, brota todo auténtico camino de fe, de comunión y de testimonio.
Lo que vemos cuando nos reunimos para celebrar la Eucaristía, la misa, nos hace ya intuir lo que estamos por vivir. En el centro del espacio destinado a la celebración se encuentra el altar, que es una mesa, cubierta por un mantel, y esto nos hace pensar en un banquete. Sobre la mesa hay una cruz, que indica que sobre ese altar se ofrece el sacrificio de Cristo: es Él el alimento espiritual que allí se recibe, bajo los signos del pan y del vino. Junto a la mesa está el ambón, es decir, el lugar desde el que se proclama la Palabra de Dios: y esto indica que allí se reúnen para escuchar al Señor que habla mediante las Sagradas Escrituras, y, por lo tanto, el alimento que se recibe es también su Palabra.
Palabra y pan en la misa se convierten en una sola cosa, como en la Última Cena, cuando todas las palabras de Jesús, todos los signos que realizó, se condensaron en el gesto de partir el pan y ofrecer el cáliz, anticipo del sacrificio de la cruz, y en aquellas palabras: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo... Tomad, bebed, ésta es mi sangre».
El gesto de Jesús realizado en la Última Cena es la gran acción de gracias al Padre por su amor, por su misericordia. «Acción de gracias» en griego se dice «eucaristía». Y por ello el sacramento se llama Eucaristía: es la suprema acción de gracias al Padre, que nos ha amado tanto que nos dio a su Hijo por amor. He aquí por qué el término Eucaristía resume todo ese gesto, que es gesto de Dios y del hombre juntamente, gesto de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Por lo tanto, la celebración eucarística es mucho más que un simple banquete: es precisamente el memorial de la Pascua de Jesús, el misterio central de la salvación. «Memorial» no significa sólo un recuerdo, un simple recuerdo, sino que quiere decir que cada vez que celebramos este sacramento participamos en el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. La Eucaristía constituye la cumbre de la acción de salvación de Dios: el Señor Jesús, haciéndose pan partido por nosotros, vuelca, en efecto, sobre nosotros toda su misericordia y su amor, de tal modo que renueva nuestro corazón, nuestra existencia y nuestro modo de relacionarnos con Él y con los hermanos. Es por ello que comúnmente, cuando nos acercamos a este sacramento, decimos «recibir la Comunión», «comulgar»: esto significa que en el poder del Espíritu Santo, la participación en la mesa eucarística nos conforma de modo único y profundo a Cristo, haciéndonos pregustar ya ahora la plena comunión con el Padre que caracterizará el banquete celestial, donde con todos los santos tendremos la alegría de contemplar a Dios cara a cara.
Queridos amigos, no agradeceremos nunca bastante al Señor por el don que nos ha hecho con la Eucaristía. Es un don tan grande y, por ello, es tan importante ir a misa el domingo. Ir a misa no sólo para rezar, sino para recibir la Comunión, este pan que es el cuerpo de Jesucristo que nos salva, nos perdona, nos une al Padre. ¡Es hermoso hacer esto! Y todos los domingos vamos a misa, porque es precisamente el día de la resurrección del Señor. Por ello el domingo es tan importante para nosotros. Y con la Eucaristía sentimos precisamente esta pertenencia a la Iglesia, al Pueblo de Dios, al Cuerpo de Dios, a Jesucristo. No acabaremos nunca de entender todo su valor y riqueza. Pidámosle, entonces, que este sacramento siga manteniendo viva su presencia en la Iglesia y que plasme nuestras comunidades en la caridad y en la comunión, según el corazón del Padre. Y esto se hace durante toda la vida, pero se comienza a hacerlo el día de la primera Comunión. Es importante que los niños se preparen bien para la primera Comunión y que cada niño la reciba, porque es el primer paso de esta pertenencia fuerte a Jesucristo, después del Bautismo y la Confirmación.
PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles 5 de febrero de 2014

12 ene 2016

En este video de Playing for change es posible un mundo mejor!

http://www.playingforchange.com/
El pasado 15 de diciembre de 2015 en la "celebración" del Día Universal del Niño, Playing for change lanzo esta canción con la colaboracion de niños de distintas partes del mundo.
Los niños son nuestra esperanza para el futuro y es nuestra mision allanar el camino para que su futuro sea mejor. Si nos unimos en pos de este objetivo podemos hacer de este mundo un lugar mejor para nosotros y todos los niños.
Una sociedad sin niños es triste y gris dijo el Papa Francisco! En este video de Playing for change ellos le ponen color y alegria y nos demuestran que es posible un mundo mejor!